Los medios ya no son la putas de los partidos políticos, dijo el muy machista.
Se conforman con ser las queridas de la élite bien pensante (el redomaado clasista)
Las doñas Bárbaras de las hordas civilizadas (el literato blando).
Los Luzardo de las masas.
lunes, mayo 31, 2010
viernes, mayo 14, 2010
Postal y mudo
Estoy por sellar esta carta en silencio.
No silencio mío (en realidad tarareo, incluso hago karaoke: rose garden me cae bien), sino silencio de la carta misma: que no dice nada, pues.
Pero me crié en una época estentórea, y en adolescencia plena tenía el mejor de los ambientes para la epístola: guerras, separaciones, particiones anónimas.
Así escribí mis primeras cartas verdaderas: cartas de guerra.
Es usual echarle la culpa a la técnica (ya no digamos Heidegger tan pop por estos lados finales del hemisferio).
Es usual también (como Derrida) decir que la mano que escribe la carta es la mano onanista, la del cálamo que deja correr su negra fuente.
La carta virtual podría enumerar, contarte que vi las calles desde el noveno piso, que ahora llueve, que estoy en otra historia.
Y no es sólo el archivo de cartas el que se ha movido (la foto movida tan emotiva): se ha movido la videoteca (la que tanto queríamos) y está toda de fuera, herida de muerte mostrando tripas, sangrando sus kurosawas.
Pienso también en correspondencias completas metidas en el cajón solo aparentemente mudas.
En fin, que mi arte epistolar se evaporó como se evaporan hoy mis emails más formales, estimado profesor, hoy que llueve no va acusar Ud. sólamente a la técnica.
Así te pido que puedas contar este silencio.
No silencio mío (en realidad tarareo, incluso hago karaoke: rose garden me cae bien), sino silencio de la carta misma: que no dice nada, pues.
Pero me crié en una época estentórea, y en adolescencia plena tenía el mejor de los ambientes para la epístola: guerras, separaciones, particiones anónimas.
Así escribí mis primeras cartas verdaderas: cartas de guerra.
Es usual echarle la culpa a la técnica (ya no digamos Heidegger tan pop por estos lados finales del hemisferio).
Es usual también (como Derrida) decir que la mano que escribe la carta es la mano onanista, la del cálamo que deja correr su negra fuente.
La carta virtual podría enumerar, contarte que vi las calles desde el noveno piso, que ahora llueve, que estoy en otra historia.
Y no es sólo el archivo de cartas el que se ha movido (la foto movida tan emotiva): se ha movido la videoteca (la que tanto queríamos) y está toda de fuera, herida de muerte mostrando tripas, sangrando sus kurosawas.
Pienso también en correspondencias completas metidas en el cajón solo aparentemente mudas.
En fin, que mi arte epistolar se evaporó como se evaporan hoy mis emails más formales, estimado profesor, hoy que llueve no va acusar Ud. sólamente a la técnica.
Así te pido que puedas contar este silencio.
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Que también buscaban amo
Por qué no aprovechan los recientes sucesos para debatir más a fondo el sentido que tiene la educación universitaria en Nicaragua?
Desde las razones por las que el poder administrativo tiene mucho más importancia que el saber/poder (el catálogo de rectores no produce conocimiento!), hasta si los porcentajes del 6% que se invierten en investigación (¿se invierte algo?) son adecuados.
(Por supuesto que no lo son, pero alguna pregunta retórica habría que plantear.)
"Es que todo lo invertimos en becas para que los chavalos pobres estudien." Sí pero ¿eso no es igual a decir que "nosotros" les administramos a los chavalos pobres el lugar social que van a tener en el futuro? Es "nuestra" prometeica apuesta.
Y que la lección aprendida es que administrarle la vida a alguien (biopolítica, señores rectos y rectores) es la gran conquista del "saber administrativo" que todos ponen en primer plano.
(Ya sé que rectores o ex que de casualidad se toparon con Derrida en una fiesta parisina ahuecarán la voz para recitar a Unamuno.)
Por qué no ir a analizar la historia (o la memoria que está más de moda que la otra) y analizar con sinceridad las razones de la entrega de los notables al poder político-administrativo (y con ellos, divos del saber administrativo, entregando la Universidad) en las coyunturas de auge revolucionario.
En fin, quizá la tecnocracia administrativa primitiva no va con la filosofía regenerativa del 98 que parece ser el horizonte epistémico (aunque huérfano de teoría y de recursos) de las Autoridades.
Desde las razones por las que el poder administrativo tiene mucho más importancia que el saber/poder (el catálogo de rectores no produce conocimiento!), hasta si los porcentajes del 6% que se invierten en investigación (¿se invierte algo?) son adecuados.
(Por supuesto que no lo son, pero alguna pregunta retórica habría que plantear.)
"Es que todo lo invertimos en becas para que los chavalos pobres estudien." Sí pero ¿eso no es igual a decir que "nosotros" les administramos a los chavalos pobres el lugar social que van a tener en el futuro? Es "nuestra" prometeica apuesta.
Y que la lección aprendida es que administrarle la vida a alguien (biopolítica, señores rectos y rectores) es la gran conquista del "saber administrativo" que todos ponen en primer plano.
(Ya sé que rectores o ex que de casualidad se toparon con Derrida en una fiesta parisina ahuecarán la voz para recitar a Unamuno.)
Por qué no ir a analizar la historia (o la memoria que está más de moda que la otra) y analizar con sinceridad las razones de la entrega de los notables al poder político-administrativo (y con ellos, divos del saber administrativo, entregando la Universidad) en las coyunturas de auge revolucionario.
En fin, quizá la tecnocracia administrativa primitiva no va con la filosofía regenerativa del 98 que parece ser el horizonte epistémico (aunque huérfano de teoría y de recursos) de las Autoridades.
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miércoles, mayo 05, 2010
Diario de enseñanza
Los martes Gómez Carrillo, Arévalo, Brañas, Guatemala.
Los lunes Mejía Sánchez, CMR (pero en Chile estas iniciales son sólo las de una tarjeta de crédito de una cadena de tiendas), Mujeres Monstruos, porque el pueta era misógino.
Los miércoles quijotadas y pescas, granizo en el sueño.
Los jueves, las vocales.
Los lunes Mejía Sánchez, CMR (pero en Chile estas iniciales son sólo las de una tarjeta de crédito de una cadena de tiendas), Mujeres Monstruos, porque el pueta era misógino.
Los miércoles quijotadas y pescas, granizo en el sueño.
Los jueves, las vocales.
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