sábado, enero 16, 2021

Cuentos del abuelo difuso

 "Cuando finalmente llega, el capitalismo produce una desacralización en masa de toda cultura." M.F.


Uno de los temas frecuentes a lo largo de más diez años en este blog es el sandinismo, a veces etiquetado como sandinismo-posmo. (Entre esas entradas me atrevo a recomendar la que versa sobre Éticos y adiposos, que resume quizá esencialmente mis propuestas y críticas.)

Recientemente una de la versiones del sandinismo, la que llamé irónicamente en aquella entrada la rama "ética", decidió borrar de su nombre oficial el apellido sandinista. Pasó a ser así, en vez de Movimiento de Renovación Sandinista, Unión Democrática Renovadora (UNAMOS). (Lo informa, por ejemplo, el medio derechista Infobae).

Es una temporada de borramientos sustanciales. Considérese, por ejemplo, la idea de borrar la figura de Donald Trump de la película Home Alone 2. El procedimiento tecnológico de borramiento deja, sin embargo, una presencia fantasmática, una huella algo amenazante. Dice la sombra que la fascinación cultural con Trump y su encumbramiento como director imperial (y como producto estadounidense), no es algo que se pueda borrar tan fácilmente.

Se recordarán los famosos borramientos fotográficos de la época estalinista. Las fotografías trucadas pretendían alterar el pasado y reescribir la historia. Pero tales reescrituras, al igual que en el ejemplo de Trump, siempre están llenas de amenazas espectrales (y de sombras).

De hecho, la asociación metafórica entre Sandino y Sombra tiene un ilustre cantor. Ni más ni menos que Ernesto Cardenal, en un poema posiblemente canónico de la literatura latinoamericana del siglo XX, denunció ese estatus fantasmático de Sandino (no era su cara "vaga como la de un espíritu"?).

Como algunos héroes clásicos, el Sandino de Cardenal habita un interregno entre histórico y escatológico. Recuérdese (recuerden Uds., camaradas renovadores) el final del poema:

Cuando anochece en Nicaragua la Casa Presidencial
se llena de sombras 

(...)

y la gran sombra, la del gran crimen,
la sombra de Augusto César Sandino.

Quiere decir que, en cierto sentido, la renuncia al nombre de Sandino reitera ese estatus fantasmático, de sombra, del héroe. También, en cierto sentido, implica una renuncia cultural fundamental. Puesto que Ernesto Cardenal fue, según entiendo hasta su muerte, un militante o seguidor notable del MRS (dentro de la lógica notabilista que tiene la política en Nicaragua), en cierto sentido, el cambio de nombre es también una especie de volver la espalda a lo que se entendía por historia desde las articulaciones político-culturales que dieron origen al sandinismo actual (desde los años 1960s para acá).

Una especie de proceso por medio del cual se tiene todavía caliente el cadáver de Cardenal y ya se le saca de una articulación política válida. (Se entierra con su cadáver toda una época histórica de luchas políticas y de redefinición de lo nacional en la que notablemente la literatura operó de manera significativamente dentro del campo político).

No sé qué tan consciente es este proceso para los camaradas renovadores. Se ve, sin embargo, que no están para ahuyentar a nadie con su presencia. De hecho, los llamados históricos dentro del partido hacen especie de mutis por el foro. Informa un medio afín a ellos que los: "Fundadores del MRS se retirarán voluntariamente de sus cargos en el partido". Jugar a los fantasmas para no perturbar al ambiente político que debería acogerlos: siguen siendo muy ecológicos.

Quizá no hay que olvidar que el MRS fue fundado por otro intelectual sandinista: Sergio Ramírez. Durante los sucesos de 2018, Ramírez intentó establecer vínculos genealógicos y familiares entre los revolucionarios de ayer (1978) y los alzados de hoy. (Ver su texto "Nicaragua: los nietos de la revolución"). Sin embargo, tal filiación estaba llena de cortocircuitos.

¿Si los nietos queman públicamente la bandera rojinegra de Sandino y del FSLN, entonces qué? ¿No se ha roto insalvablemente la distancia entre el abuelo y los nietos? Aclara Ramírez que hay abuelos buenos y abuelos malos; que hay (ay!) "aquellos de esos abuelos que detentan hoy el poder, se han vuelto indeseables para sus descendientes". ¿Cómo separar una línea de descendencia familiar buena de una mala? ¿O una ecológica de una adiposa? El caso es que, dice Ramírez:

"No es extraño entonces que los nietos la adversen [a la bandera rojinegra sandinista], y hasta le prendan fuego, ya que ignoran que se trata de una herencia de sus abuelos, a su vez recibida de un tatarabuelo lejano y difuso, y cuya figura también ha sido distorsionada, y la vean sólo como una impostura que el nuevo poder familiar ha colocado en lugar de la bandera del país, cuyos colores, azul y blanco, se multiplican en las marchas de protesta, en las fachadas de las casas, en las ventanillas de los vehículos, en pañoletas y cintillos de cabeza, en las mejillas de los jóvenes manifestantes."

Dentro del esquema patriarcal en el que escribe, Ramírez enarbola el argumento de la ignorancia juvenil. Pero el caso es simétrico a las decisiones recientes de sus camaradas. Es propio de la juventud (cree Ramírez y creen los renovadores) olvidar el pasado y sus figuras para buscar las oportunidades.

P.S. 23 de febrero

El think tank jesuita Envío (afín al MRS), ve en el cambio de nombre de estos últimos, un "aporte". Dicen los comentaristas que:

El cambio de nombre en el MRS es un aporte en momentos en que a todos les toca aportar algo. Hay quienes así lo han reconocido: “Con la decisión de abdicar de la nostalgia revolucionaria se forjan los cimientos de la nueva izquierda en Nicaragua”, comentó el experto en derechos humanos Uriel Pineda.

Así que esta abdicación o genuflexión o posposición de cualquier debate sobre sandinismo dentro de una organización que esconde la cabeza en la arena, será la base de la "nueva izquierda" (y lo anuncian citando a un comentarista de derecha...) Vergüenzas ajenas, las llaman también.

 

viernes, enero 08, 2021

Más sueños

 

Diciembre

Sueño que estoy haciendo una clase sobre Residencia en la tierra. Mi ancla es uno de los poemas, más probablemente “Galope muerto” pero en mi retórica el poema suena expresivo, “como nuevo”, se podría decir en tono de comercial. La clase me llena de algo parecido al gozo.

12 de diciembre

Soñé hoy de madrugada con Love Streams, yo era, a la vez, protagonista y espectador. Era una especie de aspiración (ser ese hombre sofisticado) y una suerte de análisis (hombre sofisticado de sexualidad hedonista). Me desperté e hice mentalmente la lista de mis películas favoritas etc. Andrei Rubliov, Greed, Lost Highway? o, más bien, Cabeza de borrador?


Alguien lee en un sueño el siguiente texto:

Hagan algo con los chascarrillos macondianos

Que prodiga Sergio

Es el horizonte a destruir por cualquier prosista que se crea tal

Discútanlo en la próxima tertulia

TERTULIA=TORTURA

El macondismo envejeció en 1973 al pie

de La Moneda

Desarmen el mito de la barbarie y de la civilización

El hecho de que escribir sea un oficio burgués en Nicaragua

No faculta a tal extremismo clasista /y sin Facultad

 

Toda una revolución para desembocar en este oficio burgués y de salón

Detengan los chascarrillos


14 de diciembre

Soñé que en la calle Francisco de Villagra con Irarrázaval (donde hay una gasolinera) había en realidad una capilla desde la que despachaban apuradamente varios entierros. Uno de ellos era el de mi padre, yo me apuraba, algo conmovido, para alcanzar el cortejo.

18 de diciembre

Soñé que quedaba de encontrarnos en el Instituto (el García Vado) con O. y otro compañero de secundaria que no logro identificar, Alguien Elusivo (¿un muerto?). Uno de ellos llega acompañado por un perro. El encuentro no es muy entusiasta, más bien quieto o desganado. Entramos al Instituto, pero inmediatamente mis compañeros se pierden. Recorro el lugar, veo a niños pequeños sometidos a la disciplina escolar, y algún que otro conocido, pero mis compañeros se han ido.

Alguien lee en un sueño el siguiente texto:

NUNCA SALIMOS DE PARÍS

Los poetas latinoamericanos o son mallarmeanos o son whitmanianos

Están reescribiendo permanentemente o bien Prosas profanas o Cantos de Vida y Esperanza

Parisinos o americanistas y con frecuencia más bien mestizos, cruzas de París y tierras lejanas.  Uno puede decir cómodamente:

Juan Luis Martínez ese Mallarmé porteño, Raúl Zurita ese Neruda del desierto.

Son exageraciones con aire de verdad.