viernes, abril 25, 2008

Los Beatles en el Teatro Nacional

Lana Jicote me invitaba al concierto de gala en el Teatro Nacional donde una orquesta interpretaría The Best of The Beatles, especialmente su doble A favorito Penny/Strawberry. O al revés.

Los Beatles están fuera de paila, le respondí. Y será para morir de vergüenza ver al Teatro Nacional haciendo la caricatura del Albert Hall. Los Beatles están demodé. ¿Sabés vos lo que pasaba entre 1966 y 1971 cuando los de Liverpool componían baladitas?

Lana Jicote no lo sabía. Pero se sabía la letra de "The Inner Light". (Es que la ola del Maharishi había pegado fuerte en la costa oeste de Nicaragua. Los intelectuales que se preciaran hablaban de zen, de Oriente y la armonía universal. Era como si nunca hubiéramos salido del prólogo a El reino de este mundo.)

Lana tenía que pistolearse el pelo. Eso impediría que yo prosiguiera con mi lección sobre qué pasó en la música pop entre 1966 y 1971. Lana había respondido entusiasmada: la separación de Los Beatles por las malas artes de la bruja de Yoko Ono. Yoko Ono, sin embargo, no era beatle y era más culta e inteligente que los cuatro, le dije yo. (Un resquemor subconsciente me ganó: “culto e inteligente” llama Ernesto Cardenal a Sandino. Era una asociación perturbadora.) El ruido diluviano de la pistola de estremecerse el pelo ocultó mi última idea.

Continuará.....




lunes, abril 21, 2008

En Nicaragua predomina la poética simbólica

Revisando un viejo libro de español para estudiantes de sétimo grado, del tiempo de la revolución, encuentro la siguiente receta de estilística:

1. La poesía pone atención a los dos rasgos principales de las palabras: la sonoridad y la semántica, es decir, sonido y significado.

2. En la poesía predomina la subjetividad (y era fácil deducir que en este caso se entendía por subjetividad la vida personal).


Estoy básicamente en desacuerdo con esta descripción. Y a la vez creo que es todavía (20 años después de finalizada la revolución) predominante entre círculos de poetas.

Los "dos rasgos" de la palabra deberían ser (son desde el estructuralismo) el significado y el significante (que sobrepasa la parte "sonora" de las palabras, para ser algo más extensamente material, de la misma manera que el significado no está vinculado a una certeza semántica).

La subjetividad, por otra parte, no tiene que ver necesariamente con la vida personal.

Hay subjetividades deslocalizadas. (De grupos, de clases, de épocas.)

Esa confusión del significante con la sonoridad, de las palabras con las cosas y de la subjetividad con la vida personal es el catecismo del poeta o la poetisa como héroe/heroina civil.

¿Y si lo que escribes es algo que penetra silenciosa, inesperada, inconscientemente la materialidad social? ¿De que te sirve la bella sonoridad? (¿No es, en ese caso, la sonoridad un burdo intento de retener para la lógica lo que no es lógico?)

¿Y si la subjetividad que escribes y que vos creés personal es la de tu grupo, tu clase, tu época?

Iniciar estos cuestionamientos toma tiempo. Los poetas jóvenes todavía pelean contra los fantasmas asociados a un nombre, una sonoridad y una vida personal. Es el juego que han planteado (y en el que han ganado) los más viejos.





viernes, abril 18, 2008

Período Especial

Algunos signos y muestras de aridez.

1. La contemplación de las iguanas en los ladrillos de la gasolinera (estación de El Bramadero, Liberia).

2. El agotamiento de temas para el blog.

3. La necesidad de leer historia de América Latina. (En clases uno nota inmediatamente esos cráteres del conocimiento. Regla: si no lo saben tus alumnos es problable que vos tampoco.)

4. El resguardo temeroso de los archivos. (Archivos del blog, archivos de la memoria, diarios íntimos: todo debe ser militarizado.)

5. Alguna voluntad redundante de ver melodramas por T.V. (Triunfará la chica abandonada luego de su violento divorcio con hijos mediando sus estudios de enfermería y el aparecimiento de un nuevo novio?).

6. La certeza de que vos tampoco sabés nada de nada. (Y la certeza contraria: de que vos sabes todo de nada.)

7. La metamorfosis como recurso neurótico. (Cuando Gregorio Samsa etcétera. Kafka más que Proust. Proust más que Joyce.)

8. Abril.

9. Este incompleto decálogo.





lunes, abril 07, 2008

Ante los juvenilismos

Mirando desde muy afuera el pleito en el barrio sureño (y afirmo rotundamente que no tengo vela en ese entierro), llego a pensar que lo que hay que reintegrar a los análisis culturales es la perspectiva de clase.

El juvenilismo (la retórica del joven que va a tomar el poder someday) es carente:

1. Supone la homogeneidad de los jóvenes: como sabemos, no es lo mismo ser joven de 19 de clase media que ser joven de 19 y pobre.

2. Es monádico. No sé si esto es una lección posmoderna o qué, pero se argumenta a través de personas-universo, completas en sí mismas junto con sus discursos, sus perros, sus vicios, sus caídas chicas y grandes. Pero la lección debe ser la contraria: discursos, contextos, clases sociales, inexactitudes entre discursos.

3. La madre, el deseo sexual y el lenguaje nos exceden a todos. De nada vale proclamar la individualidad o, en otras palabras, sólo es posible proclamar la individualidad en los términos alegóricos de una herencia benjaminiana.

4. La escritura excede a todos los que se proclaman escritores. De nada vale luchar a brazo partido por la individualidad de nadie.

5. Una cosa diferente es la lucha de clases.





jueves, abril 03, 2008

A quién meterías en la hoguera

Esto resuena bien (o mal) observando el caso de los medios nicaragüenses:

"En la hoguera metería a todos los llamados blogs (casi sin excepción) que están bajo el paraguas de un periódico o diario o revista. Lo que antes de ser un blog era una columna y aprovechan el tirón para aparentar ser modernos". 4colors


En mi caso sería el tipo de bloguero corporativo (de publicidad, letras o lo que sea).

Y vos ¿a quién meterías en la hoguera?
Digo, como bloguero.