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jueves, marzo 05, 2015

Pavel, pelumbre, gimnasia

Es fácil. Escoja aquellos intelectuales que Ud. no quisiera ser.

Claro hablamos de intelectuales nacionales. Mientras más ecuestres y equinos peor.

El artero calculador. El güegüense que le baila. Todo dariano que haya estado

En el centenario (1967). Aquel que dice que el campesino habla como los pájaros.

Todos los lamentables hijos de

Su casa.

Ud. se preguntará: y la técnica? cómo hago yo?

Pero eso son fuerzas productivas.

Lo fundamental (la Gran Sombra que Ud. juzgará) es el Fantasma de la Boina.

Déjese de la Gran Pendejada de las Generaciones. Cuando los jóvenes recapitulan

Sobre las mismas figuras (en aquella hora de los serviles)

Sea fiel a su deseo.

domingo, agosto 12, 2012

Partículas

Releo cien páginas de Las partículas elementales. Voy reconociendo las historias, los personajes como si fueran viejos conocidos hoy casi olvidados.

Siento de manera más directa que la vez primera el sentido moralista (en sentido bueno o clásico) del texto: los huérfanos, hijos del 68 y de la liberación sexual en un mundo terrible y desértico. Identifico también que el Michel tan abstraído en la ciencia es el alter ego del autor (nacieron el mismo año, se llaman igual).

Hay páginas de las que quiero apartar la vista. Por ejemplo, los abusos sexuales, físicos y psicológicos que Bruno sufre en el internado. Las muertes de los abuelos, asimismo, son narradas casi de forma naturalista. No digamos las cosas del cuerpo y la sexualidad. Aunque entiendo la ironía. Véase en la página 22: "En el caso de Djerzinski, estas consideraciones estaban fuera de lugar: la polla le servía para mear, y eso era todo."

Justamente, es una novela generacional pero sin la autocomplacencia que surge, por lo general, cuando alguien invoca la palabra generación.

(Entreparéntesis: No es "generación" un concepto meramente sintagmático?

No lo parten de arriba a abajo la división en clases sociales y la competitividad propia de los estamentos literarios e intelectuales?

No es mero correlato de un discurso nacional rancio y menos que una comunidad transparente la opaca asociación en base a intereses, simbólicos pero, en fin, intereses?)

 El descreimiento flaubertiano, la distancia disciplinada y crítica nos recuerda a cada paso que esto es novela en borde árido.

Con esa desesperanza acompasada sigo leyendo.


jueves, julio 19, 2012

Alguna definición

Generación: vicios del ensimismamiento

Pasillo y desnivel, humedad del que rota

El cuerpo: blando, reducido a forma de mirar

Al fondo organizado el soldadito de plástico

Sin cabeza. Se ríe a ratos

En compañía. Se consume

Galletas Sodas Extra con

Paté. Vino Carmenere Chile 2011

Se escucha Tom Waits, Nick Cave and

The Bad Seeds.

Mira la fijeza, el maniquí lo engaña

los hombres que luchan por su esclavitud como si se tratase

de su libertad

Generación: arquitectura del capado

Bazo comunicante

Rama de cerezo sonámbula

La calavera traslúcida

La tienda que alcé yuxtapuesta en el Bejamin Hall

La mano viciosa de Pável Carías

A veces el lomo del sueño

Acariciado pelámbre de la luna

Vicios del ensimismamiento



jueves, junio 05, 2008

Para mencionar a Bolaño en la jungla

“En la década que terminamos, es decir, en la que va de 1960 a 1970, los hijos y los padres ya viven sin reconocerse, la multiplicación se ejerce y nuestra literatura edifica la última terraza de la Torre de Babel”. (Margo Glantz, “Estudio preliminar”, Onda y escritura en México: Jóvenes de 20 a 33, Siglo XXI, 1971, pág 5).

Bolaño hizo el estudio más detallado (o al menos, a como van las cosas, el más vendido) de esa Babel: el estrépito y la dispersión en que acaban las generaciones de escritores jóvenes, su autodestructividad y su nihilismo como método y como mito.

¿Por qué un cuarentón tendría que entretenerse detallando de manera seudoépica esos suburbios de adolescencia?

Por mero narcisismo. Por autorreflexión. Por un ingrediente stendhaliano sumido en la jungla global.

Por nostalgia, seguramente.