Mostrando entradas con la etiqueta correspondencia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta correspondencia. Mostrar todas las entradas

viernes, julio 29, 2011

Abstinencias

"Krushev fue más encantador que Stalin aunque no terminó con el stalinismo.
Asimismo Benedicto".
Pavel Carías Ejercicios físicos

Estimado autor del Blog Notas poco rigurosas:
Saludos de un lector frecuente, aunque no siempre entusiasmado, de su blog. Estoy estos días haciendo manifiestos. Vivo mi Segunda Vanguardia. Le adelanto un fragmento de mi más reciente intervención política. No decido aún si cortarla en versos o dejarla como prosa atropeyada (sic) (es lo que es todavía). Pero la urgencia del "debate" (y cómo se degradado, dios mío, esa palabra en nuestra patria!) me obliga  a poner silencio al silencio (no se entienda más que eso como mi cara intención).

A ver si Ud. se atreve a colgarlo.

Saludos

Pável

"Aunque de manera engañosa y abultada  se ha acusado a Monseñor Silvio Báez de ser "la voz de la modernidad", y medios disciplinadamente anti-institucionales muestran esperanzas en la institución antidemocrática por esencia, es decir, la eclesial.

(Porque los medios que son asimismo toda una institución antidemocrática tampoco harán el harakiri autocrítico ni le tocarán las partes íntimas a la Iglesia.)

Aunque, pues, se invoque extrañamente la modernidad desde esa oscurana medieval, lo cierto es que la vida política del país se ha reducido estos días a que los ciudadanos y ciudadanas tomen la extravangante decisión de a cuál de los Obispos chinear. Porque son varios, pesados, furibundos e ideológicos.

Unos cargan, obesidad más u obesidad menos, a los modernos y otros a los antiguos.

Qué diría Bourdieu, virgen santa, si nos mirara a nosotros intelectuales de antaño en esta piñata de Obispos que se han chupado, incultos de ellos, la Batalla de las Vanguardias.

Hay que absternerse, ciudadanos, ciudadanas. Los gachupines son los nuevos Hombres de Negro. Y viven en Nicaragua".

(Siguen otros pensamientos que mantienen la misma obcecación periférica pero incurren en procacidades gratuitas. Por respeto a los modernos (y antiguos) evito copiarlos. Vale. lda.)