Ya he hablado otras veces en este blog de la juventud como objeto de deseo.
Un deseo y una práctica de apropiación y control ejercida por intelectuales y políticos, y que resulta estratégica para guiar ideológicamente.
Como en Nicaragua está tan poco establecida la Universidad y la escuela (ese "aparato ideológico del Estado" que diría Althusser), el deseo por la juventud trasciende esos lugares oficiales para desplegarse en la personalidad del maestro.
Nuestro (es un decir) José Coronel Urtecho es el arquetipo, hombre símbolo del círculo de jóvenes adoctrinados que acatan su voz o, como aparece con más frecuencia enunciado, su conversación en una especie de "círculo de estudio" como lo llamaban los marxistas de los 1970s, práctica que en realidad se remonta a un ejercicio ignaciano.
En tiempos recientes este deseo por la juventud se ha combinado con otra superstición notable: considerar la vida política y el poder político la fuente de todo sentido (moral, nacional, humano, generacional).
Es casi una teología.
Así tenemos, en un ejemplo reciente, a Gioconda Belli haciendo depender su lucidez (quizá cualquier lucidez) de las eventualidades políticas de Daniel Ortega.
En algo parecido incurre Andrés Pérez Baltodano cuando se refiere a la generación de los 1980s como un "peldaño roto" que ha imposibilitado la renovación generacional de la clase política.
Pero ¿quién dice que es o ha sido el deseo y el sentido de esa generación tal relevo político? Sobre todo, ¿cómo hablar en nombre de una generación "pasmada" (que así la llama el politólogo) tan difícil de captar y que, como ya he dicho otras veces, está dividida en clases?
Por supuesto, no se me ocurre a mí tampoco hablar por los de los 1980s.
Pero, ya de forma personal, no me identifico para nada con una identidad patética del estilo "peldaño roto". No creo haber estado nunca, al menos no predominantemente, en "un limbo político y emocional", o "inmovilizado".
Pienso, además, que la juventud se está sobrevalorando por las razones obvias que dije primero (control ideológico), y por otras razones que ya son de época.
Algo como lo que piensa Ignacio Echevarría hablando de crítica y literatura: "la juventud, de la que emergía antes la expectativa principal de transgresión, es hoy objeto de una adulación anestesiante".
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miércoles, febrero 09, 2011
jueves, marzo 05, 2009
¿Cómo es la vida intelectual en Nicaragua?
1. La pobreza comanda. El neoliberalismo ha desestructurado los centros significativos: la universidad, la educación, los gremios, los centros culturales, etcétera.
2. Hay mucha fragmentación. No todos los intelectuales se sienten representados por los notables. Pero los notables hablan por todos.
3. Los intelectuales reciben muchos No: todo se hace por proyecto pero hay que hablarle a las ONGs y demás organismos en su propia lengua (más o menos "radical"). Eso implica no pocas veces una posición neocolonial.
4. Por supuesto, sólo algunos No alcanzan el estrellato. (Véase, por ejemplo, la carta, firmada por muchos intelectuales, apoyando a Sergio Ramírez por el caso de un prólogo vetado. Más recientemente se habla del "martirio interior" de Cardenal.)
5. No hay un apoyo signficativo del Estado a los proyectos culturales (entendidos en el sentido estricto de bellas artes, o más amplio de estudio de las identidades).
6. A la empresa privada, porque es excéntrica y tiene el corazón en otra parte, no le interesa el financiamiento de la educación y la cultura. (Excepto si se trata de mortificar a las audiencias trayendo artistas calzón, como Juanes.).
7. En las Universidades las Humanidades han ido de baja en las últimas décadas (con frecuencia descoyuntándose o haciendose cuechitos). El interés son los estudios de negocios, tecnología y derecho.
8. Los intelectuales, por necesidad o ceguedad, tienden a devenir cortesanos del poder (del poder del Estado, del poder de la empresa privada, del poder de los medios de comunicación, del poder de otros intelectuales y notables).
9. Se ha seguido sacralizando la poesía como gran escenario de la identidad, pero no se ha debatido de verdad la identidad.
10. No hay un debate sobre estos puntos que no se lo trague la Personalidad.
(Ya antes había acometido estos puntos en otra parte. Sobre la baja de las Humanidades, también.)
2. Hay mucha fragmentación. No todos los intelectuales se sienten representados por los notables. Pero los notables hablan por todos.
3. Los intelectuales reciben muchos No: todo se hace por proyecto pero hay que hablarle a las ONGs y demás organismos en su propia lengua (más o menos "radical"). Eso implica no pocas veces una posición neocolonial.
4. Por supuesto, sólo algunos No alcanzan el estrellato. (Véase, por ejemplo, la carta, firmada por muchos intelectuales, apoyando a Sergio Ramírez por el caso de un prólogo vetado. Más recientemente se habla del "martirio interior" de Cardenal.)
5. No hay un apoyo signficativo del Estado a los proyectos culturales (entendidos en el sentido estricto de bellas artes, o más amplio de estudio de las identidades).
6. A la empresa privada, porque es excéntrica y tiene el corazón en otra parte, no le interesa el financiamiento de la educación y la cultura. (Excepto si se trata de mortificar a las audiencias trayendo artistas calzón, como Juanes.).
7. En las Universidades las Humanidades han ido de baja en las últimas décadas (con frecuencia descoyuntándose o haciendose cuechitos). El interés son los estudios de negocios, tecnología y derecho.
8. Los intelectuales, por necesidad o ceguedad, tienden a devenir cortesanos del poder (del poder del Estado, del poder de la empresa privada, del poder de los medios de comunicación, del poder de otros intelectuales y notables).
9. Se ha seguido sacralizando la poesía como gran escenario de la identidad, pero no se ha debatido de verdad la identidad.
10. No hay un debate sobre estos puntos que no se lo trague la Personalidad.
(Ya antes había acometido estos puntos en otra parte. Sobre la baja de las Humanidades, también.)
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martes, febrero 03, 2009
Lectores con un mercado al hombro
Todos somos lectores con un mercado al hombro.
Ya sé que De Certeau es útil para casos de dudas existenciales: ni el mercado más simétrico evitará nuestra sinuosidad. Sinuosidad al recorrer el mercado del libro.
Pero es ingenuo abrir un blog para hablar de "literatura" sin dar cuenta del mercado que llevás en el hombro.
Así descubro lo que este blog no es.
Ya sé que De Certeau es útil para casos de dudas existenciales: ni el mercado más simétrico evitará nuestra sinuosidad. Sinuosidad al recorrer el mercado del libro.
Pero es ingenuo abrir un blog para hablar de "literatura" sin dar cuenta del mercado que llevás en el hombro.
Así descubro lo que este blog no es.
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