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sábado, enero 08, 2011

Borramientos

Cuando todo cierre: el restaurante, la tienda, la calle, la frontera, la cordillera, el cielo, el cine, sonará música.






Fiestas del mañana que no llega
La navidad fue hace mil años (mil papers-luz de distancia) y el himno de entonces era Big Yellow Taxi.

Fiestas de fin de año que a uno lo vuelven bruto.



Que la poetry está overrated
Grupos, multitudes, gentes transidos de poesía, hieráticos, fijos: sólo queda destransirlos.

Un "ella no es de California" enfático.


Formas de escuchar la música
Multitudes con la cabeza llena de pajaritos, a algunos se les han muerto adentro de disparos violentos.

Eras inútil, Joni, podías recorrer el mundo en 80 días y siempre inútil, sólo servías para hacer esas canciones.

You´re a mean old lady but I like you.

Propósitos de año nuevo: ser Miles Davis.

Dadme una tienda de discos usados y pentecostés en el extranjero.


Ensayos antropofágicos
El problema con la muerte son los obituarios.

Si descansas en paz, te mato.





No atiendas
Plegarias postmodernas: dame una pose radical y un mundo normalizado.

Fotos de gente demasiado feliz también es pornografía.



Y vos, sí, vos
Nunca te cansaste de comer mierda de intelectuales.

sábado, diciembre 18, 2010

Elipsis

Estoy revisando el año. Un año balbuciente (me refiero sobre todo al número de entradas en el blog).

Meses enteros con una vacía entrada.

Durante algunas semanas acaricié la idea de cerrar este, y abrir otro blog, con el título "Diario de Isonauta". Me ha detenido mi manifiesta falta de disciplina con los diarios.

Eso y la conciencia de que la escritura no es sólo la confirmación de la narrativa sino el deseo (improbable) de escapársele.

Como los fieles lectores han visto, algunas urgencias (se gana el Nobel un contrainsurgente o se quieren ganar a la juventud los notables) me llevan a las entradas poco rigurosas.

Debería marcar mi entrada favorita del año. Me quedaría, probablemente, con El país bajo mi maquillaje.

Tengo, además, la tentación maligna de señalar algunos textos peores que se han dicho o publicado por otros medios, por otros. Quizá el problema no sea que sean malos textos (que lo son) sino que me escandalizan. Mejor dicho: son malos porque los adopto, porque de alguna manera los amparo y los rechazo (fábula de aborto, ciclo de tortura).

Esa interiorización es riesgosa, así que dejaré esta elipsis en su lugar.

Este blog querría vivir del mito de los márgenes. Cuando alguien dice, por ejemplo, que le dedicarán un número de El Hilo Azul a Beltrán Morales, el bloguero se espanta porque Morales, por su obra y vida, estaría mejor en una revista contestataria. Pero escacean las revistas contestatarias en Nicaragua.

La última vez que vi a Morales citado fue en un poema de Roberto Bolaño, éste sintiendo sin duda su hermandad en Parra. El problema es si será posible dar cuenta de un antipoeta desde los ámbitos conservadores de la cultura llamada nacional. Ningún gesto en esos mundos es inocente: todos son de apropiación. Todos responden a la lógica de lo que Morales llamaba el Museo de Cera de la literatura nacional.

Y la peor indicación del estado de la cultura llamada nacional es su estado permanente de homenaje, tributo y canonización urgente.