Mostrando entradas con la etiqueta poesía conversacional. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta poesía conversacional. Mostrar todas las entradas

jueves, enero 18, 2024

Nocturno

 

Silencio de la noche, doloroso silencio

Pues me duele el hombro (la articulación algún hueso sin nombre)

Y el insomnio incluye hormigueos calambres y entumecimientos

Y nombres de actores y actrices que no puedo recordar

(tres nombres por película que cuento hasta dormir: o hasta no dormir y sin embargo

soñar). 

El reloj del teléfono ha dado ya las 3 y media y repaso

trechos desordenados de vida—viejos perros del vecindario que recuerdo por nombres:

Tarzán, León, Kaiser

Después duermo intermitentemente entre sueños y encomiendas de muertos—regreso a

Nicaragua, releo Crimen y Castigo, estoy en Sunrise (la película de Murnau)

y oh la aurora temprana junto a mi perrita Lili

la basura, el café, los huevos, los pomelos

y me meto en el día como si me metiera en el sueño

sábado, diciembre 09, 2023

Ya hago amagos

 

Ya hago amagos a los muertos

No el escuchar con mis ojos, sino hablarles

Desde el Prefacio. Ordenemos esto, o esto tenía un orden

         que no mirábamos.

La fiesta del cielo es muda, un espejo de grafito.

Ante el espejo que hablamos mientras hay lengua y no gusanos

O ceniza. Ya no es la primavera en que escribía Márgenes

(me veo revisando en un bus de la 61C el ejemplar nuevecito

         dedicado a mi padre que tiene meses de muerto)

es el tiempo en que se dice contradictoriamente que esto

tenía un orden y se le dice a los muertos.


feb. 2023

miércoles, septiembre 13, 2023

Fusilaría a los hermanos Coen

 

Estoy convirtiéndome en un viejo llorón

Al parecer mi salida del teatro del mundo será entre lágrimas, como en una ópera—pongamos que

    barroca por meras preferencias estéticas

Leyendo lloro por los huérfanos

En los audífonos lloro con los Ángeles Negros, no se puede continuar

En el cine porno entro a llorar por las formas humanas: el ano, el clítoris, los testículos

La poesía, como es obvio, me hace llorar a carcajadas

 

Fusilaría a los hermanos Coen (los cineastas)

Su idiota ironía y sus inútiles (perdón, Jeff Bridges)

El padre enfermo de Alzheimer caga delante del hijo—secuencia que resume todo su cine

desgraciado

Cualquier posmo de mierda provinciano troskobudista

Encontraría peliaguda esa secuencia

La secular ausencia de un cine democrático

 

Conforme el tiempo pasa me voy convirtiendo en un viejo llorón

De la coyuntura nicaragüense puedo decir que hoy veo con mucha más sorna a la clase media

ah peregrina ah perseguida ah lameculista

y que se me hacen más nítidos los violentos linderos de clase que caracterizan a esa sociedad.

A la vez percibo que me he quedado por fuera de cualquier lógica nacional la que, en el caso de

    Nicaragua, pasa por estar afiliado a alguna Personalidad

La vida cultural de Nicaragua en los 90s era aburrida. Tres celebridades—Sergio Ramírez, Gioconda

Belli y Ernesto Cardenal—se comportaban como las Tres Divinas Personas. Cardenal, el mejor de

los tres, al menos tuvo la decencia de declararse chavista. Era lo correcto dada la coyuntura

En cierto sentido preferiría ser una viejo pedorro como Vargas Llosa o Sergio Ramírez

Viejos pedorros pero burgueses

Y no un viejo llorón que vive de su salario

domingo, agosto 07, 2022

Murciélago azul

 

La foto aérea, desde el puente, de la laguna congelada

Y el horizonte que resplandece.

 A través de la imagen

En la computadora, reconozco ese horizonte. 

El parque Schenley y South Oakland.

Estamos archivados en el parpadeo de la pantalla

Los patos del verano que se fueron

Horizontes ajenos, alquiler de las palabras

(cerca estaba la Biblioteca Carnegie donde prestábamos también películas en VHS

Y discos de Beck, Miles Davis, Prince)

Textos tuyos entrelazados con los míos en el cementerio

 De la web. Un murciélago azul en el pecho dice que el tiempo de los besos

No ha llegado. Cultiva cuando puedas tu Cernuda

Vigila tu Lezama. 

Las cerniduras que el tiempo lima.


miércoles, enero 05, 2022

Adán y Eva

Las hemorroides internas. Esa molestia en la boca

del ano. Sequedad de la hora y de la vida (lo que era

la vida).

 

Seguí escribiendo todo diciembre sobre Coronel

están ahí los libros ya raídos de cuando tenía veinte años

y marcaba con lápiz las entonaciones (esto por influencia de

Pedro Henríquez Ureña en su Gramática—la gramática a la

que me enviaba siempre mi padre).

 

Leía Los Parques y las focas, menos los parques más las focas

Los sexos de las focas más que los declives de superficie de

los parques. La androginia de la mujer que tenía un vocerrón

y entraba a la tienda, y fascinaba a través de los años.

Como a Eliot, nos ahogaban las sirenas.

 

Entre por el lado del sexo, llevaba mi costal de citas.

Acabé conversando de nuevo a la medianoche—en ese tipo de insomnio

que consiste en despertar en un lugar indeterminado de la madrugada, y teniendo como

regla de oro nunca consultar la hora ni prender el celular—sobre

la edad. La edad de oro, la diadema, el goce, y el tiempo, esa

edad de horo, en donde se superponen la hora y el oro, acercándose al horror.

 

Adán y Eva llegaban al parquecito, el edén. En una de las bancas

del parque disponían su instrumental de cartulina: la copa roja de

las papitas o french fries, el género de papel que envolvía la hamburguesa

marcado con el signo de McDonalds. El calor derretía el amarillo

del queso que se combinaba con el húmedo casi maternal y cálido de la grasa. 

Y, me olvidaba, de la bebida negra con popote, pajilla o carrillo. 

Estarás conmigo ahí en el Paraíso, dijo el hombre a la mujer distraída.

 

Luego en el insomnio, otra vez—ese tipo de insomnio que consiste en

despertar en cualquier edad perdida, se me hacía maquinal el resabido

No me tienes que dar por que te quiera. Espaciaba dos o tres no, antes

de continuar con el escandido verso. Y Borges: reconozco en mí la voz

de mi padre cuando escandía un verso. Un falso Borges.

 

Adán y Eva y los planetas hoy duermen lejos de la basura que los perros

vagabundos van sacando lentamente del depósito frágil verde y redondeado en los bordes.


domingo, diciembre 05, 2021

He dejado del lado varios sueños

He dejado de lado varios sueños para que se deslían.

Se agoten en sí mismos (sus rutas contrahechas) y sus personajes

Se topen con una imagen repetida, ya encallada

Traslúcida pero sometida

Al tiempo en las aguas del sueño

Oh proverbiales.

He dejado de viajar largamente por la costa central

De noche de día con puertos con lluvia

Sobre todo con neblina

Me cansé de los supuestos del sueño

De la filiación de la imagen

Del Pablo codificado que cae del caballo

Ay de tantos Caravaggios me he cansado

Y los he dejado mudos en mi cuaderno

Los perogrullos que agitan las colas como gusarapos.

sábado, noviembre 20, 2021

Viejos Mails

 

El mal poeta. Y escribe contra el poder. Rasguña.

El muerto. Vivo un instante en un viejo email que iba a considerar para la antología.

La muerta. El fin de semana repararía su prosa (qué fin de semana fue ese).

La enloquecida por dios encontrándose en el reggae de una noche granadina y argentina.

Cecilia en un mall distante de San Juan Puerto Rico diciendo adiós. El que odió y luego

adoró este árido campo cultural. Y decía, en otro email, este árido árido árido/ campo sin fin de las

 interminables filas de poetas. Y las voces de los jóvenes, los que por entonces

eran los jóvenes. El astuto que le respondía al necio. Hay que quemar al maestro, decía

Norberto en el desierto que era por entonces el centro

comercial Nejapa. El poeta que había

mencionado la palabra turca por vez primera en un poema.

 

Hay que hacerse unos epitafios, decía Prufrock.

 

Las noches estacionadas en el olor salado del sudor (el olor de Managua).

El futuro poeta suicida y en la otra página (la blanca página) el dedicado que se había

reconocido en el diario íntimo de Beltrán.

Y las clases de literatura en la UCA (si bien a los jesuitas nunca le interesó ni les interesa la literatura o 

que las clases

bajas lean nada de nada).

sábado, noviembre 13, 2021

En estos países aislados

“dime la mía” RD

En estos países aislados, en estos países sonámbulos

En estos países concentrados en sí

En estos países dormidos

En estos países narcisistas ¿cuánto importan los otros

países americanos?

No, no importan nada. Son los espejos

para peinarse.

Uno le tira a la buena conciencia progresista

un hueso colombiano, uno venezolano,

uno nicaragüense, y esa buena conciencia lo roe

pero desde su sonambulismo.

En estos países entredormidos

los huesos se duermen entre dos sombras de sí mismos

acunados por algún son patriótico que los desvela

y quizá algo de fútbol.

En el insomnio despiertan para seguir en lo mismo

en ese sí mismo inexorable, como un destino.

Dicen por ahí con jerga apabullante los deconstruccionistas

que la ontoteología, que la anteojera metafísica

que las tripas juntas y unidas de Nietzsche Heidegger y Derrida

se derretirán unidas para derrotar al sueño.

Pero el sueño de estas repúblicas es más profundo

Propofol y aguardiente, narcisismo y ensueño

y algo de fútbol.

Y un despliegue mediático que interpela y roe las rodillas de las clases medias,

esas que atraparán en el aire el hueso de otra república para apaciguarse.

Apretarán en el puño el hueso de la melancolía, lo pondrán entre el esternón y el pubis.

Y apaciguarán sus conciencias las repúblicas con ese hueso y esa melancolía.

lunes, agosto 23, 2021

Una sola ave marina

 Fuimos en la tarde a ver de nuevo el mar. Se había retirado la marea y hacía un espectáculo de destrucción, almejas y calamares abandonados, mientras los patos y gaviotas cazaban.          

                     El agua que quedaba entre las piedras reflejaba el cielo, y se podía caminar sobre el agua viendo ese reflejo. 

                    Tarde nublada y algo fresca, pero con el caminar vamos entrando en calor. Mañana volver. 

No deja de estar melancólico el corazón y expectante el cuerpo.

La marea bien retirada, el mar terapéutico y los signos de la destrucción

Una sola ave marina atada a su destino picotea el corazón del calamar

Dice algo ideal y memorable de todos los O J O S puestos en el libro.


Algarrobo, feb 2018

lunes, agosto 31, 2020

De perfil

 

He pasado ya 56 veces por este mismo día.

Ni el cuerpo ni la ideología encuentran nunca un fin,

El arte está en la cola del barrilete muchas veces.

Lo que apacigua el sueño lo prende el mar,

lo que el bulbo nocturno y subrepticio, el recuerdo lo enciende.

Ya la mitad de mí se perdió en tu memoria. Es buena edad.

Cuando caigo dormido en la silla es a mi padre a quien estoy hablando.

La gama masculina pasa por un arroyo, por un pecho.

Ya deletreo, madre y maestra. La sal penetra el reino de la dalia.

La masa hiere la lengua. Ahora cada año

Viene con un expediente. 

Así el arbusto sofisticado con su fruto indistinguible.

sábado, diciembre 21, 2019

Plan para una Oda a Ernesto Cardenal


Todavía tu poema poundiano estadístico y documental no puede ser leído, no ha sido

leído. Apilado como está bajo el estrés, el pastiche y la fama.

Estas imperdonables ganas de leer, deseo místico, deseo político, ganas de coger,

Son el mero cromo publicitario como poema.




miércoles, diciembre 04, 2019

Código


Soñé con la espalda de mi padre.

Estaba a la altura de mis ojos como una pantalla.

De acariciar la acariciaba, daba el masaje y decía

“Hablemos de la lucha de clases”.

El paisaje era piramidal: casas que se acomodaban unas sobre otras,

quizá nemotecnias de Pittsburgh, Matagalpa, o ciudades vistas en el documental sobre los Stones
pero más seguramente paisajes humanos de Arguedas: en el fondo (¡en el código!) acariciaba los pulmones de mi padre.

Y yo retrasaba lo que podía la separación de aquel cuerpo, antes de ingresar a la Academia.

(Aniversario 18 de su muerte, el pasado 1 de diciembre. Yo en el sueño entraba descalzo al Congreso, señal de pena y pobreza.)

jueves, noviembre 21, 2019

Imitación de PPP


Chavalos ensimismados en la bandera

Con la conciencia limpia y los cachivaches metafóricos heredados del 79

La barricada, el pañuelo, el narcisismo clasemediero

Y el vértigo del amor propio intercambiable con un sereno culto sacrificial: por esos muertos

Sobre todo, los prejuicios jesuíticos de clase que se transmiten

De generación en generación a través de redes familiares idealistas

--siendo la UCA el último y lugar fronterizo interclasista donde se canta la Misa Campesina

(allí mismo donde uno a uno los jesuitas fueron disfrazándose de hippies alguna tarde remota de los años 70s)--.

De haber algo más allá del ensimismamiento qué sería?

Invocarán con la voz de Coronel la sombra de Pound y a través suyo la de Confucio

En un mundo multipolar lleno de cicatrices terrestres?


Ah Uds., penetrados rudamente por el gorro frigio

Y por el polvo drogadicto del nacionalismo

martes, noviembre 05, 2019

Retamar

A inicios de los 1980s, la noche de la juventud, Retamar (así aprendimos a llamarlo) era el poemario Juana y otros poemas personales, que había ganado el Premio R.D. y había sido editado en Nicaragua. Su gran poema "Y Fernández?" era como una dolorosa premonición, anclada junto a unos y otros inolvidables personajes evocados en aquellos "poemas personales". La primera era, por supuesto, Juana, a la que aprendí a llamar con sus primeros versos: "Nada ha borrado el agua, Juana, de lo que fue dictando el fuego".

Me lo robaron (algún Prometeo?) de debajo de la almohada de alguna covacha militar, en donde yo manejaba los libros de la época: aprendizajes que combinaban a Góngora con Cardenal, y a Rugama con Lope. Quién y para qué podía robarse ese libro en los años entusiasmados y revueltos de revolución?.

Retamar fue, luego, quien nos ensañaba a leer a Borges. Vos podés decir que escogí a un dudoso maestro que me llevara a conocer a este Ariel argentino (que no Calibán, por ningún lado). Pero en mi pueblito no era que uno entraba a las librerías a comprarse sus EMECÉS. La Editorial de Sergio Ramírez, aprovechando los derechos legados por la revolución cubana, republicó la antología de Borges que Retamar preparó. Es esa misma antología en que Retamar cuenta su encuentro con Borges (y Kodama) en la que le dice algo así como que había escrito cosas duras contra Ud., Borges, pero no más duras de las que Ud. escribió contra Darío o Lugones. Y Borges: fueron mis maestros.

En un pueblito del oeste de La Habana, ni siquiera recuerdo cómo se llamaba, me encontré con Retamar y fui a saludarlo. Dije algo de esto que escribo arriba, pero, por supuesto, más entrecortado. Todos soñamos con escribir un Prólogo como el de Borges para Lugones en El hacedor. Recuerdo que mencioné a Juana, y recuerdo luego que, ya cayendo la noche, Retamar bailaba un bolero en la placita de ese pueblito perdido del cual no puedo recordar el nombre.

jueves, agosto 30, 2018

Por entonces


Aprendí a leer según Pacheco Retamar Cardenal Dalton

Eran la poesía de por entonces

Y todos y cada uno hablaba en Vanitas y Memento Mori

En alguna u otra parte mencionaban una calavera

O morían heroicamente fusilados, se quedaban calvos, hablaban maniáticamente a dios,

miraban islas que iban y venían

Los Hamlets cotidianos en el pobladito con jardín a lo López

Velarde

(El segundo nombre de don Ramón era Modesto:

Ramón Modesto)

martes, agosto 21, 2018

Ha vuelto


Ha vuelto la poesía comprometida

Se pusieron de moda las máscaras y las pelucas

Sergio prologará la antología

El porte Bianca Yaguer en los oscuros

Anteojos para tomar el sol por asalto

Ha vuelto la poesía comprometida

Cualquier páramo es un espacio de combate

Se ha llenado de nombres propios la prosa baldía

La litera turba a los paseantes, turistas

Del cero tal al cual en Granada

Se casa la poesía comprometida

Runaway lover la llaman los crepúsculos

Al tiempo que Madonna cumple 60

Ha vuelto la poesía comprometida

La diva con el cardenal en la pierna subastada

El cardenal irradia como en aquello de Alfonso

Reyes, su querida sombra, su embeleso

Ha vuelto de su féretro la poesía comprometida

Al igual que en el 73 Hernaldo canta la cancioncita

Ha vuelto el sociólogo marxista a jugar

Desmoche con el pornobudista

Todo porque ha vuelto

La poesía comprometida


viernes, abril 03, 2015

Orbe

Ah los clásicos sí los clásicos

Cuando murió mi padre los reuní uno por uno

Astral Weeks Pet Sounds The Velvet Underground & Nico

Los contemplaba los veía irse en la ventana

Sentía su textura en los bordes de Penn Ave. Friendship Polish Hill & Lawrenceville
el caminante

Fuera la de la nieve la del primer verano la de los comprehensive exams

Cuando el ángel clamaba: Fito Páez, papa, Guamán Poma

Y ahora el pasivo agresivo que me dice por escrito patrañoso: te afilias a la opinión mayoritaria

Copias en tu cuaderno la misma estructura no has estado en ese debate tal x cual

Y yo que cosía en piel con pausa y hemistiquio

 el ciego de Stratford junto al mapache

al lado de la rosa y la niña negra

la margarita de la máquina de escribir eléctrica

en la sepultura

y todo porque la ansiedad matemática era el urbanismo

y el orbe y el sujeto

jueves, enero 29, 2015

Polifemo 90

"gigantes de cristal los teme el cielo" 

Quizá lo difícil de estar a la altura de una celebración (enterramiento, glorificación, todo es lo mismo) de los 90 años de Ernesto Cardenal (1925) sea arrancarlo (arrancarse) del lugar común (del tipo que, por ejemplo, prodiga Gioconda Belli en un poema reciente).

Hay que imaginar a Cardenal como un Urano que ha devorado esmerada y originariamente a sus hijos. Un padre cruel que ha terminado de ordenar el mundo (el mundo real). Padre que capa a los y las poetillas del país, y los somete al orden exteriorista. Uno x uno, a lo largo de los años 60, 70, 80... van cayendo (forma de callar) en aquella retórica semipoundiana (de un Pound casi florido que rechina y nerudea).

La emasculación nacionalista que funciona a través de la  metáfora del ascetismo y la esterilidad.

Cardenal, monje de sí mismo, compite de forma estructurada en el campo cultural hispanoamericano. Marilyn es para él un acontecimiento y un espejo. Sueña con ser estrella de cine, y su sueño es real pero como la realidad del cinematógrafo. Cierta dosis de fama es veneno para la patria que pare parias. (El establishment cultural lo sueña Nobel. El tiempo se agota.)

Su estrella poética decae simbólicamente en 1979, fecha del triunfo de la revolución. Sobrevive él pero no su poética. El fracaso revolucionario lo lleva a un desvío significativo: sus mejores libros de las últimas décadas son libros de memorias y no poemarios. Esto se nota poco en una patria literaria que lee muy poco. 2014 resulta atroz para la poesía conversacional. Mueren Gelman y Pacheco. Pero todos están en ayer desde hace mucho. Otras poéticas son vanguardia.

En aniversarios como este cabría ir con ira a desestructurar el mito de Cardenal. Labor que sería ante todo de poetas que estarán quizá por ahí. La patria exteriorista es la patria fracasada en los acordes revolucionarios. Interrogar sus ruinas con disciplina y escepticismo sería buen homenaje para nuestro discreto Polifemo.


jueves, enero 16, 2014

Se van los conversacionales

No te dan ganas a veces de ser un conversacional

Ir entre sonidos de radios y baratas, cultivar tu jardín artificial

De tomatillos que decía Dalton, entrar en el mito, la mística y la música

Del jardín y el mercado, empleado que mira la luna

Pero mira se mueren los conversacionales y el mar que golpea

Envejecen a la vez Lou Reed y Juan Gelman y rosas Sabines Cisneros

Funerarias Rojas es la suerte de los rockeros

El corazón cincuentón de los neobarrocos

La barca concha nácar del Lezama traspapelado

Es la marea fotografiada que hoy está y ayer resaca

Metáfora que vuelve y va, elegante o marchita o prójima

Esta baba que era la historia de la poesía latinoamericana

Y aquí te citas como buen ciudadano: Cardenal en la pierna subastada, Retamar

de aguas menstruales, Pacheco del olvido,

Gelman de penas, Daltonismo literario, Sabinas en vez de Sabines 

Se van los conversacionales

Sabrán los conversacionales que se van


viernes, septiembre 06, 2013

La impureza de lo conversacional

Este artículo reflexiona sobre los vínculos entre escritura y cambio social, específicamente el proceso por medio del cual un estilo literario de fuertes resonancias culturales (en este caso, la llamada poética conversacional) ingresa en la historia nacional revolucionaria. Aquí la escritura estará representada por la obra del escritor vanguardista nicaragüense José Coronel Urtecho, quien junto a poetas e intelectuales latinoamericanos como Salvador Novo o Pedro Henríquez Ureña, fue, a principios del siglo XX, uno de los introductores en América Latina de la llamada poesía conversacional, adoptando (quizá canibalizando) la llamada "New Poetry" norteamericana (Pacheco, 1997). Coronel fue el reconocido mentor de Ernesto Cardenal y caudillo del grupo vanguardista nicaragüense, probablemente el más decisivo a escala centroamericana al menos por razones de cohesión e influencia sobre la cultura nacional (Verani, 1981, p. 18). Por otra parte, será la revolución sandinista el proceso emblemático de cambio que interesa destacar como nudo problemático y fuerza de gravitación histórica sobre la escritura y lo conversacional.

Continuar leyendo

DELGADO ABURTO, Leonel. La impureza de lo conversacional: vanguardia, autobiografía e historia en los tránsitos textuales de José Coronel Urtecho. Atenea (Concepc.) [online]. 2013, n.507, pp. 65-78. ISSN