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martes, noviembre 22, 2022

Pablo Milanés: un culto pleno a la verdad

Pablo Milanés era poeta del hastío y del tiempo, de la juventud desvanecida, del amor gastado y el envejecimiento. Una “waste land” en condiciones revolucionarias. Se recordarán los versos de “Años”, “el tiempo pasa y nos vamos poniendo viejos”.

A veces su poesía enunciaba una contradicción básica con la disciplina, la regla y la norma social. “No me pidas, / que a todo diga que sí/ que te cansarás”.

“No me pidas”. “Yo no te pido”. Son títulos confluyentes que se encuentran en el mismo álbum (No me pidas, 1978).

En los años 70 la construcción socialista pedía pensar qué aceptar o que no, y en qué condiciones, de las múltiples exigencias. Otros versos indicativos al respecto: “Lo anhelado a veces te hace mirar hasta trascender, / lo logrado te ve sentado descender”.

La Nueva Trova era ya por entonces no sólo un emblema revolucionario sino también algo que pertenecía a un círculo de internacionalización y consumo. Es de lo que trata “Sábado corto”. “Silvio en concierto u otro que se parezca/ Está bien para comenzar”. Gran homenaje a Silvio Rodríguez, gran modestia de autor (el “otro que se parezca” es Pablo).

Pero también la Nueva Trova articulada al nuevo tiempo posible en donde el amor purifica al consumo: “Ni el mal gusto, las colas, las próximas horas/ Pudieron con nuestro amor”. El “culto pleno a la verdad” que Milanés invoca en “No me pidas” se advierte en esa mirada poco dada a la idealización.

Por supuesto, está la invocación de los símbolos y luchas revolucionarios. Su gran trabajo musical sobre versos de Martí o de Nicolás Guillén (“Tengo”, una obra maestra musical). Mandela, Haydee Santamaría, la condición colonial de Puerto Rico, y la revolución cubana y latinoamericana que evoca en estos conocidos versos: "Bolívar lanzó una estrella / que junto a Martí brilló / Fidel la dignificó".

martes, noviembre 05, 2019

Retamar

A inicios de los 1980s, la noche de la juventud, Retamar (así aprendimos a llamarlo) era el poemario Juana y otros poemas personales, que había ganado el Premio R.D. y había sido editado en Nicaragua. Su gran poema "Y Fernández?" era como una dolorosa premonición, anclada junto a unos y otros inolvidables personajes evocados en aquellos "poemas personales". La primera era, por supuesto, Juana, a la que aprendí a llamar con sus primeros versos: "Nada ha borrado el agua, Juana, de lo que fue dictando el fuego".

Me lo robaron (algún Prometeo?) de debajo de la almohada de alguna covacha militar, en donde yo manejaba los libros de la época: aprendizajes que combinaban a Góngora con Cardenal, y a Rugama con Lope. Quién y para qué podía robarse ese libro en los años entusiasmados y revueltos de revolución?.

Retamar fue, luego, quien nos ensañaba a leer a Borges. Vos podés decir que escogí a un dudoso maestro que me llevara a conocer a este Ariel argentino (que no Calibán, por ningún lado). Pero en mi pueblito no era que uno entraba a las librerías a comprarse sus EMECÉS. La Editorial de Sergio Ramírez, aprovechando los derechos legados por la revolución cubana, republicó la antología de Borges que Retamar preparó. Es esa misma antología en que Retamar cuenta su encuentro con Borges (y Kodama) en la que le dice algo así como que había escrito cosas duras contra Ud., Borges, pero no más duras de las que Ud. escribió contra Darío o Lugones. Y Borges: fueron mis maestros.

En un pueblito del oeste de La Habana, ni siquiera recuerdo cómo se llamaba, me encontré con Retamar y fui a saludarlo. Dije algo de esto que escribo arriba, pero, por supuesto, más entrecortado. Todos soñamos con escribir un Prólogo como el de Borges para Lugones en El hacedor. Recuerdo que mencioné a Juana, y recuerdo luego que, ya cayendo la noche, Retamar bailaba un bolero en la placita de ese pueblito perdido del cual no puedo recordar el nombre.

viernes, agosto 20, 2010

Varia

Aires neoliberales. Según se desprende de la propuesta de reforma a la seguridad social en Nicaragua y otros gestos visibles, el pacto Estado-FMI sigue en su sitio. Con razón Amaru Barahona se pregunta hoy en END: ¿Quién dice que nos va bien con el Cafta?. ¿Será cosa de ministros y funcionarios estrategicamente ubicados en el gobierno? Así lo sugiere Barahona, preguntando: "¿cómo hacemos para detener esa vocación orgiástica hacia los TLC que tienen los jerarcas y tecnócratas del Mific?". Pero, ¿será que hay posibilidad de un giro de izquierda en el gobierno?

Civilización y barbarie. La perdurable dicotomía está siendo usada para acusar de animalidad a los caudillos y seguidores (la "civilización" aquí es bastante conocida y ampliamente sospechada). Extraño retoño del liberalismo del siglo XIX en el injerto neoliberal del siglo XXI. Si la oposición necesita de esas masas para abortar el proyecto político del FSLN no es con la mirada de Sarmiento que van a lograrlo.

Poema. Me ha gustado mucho éste de Ezequiel que está en La Esfera Infinita. ¿No es tiempo de discutir si las esferas letradas cooptan a los jóvenes aspirantes?

Cuba. Leo, en invito a leer, el debate sobre el socialismo en la isla (sitio web de Kaos). Mucho más sustancioso que leer a la insipida Yoani. ¿Sólo el camino capitalista chino va a quedar como alternativa? ¿Es posible un socialismo autogestionario?

Clases sociales. Pregunta Persola que "dónde está esa generación activa y entusiasta". Parte de la respuesta es que está dividida en clases.

Twitter. Allí soy isonauta.

domingo, diciembre 13, 2009

De la críptica inconstante

Leo la, a mi parecer, fallida (fallecida, diría él) novela de Guillermo Cabrera Infante La ninfa inconstante.

Mi escepticismo es casi vargallosiano: no hay una estructura realmente trabajada del texto, hay poca profundidad en los personajes, gana la vagancia por la ya consabida estructura de la ciudad (de La Habana) y por el entretenimiento verbal hasta llegar, lo dice el honesto narrador, a la chacota.

Lo curioso y a la vez dudoso es pues que mi reclamo se haga con respecto a lo convincente de la representación: desde cuándo un yo realista?. Además, que se joda Vargas Llosa, ese pesado reaccionario, y que se joda su estética muerta.

La novela del Infame es de/forme o in/forme pero tiene cualidades:

1. Contra cualquier expectativa, no es nostálgica.

2. De forma desesperada lucha por mantener la estructura pre 59 de La Habana: al punto de poder verse como un honesto artificio modernista: éticamente sólida, en otras palabras.

3. La ninfa es a la vez un escarceo erótico y una interrogación de la memoria: su función alegórica necesariamente destartala al autor-como-dios: la ninfa baila entre la memoria y la reproducción chocarrera de significantes y significados.

4. La deformidad de la novela es virtualmente necesaria: si no, no sería.

5. Es un artefacto que inopinadamente se puede volver en contra de la posición ideológica del autor: sí, señores imperialistas, construir el socialismo (o esta novela) es una tarea difícil.

jueves, octubre 18, 2007

La frase dolo(ro)sa

Un envío desde la izquierda intelectual contra Cuba (es risible, infame y duele):
"Cuba ofrece otro ejemplo interesante: casi cincuenta años guiados por el Hombre Nuevo en persona, y no se ha conseguido el pleno abastecimiento de papel higiénico".



Y el embajador venezolano en México sí que tiene humor. En referencia a Carlos Fuentes:
“abandonó la región más transparente, cambió de piel, ahora tiene el aura de converso y en su avanzada senilidad ha terminado convertido en un gringo viejo”


Eso va para el arte de injuriar, y ninguna de las respuestas de Fuentes pudo ser aguda.

miércoles, septiembre 19, 2007

Imperialismo "liviano"

Esquire se pregunta cuáles serán los próximos cinco estados que incorporarán los Estados Unidos. Cuba va a la cabeza en este atragantado plan de incorporación. Si esto no es sueño imperial (pop o liviano pero traducción wet del imperialismo "duro"), qué podrá ser?

Fidel ser muere, Raul es reemplazado por una junta de "unidad nacional" (la UNO versión Miami). En cinco años, Cuba tiene sus primeras elecciones libres (o de libre mercado debería decir) y los candidatos se dirigen abiertamente a la incorporación norteamericana. Por supuesto, postmodernos del mundo, el cadáver de Martí (y el de Fidel, e incluso el de Lezama) retozan en sus respectivas tumbas.

La lógica de Thomas P.M. Barnett es biológica: los imperios padecen como cuerpos. "En la vida de los hombres y las naciones, o creces o te mueres. En nuestra época, la Unión Soviética implosionó, China está recuperando colonias perdidas, y Europa es ahora la Unión Europea. Así que por qué los Estados Unidos dejaron de crecer? Y cuáles serán nuestros próximos cinco estados?"

Entre estos cinco, luego de Cuba, Puerto Rico y México, aparecen algunos países centroamericanos. "Más al sur, mantendría el ojo en las economías dolarizadas como las de El Salvador y Panamá". Las remesas son el argumento básico. Y los sitios paradisíacos y de costumbres democráticas como Costa Rica también despiertan el apetito incorporador.

Dice Wikipedia que Thomas P.M. Barnett es geoestratega militar norteamericano.

lunes, agosto 27, 2007

Paradiso VIa

Incorporación cultural.

"Por línea de mi madre, reconozco esos cantos guerreros, recitados como gracioso aperitivo, pero la otra mitad es la que ahora tengo que buscar, pues estoy en una edad en que siento que me es imprescindible incorporar algo que me aclare y me decida, que me haga momentáneamente completo. Necesito incorporar un misterio para devolver un secreto, o sea una claridad que pueda compartir". (pág. 247)


Es un paradigma inverso al del mestizaje. En el mestizaje lo claro (el eje rector) es lo europeo, y lo oscuro es lo indígena.

El Coronel busca "lo europeo" (entrecomillado, porque lo que no está claro no está necesariamente sujeto a una definición) como oscuridad: una incorporación que edifica una poética.

Pero lo que "incorpora" el Coronel es a Rialta (capítulo, también, de la boda). Lo "oscuro" es, también, la fineza criolla (mencionada enfáticamente durante este capítulo). Entrecruce de encajes. Hablando de Rialta:
"Comenzaba un extenso trenzado laberíntico, del cual durante cincuenta años, ella sería el centro, la justificación y la fertilidad". (pág. 252)

jueves, agosto 23, 2007

Paradiso IV

Genealogía del Coronel, José Eugenio. Contrapunteo del tabaco y el azúcar, “aquellas escandalosas y malolientes extensiones de verdes, aquellos sembrados de caña vulgarota y como regalada por la naturaleza, para nosotros que estábamos acostumbrados a un paisaje muy matizado” (188).

Aristocracia irónica, la de la madre del Coronel, la familia que en Pinar del Río se dedicaba al tabaco. El padre del Coronel los arrastra al centro de la Isla. Madre delicada y predispuesta a la muerte (decadente, podría decirse), padre fuerte y altivo.

José Eugenio se dedica a advertir de forma caleidoscópica a los nuevos vecinos: los Olaya, recién llegados de Jacksonville.

Su ingreso al Colegio. Su sexualidad: una colisión con lo propio de la novela. Aguas que corren sobre el cuerpo de los muchachos, sellamiento de partes del cuerpo.
“De tal manera, que durante mucho tiempo, José Eugenio Cemí tuvo del cuerpo el recuerdo que se precisa en la noche treinta y cuatro, cuando en el palacio un joven confiesa, el Rey de las Islas Negras, gimiendo y levantando su túnica, que era hombre de la cabeza a la cintura, y tenía la otra mitad de mármol negro” (209).

lunes, agosto 20, 2007

Fisiologías, jerarquías (Paradiso V)

"Siempre estoy haciendo respuestas, creando actitudes ajenas. Necesito equivalencias, luego surgen las grietas, el hecho sólo es creado por mi respuesta. Entonces, llega invariablemente un momento en que me siento molesto, respondo sin que se me pregunte, me parece que es un tercero el que me está preguntando". (Paradiso V)


Leer esta intención junto con Deleuze: producción de sentidos, en vez de coartadas al sentido cuando tropiezas con las grietas.

Nunca te rindas ante el New Age.

No seas el Arjona del postmodernismo.

Ilumina Lezama.

miércoles, junio 13, 2007

Paradiso III

Cáp. III

Vicios del lenguaje / idiolectos. Secretos de comunicación familiar.

Capítulo de la emigración a Jacksonville, genealogía de los Olaya, que culmina en la muerte del adolescente Andresito.

Tema, la reproducción cultural. Transformación de Isolda en manatí. ¿Se puede leer esta transformación o sólo se puede figurar?

"Los halcones blancos se reproducen mirándose sin volver los ojos hacia atrás...Existe la reproducción por la mirada y por el grito." (pág. 166).

Paralela, intimamente, la discusión teológica entre protestantismo y catolicismo. Caricaturas del calvinismo. Gracia del trasfondo católico barroco: el traje disgregado del Padre Rosado produce imágenes que pueblan contextos diferentes.

"El católico sabe que su acto tiene que atravesar un largo camino, y que resurgirá en forma que será para él mismo un deslumbramiento y un misterio". (pág. 156).

Esa es una consigna de un catolicismo que podríamos llamar surrealista.

Así el debatido talento de Andresito el flautista (una pureza, un nervio, una expectativa adolescente), que produce su muerte y luego la resonancia en la genealogía Olaya. Todo concurre en Cemí. Paradiso es /en el borde de un ascensor.

Voy leyendo capítulos con secciones muy intrincadas (como ese de la metamorfósis de Isolda) que de pronto pasan a un montaje casi cinematográfico de suspense en la muerte de Andrés Olaya, el tío virginal de Cemí.

lunes, junio 04, 2007

Paradiso II

Opresión de los otros contra Cemí (el que oprime la tiza contra el paredón). Investigación del "solarete entrelazado a la rifosa casa del Vedado" (pág. 132). En especial Mamita y sus hijos, atados al destino del Coronel (enmascarados, incluso, por ese destino: un destino racial). "Era siempre--ahí va la ironía de Lezama--esa persona indecisa, delicada, que cuando la conocemos se muere tres años más tarde" (ibid).

Martincillo, entre otros, inolvidable. "Era de un pálido de gusanera, larguirucho y de doblado cotoneo al sentir la brisa en el torcido junco de sus tripillas". (pág. 134). Además, "era tan prerrafaelista y femenil, que hasta sus citas parecían que tenían las uñas pintadas" (pág. 135).

Viajes del Coronel a Kinston y a México (los conocidos viajes de Lezama). Caso del doctor Copek que copia en su axila el mal olor de un guardia. Pero, sobre todo, el descubrimiento de la impenetrabilidad del mexicano. (Es una temática popular, como se sabe, en especial por El laberinto de la soledad).

"En México se sintió extraño y removido. Se alejaban las divinidades de la luz, viendo que aquel era un mundo soterrado, de divinidades ctónicas; el mexicano volvía a tener la antigua concepción del mundo griego, el infierno estaba en el centro de la tierra y la voz de los muertos tendía a expresarse y ascender por las grietas de la tierra". (pág. 147).

Extrañamiento e impenetrabilidad del alma mexicana (trabaja Lezama similares códigos que Paz). El diplomático que contempla el incógnito diamante, una mirada que no implica la comunicación (pág. 147-148). Y las máscaras mexicanas, entre las que saldrá sorpresivamente Vivo (el hijo de Mamita).

Correspondiente momento de epifanía: un sueño con los príncipes de Xibalbá, "no convertidos en puercos, ni yaciendo en pocilgas, pero sí reducidos a nueve años" (pág. 150).

¿Por qué procesos se despierta (se sueña) toda una mitología distante? El punto, la equidistancia, es, otra vez, esa de Paz: viaje al Oriente interno. El Coronel encuentra soterrado el enmascaramiento (Vivo, su emisario, le aparece enmascarado: y la máscara de su sueño proviene de la mitología quiché) por sobre la norma de la cordialidad que él cree representar.

viernes, junio 01, 2007

Paradiso I


El gran secreto teatral de Cemí--a los cinco años--. Las cruces, sombras, hálitos (toda la penumbra) que amenaza con marcar su destino. "Ahora se me quedarán esas cruces pintadas por el cuerpo y nadie me querrá besar para no encontrarse con los besos de Truni" (pág. 115, edición de Cátedra), habla de pronto, casi se diría que por sonambulismo, el niño.

La cultura se autonomiza en el encaje, en la cocina. Los estilos literios son eso: encaje, cocina. Para eso, Lezama usa unos dejes metairónicos. "Tanta refistolería--dijo la señora Rialta-- no le viene bien a algunos platos criollos" (pág. 122).

Esto incluye la tensión entre lo criollo que se adelgaza, y lo barroco que se adereza. La mezcla cultural implica una perturbación, un trauma (un sueño, un temblido), una epifanía. La llamada del padre del Coronel, "desde el recuerdo", sirve para articular ese trauma. (Y no es figura ya de la llamada del propio Coronel como padre de Cemí?). La Gossá familia va por la ruta de las Soledades. La vianda de la cultura, y la metaironía de la mezcla: todas los viñedos españoles han sido producidos por semillas americanas, eso desvela al vasco padre del Coronel: "todos los viñedos de España fueron destruidos por la mosca prieta, y se trajeron para remediarlos semillas americanas, y todas las uvas actuales de España...descienden de esas semillas" (pág. 127).

El día de la epifanía, de la revelación cultural, el abuelo duerme bajo un flamboyant. Esta revelación conlleva las discusiones del capítulo: el encaje, la cocina, y quizá sobre todo, el caso del mulato Juan Izquierdo, el de los excesos en el aderezo, el quizá demasiado heterodoxo para lo criollo, y que ha sido desapachado con deshonor por el Coronel.

jueves, enero 18, 2007

Tulipán

(Larga nota romántica sobre Cuba.)

"A los veintisiete días de mayo del año setenta
un hombre se sube sobre sus derrotas"
Silvio Rodríguez, "Oda a mi generación"

Estación de tren de Tulipán, Municipio Plaza, día de un año, comienzos de 1991 tal vez. En el puesto de periódicos hay una sola revista de venta, un número reciente de la Revista Casa de las Américas. El vendedor me explica que es una revista muy buscada (es extraño que esa solitaria revista en un puesto de periódicos vacío sea la Muy Buscada) porque aparece en ella el ensayo de Frei Betto sobre “Mística y Socialismo”.

Compro la revista, por un peso probablemente. Pero desde entonces quiero contar un cuento que se llame “Tulipán”, que tenga algo del aire de llegada a la estación mientras vas sentado en las bancas de madera, acompañado de tanta gente. O de la vuelta por estos mismos rieles a la estación de San Antonio de los Baños, como iré hoy con el número tan buscado de la revista. ¿Leo en este viaje las evocaciones y equivocaciones de Betto, quien informa, entre otras cosas que China ha socializado su renta? Probablemente no. Aunque comparto “en última instancia” su postura política, no me interesa tanto encontrar a dios en el camino, entre cañaverales dormidos, siluetas de trabajadores agrícolas, cultivos pobres, trenes rurales. Será la paradoja que dibujó Jiménez frente a mis ojos, en un libro que por casualidad había editado Arte y Literatura, en La Habana: dios deseado y deseante.

A mí me interesa el lado secular de la cuestión. En esta ciudad iba silbando una vez “Lay Lady Lay”, distraído, allá por el cementerio que se divisa en 23 y 12, y casi me atropella un carro. En esta ciudad miré “El Gran Dictador” en la Cinemateca, calle de La Rampa, que es una prolongación nocturna y marina de 23. En esta ciudad miré “Casada con la Mafia” en donde Michelle Pfeiffer sufre muchos atropellos sentimentales. En esta ciudad busqué todos y cada uno de los fantasmas de Paradiso en Prado, acercándome aquello que trovaba Silvio: "tú me recuerdas el prado de los soñadores/ el muro que nos separa del mar si es de noche".

Por ocurrencia teratológica he leído a todos los autores contrarrevolucionarios. Comenzando por las insípidas memorias de Padilla. La cartografía que el Infante dibuja en Tres Tristes Tigres me ha servido también para ir de Miramar a La Habana Vieja. Tarareo cuando puedo “Habana” de Fito Páez. Colecciono cartografías habaneras de Los Van Van y NG La Banda. Protagonizo un rechazo extremo ante la música mediocre de Gloria Estefan y Celia Cruz. El caso Padilla lo sé de memoria, vivo cada uno de los años del “quinquenio gris”. Sufro con la prohibición de Guantanamera (sé que el chiste era un poco obvio, pero hubiera preferido ver esa película en La Habana).

Sin embargo, las preguntas no pueden ser tan superficiales como hasta aquí. Al contrario de procesos contrainsurgentes, con desaparecidos que terminaron en la instauración del neoliberalismo, según la herencia de las dictaduras en Brasil, Argentina, Uruguay y Chile, lo que se jugó en Cuba fue mucho más radical y mucho más hermoso. Sé que algunos se han adelantado a proclamar que se trata de un “proyecto fallido”, pero quizá lo fundamental sea, más bien, que se trató de un tremendo y límpido fracaso, que desarmó y rearmó la historia del colonialismo, que refiguró cartografías tercermundistas, y contribuyó por redefinir el concepto de lo latinoamericano. Esto es tremendamente fallido, vulnerable, se hace palabra y zozobra, entra al canibalismo de la interpretación: pero no es por eso menos verdad.

Hoy los diarios que creen en la “transparencia informativa” tienen como uno de sus platos fuertes las azarosas aventuras de las tripas de Fidel, lo que trae a la memoria aquel capítulo en que Dostoyevski (tan escatológico como siempre) se recrea en la descomposición del cadáver de un monje, provocando una batalla de sentido en la que el bien y el mal se juegan la moral de aquel hombre. ¿Pero quién es ese hombre?

Me gustaría darle la voz a Silvio, para que lo cante, como de hecho lo hace en las canciones emblemáticas de los años duros: una voz generacional, aterrorizada en parte por una herencia paterna temible (esa del asalto al cuartel Moncada) y por un tiempo utópico que de seguro no iban a poder ver: “Yo no reniego de lo que me toca/ yo no me arrepiento pues no tengo culpa/ pero hubiera querido poderme jugar/ toda la muerte allá en el pasado/ o toda la vida en el porvenir/ que no puedo alcanzar.” Esas temporalidades trágicas que anulan el presente, entre un pasado muy alto y un futuro muy opaco, no son, como podría creerse, ingenuas, o, “ideológicas”. No hay, en este caso, tapujo que oculte “lo real” en total magnitud: “con un pie allá, donde vive la muerte”.

Pero además, esta conciencia de lo real, la penetrante negación que aparece inscrita en la historia, se sabe profundamente discursiva. Sabe que todas las cosas corren a convertirse en palabras, pero sabe también que hay una retroalimentación necesaria con lo real (aunque esto sea tocado únicamente como dolor o síntoma). “Ha pasado que un hombre se convierte en palabras”, y las palabras, como se sabe, son la traducción directa de los cadáveres, su verdadera putrefacción: su disociación, o, como querían los estructuralistas, su división en significado y significante. Los relativistas encuentran aquí la partida del pastel, y la distribución equitativa: todas las interpretaciones son válidas, ya que ellos han llegado al futuro.

El compromiso generacional que ilustran las canciones de Silvio opera esta división pero no es ingenua con respecto a la batalla por el poder de los significados, lo que se llama historia. La historia la harán los otros; la historia, en este sentido, no saldará la brecha entre cadáver (ese de la generación suspendida entre ayer y utopía) y la vida material del futuro. El futuro es el vértigo de la disociación en que “puede ser que su sangre no mueva una astronave”. (En esto, esa generación llamada Silvio es profundamente vallejiana.) Pero el futuro, con su hendidura profunda en el significado, se entrega sin más. Esta convicción es significativa. “Que escriban, pues, la historia, su historia…”.

lunes, agosto 07, 2006

Cuba, ¿democracia sin colonialismo?

No es que no se necesiten cambios democráticos en Cuba. Por supuesto que sí. El problema es qué se entiende por democrático y cuánta importancia se le da a la autonomía, tomando en cuenta una historia de colonialismo, a la que la revolución cubana se ha opuesto.
Como era de esperarse, la enfermedad de Fidel y los eventuales cambios en Cuba se han convertido en un asunto mediático muy típico de nuestra época. Este suceso global, sobre todo televisivo, es conducido por variables y dogmas conocidos:
1. Los medios pueden ganar las guerras que las armas no; sobre todo ablandando las fronteras y volviendo porosos los conceptos de autonomía.
Esta variable ha sufrido varios embates en los últimos años. Se recuerda el golpe de estado contra Chávez en el 2002, que contradijo la gramática mediática. A veces los movimientos sociales pueden más que la representación televisiva que de ellos se hace, caso de la derrota relativa del neoliberalismo en Argentina.
En el caso de Cuba es imposible predecir si habrá un ablandamiento de las fronteras, al estilo del Este europeo a finales de los 1980s. En todo caso, el énfasis mediático estará en el concepto de democracia, reducido a la celebración de elecciones pluripartidistas. Esto implica la ignorancia sistemática de los conceptos de autonomía e independencia; lo que lleva a la segunda "verdad" impuesta:
2. La historia del colonialismo es borrada por los medios, nunca ha existido y no es necesario reactivarla en la memoria.
Por supuesto, no se puede explicar la figura de Fidel Castro y el significado de la revolución cubana si no se reactiva la historia colonial. El modelo de autonomía de los países postcoloniales fue el nacionalismo. En la etapa global y neoliberal, este es despojado de su esencialidad, pasando a ser un apéndice regional de la democracia electoral (con sus encarnaciones “culturales” típicas: el turismo y el folclor). Las fronteras se ablandan para dar paso a los mercados (incluido los electorales).
Este asunto es muy difícil de verse porque la historia parece estar, precisamente, en manos de los medios dominantes. Se trata del típico problema de que la historia la narran los vencedores. De esa manera, tenemos versiones expurgadas de la historia global, sin imperios, colonias, diferencias entre centro y periferia, etc. La “transición” que anuncia Bush para Cuba no es otra cosa que el proyecto de llevar a su consumación esa estrategia de olvido y borramiento.

viernes, agosto 04, 2006

El nacionalismo ¿es un proyecto fallido?

Aludo a las recientes declaraciones de Sergio Ramírez de que la revolución cubana ha sido "fallida".
A las trenzas epistemológicas, económicas y políticas del neoliberalismo, la globalización y la postmodernidad podría hacérsele tal cuestionamiento: porque en el fondo no es la revolución cubana, simplemente,la que puede verse desde un ángulo "fallido"; es toda la doctrina de autonomía, límites, soberanía y ciudadanía la que está en crisis. Y no necesariamente porque Fidel haya sido "infidel" a esa doctrina.
No más anunciada la enfermedad del comandante, y los cubanoamericanos de Miami celebraban en las calles. Esta es como oponer la blandenguería de las fronteras, a la doctrina férrea del nacionalismo. Pero hay que pensar el nacionalismo--y particularmente el de Fidel-- en un sentido postcolonial, en sentido estricto. Se creía que se descolonizaba por medio del nacionalismo. La otra versión es la subordinación estatal a un poder parecido al de la Unión Soviética. La pregunta es ahora cómo se descoloniza?
Cómo pensar que las peticiones de democracia de Bush encarnan una "dicción" democrática que proviene de un presidente democrático?
De manera que no es la revolución cubana la que es fallida sino el nacionalismo. Y, dadas las contradiciones de la globalización, podría decirse que fallido provisionalmente.