Mostrando entradas con la etiqueta literatura. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta literatura. Mostrar todas las entradas

jueves, marzo 13, 2008

Visitas a Rosibel

Lo llamó Averroes para una crítica de cine semanal. Averroes se llama. Buitrago de apellido. Siempre entran las secretarias en las llamadas, vacilan en el oído, anotan. Los días miércoles. Fresco el parquecito con su idiota y su carrito. Se llama el Niño Solo. El parque, no el idiota. Lo llamó su esposa. ¿Que qué dijo? Estaba en el super, no habían pasas. Pero, en cambio, tiró a lo lejos su dieta.

PRIMERA VISITA

El epílogo lo daba el radio receptor: para los dos hasta el fin del mundo… Me harté de yesos y querubines trompudos enseñándose en las salas hasta que di con el biombo forrado con cartones. Allí estaba el Corazón de Jesús en una versión rojiza. Crucé la sala sin que me vieran: ahí estaba la T.V. enseñoreando y una mujer que sonreía frenética. Llegué al patio y vi las estrellas. Me perdí en las estrellas.

Como en una película de Natassja Kinsky, Rosibel tenía una abuela sorda. No la mamá, que había muerto hacía varios años, sino la abuela. Al fondo había un silvestre jardín descompuesto en loterías de hojas lustrosas y a veces partidas; y trepadoras que se habían posesionado de las bardas. El radio era un celeste Philidor y Los 007 se seguían quejando: detén la noche para los dos… Palacios hacía gracias: para la noche detén los dos… La abuela era ostentosamente sorda mirando el jardín y con el radio a su lado, puesto en la mesa de madera sin pintar.

Rosibel quería hablar de esa mujer. Vos decís la Andarivela. Es una pueta de por aquí que trabaja en el FENUAP, una o-ene-gé de esas. Me traía en su carro y me dejó ahí por las Delicias. Vos mentiste. Pensé que iba a decir: Usted mintió. Hubiera sido más terrígeno o terráqueo sentir que una matagalpina de pelo crespo suelto y largo me hablaba de Ud. No tengo por qué mentirte. La abuela apartaba una mosca que quería roer su oreja derecha y seguía ensimismada. Luego otra vez ver el jardín. Un jardín de cachivaches, flores encarnadas en sujetos anónimos: la dalia petrificada, la tribu de jalacates, el jacinto vítreo. Al fondo había crecido un arbusto de huelenoche, saludable y pestífero. El jardín será siempre tierra de nadie, pensé. Al tiempo que decía: tenía que aceptar el raid. Aunque esa niñona de la palabra me traía enfermo con su catalepsia literaria. Es un tipo de mujer desenfadada y frívola. Desenfadada, está bien, relacionada, con carro. Pero frívola, free bola, lluvia o llovizna de la poesía, jardincito de la poé-tica, cualquier cosa menos mi heroína.

-Mira, Norberto. Ven que te enseño – esta vez con acento de cubana -. Aquí donde tú ves, la alfombrita deshilachada del estar, ahí fue donde caí muerta. Bueno no muerta, me faltaban algunos minutos para morirme…

Rosibel abría las persianas de madera. Afuera era la calle del verano, la algarabía del barrio. ¿Si digo algarabía estoy optando por ser pesimista?. Rosibel Sander, Rosibel Aurora, Rosibel Liuba Condorí. Era gruesesita en verdad. Había abierto esa misma persiana en un viejo diciembre para despedir a un novio que se quedó aferrado al recio calor del aire en otros meses menos oreados. Al voltearse, su cara ofrecía la cifra de fotos, empleos, lugares, ansias que Palacios no iba nunca a conocer. Pensaba en las casas de alquiler, listas ya con todo y cucarachas para ser ocupadas, llenadas. Las primeras noches extrañando las bujías número 100 y el sitio. La primer mañana en que se mide el patio y se lavan las medias para colgarlas en el alambre de púas. Y Rosibel seguía hablando de esas sensaciones y de cómo el jardín se había tomado la esquina del patio y las tapias.

Mi jefe es enorme. Come carne de canguro y toma cocacola cada amanecer. Y lo llama Averroes Buitrago que eructa casi en el teléfono. De dónde lo llama?. Tal vez del más allá, de los canteros viejos del Pedagógico donde estudió con él y donde adoraban juntos a las musas del cine. Sale mi jefe bañado en colonia a almorzar con Averroes. Pero Averroes le insiste al siguiente día con la reseña semanal. Cuando se lo digo muestra su sonrisa mi jefe. Tiene un puente con los dientes superiores artificiales. También lo llamó su esposa. Desde el gimnasio. O viene ella hedionda a cold cream y sudor. La nutria con que se aparea el inmenso de mi jefe. Hasta sus sueños veo, ya hasta clarividente me voy volviendo. Pero es claro que sueña con España, sueña con esas vacaciones. Yo llamo a la oficina de Iberia, pregunto por los boletos. Él vuelve agitado y serio. Da indicaciones, no me mira. Roo – si –bellllll. Y enuncia (la ele que usa es de Miami, una ele anglosajona, así como cuando dice Robert De Niro, dice en realidad prrrroberrrrttt dte nirooo, pero él no tiene acento de gringo, sino que intercala la pronunciación inglesa donde debe y el resto es puro chapiollo lo que habla pero claro con distinción, me he fijado por ejemplo en su forma irónica de decir gallo pinto) órdenes.

- Vamos al parque del niño solo (¿de qué muere el niño sino de soledad?). Ahí nos sostendremos el uno en el otro como dos picados de culebra…- dijo Palacios otra vez ocurrente.

- Pero no estará lleno de pequineses y pateadores de bultos?- preguntó Rosibel haciendo señas a Palacios que callara que la abuela podría oírlos. La abuela flotaba impermeable a las amenazas (solo y herido así me dejás…) de Leo Dan.

- Temés que el vulgo naufrague nuestra barcarola? – sabiendo Palacios que Rosibel siempre estaba disgustada con el vulgo (¿qué le ha hecho a Ud. el vulgo, señorita? preguntaba el locutor)

-Además va a llover – dijo Rosibel mientras Palacios echaba una última mirada al ocaso en el jardín (un Chardin transmoderno sin duda) (saludos en la ciudad de San Marcos para Fulgencio, Soto, para Robert PRRROBERRRT, para Argentina, Felipe del Mismo Apellido, saludos a doña Paula…).

Paula no era /la Andarivela /que vendrá por ti/ a la tierra/ de la espera/ infinita.

Paula Noriega/la Andarivela/ que vela por ti/ en la esfera/ terráquea y/ finita.

Paula andariega/ la Andarivela/ que esperma/ eremita.


No sabés hablar con Rosibel; ella enmudece con sus párpados y glúteos, te tiene preso en los enmedios y los acertijos; cómo llamar al huelenoche que te atosiga cuando vas al excusado, cómo desertar de sus cabellos traídos de los cerros de La Chispa El Chispón y Gua-nunca (mi patria adoptiva). Y así con ese himno terminó la primera visita.






jueves, octubre 18, 2007

Premios

Según escuché el otro día, entre murmullos, uno de los alfaguaras hizo la gira de promoción de un día por país, y al llegar al suyo sufrió un síncope (el típico de las reinas de belleza bulímicas).

Verdad que los premios literarios sí tienen sentido.

Cualquiera quiere tener su Historia de la eternidad, pero están vendiéndola con contratapa firmada por uno de esos recientes y sincopados alfaguaras. Yo no compro a Borges en tal estado de descomposición.

El Planeta also sucks.

jueves, agosto 16, 2007

El traje que vestí mañana

¿Incurre en una carrera informativa inútil el escritor (ese "publicador de libros") que decide escribir un blog? ¿Se muere Bergman y hay que lamentarlo, cumple años Sargent Pepper´s y hay que endiosarlo, muere Elvis y hay que narrar su vida? ¿Hay que correr y estar ahí en el momento en que se desvanece el arcoiris? ¿Competir de aniversario en aniversario?

¿Tiene que comenzar a leer la novelas del próximo premio Nobel en septiembre para que su primera anotación de diciembre sea primicia? ¿Puede el cronopio competir con la velocidad de la web, o es el libro de Cortázar una nostalgia de la nostalgia de la nostalgia, y así hasta el infinito? ¿O se puede concebir el blog-Axolotl?

¿Acaba el blog tragándose el artículo? ¿O el artículo engullendo las notas dispersas del blog, esas que para parafrasear a Cardoza va poniendo el escritor como las cabras bolitas? ¿Hay que empezar ahora la nota obituria sobre Sofía Loren? ¿O sobre los diez años de muerta de la horrenda princesa Diana?

¿Se podrá dejar depreguntar por la autoridad literaria en tiempos de blog?

sábado, mayo 19, 2007

Primera Revista Latinoamericana de Libros

Se lanza la PRL, con fantásticas promesas:

"PRL, la primera revista de libros e ideas de circulación hemisférica. Con los libros más recientes e importantes, y el comentario más calificado. Desde literatura hasta ciencias exactas, pasando por historia, política, economía, filosofía.
Una revista de libros e ideas para el lector adulto y bien informado de Sur, Centro y Norte América. Para el lector y comprador de libros, que anhela participar de las ideas más originales y entender la dirección de las corrientes de pensamiento mundiales. " etcétera

martes, marzo 20, 2007

Para un genealogía del letrado subalterno

Darío, hablando de la educación en la España del 98, explica: "En los países menos civilizados, como en los más florecientes, ya se conoce lo que es el proletariado intelectual". (Obras completas, III, 281, negritas añadidas).

Idelver Avelar, hablando del resultado cultural de las dictaduras sudamericanas, en conexión con el predominio del neoliberalismo, dice a su vez: "Si la universidad liberal-populista pudo representar para las clases medias alguna esperanza realista de ascenso social e incorporación al sector letrado de las elites, la universidad de hoy día forma principalmente una especie impensable hace treinta años: el experto proletario". (Alegorías de la derrota, 113, negritas añadidas).

La especie era muy pensable y de mucho tiempo atrás: en las condiciones culturalmente miserables que permite la primera Restauración española (a partir de 1875), y que Darío critica refiriéndose a la carencia y el daño estructural del sistema educativo.

Como se sabe Franz Galich propuso, para los tiempos del reciente auge neoliberal, el término "subalterno letrado". Es obvia la secuencia genealógica de este letrado subalterno con el proletariado intelectual de Darío, y con el experto proletario de Avelar. En Galich se trata de una identificación gramsciana en tiempos de globalización. Su definición dice así:
"Consciente de lo subversivo del término (y lo aparentemente contradictorio), pienso que ante todo, es una actitud, consciente, de algunos intelectuales y escritores. Otros, por el contrario, no se dan cuenta de la realidad. O la ven muy clara pero prefieren hacer la del avestruz. Entonces, un subalterno letrado es aquel que se da cuenta que poseyendo un horizonte amplio de preparación académica o no, se ve impedido de lograr su realización plena creadora en su máxima capacidad. Este impedimento es producto, fundamentalmente, del atraso material (económico y científico-técnico) y la indolencia de los responsables de la dirección de las instituciones estatales y universitarias de los países víctimas del subdesarrollo.

El impedimento tiene formas concretas: la marginación y el silenciamiento, son algunas de estas prácticas que inducen a la formación del subalterno letrado. Hay otra, que es ominosa: el servilismo. Ambas conducen a lo mismo. Pero no son iguales".


De la misma manera, el contexto es significativo. Sus rasgos sobresalientes provienen del predominio de los programas neoliberales en el ámbito educativo reciente. Tal lo explica Galich en su artículo Desde el centro de la Periferia de la Periferia.

Concretamente,
"el país que llevó la peor parte del vendaval neoliberal, fue Nicaragua. Una de las áreas más afectadas por la tormenta fondomonetarista ha sido la educación (la universitaria en particular) y de ésta, las Humanidades. Se han desplazado de los pensums de estudios superiores casi todas las materias humanísticas, con excepción de contadas instituciones. Pero de todas ellas, la que ha sacado la peor parte ha sido la literatura.

Actualmente, de las 43 universidades y centros de estudios superiores ¡sólo una posee estudios de literatura! ¡En la tierra del jefe máximo del modernismo! Las políticas neoliberales hicieron que en poco menos de cinco años se desmontaran todas las estructuras de los estudios humanistas en general y de los literarios en particular".


¿Cuál es el espacio de lucha del experto proletario o subalterno letrado, si el desmontaje de sus espacios posibles es lo que caracteriza su propio contexto? Sabemos ahora que no basta con el hedonismo postmoderno, la condena abstracta de toda autoridad, o el cinismo tecnocrático que habla de "humanidades" sólo del diente al labio.

Otro problema contextual es el de la disimilitud entre este subalterno letrado y el subalterno sin más. Pero en cualquier caso la "ontologización" o esencialización de este subalterno "de verdad" no parece ser un camino: hay que verlo en conexión, intersección o, si se quiere, comunión. Porque los tres teóricos citados(Darío, Avelar y Galich) lo observarían a través del aparato educativo, como en una especie de convivencia contradictoria.

El contexto del subalterno letrado es bien concreto: la disolución del proyecto universal de universidad, el dominio de la universidad tecnocrática (Avelar 114). En este proyecto de universidad el sentido de las carreras humanísticas ha sido engullido por la rentabilidad.

lunes, marzo 19, 2007

La frivolidad reventará

Pensaba escribir sobre ese perturbador titular del domingo en El Nuevo Diario: País reventará. Pero me quedé pensando de manera quizá un poco menos civil y más egoísta en las veces que lo hemos sentido reventar, en los trabajos de sobrevivencia que nos ha tocado enfrentar, en las dietas y condiciones de vida a que nos hemos adaptado (cuando hablo en la primera persona del plural pienso no en una comunidad imaginada, nación o "revolucionarios esta vez sí cercanos a Sandino", o clase media, sino en nosotros, la familia). (Quizá sólo temen que reviente lo que ya no puede reventarse más, aquellos que la reventazón económica, social y moral no ha alcanzado todavía, al menos en las últimas tres décadas.) Pero vivo una etapa frívola con respecto a las lecturas, de ahí mi última anotación, y ésta que comienzo, inspirada por la búsqueda de la "raíz" anglo de los cuestionarios sobre autores abandonados. Las preguntas son como siguen:

1. Un libro que haya cambiado tu vida?
No recuerdo los autores, pero se llamaba Tratado de armonía aplicado a la guitarra. Me cambió la perspectiva, la forma de ver el mundo durante la adolescencia.

2. Un libro que hayas leído más de una vez?
Madame Bovary. Como nunca leí francés, coleccionaba varias traducciones, comenzado con la de Consuelo Berges para Alianza, prólogo de Vargas Llosa. Tenía también una edición cubana, una de Brugera, etc. Terminaba por regalársela a mis amigas, en especie de trasposición erótica. La dedicatoria solía decir: tú eres Madame Bovary. Cada vez que veo en una librería una versión, voy a la primera página para ver cómo traducen lo de la llegada de Carlbovary al colegio.

3. Un libro que querrías tener en una isla desierta?
Paradiso de Lezama Lima, la mejor novela del siglo. O, en su defecto, El zorro de arriba y el zorro de abajo de Arguedas.

4. Un libro que te haya hecho llorar?
Poeta en Nueva York de Federico García Lorca. Quiero llorar porque me da la gana, etc.

5.Un libro que te haya hecho reír?
El amor en los tiempos del cólera. Me tocaba hacer una exposición sobre la novela, y decidí integrar a la exposición todas las malas palabras, vicios sexuales y heterodoxias ideológicas que encontrara. Esta perspectiva me hizo leerlo casi a carcajadas. Más notorio porque no era una etapa muy feliz de mi vida, no era la primera vez que la leía, y el prejuicio de que se trata únicamente de una novela de avión y supermercado estaba ya extendida.

6. Un libro que quisieras haber escrito?
Tal vez Plegarias atendidas de Capote.

7. Un libro que quisieras que nunca se hubiera sido escrito?
El código Da Vinci y sus pares. (En esto coincido, o my god, con Sergio Ramírez.)

8. Un libro que estás leyendo ahorita?
El beso de la mujer araña.

9. Un libro que tendrías que haber leído?
Pero que probablemente nunca voy a leer: la novela sobre Juana la loca que hizo Gioconda Belli. La novela histórica me aburre profundamente, pero en este caso la mera idea me parece indigesta.

sábado, marzo 17, 2007

Autores abandonados

Del blog de Idelber Avelar, quiero retomar el meme de los autores abandonados, pero a la hora de pensarlo no me aparece ningún autor que yo haya dejado de leer por voluntad propia. Leo poco Rimbaud, Pasolini o Henry Miller, mi triduo de oro en los veinte. Pero no lo llamaría abandono ni alejamiento, o, diría el poeta, cuando me fui no me alejé. Sé que hay autores a los que no volveré, pero lo mismo me recreo en sus ruinas (aquel autor de Papillon, por ejemplo). Sonaría bien, y de moda, decir que dejé de leer a Gabo (nunca corrí a comprar su autobiografía, por ejemplo), pero no es cierto: por momentos extraño ese tiempo en que Gabo sea olvidado por fin para poder leerlo. Una vez dejé de comprar Muerte en Venecia, porque me pareció patético el inicio. Pero no diría que ya no quiero al tío Tom. He dejado de leer a Juan Ramón Jiménez, pero en cualquier momento podría sintonizar de nuevo con su poesía, creo yo. Así que el tal meme no se me pega tan fácil, y me resisto parcialmente.

En cambio, me sale más fácil decir qué músicas he dejado de escuchar, de las que adoraba otrora. Pink Floyd, The Doors, Bob Marley, Queen (sé que me estoy pasando a cuatro, y me hago el comedido porque podrían ser más). En mis veinte estas eran luminarias. Pero los primeros me suenan ahora de un gigantismo innecesario, Morrison ya no es aquel gran "poeta" que yo creía (junto a Giovanna: cuando nos entusiasmaba The End), Marley sufre la inanición de la sobreexposición (y de la apropiación folklórica: una especie de Frida Khalo jamaiquina), y Queen, con todo el respeto que sigo teniendo por Freddy, me entusiasma hasta tener Greates Hits, pero no más.

En cuanto a cineastas, como he sugerido otras veces, me interesan cada vez menos Coppola, Scorsese y Allen.