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sábado, octubre 27, 2018

El altercado de la élite

Nota: esto había quedado entre los borradores del blog, y consta que lo escribí en julio de 2012. Sin embargo, cobra algún sentido retrospectivo luego de la situación revuelta de este año en Nicaragua.



En Nicaragua, quizá de forma más acentuada que en otros países, el llamado juego democrático depende del estado de las desavenencias de la élite política.

Sus desacuerdos son proyectados en la vida pública como lucha política nacional, voluntad de las mayorías, etcétera.

En realidad la élite ha sido tradicionalmente poco democrática a la hora de resolver sus diferencias, y padece desde las intervenciones de los Estados Unidos, a principios del siglo XX, del síndrome de las elecciones supervigiladas.

Esto ha sido más que evidente en el peso que ha adquirido en el escenario postelectoral del 2011, la opinión de la Unión Europea, la OEA, los Estados Unidos. La élite está mirando hacia afuera, aunque las votaciones se hayan dado adentro.

Para las elecciones del 2011 la élite política no se puso de acuerdo sobre las reglas del juego. No se necesitaba mucha profecía para predecir que iba a suceder un fuerte altercado post-electoral. Se podría decir, incluso, que para la élite política las elecciones eran sólo un camino de llegada al escenario que más le interesaba.

Es el altercado de la élite, la que ahora va a pasar a resolver sus conflictos por sus vias predilectas. No a partir de lo que dicen las urnas, sino a partir de lo que puedan negociar, violencia y muertos de por medio.

A la élite política le importa mucho la continuidad, y va a tratar de resguardarla como pueda una vez que sus miembros se sienten a negociar.

Desde los años 1980s la élite política no ha sido renovada, y mantiene sus fuertes lazos familiares y la huella de sus antiguos conflictos.

En las elecciones del 2011 compitieron un comandante sandinista (Daniel Ortega) frente a un ex-jefe de la contra (Fabio Gadea). El candidato a vicepresidente de Ortega fue jefe del Ejército Nacional (el antiguo Ejército Sandinista). El candidato a vicepresidente de Fabio Gadea es yerno de la expresidentea Violeta Chamorro, y antiguo embajador del gobierno de Ortega.

La parte "radical" de la Alianza que acompañaba a Gadea está dirigida por antiguos camaradas de Ortega. De hecho, en tal Alianza menudean sus ex-ministros, y ese tipo de comandantes a los que los medios siempre añaden (no entiendo por qué) el adjetivo de "legendarios".

En un sistema político en que la élite tiene un peso tan decisivo, las opiniones de los notables tienen un aura especial. Pero los notables nunca han tenido independencia política, siempre han estado vinculados al poder, y participan de manera beligerante de los conflictos de la élite. Casi todos los notables han sido embajadores por allá, vicepresidentes por aquí, Ministros de Algo (algo improsperable). La llamada "sociedad civil" por su parte se reduce a tres señores y dos señores de la clase alta. Ya no digamos los Obispos Católicos que merecen cada uno de ellos, aquello de Cardenal (no el Obando, sino el otro): Sus Eminencias Pendejísimas.

Algo parecido a lo que pasa con los notables, pasa con los medios. Los medios oficiales son en extremo rudimentarios, y no pasan de repetir las consignas que elabora la esposa del presidente, Rosario Murillo.

Los medios opositores mantienen ligas familiares e ideológicas con la oposición.
Ningún medio se preocupa tampoco por disfrazar su afiliación política.

Burócratas, notables, medios, thinks tanks "democráticos", Familias de Apellido y organismos internacionales parecen ser los que realmente votan en Nicaragua.

Claro, convocan a las otras clases cuando es preciso dirimir sus diferencias. No han vacilado en el pasado en armar guerras. Tampoco vacilan cuando es tiempo de "dialogar", usando a Iglesias y OEAs como mediadores, y resguardando ante todo el equilibrio de sus continuidades de poder, familiares, negocios, posiciones.

Zorros del mismo piñal, que se dice.

miércoles, abril 25, 2018

Usos de la sangre

(Doy continuidad a una reflexión que inicié en el blog Situación de Nicaragua que está organizando Carlos M. Castro, y presenta varios puntos de vista sobre la situación actual del país.)

Hay quizá 30 o más muertos luego de varios días de protestas en Nicaragua. Dado que el monopolio de las armas está en manos del Estado, es válido suponer que se trata en su mayor parte de víctimas de represión gubernamental, sin descartar que haya por ahí algún otro tipo de muerto.

Es bastante sintomático que los muertos (héroes, mártires) pierden rápidamente su individualidad, y pasan a formar parte de una narrativa sacrificial. Se interpreta la sangre derramada en términos cristiano-católicos, como fundamento de una eventual nueva nacionalidad, post-dictatorial.  Como si las cuestiones del Derecho fueran desplazadas por el encanto utópico de una Nación-religiosa.

Encuentro el siguiente párrafo de Gioconda Belli, muy a propósito para ilustrar el tono sacrificial-nacional que nos oprime:



"La sangre de los que lucharon por un país libre: los que cayeron en la lucha contra Somoza y los que han caído en estos once años y sobre todo en esta semana valiente, ha vuelto a revivir en esta nueva generación de nicaragüenses dispuestos a recuperar el sueño de una Patria Libre.  No en vano existieron hombres y mujeres generosos y ejemplares que quisieron iluminar la oscuridad. Sus fantasmas están con nosotros, su legado está con nosotros. Sandino vive." (ver artículo)

Como si todavía estuviéramos en aquellos años idílicos de "vendrá la guerra, amor", y etcétera. No, esa cadena del relato sacrificial-nacional parece, a estas alturas, real-horrorosa.

Es una tremenda ironía que el llamado "himno nacional" invoque precisamente ese estado idílico  en que ya el "pendón bicolor" no se "mancha con sangre de hermanos". Desde niños en la escuela aprendemos esa dialéctica entre la sangre derramada y lo nacional.

Mi utopía política sería poder dejar atrás esa narrativa sacrificial, y que fuese reemplazada por una lógica democrática. En ese sentido, no comparto mucho el entusiasmo con respecto a la imaginería revolucionaria reaparecida cuarenta años después. ¿Estamos de nuevo en el mismo punto del que partimos? ¿No corremos el riesgo de ir por ahí repitiendo nada sagazmente la historia como farsa dolorosa?

Se requiere, por eso, pensar en los usos de la sangre. Desde la forma en que el Estado administra la muerte contra sandino-comunistas, recontras, recompas y revueltos, hasta facinerosos y vándalos (todo repertorio del vocabulario desde el poder). Pero también la sangre de la generación del Servicio Militar, administrada desde el Estado y ofrecida a la Patria en contra del Imperio.

Deberíamos remitir al muerto, a la muerta a su Individualidad. No banalizar su  imagen, e incluso su muerte instantánea en el video on-line. Dejar de utilizarlo coyunturalmente. No leerlo con esa mirada cristiano-católica que lo pervierte y lo siembra en el campo fértil de la patria. En cierto sentido, dejar atrás el modelo del muerto como semilla sembrada que predicó Ernesto Cardenal en su Hora 0. Hacerlo un deber de la memoria y no una patraña publicitaria. Remitirlo al Derecho.

P.S. 26 de abril
La cifra de muertos aumenta: 63 muertos, 15 desaparecidos. ¿Quién investigará estas muertes?

P.S. 15 de junio
¿No será la historia de Nicaragua una contrarrevolución interminable?

miércoles, febrero 25, 2015

Hace 25 años terminó la guerra fría

En Nicaragua hace 25 años (el 25 de febrero de 1990, con el triunfo electoral de Violeta Chamorro) comenzaron los años 90s.

Fue una época de reconciliación para los de arriba (el FSLN-MRS y el gobierno Chamorro) y de sálvese quien pueda para los de abajo.

Débil en su fuerza política pero apoyada por el sandinismo opositor, Chamorro pudo desentenderse de la sociedad empobrecida de la posguerra civil para entretenerse con la pirotecnia de los programas de ajuste neoliberal, las ofensivas ideológicas conservadoras: por ejemplo, en la educación (con el Opus Dei Humberto Belli como Ministro de Educación) y los trofeos de posguerra fría (Chamorro ofreciendo un AK-47 a George Bush padre).

Se puede alegar que Chamorro encabezó una transición democrática, siempre y cuando se entienda la jerarquía explícita de tal transición. Apertura reconciliadora democrática arriba, desestructuración, empobrecimiento, emigración abajo.

La sensibilidad social de la élite política nicaragüense ha sido tradicionalmente nula. A eso no renunciaron los arquitectos del pacto de transición (los "pragmáticos" del sandinismo--Daniel y Humberto Ortega y Sergio Ramírez-- junto al equipo familiar-institucional de Chamorro).

Como he dicho en este blog varias veces, curiosamente el Signo Blanco-Violeta Chamorro es visto por las elites nostálgicas como el Signo Deseable para un modelo democrático. Pero yo creo que sin una crítica a fondo de ese Significado Blanco no se avanza nada en discutir realmente qué sería la democracia o lo democrático en una Nicaragua que luego de 25 años sigue tan fragmentada como entonces.

Con respecto a la sobrevaloración de Chamorro como Signo Blanco, repito algunos ejemplos que he mencionado en entradas anteriores:

-Tomás Eloy Martínez acabó creyendo que la historia de Nicaragua estaba en la casa de Chamorro. 

-Andrés Pérez Baltodano considera a Chamorro ejemplo de una mente no colonizada!

-Gioconda Belli piensa que Chamorro "maternizó" a Nicaragua.


Como diría el poeta: "Patria que para qué pare parias"


P. S. 26 de febrero
No deja de ser sintomática la solicitud de los actuales partidos opositores de que el 25 de febrero sea declarado "Día de la democracia".

lunes, febrero 21, 2011

Gozá la revolución

Que la tecnología quede de una vez y para siempre relacionada, vinculada, en pacto de sangre con la democracia liberal.

Que ese pacto de sangre no permita ver su relación con el mercado.

Que se pinte de colores la democracia. Los códigos recurrentes y castrados del flower power son siempre útiles.

La revolución twitter o facebook, como dirían los clásicos, comes in colors.

Celebremos, en profecía autocumplida, que la revolución sea "sin tonos islamistas ni liderazgo político".

Porque la tecnología (hermana de la democracia) rehuye de las particularidades y las disonancias y las desinencias tanto como la vieja filosofía de la historia de Hegel. Si tan solo, Fukuyama, lo hubieras sabido.

La utopía de la guerra sin bajas, la guerra virtual, es en verdad la otra hermana significativa del sueño ideológico de la democracia conquistada por medios tecnológicos.

Habría que debatirlas juntas.

Algunos links:

Lo de Egipto por Antonio Caballero. Entre otras cosas, las satisfacciones de Obama con lo que pasó en Egipto resultan sospechosas.

Diarios nicas que ya sueñan la tecnología: "Llegan al país mensajes codificados en cuadros". El índice profundo del sueño lo indica este párrafo: "Es un código portador de información precisa que es aprovechado para diversos fines, como las convocatorias de movimientos sociales como el reciente de Egipto y hasta por la mercadotecnia en su afán de personalizar las ofertas y promociones". Que, por supuesto, ha invertido los términos: menciona primero los movimientos sociales y luego la mercadotecnia, cuando es ésta la matrona de los dos conceptos.

La revolución facebook abre otro capítulo de otroficación manipulado desde Occidente: "Una pareja llama a su hija Facebook para celebrar la revolución egipcia" (La Vanguardia)

Sobre la guerra virtual (el otro sueño tecno): Hacer la guerra sin despeinarse de Jordi Calvo Rufanges.

Nunca demás: "La pregunta por la técnica" de Heidegger.

Si hay una mistificación ideológica en este caso, hay que volver a pensar la cuestión de la ideología.

miércoles, febrero 09, 2011

Fuera del limbo

Ya he hablado otras veces en este blog de la juventud como objeto de deseo.

Un deseo y una práctica de apropiación y control ejercida por intelectuales y políticos, y que resulta estratégica para guiar ideológicamente.

Como en Nicaragua está tan poco establecida la Universidad y la escuela (ese "aparato ideológico del Estado" que diría Althusser), el deseo por la juventud trasciende esos lugares oficiales para desplegarse en la personalidad del maestro.

Nuestro (es un decir) José Coronel Urtecho es el arquetipo, hombre símbolo del círculo de jóvenes adoctrinados que acatan su voz o, como aparece con más frecuencia enunciado, su conversación en una especie de "círculo de estudio" como lo llamaban los marxistas de los 1970s, práctica que en realidad se remonta a un ejercicio ignaciano.

En tiempos recientes este deseo por la juventud se ha combinado con otra superstición notable: considerar la vida política y el poder político la fuente de todo sentido (moral, nacional, humano, generacional).

Es casi una teología.

Así tenemos, en un ejemplo reciente, a Gioconda Belli haciendo depender su lucidez (quizá cualquier lucidez) de las eventualidades políticas de Daniel Ortega.

En algo parecido incurre Andrés Pérez Baltodano cuando se refiere a la generación de los 1980s como un "peldaño roto" que ha imposibilitado la renovación generacional de la clase política.

Pero ¿quién dice que es o ha sido el deseo y el sentido de esa generación tal relevo político? Sobre todo, ¿cómo hablar en nombre de una generación "pasmada" (que así la llama el politólogo) tan difícil de captar y que, como ya he dicho otras veces, está dividida en clases?

Por supuesto, no se me ocurre a mí tampoco hablar por los de los 1980s.

Pero, ya de forma personal, no me identifico para nada con una identidad patética del estilo "peldaño roto". No creo haber estado nunca, al menos no predominantemente, en "un limbo político y emocional", o "inmovilizado".

Pienso, además, que la juventud se está sobrevalorando por las razones obvias que dije primero (control ideológico), y por otras razones que ya son de época.

Algo como lo que piensa Ignacio Echevarría hablando de crítica y literatura: "la juventud, de la que emergía antes la expectativa principal de transgresión, es hoy objeto de una adulación anestesiante".

viernes, diciembre 24, 2010

La última promesa costumbrista

Siempre enseño o tengo de referencia en mi enseñanza Balcanes y volcanes de Sergio Ramírez, una de las pocas explicaciones de la cultura centroamericana con aspiraciones globales. (En realidad heredera de la impronta de Torres Rivas y Martínez Peláez, cierto marxismo postcolonial que apuntó en Centroamérica en los 1960s y la teoría de la dependencia.)

Podría leerse Balcanes y Volcanes, entre otras cosas, como una condena a la ideología costumbrista que alentada por la estructura cultural y mental atrasada de la élite centroamericana, impregna todos los espacios (incluido el uso de los medios de comunicación). No es Centroamérica la subregión latinoamericana del primer golpe de estado victorioso del siglo XXI?

Es cierto que ha sido turbulento el presente político centroamericano. Pero no deja de ser curioso que se anuncie el apoyo de Sergio Ramírez al candidato presidencial Fabio Gadea Mantilla, según Ramírez ( cito del diario de derecha La Prensa) “la única alternativa democrática que tenemos en el país”.

Gadea Mantilla es, si algo, la quintaesencia del costumbrismo (los campesinos de sus cuentos transmitidos por radio están reducidos a la sentimentalidad estereotipada). Al menos desde el punto de vista literario y cultural Fabio Gadea no es la alternativa más democrática que tenemos en Centroamérica.

El mismo Ramírez apunta en su libro que hay un tránsito del costumbrismo a la expresión más compleja de la realidad rural, paso que en la cosmovisión de Gadea ni siquiera se avizora. Su idea literaria y cultural general es conservadora. Ante un poema vanguardista se persigna exigiendo el dogma rubendariano, para no hablar de sus posiciones retrógradas en asuntos de ciudadanía y política: su homofobia es manifiesta, por ejemplo.

Así que el apoyo político a un retrogrado cultural da en qué pensar. Sobre todo cómo es que se concibe la cultura en su (aparente) subordinación a la política. Un expediente cultural de los políticos no estaría mal. Un expediente político de los líderes culturales tampoco.

jueves, agosto 26, 2010

Los fantasmas

Un problema hermenéutico y político muy señalado es averiguar la identidad política de los seguidores del FSLN, esos que llenan la plaza este o cualquier otro 19 de julio.

Mi curiosidad ha vuelto de forma indirecta, al leer en Envio una especie de diagnóstico contundente que salta por sobre cualquier duda interpretativa o metodológica.

En su reseña de la última celebración del aniversario de la revolución, dice la revista:
Asiduos participantes en esta celebración vienen observando, este año con más claridad, que el gentío que llena la plaza es una multitud mayoritariamente sin identidad política, mucho menos que tenga una identidad “revolucionaria”, tal como se les describe y excita desde la tarima oficial. Se nota esto en las conversaciones que se cruzan y se escuchan, en las consignas, en la forma de “participar”. Se trata sólo de estar ahí y de estar porque sí. El contradictorio hecho de una multitud despolitizada en una concentración política refleja la deriva del FSLN, donde la educación política ha sido sustituida por un activismo dirigido centralistamente o forzado desde las instituciones del gobierno. (acá el artículo completo)


¿No es extraño y singular el caso de una multitud reunida en un acto político (no se trata de un concierto de rock, ciertamente) que carece de identidad política?

Los "asiduos participantes" deberían meditar más el caso. ¿Descartaron una eventual trama populista? ¿Agotaron a Canclini, a Laclau y confiaron únicamente en sus ojos, su asiduidad, su "claridad"? ¿Y qué pasa en la plaza con los simbolos? ¿Qué narrativa transmite el acto? ¿Es como quiere Canclini en todo populismo, una representación melodramática? ¿Se trata "de un PRI más en Mesoamérica"? ¿En qué momento y por qué medios se rompe la sintonía entre masa y partido para el caso mexicano? ¿Cómo se traspone eso para el caso nicaragüense?

Los medios no vacilan cuando dicen que los seguidores del FSLN participan de una especie de borreguismo político. Ese desprecio clasista (y racial) es difícil de ser superado desde los medios (dado el nivel ético con que trabajan).

No obstante, si algo enseña la escritura academica es que debe haber cierto respeto interpretivo ante los movimientos políticos y, diría yo, sobre todo sus seguidores: el mismo respecto que se merecerían, por ejemplo, las masas que se movían apoyando al PLC y Alemán en los años 1990s ¿tampoco tenían identidad política o da pereza buscar explicaciones?. Por supuesto, debe darse una visión crítica de tales grupos, pero dentro de un marco interpretativo plausible. Todos queremos saber. Paralelamente, no queremos conformarnos con vistas superficiales.

Si alguien informa que una plaza está llena de fantasmas, mi curiosidad iría a preguntar sobre todo qué faculta (y desde qué facultad!) esa visión fantasmática de la realidad que traspone el deber interpretativo por la fantasía ideológica.

martes, marzo 09, 2010

Tumbas de la ética

En estos días de terremoto me han venido las ganas fantasmagóricas de encontrar un espectro confesionario con quien poder hablar mal de la cultura nicaragüense.

Pero estoy lejos y para colmo soy bueno.

Supongo que pronto comenzaré también a ser ético como lo es toda la clase media ilustrada nicaragüense.

sábado, febrero 06, 2010

Erección nocturna

Trabajo toda la noche en el sueño montando esta estatua híbrido de Stalin y Juan Pablo II.

(Por mucho que lo repitan, la pareja conceptual de Stalin no es Hitler sino el Papa.

Y con respecto a Hitler su pareja debía ser sudamericana: corporización de Videla o Pinochet.)

Trato de convencerme de que más allá de su dureza es una estatua pertinente.

No la derribará el terciopelo.

Estoy, de hecho, dando una clase mediocre sobre esta (mi) erección nocturna.

Soy el profesor impenitente.

jueves, diciembre 17, 2009

Micropolítica

No te he hablado de los cantantes de micro, y paso ahora a hacerlo, antes que cante el gallo.

Venía del hospital Salvador de traer mi radiografía y había uno que era virtuoso en Leo Dan. La voz no era especial, era más bien blanda y demasiado aguda. El pulso de la guitarra era decente no más. Pero con la salvedad que era un instrumento pobre, chillante. Así que eso podía sin duda ser mejorado.

Su verdadero talento era la propiedad con que se pegaba a las notas y los giros: la medida en general. Puntos que yo jamás alcanzaría: asimilación y oído. Pasó de Cómo te extraño mi amor por qué será, a Mary es mi amor, sólo con ella vivo la felicidad, y terminó—antes que yo me bajara del bus—con Si no puedo ser el dueño yo, nunca podrás olvidarme.

Los sábados hay más cantantes folklóricos. Jóvenes que están más seguros de la política de la canción, que llevan de paseo a Víctor Jara, el desenterrado. Yo que tiemblo cada vez que paso cerca del Estadio, y me vuelvo animal político cuando lo escucho, no puedo menos que reaccionar. Pero, claro, hay de pronto las mujeres maduras que cantan timbradamente, sin instrumento, canciones que llevan siempre flores en alguna parte. Aspiraré en el aire aquel olor a rosas. Cuando tú te hayas ido, amor, me envolverán las sombras.

Un día de estos era un fanático de José Luis Perales que marcaba muy mal la guitarra. No era virtuoso más que en su memoria de cada verso. Recordá que bajo ninguna circunstancia podés apartar la necesidad de estos casos. Poné la libertad en el lugar que querrás pero aquí la necesidad es el eje: inconsciente político o como querrás llamarlo.

Cantó Cómo es él, en qué lugar se enamoró de ti, y yo hacía de aguafiestas mental recordando la parodia que hacía un compañero del Servicio Militar: y cómo es el? señal obscena indicando el tamaño superlativo del miembro viril del amante por el que la mujer había dejado a Perales. A qué dedica el tiempo libre? respuesta entusiasmada: a practicar el verbo ese tan obsceno here, there and everywhere. Después el hombre entró en los vericuetos humanistas del español: las cosas líricas que lo hacían cantar: los ríos, los hombres, la soledad.

Me acordé de unos niños que cantaban en la parada frente a la UCA, un niño de vocecita a lo Pedrito Fernández que cuando entonaba La hija de nadie, disimulaba al decir Yo también soy la hija de nadie. Claro, él era el hijo de nadie. Pero cómo hacer la cesura para introducir la política?

No creo que tampoco el público notara aquella tensión. Los públicos, en estos casos, somos algo ajeno e indiferente.

miércoles, diciembre 09, 2009

La cortina

En los aniversarios históricos globales la historia de Centroamérica (esa región "menor") pierde todo espesor.

Sucede, por supuesto, con la reciente conmemoración de la caída del Muro. La revista conservadora Letras Libres ha publicado un artículo del periodista francés Bertrand de la Grange Centroamérica: el otro muro que encarna canonicamente el proceso por el cual los acontecimientos centroamericanos son convertidos en extravagancias tropicales que ocurren fuera del tiempo histórico europeo.

No es extraño tampoco que el artículo sea recibido con entusiasmo caluroso (que yo no vacilaría en llamar colonial) por los medios locales. Sólo para hablar de medios nicaragüenses (pues seguramente ha entusiasmado también en El Salvador y Guatemala), hay una reseña en La Prensa; el artículo completo es reproducido en La Trichera, y recomendado por La Brújula.

Como ya dije en mi primera reacción vía twitter: el exorcismo de Colón signa este tipo de intervenciones en la historia local. Como creen los honestos editores de la revista "en aquellas jornadas" Centroamérica, "demostró una vez más estar a destiempo con la historia", lo que implica, obviamente, que el hombre del tiempo histórico verdadero en este relato no es otro que el periodista que nos relata ese otro trozo de historia "atrasada" centroamericana.

No es chovinismo, por supuesto, porque bastaría leerse, por ejemplo, el último capítulo de El pensamiento salvaje del recién fallecido Levi-Strauss para darse cuenta que esa historia uniforme y grandilocuente hace tiempo que ha sido cuestionada.

Otra cosa sería afirmar que con el boom mediático se pueda reactualizar ese tipo de historia eurocéntrica, algo que tampoco es nuevo porque desde los 1980s (tal ha mostrado Neil Larsen) Hollywood (y añadamos ahora los medios y esas mediaciones prestigiosas que son los periodistas) ha tratado a Centroamérica como subcontinente sin historia.

En ese estereotipo incurrieron intelectuales del tamaño de Octavio Paz, como he discutido en mi contrapunteado artículo Ironías materiales.

Sin restar importancia histórica a la caída del Muro, en el contexto centroamericano fueron decisivos eventos como el asesinato de los jesuitas en El Salvador o la invasión de Panamá. Y fundamentalmente las luchas de liberación nacional.

Al afiliar polarizadamente a estos pueblos a la historia ("europea") del Muro (eje de lo aceptable y responsable y lógico) lo que se hace es apartarlos también de una relación (de hecho negar cualquier relación) con los derechos humanos y con la memoria: con las narrativas propias. Expropiarles de hecho las identidades.

¿Qué sucede, qué ha sucedido, por ejemplo, en Honduras en los últimos meses? ¿Otra lucha tribal por fuera del tiempo histórico europeo o una batalla por los derechos humanos y la memoria?

Recuerdan Uds. "la cortina de mierda" que EMS contrapuso al Muro. Esos eurocéntricos la agitan y la embarran cada vez que les conviene.

jueves, noviembre 19, 2009

De los intelectuales con madre

Curiosamente, hay quienes idealizan los 1990s, en especial el gobierno de Violeta Chamorro, como modelo de organización ideal y, a estas alturas, deseable. Para eso se sentimentaliza y, sobre todo, se ideologiza. Se asume un ideal socialdemócrata en aquel gobierno, una concertación social exitosa, una transparencia informativa histórica, y una identificación familiar entre la gobernante y sus gobernados (Violeta, para estupefacción de muchos, entre ellos yo, sería una "madre" deseada y añorada). Digo ideologización en un sentido casi mecánico o engeliano: una inversión de la realidad en la mente del que tiene esa percepción.

Me atrevo a proponer mi propia ideologización: ninguna de esas supuestas victorias políticas de Chamorro penetraron en el cuerpo social: lo que se lee ahora y teleológicamente por arriba no es lo que se vivió por abajo. Neoliberalismo crudo, desestructuración social, fragmentación, consolidación de un modelo informativo de mercado: en general, la paradójica presencia de una "madre" que confirma el apotegma de Juan Rulfo: el gobierno no tiene madre. Quiero ideologizar pero quizá no idealizar: se juntaron con Chamorro las principales fuerzas políticas del país, incluido el sandinismo (porque desde que nació el sandinismo no es un ética sino un pensamiento estatal).

Pero como la historia es irónica, no sería extraño que se consolidara en el futuro una idealización ideológica de Chamorro como "madre". Pongo aquí una bibliografía de urgencia que puede llevar más o menos exitosamente a consolidar esa bárbara teleología.

Gioconda Belli "Una mujer otra vez"

Andrés Pérez Baltodano "El silencio de Chávez"

Tomás Eloy Martínez "Sombras de la revolución en Nicaragua"

Lastimosamente, estos árbitros de la ideología son también intelectuales.

lunes, noviembre 02, 2009

Receta

Una cucharadita de Maquiavelo tres veces al día.

Sinapismos de hermenéutica (no deje de vigilar a Heidegger cuando mencione la comunidad) sobre todo de noche.

Contra la ingenuidad y la cursilería ("Nicaragua necesita una madre") frotamientos de Gramsci (y no desprecie, por favor, el doble sentido de la palabra frotamiento). Frotese y repasese la maniobra y la hegemonia.

Contra la fiebre y la locura ajena (pero sobre todo contra la propia) el termoangélico de Benjamin le hará la cuenta mirando de espaldas el Paraíso.

Sentirá Ud. que es un sólo dolor, un sólo cuerpo ardiente, una sola confusión: una mónada o una monada. Ud. cartesianito de mierda: parcialice, teorice que no todo lo resuelve la política.

Gárgaras de estudios subalternos pueden acabar irritándole la garganta pero son necesarias.

Sentirá que el dolor de la política le parte el cuerpo en dos pero eso es sólo apariencia: no es la política lo que lo parte a Ud.en dos. Ud. como todos los nicas ingenuos está llanamente equivocado. Lo que lo parte a Ud en dos es Invisible, Viral, Ideológico, Freudiano, Existencial. Piénselo. (Ejercicios de meditación nunca van mal: el estrés siempre baja las defensas.)

Vaya con cuidado con los Curanderos Mayores, los Notables Vestidos de Blanco que le dirán Grandes Palabras: esas que son incurables.

jueves, agosto 06, 2009

Fe golpista

He visto una o dos (quizá tres, en incluso cuatro) opiniones nicaragüenses sobre el golpe de estado en Honduras que entre el énfasis de algunos aspectos superficiales del suceso y una ¿involuntaria? banalización, tienden a dar cierto grado de razón a los golpistas: Zelaya había ido demasiado lejos. Que las opiniones vengan de intelectuales y gente de izquierda no deja de ser preocupante.

Este tipo de opinión quiere pasar como lo razonable en un mundo que debe ser razonable, y en donde las altas voces de los notables se pliegan al realpolitik (una de cuyas encarnaciones terráqueas se llama Oscar Arias). Porque, lo sabe Volpi, es el fin de la locura.

(Una quinta y paradójica versión de esta postura la ofrece un bardo nacional cuando dice que él "también es chavista" pero que no entiende lo que pasa en Honduras ("En Honduras no sé qué opinar. No estoy ni con unos ni con otros. Está muy enredado eso"). Nadie que yo sepa ha comentado lo grave de tal desentendimiento y lo irónico de tal incoherencia.

Resulta más que notable, en este sentido, la consecuencia con que Juan Gelman ha reaccionado al golpe de estado.)

El hecho palpable es que la viabilidad de un gobierno golpista en Honduras pasa por ejercer un prolongado y costoso estado de excepción. La identidad contrainsurgente del gobierno de facto es inobjetable, y así lo ha demostrado esmeradamente. Esto es más que alarmante en una región en que los estados contrainsurgentes han terminado construyendo "aldeas estratégicas" (versión criollas del campo de concentración) y justificando etnocidios. Alarmante también para toda Latinoamérica que ha construido este presente neoliberal sobre los estremecimientos y cicatrices todavía no sanadas de las dictaduras. Ese pasado es el archivo que el golpe en Honduras ha reabierto.

No ha pasado un solo día de este mes y pico de dictadura que no se ejerza la represión mientras los derechos de los ciudadanos están suspendidos. Los golpistas parecen inspirarse en una nefasta tradición contrainsurgente "centroamericana" aderezada por la incursión norteamericana en Irak y Afganistán.

Algunos medios nicaragüenses no han disimulado desde el inicio su simpatía con el golpe ("Dos presidentes reclaman silla" fue el titular en un diario nacional el 29 de junio). Simpatía que actúa por varias estrategias: folklorizando a Zelaya, reduciendo su representatividad a su cotidianidad, y declarando que hay dos partes en conflicto, cuando lo que hay es una apropiación violenta del Estado por un grupo de poder, que recurre a la suspensión de derechos y a la imposición de un orden político represivo.

Mientras más "razonable" se vuelve el golpe menos audibles se vuelven las voces que denuncian las torturas y los abusos. Ayer, precisamente, Página 12 informó de este asunto, enfatizando que los medios han hecho caso omiso a esas voces. El reportaje comienza diciendo:

“Me dijeron: ¿te duele, perro? ¡Gritá, perro!” “En una bartolina (calabozo) de nueve metros cuadrados había más de treinta compañeros presos, completamente doloridos por la golpiza recibida.” “Veníamos caminando por la carretera, y allí tomamos un desvío para burlar un retén, porque estaban delante, y comenzaron a disparar.” “Le han quitado la vida y ni siquiera nos dejan velarlo en paz.” “Nunca en la historia de Honduras se ha visto a la policía reprimir públicamente de esta manera.”


El hecho triste es que, confirmando lo que Sergio Ramírez sugería en un libro de los 1980s, parece haber cierta coherencia entre las dictaduras golpistas neocoloniales y la articulación folklórica y notabilista de la cultura.

martes, julio 14, 2009

Éticos vs. Adiposos

"Sólo hay dos sandinismos, uno “orgánico", cultivado en las mejores tierras, sin ningún componente artificial, respetuoso del ambiente (sobre todo el ambiente económico), en armonía ética con la naturaleza, referente de una vida pacífica y equilibrada; y el otro, adiposo, grasoso, propagandista de la comida basura y encarnando en ese populismo de la (potencial) alimentación del pueblo. El problema es que ninguno de los dos sandinismos puede escapar de la lógica del capitalismo, y especialmente del capitalismo que segrega la vida “orgánica” de la vida insalubre, como metáfora y componente de nuevas divisiones de trabajo y de clase. En un caso primermundismo de baja intensidad, en el otro tercermundismo."
Pavel Carías, Diario ínfimo e infame, 2009.

viernes, junio 05, 2009

Lo que me gusta de la clase media

El hecho político más sobresaliente de los últimos años ha sido el ingreso a la política de los sectores medios, con lo que parece una agenda propia.

Es imposible no simpatizar con algunos puntos de esta agenda.

1. Su decisión de no ser pastoreados más por la élite de los partidos tradicionales, incluyendo el FSLN, sino directamente por un universalismo global, ideología motivada en gran parte por la ONGs.

2. El deseo de ser protagonistas de una historia más o menos heroica en contra del autoritarismo.

3. Su elaboración de una crítica sostenida al partido de gobierno, la que la oposición política conservadora (que se llama paradójicamente liberalismo) no ha logrado sostener.

4. Su pelea por la hegemonía sobre símbolos de la izquierda y de la revolución.

5. El "aire izquierdista" de agenda controlada.

Pero ¿cuál será el límite político del universalismo de la clase media, su capacidad para elaborar los símbolos y realmente convocar y tener capacidad de aliarse con las clases subalternas con un discurso nacional, controlando a la vez que el "aire izquierdista" derive en una concertación de centro no populista?

No se ve claro, en efecto, cómo elaborará la clase media un separación con y una crítica del neoliberalismo que sigue siendo el límite para la elaboración tanto de una política nacional como de una política de integración de los sectores subalternos a la política.

Entre Ortega y el neoliberalismo la clase media puede seguir descubriendo todo lo buena, ética y bien portada que es, sin realmente lograr el éxito político que necesita.

miércoles, mayo 20, 2009

Algunos temas políticos

Generalmente, lo que se publica como "debate" en los medios son pleitos personales alrededor de intereses privados, ya sea que se haya privatizado lo que debería ser común, o que se maneje como privado lo estatal (que es casi lo mismo).

El tono escandaloso y airado de este "debate" dice mucho de lo involucrados que están en estos negocios , y en torno al Estado, las clases pudientes, políticos, medios, eclesiásticos, miembros autonombrados de la "sociedad civil", intelectuales, y, ya no se diga, empresarios. Es que escuchamos nada más el "debate" de los poderosos.

Pero al menos en la superficie hay tensiones señaladas: la institucionalidad, por ejemplo, que es invocada permanentemente. La sociedad civil que casi equivale a la clase media alta organizada. El legado de la memoria: héroes nacionales, que quieren ser "despartidizados". La ética, sin aclararse ni debatirse nunca si se trata de que asumamos como ética final la ética liberal y secular (cosa por razones culturales bastante improbable en un país como Nicaragua).

Lo mismo pasa con la institucionalidad. A veces pareciera que todo está bien con una institucionalidad neoliberal. Hay sectores del gobierno y sectores de la "sociedad civil" (incluso partidos que se suponen de izquierda) que lo creen así. Pero esa institucionalidad ha naufragado.

Ante eso, diría la sociedad civil otra vez, quizá por boca de algún intelectual, la (reforma) ética. Pero, de nuevo, depende de cuál ética.

miércoles, marzo 18, 2009

La perversión de la maniobra

"Perry Anderson on Italy´s Squandered Heritage" (el artículo se llama "An Invertebrate Left" (Una izquierda invertebrada), con inusitada alusión a Ortega y Gasset). Pero el centro del argumento es, más bien, Gramsci. El Gramsci (y el Partido Comunista Italiano con él) de la hegemonía, trágicamente erosionado por la "guerra de posiciones" y con pocas oportunidades subjetivas y culturales de acceder a la "guerra de movimiento" (o maniobra). Un PCI que condicionado por el peso de la cultura (el peso de la inteligentsia y la fe en la necesidad de la hegemonía) se niega las oportunidades de golpear al enemigo. Concretamente, los comunistas (dirigidos por Togliatti), al concluir la segunda guerra mundial, no se atrevieron a encabezar una purga estatal de los cuadros fascistas. El resultado reciente se llama, por supuesto, Berlusconi.

Por ironía, la calidad de los intelectuales italianos (de Moretti (y en serio Moretti es de los críticos literarios que hay que leer) a Agamben) resulta ser de los saldos positivos de la cuestión. Pasando, como hace pasar Anderson al lector de manera muy sugerente, por los debates de cinco décadas de la izquierda italiana, y esa tensión inacabable entre el deseo de la hegemonía, el rechazo de la maniobra (casi, se diría, la perversión de la maniobra), el estalinismo que no se pelea con Gramsci (ni con Croce o Dante), y los ultraizquierdismos.

En un país en donde la izquierda de todo tamaño y seña ha jurado portarse bien (unos ante la Iglesia, otros ante los Estados Unidos, casi todos frente al capital), esta lectura es más que sugerente.

jueves, marzo 05, 2009

¿Cómo es la vida intelectual en Nicaragua?

1. La pobreza comanda. El neoliberalismo ha desestructurado los centros significativos: la universidad, la educación, los gremios, los centros culturales, etcétera.

2. Hay mucha fragmentación. No todos los intelectuales se sienten representados por los notables. Pero los notables hablan por todos.

3. Los intelectuales reciben muchos No: todo se hace por proyecto pero hay que hablarle a las ONGs y demás organismos en su propia lengua (más o menos "radical"). Eso implica no pocas veces una posición neocolonial.

4. Por supuesto, sólo algunos No alcanzan el estrellato. (Véase, por ejemplo, la carta, firmada por muchos intelectuales, apoyando a Sergio Ramírez por el caso de un prólogo vetado. Más recientemente se habla del "martirio interior" de Cardenal.)

5. No hay un apoyo signficativo del Estado a los proyectos culturales (entendidos en el sentido estricto de bellas artes, o más amplio de estudio de las identidades).

6. A la empresa privada, porque es excéntrica y tiene el corazón en otra parte, no le interesa el financiamiento de la educación y la cultura. (Excepto si se trata de mortificar a las audiencias trayendo artistas calzón, como Juanes.).

7. En las Universidades las Humanidades han ido de baja en las últimas décadas (con frecuencia descoyuntándose o haciendose cuechitos). El interés son los estudios de negocios, tecnología y derecho.

8. Los intelectuales, por necesidad o ceguedad, tienden a devenir cortesanos del poder (del poder del Estado, del poder de la empresa privada, del poder de los medios de comunicación, del poder de otros intelectuales y notables).

9. Se ha seguido sacralizando la poesía como gran escenario de la identidad, pero no se ha debatido de verdad la identidad.

10. No hay un debate sobre estos puntos que no se lo trague la Personalidad.


(Ya antes había acometido estos puntos en otra parte. Sobre la baja de las Humanidades, también.)

martes, diciembre 02, 2008

Indecencias de primavera

Antes cuando entraba diciembre me encontraba leyendo versiones de Don Juan, colección algo promiscua de Tirso, Moliere, Pushkin, Mozart. O La Odisea siempre con una convidado de piedra a quien darle la mano, o una infinita Retirada de los diez mil.

Pero para somatizar esa biblioteca, antes había que haber asistido a la llegada de noviembre. Las expectativas de las primaveras en Pensilvania, por otra parte, han sido frustrantes: los árboles se han conformado con soltar un tufo a orín de gato, para dar paso a unas tormentas algo tórridas. Para saber de la primavera hay que haber visto noviembre en Mesoamérica. Enumerar la luz y contar las sombras.

Este noviembre, sin embargo, estuvo bastante perdido. La luz estuvo, la sombra se escondió, pero la crisis política se tomó todo el espacio.

He comenzado a somatizar, pues, el silencio. Revisando mi onerosa colección de revistas, recuerdo aquel apotegma freudiano: lo que produce neurosis no es lo que se hace sino lo que deseándose no se hace.

En el bus, hoy lleno de niños, me repito la variación del apotegma: lo que produce neurosis no es lo que se dice sino lo que deseándose no se dice. Entonces somatizo. María me indica: qué bus tan lleno de niños, cuento seis, uno enfermo. Y vamos en el sol, añado yo.

Más tarde, otro día, recibo la llamada del Académico del Norte preocupado por la situación de Nicaragua. Le preocupa sobre todo lo que dicen "Sergio, la Gioconda y Ernesto". Pero los menciona con el tono en que un beato mencionaría a las Tres Divinas Personas.

Tengo que respirar estratégicamente. Lo que produce la neurosis.... Qué bus tan lleno de niños...

"Esta es una lucha entre la decencia y la indecencia..." está diciendo el Académico.

Tengo que decir dos o tres cosas protocolarias (no, they are not!). Quiero quedarme en el lugar resplandeciente y pendejo de la decencia (we´re living in a secular time!). Las Tres Gracias esperan la primavera en algún lugar de Nicaragua y hay que dejar que florezca clandestinamente mientras resolvemos la cuestión política.

Me prometo a mí mismo que aclararé mis dudas, frente a las Tres Divinas Personas o ante quien sea. Nerviosamente leo la entrada de Tropic of cancer. El tiempo/el clima está malo...Estamos piojosos... Hay un río.... Hay mucho Withman around...


Pero esas eran mis lecturas de enero en San Tranquilino. Y no puedo saltearme la primavera de manera tan flagrante.

Así ha entrado diciembre. En mi libreta apunto:
Hay luna (no hay). Hay paisaje. Estoy dispuesto a hablar con el fantasma. Tomo el vino del convidado de piedra.