jueves, mayo 14, 2009

16 riesgos de la Universidad frente a la Empresa

Un artículo de Tünnermann sobre "La relación universidad-empresa" que apareció ayer en un diario nacional, motiva en parte estas reflexiones sobre la universidad, la empresa y las humanidades.

1. El riesgo de reducir la Universidad a la producción de lo utilitario, empírico, aplicable.

2. Reducirla, así, en su posibilidad crítica.

3. Viejo "conflicto de las facultades" recolocado en un mercado periférico o infranacional, en donde las Humanidades llevan las de perder.

4. "Sectorizar" la Universidad y la Empresa bajo un paradigma neodesarrollista en que lo crítico es de hecho sustituido.

5. No hacerle ni una sola pregunta académica a la Empresa.

6. No saber nada de la historia cultural de la Empresa. Su excentricidad y sus costumbres. A saber: que funciona con el corazón puesto en el extranjero, y no sabe nada de inversión en educación. Que se educa para gobernar manteniendo una estructura de dominio clasista, racista, etnicista, machista.

7. Quedar satisfecho con que las Humanidades se reduzcan al culto dariano y festivales adyacentes que resultan monumentos a la pobreza cultural. (Y no es pobreza cultural de los pobres, que es de otro tipo, sino pobreza cultural de las clases medias y altas que viven de eso.)

8. Convencer a la Empresa, fundamentalmente la Empresa Financiera, que basta con financiar la mochila de libros de la biblioteca "nicaragüense" para que todo esté en paz, manteniendo cierta hegemonía cultural.

9. Dejar la antropología, historia, sociología, arqueología, ciencias humanas y sociales en sitios "de fuera", ONGs y academias no situadas aquí (lo que enfatiza las agendas excéntricas).

10. Ese saber y esas ciencias no han existido por falta de financiamiento del Estado y la Empresa. Y no es con ensayos nacionales que se subsana ese vacío.

11. No sé si será kantiano, pero la autonomía (su fundamento) no saldrá de la tecnología.

12. No pensar en la tecnología y la ausencia tecnológica más obvia y evidente: saber leer y escribir, enseñar a leer y escribir a los universitarios.

13. ¿Cómo operar un convencimiento cultural en la Empresa?

14. ¿Cómo hacer para que lo que la Empresa invierte en educación (exageremos), no lo invierta con el patetismo de la caridad cristiana, sino con un convencimiento más profundo, liberal, si se quiere, en las bondades de la educación humanista?

15. ¿O será que irremediablemente las Universidades tendrán que devenir empresas, o no ser?

16. Contra la simbiosis Universidad-Empresa.

4 comentarios:

rascuachero54 dijo...

Leonel: Estoy en desacurdo con el meollo del argumento de Tunnerman que parece suponer que las universidades deberían de funcionar como campos de entrenamiento para el sector empresarial. ¿Qué se pretende con esto ? ¿Revitalizar el neo-liberalismo ? La tesis de Tunnerman, según mi parecer, desvirtúa por completo el concepto de una preparación académica que en teoría, debe abarcar muchísimo más que “producer bienes y servicios,” como afirma Ceferino Sánchez en la cita. La labor universitaria, al menos como yo la concibo, precisa explorar temas que profundicen lo ético, lo filosófico y los procesos implicados – de lo individual a lo colectivo- en el mejoramiento de las sociedades. Y claro, las humanidades tiene que cumplir un papel fundamental en este esquema. El colapso económico y los desastres intervencionistas e impudentes que hemos presenciado por aquí en los últimos años nos remiten directamente al papel imprescindible de las humanidades en las universidades que desafortunadamente ha sido menospreciado por las “prioridades empresariales.”

Leonel Delgado Aburto dijo...

Exactamente, Bill, y gracias por recordar que este problema es global, y ha tenido ya efectos indeseables.

Mi idea es que estos temas comiencen a debatirse en los escasos espacios que tenemos por aquí.

ecceccele dijo...

Tunnerman, lamentablemente, declara cínicamente su visión económica libidinal ante la incomposibilidad que le representa la tensión pulsional entre el dinero y la formación académica. En ese sentido, Leonel, tus axiomáticas conclusiones wittgensteineanas devienen en justa resistencia ante posturas como las de Don Señor Tunnerman.

Leonel Delgado Aburto dijo...

Ezequiel: esa tensión punsional ha jodido bastante a las universidades nicas y a la vida académica en general.
Saludos