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miércoles, junio 06, 2012

Caballísimo de mí

Lo que en realidad disfruto es enseñar poesía.

De preferencia poesía vanguardista.

No que sea abundante el tiempo. La mitad de medio semestre quizá.

Unas semanas frías de junio.

Pero una residencia provisional y lateral en la Facultad de Hablar en Lenguas es como bañarse dos veces en el mismo río.

jueves, junio 19, 2008

Algunas metas

1. Diferenciar entre codificación cultural y representación. No confundirlas. La primera trata de bastarse a sí misma, ser, como écriture, autónoma (el envoltorio dorado de la ideología y la doxa). La segunda es política. La primera crea el mundo. La segunda, lo cambia. La primera es una trazo ideológico que ordena al mundo. La segunda, un altercado realmente existente cuyos trazos son corporales. Ambas son como el haz y el envés de una hoja, para usar el ilustre ejemplo de Saussure.

2. Enseñar a trabajar dentro de la distancia que se alza entre voz y subjetividad. No confundirlas. No se puede volver al sujeto cartesiano una vez que has bebido como lobo sediento de las aguas menstruales de Freud.


P.S. del 20 de junio

3. Negarse a aplicar a la cultura una mirada "científica". Las "ciencias humanas" son contracientíficas, para recordar a F.

jueves, marzo 27, 2008

Así que a tus alumnos no les gustó la lectura

Ponte, entonces, una banderita de HELP antes que comiences a elaborar un consabido concepto.

Y recuerda: la lectura es específica.

El autor vive en una residencial determinada de Managua. (Está la posibilidad de armar una manifestación de protesta frente a su casa.)

Pero, entretanto, hay que hacer algo con el texto. Al menos, en los márgenes del texto.

Entre otras cosas, tienes que aprender a apreciar el rechazo.

Te dice llanamente el alumno: esto no añade nada. Por qué esto no añade nada?

No vayas a justificar las bondades del texto. Es lo que hacen los fanáticos en su etapa iluminada: decir que este texto es la Biblia. Recuerda: la educación es secular.

Aunque esté de moda: no te eches la culpa. El autor vive en una residencial determinada de Managua, etc.

Aprende a apreciar el rechazo: si esto no añade nada es porque:

1. El efecto de aprendizaje ha dejado al texto (a este texto específico) atrás. Felicidades.

(Puedes pensar lo contrario también: este alumno no ha llegado a este texto. O peor: no lo he conducido bien hasta esta lectura. Pero entonces ¿actuarás en consecuencia?)

2. El rechazo es el índice (alto) de comunicación entre el instructor y el alumno. Felicidades.

(Pero puedes pensar justamente lo contrario: la baja demarcación comunicativa con que el alumno ha ido al texto.)

Ponte, entonces, una banderita de HELP antes que comiences a elaborar un consabido concepto.





lunes, marzo 17, 2008

La lectura también es tecnología

En las Universidades nicaragüenses, y probablemente las de otros países de Centroamérica, se propagandizan unidas la educación participativa y el uso de tecnologías audiovisuales y de información para mejorar la enseñanza.

El entusiasmo es compartible pero advirtiendo siempre: la lectura también es tecnología.

Si se investiga el estado de desarrollo de la educación en el país (o si se quiere “el estado tecnológico” de la educación), hay que considerar como imperativo las habilidades de lectura, comprensión y pensamiento crítico de maestros y estudiantes.

¿Se investiga el desarrollo tecnológico el país? Hay que ver qué pasa con los programas de bibliotecas públicas y bibliotecas escolares.

¿Se considera al libro un bien que debe circular de la manera más expedita entre estudiantes y población en general? Alguien puede venir a decir que ya no se necesitan las bibliotecas porque la red pondrá los textos en las narices del potencial lector. ¿Hay entonces planes de bibliotecas virtuales-populares? (Algo así como lo que se ha hecho en Venezuela con la Biblioteca Ayacucho al poner su inventario on-line).

¿Se quiere decir algo de la relación entre tecnología y economía? Que se vea cuál es la inversión en bibliotecas, y cómo se relaciona el poder adquisitivo de los universitarios (maestros y alumnos) con el precio de los libros. ¿Cuántos libros puede adquirir un profesor horario de una Universidad nicaragüense por el salario parcial que recibe? ¿Cubren las universidades el déficit de libros y lectura?

(Un punto aparte es el estado de las librerías en el país: negocios tantas veces sonsos en que la papelería ahoga a la librería propiamente dicha, hay un ostentoso afán de negocio educativo, y reinan los bestsellers.)

Si no hay un verdadero desarrollo de las tecnologías vinculadas con el libro (creemos que el auge informático complejiza sus posibilidades en cambio de desaparecerlas), se puede incurrir en lo audiovisual sin esencia ni profundidad, en la información “espectacular” pero blanda, en la clase “participativa” pero monocorde y opaca.

Participar en una clase también es una actividad relacionada con esa tecnología que no debemos descuidar: la de la lectura.






lunes, febrero 11, 2008

Aprendiendo / enseñando cultura

La semana pasada comenzaron las clases universitarias e inició el curso de cultura mesoamericana que imparto en la UCA. Por eso me parece pertinente reflexionar sobre lo que he aprendido enseñando ese mismo curso en los últimos años.

He aprendido fundamentalmente que los cursos universitarios constituyen un escenario político decisivo.

Y esto porque ponen a prueba:
--La teoría: Uno puede estar al “último grito” en teoría, o ser más o menos dogmático o heterodoxo. Impartir este curso pone a prueba qué tan superficial es en realidad mi teoría, sobre todo el vocabulario especializado, y hasta dónde mi dogmatismo es autoritario o mi heterodoxia es acomodaticia y resignada.

--La ética personal: Dar un curso es tener y administrar una posición de poder. Todo lo dicho en el ítem anterior debe ser sopesado según esta verdad.


Posibilidades de cambio/ posibilidades de los valores

En los últimos años he ido modelando el contenido y el estilo de enseñanza del curso. Algunos puntos fundamentales del aprendizaje que propongo son:

1. Los ejes temporales y espaciales de las culturas
2. La colonialidad como hecho fundamental
3. Sabiendo que “no hay un documento de civilización que no sea, a la vez, un documento de barbarie”, pensar las posibilidades de cambio a partir de la cultura.

En otras palabras: un esquema antropológico modelado por el postcolonialismo que trata de salir del relativismo. O de manera más práctica: los condicionamientos históricos y políticos de la cultura y la posibilidad de los valores.

Esto suena abstracto pero deja de serlo cuando aterriza en problemas concretos:
1. La observación de un grupo cultural. Por ejemplo, Octavio Paz analizando a los pachucos (en El laberinto de la soledad).

2. Las diferencias de género y sexualidad. Por ejemplo, durante el carnaval del Torovenado de Masaya (tal como lo estudia Erick Blandón en Barroco descalzo)

3. La subalternidad. Por ejemplo, en el testimonio de Rigoberta Menchú (Me llamo Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia).

De hecho, estos tres textos, aunque no son por supuesto los únicos para leer, forman el eje “ideológico” del curso.


Un hecho político

Para el tiempo de la Cruzada de alfabetización—primera gran experiencia pedagógica de muchos de mi generación—aprendí que la alfabetización es un hecho político con implicaciones pedagógicas (y no al revés). Esa especie de guía mental de los alfabetizadores provenía, por supuesto, de Paulo Freire.

Y es asombroso (pero a la vez natural) que una verdad como esa busque la realidad (la realización) tantos años después.

He aprendido que se aprende por larga duración, y que hay que buscar en sí mismo los hilos que conecten tu propia experiencia con la de la clase concreta.


Como sabrán los expertos, en la escuela de postgrado se suele jugar al más listo. Muchas horas son consumidas en la competencia de la última lectura y el último teórico. En condiciones de predominio del supermercado de la teoría, esto se vuelve obcecación.

Sin embargo, un curso de pregrado en condiciones reales (sobre todo en condiciones de una universidad nicaragüense) deja poco espacio a la pedantería.


¿Es esto conformismo? ¿Marrulla contra sí mismo o contra los alumnos? Podría ser.

En un curso de cultura se camina en un angosto espacio: a un lado la trampa de la simpleza; al otro, la esquizofrenia de la teoría.


Una última nota sobre el concepto de Mesoamérica. En vez del concepto arqueológico, remitido a las culturas prehispánicas, en este caso hablamos del conjunto plural de culturas que habitan los espacios de México y Centroamérica, estableciendo ejes sincrónicos y diacrónicos de sus convivencias y conflictos.

Buscamos unir lo existente y lo temporal.