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sábado, octubre 26, 2013

Memoria y sandinismo

Dejo acá copia de la ponencia que leí en el reciente Simposio Virtual A Contracorriente, realizado entre el 17 y el 19 de octubre de 2013.

La pregunta del texto es si se puede retomar a Julio Cortázar como incidencia significativa para el trabajo de la memoria en el sandinismo.

Considero al neoliberalismo como el eje fundacional del contexto de la memoria (hecatombe y apocalipsis). Dejo apuntada la duda sobre si el recuerdo a través de la Personalidad, es la única vía válida. Asimismo, dudo de una memoria en exclusiva hecha en torno al abuso de poder.

Propongo, más bien, buscar disonancias significativas para la labor de reinscripción de la memoria, que resguarde algo del evento fundametal que fue la revolución.


lunes, febrero 21, 2011

Gozá la revolución

Que la tecnología quede de una vez y para siempre relacionada, vinculada, en pacto de sangre con la democracia liberal.

Que ese pacto de sangre no permita ver su relación con el mercado.

Que se pinte de colores la democracia. Los códigos recurrentes y castrados del flower power son siempre útiles.

La revolución twitter o facebook, como dirían los clásicos, comes in colors.

Celebremos, en profecía autocumplida, que la revolución sea "sin tonos islamistas ni liderazgo político".

Porque la tecnología (hermana de la democracia) rehuye de las particularidades y las disonancias y las desinencias tanto como la vieja filosofía de la historia de Hegel. Si tan solo, Fukuyama, lo hubieras sabido.

La utopía de la guerra sin bajas, la guerra virtual, es en verdad la otra hermana significativa del sueño ideológico de la democracia conquistada por medios tecnológicos.

Habría que debatirlas juntas.

Algunos links:

Lo de Egipto por Antonio Caballero. Entre otras cosas, las satisfacciones de Obama con lo que pasó en Egipto resultan sospechosas.

Diarios nicas que ya sueñan la tecnología: "Llegan al país mensajes codificados en cuadros". El índice profundo del sueño lo indica este párrafo: "Es un código portador de información precisa que es aprovechado para diversos fines, como las convocatorias de movimientos sociales como el reciente de Egipto y hasta por la mercadotecnia en su afán de personalizar las ofertas y promociones". Que, por supuesto, ha invertido los términos: menciona primero los movimientos sociales y luego la mercadotecnia, cuando es ésta la matrona de los dos conceptos.

La revolución facebook abre otro capítulo de otroficación manipulado desde Occidente: "Una pareja llama a su hija Facebook para celebrar la revolución egipcia" (La Vanguardia)

Sobre la guerra virtual (el otro sueño tecno): Hacer la guerra sin despeinarse de Jordi Calvo Rufanges.

Nunca demás: "La pregunta por la técnica" de Heidegger.

Si hay una mistificación ideológica en este caso, hay que volver a pensar la cuestión de la ideología.

jueves, julio 08, 2010

Cátedras van

En su edición del día 7 de julio, El Nuevo Diario usó uno de esos subtítulos infames a que nos tienen acostumbrados los medios políticos (todos lo son en Nicaragua, por desgracia).

Reaccionando ante al anuncio del gobierno sobre la fundación de una Cátedra Sandino, END propone: "Autonomía universitaria queda pintada en la pared y currículo aumentado con estudios delirantes."

Por supuesto, no es desde la Presidencia que se debería pensar (en estudiar) a Sandino académicamente. Pero esto no convierte de hecho el estudio de Sandino en un asunto "delirante". (Me imagino que cuando Cardenal dio a conocer su gran poema sandinista "Hora 0" muchos habrán pensado que el poeta (todavia no trapense) deliraba).

Hay que admitir con pena que tuvieron que haber sido las Universidades las que propusieran el estudio universitario de Sandino. Tuvieron 31 años para hacerlo (el tiempo que tiene Sandino de haber sido admitido--sin duda polémicamente--en el panteón de héroes nacionales), y todavía no lo han hecho.

Una verdad paralela e íntima de este asunto, y que tiene poco de delirante aunque lo parezca, es el poco interés que las Humanidades y la Ciencias Sociales despiertan en el sistema universitario nacional. Pareciera ser que por defecto todo universitario del país debe escoger entre la tecnocracia, la administración o el derecho. No hay recursos para investigación en las áreas humanísticas y de ciencias sociales. Esto al Estado no le interesa, y, al parecer, a las Universidades no les preocupa.

Esta situación produce un efecto personalista bastante evidente. Hay dos o tres notables que pretenden concentrar los saberes del canon patriótico: son darianos autonombrados, sandinólogos amateur, filósofos improvisados, vigilantes de la ética social y permanentes precandidatos políticos a algún cargo. Con tanta falta de autonomía política y académica como han acumulado, suelen, como ya lo he dicho en otras ocasiones, perorar sobre la autonomía.

Son parte importante del fraude nacional en que se ha convertido el sistema educativo del país pero hablan desde un recinto de pretendida pureza, y con autoridad. Responden, en realidad, a la poca democrática estructuración que tiene el saber en Nicaragua, y a una realidad que, no obstante la revolución del 79, no ha sido superada. En este sentido coincido casi con la sorna que END pone en su titular, interrogándose sobre si habrá una revolución cultural.

A juzgar por las cátedras administradas desde la presidencia, la salud todológica de los notables, el desprecio universitario del saber humanístico y la liviandad con que los medios abordan estos temas, hay que responder que no.

Significativo, de todas maneras, es que en esta misma semana se presentará la segunda edición del libro de Volker Wünderich Sandino: una biografía política, libro con que todos: catedráticos, notables y medios podrían comenzar a debatir sobre el héroe.

Volviendo a END, noto que en los sótanos de las intervenciones anónimas de sus ciberlectores, el debate tampoco es muy creativo que digamos. Hay un relente somocista bastante peculiar en esas discusiones, y al parecer, el diario se deja arrastrar por una especie de incitación a su barra signficante.

Hoy, titulan la zaga como Todo huele a “Cátedra Ortega”, y entrevistan a dos especialistas de las cátedras darianas, que piden la reivindicación de Darío, el universal, sobre Sandino, el regional.

En Nicaragua, el bizantinismo nunca estará divorciado de la información superficial.

martes, marzo 23, 2010

Imágenes de la cruzada

Algunos recuerdo algo estáticos de la cruzada de alfabetización (que inició un día como hoy hace 30 años).

Los ríos secos que servían de camino. La marcha solitaria a dejar el parte. La seriedad con que nos tomábamos la orden militar.

El primer 19 de julio que celebramos con una piñata (sin ironía) en la escuela.

Dirigir el himno nacional en la clase, y cantarlo solo.

Chico, un niño de 12 años al que le enseñé a leer.

Luis Enrique Mejía cantando en el parque de Jinotepe: "y regresaron los muchachos victoriosos".

Repetir casi jugando un apotegma de Freire: la alfabetización no es un proyecto pedagógico con implicaciones políticas, sino un proyecto político con implicaciones pedagogicas.

La perrita a la que nombramos Hope (por doña Hope). Pobre perrita.

El soundtrack: incluía Rapper´s Delight. Aunque la matrona era Donna Summer, pero el rap era lo realmente nuevo.

El fantasma de la muerta esperando en el lecho de piedras en donde abundaban las vertientes.

La excursión al cerro Tambor. Enfrente un cerro más grande: La Pita, y abajo, Granada al atardecer.

Salir de noche a atrapar camarones en el riachuelo.

También pequeños terrorismos, traiciones evaporadas.

Despertar el primer dia, que dormimos en el suelo, con la noticia en la radio del asesinato de Monseñor Romero.

miércoles, febrero 17, 2010

Animita revolucionaria

En el Aeropuerto también hay un rincón revolucionario.

Se venden los documentales y las memorias de la revolución.

La música de Carlos Mejía no para todo el día. Nicaragua, nicaragüita.

A 20 dólares un documental sobre el 19.

--¿Es "La Ofensiva Final"?--pregunto.

Pero el muchacho no sabe que haya un documental mexicano sobre la ofensiva final. Sí sabe que este que cuesta 20 dólares (no se aceptan córdobas) lo hizo Fulano (y menciona un nombre junto a un Apellido Oligárquico).

Las memorias de la Gioconda con la portada de la mujer anónima que sostiene el AK-47 (para siempre decapitada).

También Adiós, Muchachos.

Y el libro gordo del ex-jefe del ejército.

viernes, septiembre 04, 2009

Índice para una novela

La tenue, y tal vez inútil, posibilidad de serle fiel al evento que fue la revolución.

La negativa a justificar mi propia infidelidad—el olvido, el aburrimiento, la expatriación subliminal o fáctica—aludiendo a la mediocridad o el capitalismo de la dirigencia.

Y luego de dos o tres actos político-culturales (así les llaman): el hartazgo.

Imaginar una vida sin revolución como la del bruto que se aparea donde puede.

Invertir el resto de la vida en esa contra-utopía.

Porque todos ansiamos una escritura modesta de La educación sentimental.

(Para lo de la fidelidad al evento, Badiou "La filosofía y la "muerte del comunismo"".)

martes, julio 21, 2009

Cuestionario sobre la revolución

Con motivo del aniversario de la revolución respondí por escrito el cuestionario que copio abajo. En El País se ve el reportaje completo.

1)¿Qué queda de la Revolución Sandinista en Nicaragua?

La revolución sandinista es un hecho fundamentalmente político, pero que trasciende lo esencialmente político para formar parte de identidades, subjetividades, memorias, culturas, aspiraciones y propuestas éticas de varias generaciones de nicaragüenses. Me atrevo a pensar que esa interrelación entre lo político y lo subjetivo permanece viva. Algunas de las transformaciones de la revolución conforman el marco en que se desenvuelve el quehacer político del país. Desde el ejército y la policía fundados en el 79, hasta el pluralismo político que no existió durante la dictadura de Somoza. Además, la revolución abrió una serie de expectativas que siguen pendientes: la justicia social, la multiculturalidad (la conciencia que Nicaragua no es simplemente la región del Pacífico), la ciudadanía plena. Esto en su mayor parte no ha sido conseguido. Pero la revolución ha marcado la imaginación política del país (o al menos de sus sectores más progresistas) con esas demandas. Y ahí se junta la posibilidad política con el cambio cultural que la revolución significó, y que creo en cierta medida sigue vivo.


2)¿Hay una revisión del significado de 1979 en la historia de Nicaragua?

Como toda fecha realmente histórica, el significado del 79 está en constante debate. Y se debate por lo que significó, por lo que todavía significa, por lo que ya no significa, y por lo que debe significar en el futuro. Hay, por supuesto, posiciones contradictorias, aunque quizá todos los involucrados estarían de acuerdo que es una fecha definitoria. Personalmente creo que el significado debe ser debatido en torno a cuestiones fundamentales que surgieron de la propia creatividad política de la revolución. Plantearse el sentido de la autonomía nacional, sobre todo en relación a una historia de colonialismo y neocolonialismo; la probable o posible interrelación entre democracia y mercado; y las formas de descentrar la cultura nacional mestiza masculinista yendo hacia formas más inclusivas. Veo ciertas tendencias de pensamiento y crítica que se acercan a este replanteamiento radical del significado histórico de la revolución, pero son tendencias todavía marginales. Creo que en gran medida hay una parálisis en el pensamiento en el país, y en particular en el sandinismo. La guerra de los 80s primero, y el neoliberalismo, después, han favorecido el desmontaje de los espacios críticos, en especial en las universidades. Hay pocos espacios para pensar estos problemas.



3)¿Cuáles son los retos más apremiantes del país?

Hay mucho de apremiante en todos y cada uno de los ámbitos de la vida del país, y creo necesario resistirse a la racionalidad que ha impuesto el neoliberalismo que da énfasis al problema económico. Más apremiante me parece resolver el problema de la soberanía nacional en los tiempos difíciles de la globalización, y dentro de este sentido de soberanía es vital que la justicia social y la diversidad cultural lleguen a ser elementos fundamentales del debate político y los programas nacionales. No es un reto fácil puesto que en la globalización las fronteras son volátiles, y el sistema educativo nicaragüense es muy pobre. Es vital, por eso, una real reforma educativa que haga producir el material humano que sostenga la autonomía nacional.



4)¿En qué se diferencia y en qué se parece el Gobierno de Ortega respecto a los postulados de la Revolución Sandinista ?


La revolución sandinista fue un proceso de cambio radical, truncado por la guerra (que tuvo mucho de guerra imperial, aunque también de guerra civil). El gobierno de Ortega está enmarcado por la transición abierta en 1990, y responde en parte a ella. Es decir, que responde a parte del legado de la revolución (visible sobre todo en el tipo de política exterior que está llevando) pero también al programa neoliberal, que es la principal contradicción con la ansiada justicia social. Se trata, pues, de una especie de híbrido político que no vive, obviamente, el momento de cambio acelerado de la revolución (no es fundante como ésta), y está limitado por varios condicionamientos políticos. Entre estos condicionamientos políticos se puede señalar: una oposición de derecha que no ha asimilado (y no parece interesada en asimilar) los legados del 79; el indudable poder geopolítico de los Estados Unidos y de la globalización, y, por supuesto, cierta falta de creatividad política del propio sandinismo.



5)¿Ha cambiado la sociedad nicaragüense en los últimos 30 años? ¿En qué dirección?

En el ámbito económico, la sociedad nicaragüense es más pobre que hace 30 años. Hay que recordar que casi 20 de esos 30 años hemos estado bajo férreos programas económicos neoliberales, los que han agravado la desigualdad: tenemos ahora una sociedad más desigual. En el ámbito político la sociedad nicaragüense es mucho más abierta de lo que era en 1979. Hay ahora libertades que antes del 1979 no existían. Creo que no hay que menospreciar las posibilidades políticas de esta apertura. Sin embargo, permanece todo un fondo patriarcal, elitista, centrado en la opinión de notables y no en la representación popular, centrado, asimismo, en las regiones urbanas del Pacífico, y en la idea de homogeneidad cultural. Según mi criterio, todos estos postulados deben ser combatidos. Creo, además, que el legado de la revolución sandinista debe ser orientado a debatir políticamente esas permanencias.

viernes, enero 16, 2009

Los jacobinos llegan a Managua

Vía Artepolítica, encuentro esta falsa microhistoria acerca de la revolución sandinista:
""¿Y qué piensa de los Kirchner?", le pregunté. El ex dirigente montonero se limpió la comisura de los labios y dijo, educadamente: "Durante la revolución sandinista, el pueblo tomó Managua y los sectores derechistas debieron abandonar en las calles el armamento que tenían y echar a correr. Cuando la batalla había terminado, los estudiantes, que se decían milicianos, salieron de sus casitas y de las facultades, tomaron posición en los nidos de los armamentos abandonados y estuvieron toda una noche disparando contra la oscuridad y contra la nada porque ya no había nadie. Después pidieron medallas. Eran jacobinos con los enemigos, y afirmaban que ellos eran los que habían hecho posible la revolución".

Lo miré a los ojos. El veterano montonero bebió un sorbo de malbec y me dijo: "Los kirchneristas son los milicianos de Managua". " (el link original)

Obvio que no se trata de una historia que busca la verosimilitud, sino de una parábola posmo: "los estudiantes, que se decían milicianos" y que disparan a la nada de la noche, acaban creyendo en su propio discurso revolucionario (esa molesta incrustación moderna), pero no saben (y el narrador sí) que detrás no hay nada sino sombras y el nihil espeso de la historia.

Muy bien como ficción, pobre como anécdota, pero interesante como posibilidad de interrogación: a las alturas del 17 de julio de 1979, cuando Somoza huye, quién toma Managua, el ejército sandinista, o el "pueblo"? En qué fecha "salieron de las facultades" los estudiantes milicianos? El propio 19 de julio, o décadas antes? Aparte de la GN que abandonó las armas (y debe entenderse que es la parte fundamental de los "sectores derechistas") qué hacía el resto de estos "sectores" entre el 17 y el 20 de julio? Se puede "disparar contra la nada" durante una insurrección popular? Qué tan jacobinos resultaron los estudiantes milicianos al fin de cuentas? Qué derecho hay para ser parabólico y borgesco y pragmático con sucesos históricos todavía muy vívidos y del que sobran sobrevivientes?

jueves, julio 17, 2008

El 19

El problema de este 19 es el soundtrack.

Provisionalmente, provisiono los singles de Los Rodríguez. Son melancólicos, cómicos y pop. Además, creo que sus miembros no son hermanos más que de forma afiliativa.

(Por cierto, a propósito de filiación y afiliación, en el conflicto de Coronel por la discontinuidad con la generación de su padre encuentro otra consigna válida para el 19: "con todo lo que el nicaragüense tiene de limitado, fallido y oscuro" (En ausencia del padre 7))

Quizá la peor mediocridad que se puede decir de esta celebración es que tiene que ser nacional. Como si no vino a traer la espada, y como si el Ejército Nacional no devino biopolítico cuando le convino. Muertos por cierto tipo de soberanía no son iguales a muertos simplemente.

Para qué uno se parte y después tratan de pegostearlo? Si lo hice para quebrar para qué rearmarlo?

El 19 es como decir: dejé mi Gemeinschaft allá afuera esperando.

Cosas íntimas: la muerte de dios, la cadena masculina que me ciñe, mi abuelo mi tío mi padre.

Merodear por ahí con melancolía y después press play y Los Rodríguez:

Brindo por la victoria
por el empate
y por la derrota


P.S. Y sin mencionar lo viejo que se ha puesto el dinosaurio azul.

P.S.2 Otros blogueros han celebrado o evocado el 19 a su manera, por ejemplo colgando uno de los documentales célebres de la insurrección.

miércoles, julio 25, 2007

Sociedad Civil S. A.

El (improbable) debate nacional ha abundando recientemente en los usos, abusos y conceptos de sociedad civil.

Hay que narrar a la sociedad civil.

He aquí dos versiones: la de la izquierda moderada (Sofía Montenegro) y la de la izquierda un poco menos moderada (Orlando Núñez). Las distancias narrativas son pronunciadas.

¿Fue el gobierno de Chamorro una encarnación de la sociedad civil, la liberarización económica y la libertad de prensa? Según se responda sí (Montenegro pareciera postular que sí) o no a la pregunta se está más lejos o más cerca de una u otra versión de los hechos. La segunda parte del test sería: ¿se critica en esta narrativa al neoliberalismo, de qué manera y con qué presupuestos? En esto también las dos narrativas son opuestas.

Y así, con esas cargas interpretativas, se llega a la situación de la "sociedad civil" durante el mandato de Bolaños, etapa que resulta decisiva para el conflicto actual. Para eso resultan muy sugerentes las anotaciones de Hamlett del 25 y 26 de enero pasado en La Trinchera. Una versión, por así decirlo, más "objetiva", aprovechando que los PLC tenían que echarlas todas contra las herencias del régimen de Bolaños. Las preguntas en este caso serían: ¿en torno a qué principios y suposiciones organizó Bolaños a la sociedad civil y cómo entra en crisis este tipo de organización cuando Ortega vuelve al poder? La versión de Hamlett abunda en los pequeños misterios y los graves resentimientos de los segmentos que se arropan bajo el signo de la sociedad civil.

En cuanto a lo que Ortega intenta hacer desde el gobierno, es notable que uno de los editorialistas más connotados del país haya comparado los Consejos de participación ciudadana, que promueve el gobierno de Ortega, con el fascismo de Mussolini. En mi opinión, un poco exagerado.

Un medio en la web que mantiene más o menos un equilibrio de las voces de izquierda en torno al tema es La Primerísima (William Grigsby), como se deja ver en la interesante respuesta de Vogel a las críticas de Núñez a la Coordinadora Civil. Y quizá no tanto fuera de tema, la crítica de Houtart al MRS. ¿Una agenda de oposición desde el MRS mucho más inteligente que la de Mundo Jarquín? Apunta en la entrevista a Dora María Téllez en END, pero reproducida también por Grigsby.

En el aspecto jurídico, es notable la entrevista de END con Aráuz Ulloa: en esencia, "el debate parece ser más político que jurídico".

Una pregunta necesaria sería: ¿son los medios nicaragüenses medios para tales debates, o sólo es posible politiquear en ellos por las partes más propagandísticas y escandalosas de tales propuestas?

viernes, junio 15, 2007

Back to Plaza de la Revolución

Cobertura completa (by Rodrigo Peñalba y Mario Delgado) del caso de la plaza, link por link (incluido uno de este (no tan) humilde blog), en Global Voices Online.

miércoles, junio 06, 2007

Plaza



Una crónica que nunca publiqué,y que según las estadísticas del doc., escribí el 25 de febrero de 2000 (la fecha no se pretende simbólica). La foto es de Ernesto Salmerón.

Con Alicia y los demás cerca de la fuente

Leonel Delgado Aburto

Claro, soy un probo extemporáneo. Hasta ayer me di cuenta que la otrora Plaza de la Revolución fue clausurada por el actual gobierno con una fuente de abundante mal gusto, hasta hacer del sitio un lugar malsano, si de turismos o recreación se trata, y como si no bastara con el mal olor del lago.

La Catedral y el Palacio Nacional (o de la Cultura) ya eran de por sí bastante feos. Con la añadidura de esa fuente y del Palacio Presidencial, todo adquiere un humor negro surreal y no es exagerado afirmar que se trata del lugar más claustrofóbico de Managua.

Crucé este lugar tan peculiar por la imperiosa necesidad de consultar aquella paradigmática antología de poesía nicaragüense que Orlando Cuadra Downing y Ernesto Cardenal presentaron en 1949 (Nueva poesía nicaragüense). En la Bilbioteca Nacional no existe un ejemplar. Y saliendo de la Biblioteca sólo estaba la reiteración visual del paisaje adyacente, y, por supuesto, la fuente.

Me retiré de manera apresurada para deshacerme del vértigo. Imaginé, sin embargo, a Alicia correteando tras el conejo en este lugar tan soleado. Fue tal vez una cerebración inconsciente: el lugar me parecía más pequeño, incluso diminuto, precario en espacio. Imposible que aquí se hayan reunido multitudes esperanzadas de toda clase y calibre durante este siglo que termina. (No hablo sólo de los vítores revolucionarios de 1979, pienso en las manifestaciones de Somoza o de doña Violeta).

A principios de los 90, cuando yo vivía en Cuba, tenía un amigo que me contaba que siempre que cruzaba la Plaza de la Revolución de La Habana, solitaria en los días comunes, él sentía rastros, halos o auras de las multitudes que ahí se habían reunido.

Eran días duros en el que muchos esperaban o temían (hasta mi amigo) otra revolución de terciopelo, en el que aquella plaza y sus multitudes cambiarían de signo ideológico. Pero mi amigo, un poco ortodoxo, remataba siempre su exposición con una frase casi enigmática de Pier Paolo Pasolini (no en balde éramos estudiantes de cine): “El futuro es previsible, la historia no”.

Juro que en mi reciente experiencia en la Plaza de la Revolución de Managua no logré sentir ni los rastros, ni los murmullos ni las auras de las multitudes. Aunque sé que Alicia remolona y confundida circulaba por ahí.

Fuera del vértigo, Managua seguía quieta. Más apartamentos. Más prostitutas diurnas esperando cerca de donde fue la calle 8. El nombre del estadio era otro chiste: Dennis Martínez. Me consolaron los chilamates frondosos que hay cerca de la embajada americana, y como otras veces murmuré la sabiduría de J.L.G. (no Jean Luc Godard): “buscando visa para un sueño”.

Me pareció que al menos el viento en los chilamates era bastante audible (aunque en el radio del taxi Leo Dan hablaba de una tal Celia). Pero una imagen peculiar terminó por distraerme. Era un Bruce Lee pintado en un anuncio bastante grande mostrando sus músculos y su airada mirada. Abajo unas letras decían: “Rótulos the best of the best”.

Con esto mi inquietud se renovó. Comencé a pervertir los significados y las imágenes. Oía que Leo Dan le cantaba a Alicia (y no a Celia). Imaginaba que Godard, entrando a un estudio con un peine en la mano, señalaba el rótulo, en el que Bruce Lee tenía la cara de Dennis Martínez. Y en ese relajo de la imaginación todos estábamos seguros que la fuente nueva era un test, una encuesta de agua y una encuesta absurda. Pero ninguno estaba seguro del sentido de ese test.

Encontré la Nueva poesía nicaragüense, por fin, en la Biblioteca del Banco Central. El libro está a estas alturas bastante maltratado. Y será difícil de reponer.