domingo, abril 26, 2015
Pulsiones
1
Escribes “pulsiones” por higiene.
2
Es como una onda de radio pero
lo que se sintoniza es la emulsión mitológica
con la historia menor del cuerpo.
Ya lo decía en juventud: se
vacía la posibilidad de captura.
Años heroicos en que Zeus
cogía a diestra y siniestra.
3
La higiene modernista
La secreción de la oca
“blanca Leda”
albúmina nunca disuelta
en el agua.
4
Emulsión mitológica:
Blow-Up!
5
El poema es el graznido
La mitad oscurecida de la cara del cisne
En la instantánea
lunes, abril 20, 2015
Los notables comen símbolos
En torno a la revolución sandinista se tejió toda una red de celebridades más o menos radicalizadas, comprometidas o curiosas (muchas turísticas) frente al hecho revolucionario tercermundista y tan a destiempo. (1979 era también el año de la revolución iraní que de alguna manera encantó por igual a Foucault y a Cardenal.)
Sólo en el diapasón del boom, es conocida la pasión sandinista de Cortázar, la simpatía de García Márquez, la aquiescencia, algo insólita, de Carlos Fuentes (prologuista de un libro de discursos de Daniel Ortega). Ya no digamos Eduardo Galeano, quien aunque no responde a lógica política del boom exactamente, sí sobresale por celebridad y radicalidad.
El entretejido es mucho más amplio y quizá merecería una investigacin aparte, y va desde celebridades de la literatura mundial (Rushdie, Grass) hasta actores de Hollywood (Martin Sheen, Susan Sarandon) o poetas de renombre (Ferlingethi, Evtushenko). Como digo, hubo en esa ola desde compromiso hasta turismo (y exotismo), con todos los grados y matices que pudieran caber.
En una anotación anterior aseguré que había cierta respuesta colonial de la elite literaria nacional ante, por ejemplo, Cortázar. Se trata de un fetichismo en que de manera inconsciente se asocia la celebridad internacional con el físico (la altura) en una lógica que, por otra parte, es acrítica y, notablemente, iletrada, en el sentido que no se discute sobre los libros de esos hombres famosos sino sobre los aditamentos de su fama.
Tal cual, la reciente muerte de Galeano (y en menor medida la de Grass) ha deparado un escenario de aquellos. Verbigracia el reportaje de la La Prensa: Grass, Galeano y Nicaragua. No se trata tanto de la muerte del escritor sino de la memorabilia de su fama, de la foto con él, de sus ojos azules y su porte y su prematura calvicie. De su amistad y su "amor" más que de su escritura.
Galeano (o Grass) les interesa, a los guardianes de los símbolos, privatizado en aquellos años de gloria, más que público en un ámbito cultural y político complejo. Y desafortunadamente no tenemos en Nicaragua un espacio de recepción y lectura que equilibre aquella mirada fetichista. (La pobreza cultural es también la de la ausencia de suplementos culturales, grupos culturales independientes, carreras humanísticas que potencien la lectura por sobre la infame ilectura de los notables.)
En su necrológica de Galeano Gioconda Belli comienza informando que "Galeano tomaba unas duchas larguísimas".
Es la información y el tono típicos de un acercamiento que privatiza al mismo tiempo que frivoliza.
Sólo en el diapasón del boom, es conocida la pasión sandinista de Cortázar, la simpatía de García Márquez, la aquiescencia, algo insólita, de Carlos Fuentes (prologuista de un libro de discursos de Daniel Ortega). Ya no digamos Eduardo Galeano, quien aunque no responde a lógica política del boom exactamente, sí sobresale por celebridad y radicalidad.
El entretejido es mucho más amplio y quizá merecería una investigacin aparte, y va desde celebridades de la literatura mundial (Rushdie, Grass) hasta actores de Hollywood (Martin Sheen, Susan Sarandon) o poetas de renombre (Ferlingethi, Evtushenko). Como digo, hubo en esa ola desde compromiso hasta turismo (y exotismo), con todos los grados y matices que pudieran caber.
En una anotación anterior aseguré que había cierta respuesta colonial de la elite literaria nacional ante, por ejemplo, Cortázar. Se trata de un fetichismo en que de manera inconsciente se asocia la celebridad internacional con el físico (la altura) en una lógica que, por otra parte, es acrítica y, notablemente, iletrada, en el sentido que no se discute sobre los libros de esos hombres famosos sino sobre los aditamentos de su fama.
Tal cual, la reciente muerte de Galeano (y en menor medida la de Grass) ha deparado un escenario de aquellos. Verbigracia el reportaje de la La Prensa: Grass, Galeano y Nicaragua. No se trata tanto de la muerte del escritor sino de la memorabilia de su fama, de la foto con él, de sus ojos azules y su porte y su prematura calvicie. De su amistad y su "amor" más que de su escritura.
Galeano (o Grass) les interesa, a los guardianes de los símbolos, privatizado en aquellos años de gloria, más que público en un ámbito cultural y político complejo. Y desafortunadamente no tenemos en Nicaragua un espacio de recepción y lectura que equilibre aquella mirada fetichista. (La pobreza cultural es también la de la ausencia de suplementos culturales, grupos culturales independientes, carreras humanísticas que potencien la lectura por sobre la infame ilectura de los notables.)
En su necrológica de Galeano Gioconda Belli comienza informando que "Galeano tomaba unas duchas larguísimas".
Es la información y el tono típicos de un acercamiento que privatiza al mismo tiempo que frivoliza.
Etiquetas:
Eduardo Galeano,
notables,
obituario,
sandinismo,
sandinismo-posmo
viernes, abril 10, 2015
Esmog Algebraico (edad glaciojazzística)
(repris)
A los catorce años del siglo hora parda nubes lerdas sobre la Cordillera sábanas de sonido
Me dio por pensar en otros inviernos cómo se acurrucaba la nada en el golpeteo silábico de los vecinos rusos en Alderson
El ritmo marcador de la danza tan Fred Astaire en el callejón nevado que llevaba al departamento de la anciana sola y al basurero que miraba hacia Shady Avenue
En el largo verano de 2002 cuando recién estrenaba la ausencia de mi padre y me armaba con los clásicos The Velvet Underground & Nico Astral Weeks Pet Sounds cómo iba a ser esto de ser yo mismo cuando iba de la mano con Ángel que tenía 3 años hacia el playground del paquecito en Friendship
Mis santuarios eran las tiendas de discos usados cuarteles de invierno catedrales de sonido mordiscos de la edad eran mi escritura íntima apertura de la camisa ante la nada heró(t)ica
A los catorce años del siglo hora parda nubes lerdas sobre la Cordillera sábanas de sonido
viernes, abril 03, 2015
Orbe
Ah los clásicos sí los clásicos
Cuando murió mi padre los reuní uno por uno
Astral Weeks Pet Sounds The Velvet Underground & Nico
Los contemplaba los veía irse en la ventana
Sentía su textura en los bordes de Penn Ave. Friendship Polish Hill & Lawrenceville
Fuera la de la nieve la del primer verano la de los comprehensive exams
Cuando el ángel clamaba: Fito Páez, papa, Guamán Poma
Y ahora el pasivo agresivo que me dice por escrito patrañoso: te afilias a la opinión mayoritaria
Copias en tu cuaderno la misma estructura no has estado en ese debate tal x cual
Y yo que cosía en piel con pausa y hemistiquio
el ciego de Stratford junto al mapache
al lado de la rosa y la niña negra
la margarita de la máquina de escribir eléctrica
en la sepultura
y todo porque la ansiedad matemática era el urbanismo
y el orbe y el sujeto
Cuando murió mi padre los reuní uno por uno
Astral Weeks Pet Sounds The Velvet Underground & Nico
Los contemplaba los veía irse en la ventana
Sentía su textura en los bordes de Penn Ave. Friendship Polish Hill & Lawrenceville
el caminante
Cuando el ángel clamaba: Fito Páez, papa, Guamán Poma
Y ahora el pasivo agresivo que me dice por escrito patrañoso: te afilias a la opinión mayoritaria
Copias en tu cuaderno la misma estructura no has estado en ese debate tal x cual
Y yo que cosía en piel con pausa y hemistiquio
el ciego de Stratford junto al mapache
al lado de la rosa y la niña negra
la margarita de la máquina de escribir eléctrica
en la sepultura
y todo porque la ansiedad matemática era el urbanismo
y el orbe y el sujeto
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