martes, diciembre 13, 2011

Escribir para ocultarse

Tuve un último sueño con la Escuela.

Era, en tono inocultablemente comercial, un parque del recuerdo. Los que ahí vivían, estaban muertos.

Era un niño concentrado aquél que movía la verja para entrar. Entraba a novelas inglesas. Novelas que tenían colonias en ultramar. El mar debajo de las tumbas.

Los muertos siempre hablan de cine, y sino de qué hablarían?

De boxeo. De la genealogía de Rocky Marciano. Toda la broza del mar y del naufragio que da en las costas de HBO.

(Ya dije que era un sueño de tono comercial.)

Al original le cambió la vida T. S. Eliot. Jugaba el seguido con las sirenas y todo el mate del cielo, servido con galletas azucaradas.



P.S. epígrafe probable:

"Y aunque es cierto que, hábil o torpe, siempre el hombre/
habla para ocultarse..." CMR, "Infierno de cielo"

jueves, diciembre 08, 2011

Lecturas escogidas del 2011

1. Truman Capote. El arpa de hierba.

2. Rodrigo Rey Rosa. La orilla africana.

3. José Donoso. El jardín de al lado.

4. Roberto Bolaño. Nocturno de Chile.

5. Pedro Antonio Valdez. La bachata del ángel caído.


Inspirado por.

P.S.

Listas como estas hacen pensar en el mercado en que se compran los libros.

A Valdez lo compré por Internet, y me llegó el libro descartado o robado de una librería pública neoyorkina. Fue parte de una necesidad caribeña en tierra austral.

A Donoso lo encontré en saldos.

A Rey Rosa lo compré en Los Ángeles vía Guatemala.

Bolaño y Capote pertenecen a mercados más estructurados en la ciudad de Santiago. Pero si el chileno convoca a la posposición (ya déjense de joder con Bolaño), Capote sugiere la expansión (me quiero leer todo Capote).

En todas estas novelas hay un escritor en ciernes operando y madurando.