Para ir a la Bienal
me parecía pertinente llevar una pregunta seudoleninista: ¿arte para qué clase?
Si alguien pudiera ser fiel de manera radical a esa pregunta, podría articular una crítica, cosa a la que obviamente no aspiro en este lugar y momento.
Hay algunos obstáculos. Primero que, así como el Teatro está, urbanamente, fuera de contexto, también lo está el arte tan posmo de la Bienal dentro de la arquitectura del Teatro.
Esa disonancia sola amerita ya una lectura y prescribe, quizás, una crítica biubicada, esquizoide.
Podría titularse: de la ausencia del museo de artes visuales modernas.
Queda la sensación general de que cuando la clase media ubica su mirada sobre las clases subalternas ve casi únicamente basura. Como si La Chureca fuera el sujeto de la historia nacional reciente, históricamente degradado y con una profundidad sufriente bastante exportable, muda y explotable.
Pero en esto coinciden los noticiarios y videastas: es el lugar común de Nicaragua.
¿Cómo piensan la totalidad los artistas plásticos?
Esta pregunta sería el corolario fundamental de la primera. Es decir, ¿se puede pensar la totalidad desde la forma plástica en este contexto?
Como que la web y sus semejanzas nos tienen todavía soñando el sueño de una horizontalidad algo pendeja: se acabó la historia pero queda la estadística.
¿Y la estadística debe estremecernos? Confieso que a mí no me estremece: habría que preguntar más bien: ¿estadísticas para qué clase? No necesariamente, aunque sea imprescindible, clases sociales, sino también clases de edad, género, región, todo lo que ha enseñado a pensar el postestructuralismo.
Lo que mostraba, tal vez, Barthes: divide la semejanza con la verticalidad. Parte la web por el medio de las clases: divídela y vencerás. O no.
En fin: la clase media es universal y se ve estremecida por las Estadísticas, por la Vida Sexual, por la Vida Natural, por la Identidad de Sí Misma, por el problema Metafísico y Ético que Implican los Regalos y las Actividades Conectadas con Ellos.
La clase media vive y padece en su Chureca Privada.
Algunos de los textos justificativos tenían errores gramaticales y ortográficos bastante prevenibles con un buen corrector de estilo. Me preocupó un poco más la gramática de algunos videos a los que, sin embargo, no me atrevo a criticar.
2 comentarios:
Es verdad. LA bienal da tristeza. Comenzando que llegar al teatro significa recorrer un montoso, destruido y fatigoso sendero hacia el huevo podrido de Managua. Y la bienal es una muestra de lo muerto que está el espíritu crítico y la misma cultura de esa "nicaraguanidad" oficial.
Sabía que eras vos
pero me engaño el IP, So...
When my soul was in the lost and found
You came along to claim it....
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