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lunes, agosto 06, 2007

Bolaño habla en 1976 de la nueva poesía

Y menciona, entre otros, a Beltrán Morales y Fanor Tellez. Véase el Dossier sobre Infrarrealismo en El Interpretador.

Los infrarrealistas, que son la fábula de lo que serían después los realvisceralistas , ponderan la rebelión: "dondequiera que se presenta la cultura oficial y acudimos nosotros, de inmediato todos los asimilados se ponen en guardia", según Cuauhtémoc Méndez. ¿Pero quiénes son los "oficiales"? Algunos nombres (y uno nicaragüense) entre la iracundia:
"Siempre habrá un Nicolás Guillén para un Estado obrero burocrático, como siempre habrá un Eraclio para recibir el homenaje de una supuesta democracia burguesa, y siempre un Julio Valle Castillo que de la noche a la mañana se convierte en fervoroso sandinista para codirigir una política cultural a la altura de un gobierno frentepopulista".


Desde esta óptica se puede leer (en la novela) la visita realvisceralista de Ulises Lima a Nicaragua, y su encuentro con "pinches" discípulos de Cardenal.

La reflexión poética sobre Centroamérica es muy intensa, y por eso el otro día la colgué como encaje.

viernes, agosto 03, 2007

Cuentista

De Luisa Valenzuela, este bravo minicuento:

"Mesa redonda
- Yo escribo para llegar al corazón de mis lectores, dijo el poeta.
- También yo aspiro a eso -reconoció la cuentista. Llegar a su corazón, para comérmelo."


vía El Ojo Travieso

jueves, julio 26, 2007

Pulmones

De la corrección III
Los liberales de Nicaragua, Honduras, Costa Rica y El
Salvador
unieron Centroamérica en la lucha contra el gringo
Walker
y echaron sobre sí
todo el peso de la guerra.
Lo que a los conservadores les pareció pero muy bien.

(Roque Dalton, Las historias prohibidas...49)


No es cierto, querido Dalton. Fueron los liberales nicaragüenses los que trajeron a Walker. Fueron los conservadores los que quedaron gobernando después que Walker se fue, fundando lo que muchos de nuestros pensantes (incluido el embajador sandinista en Washington) llamarían quizá la primera "sociedad democrática" en la historia criolla, incluso primer gobierno de "sociedad civil" (continuado en 1990 por Chamorro), y conocido en la historiografía como los Treinta Años Conservadores.

Pero en un ambiente asfixiante de folklor y nacionalismo, en el país de novelistas como Belli et. al., es aire fresco respirar con el pulmón derecho de Asturias. Y en tierras del Coronel fundador, el Cuadra hispanocristianizador, el Cardenal izquierdodivinizador y el Chichí perpetuador, es oxígeno puro el pulmón izquierdo de Roque Dalton.

Así repaso "Viejuemierda", esa lección de historia intelectual, donde se ve al pobrecito de Masferrer cándido y en contexto que no termina:
Cogido por las corrientes culturales
de la desconcertada América Latina finisecular,
don Alberto anduvo para siempre en la onda de Domingo
Faustino Sarmiento
en eso de confundir a cada rato los pobres con los
bárbaros
asimiló la aflicción mundial de la burguesía que
produjo el reformismo
y se enmariguanó hasta la cacha con las misteriosas
filosofías orientales.
(ibid 103)

lunes, julio 16, 2007

Pavel medita mirando gotear en el patio de Benjamin Hall

Los chicos benjaminianos en un oscuro patio
En el aire mate
Ven caer una gota permanente
Que cala la textura de una copa de vino.

Ah esos chicos benjaminianos que soportaron
La madrugada mientras el monstruo supuraba
Y que tragaron el cereal a menos de diez Farenheit
Y pusieron de nuevo una a una las letras inútiles
En su sitio.

De Pavel Carías Todo lo que dijo

viernes, julio 06, 2007

Maravilla en letra de Cortázar sobre un poema de Lorca


En El futuro de libro la noticia sobre una exposición de parte de los libros de Cortázar, y un Maravilla de su puño y letra sobre el Poema doble del Lago Edem. El mismo Cortázar había copiado esos versos para ponerlos por entero (quiero decir, la parte que ahora se ve subrayada) en Salvo el Crepúsculo, su colección de poemas: entrada adolescente a Cortázar, entrada juvenil y dolida a Lorca, allá por los años 80s.

lunes, junio 11, 2007

El vampiro de Marosa

Mi alma

Marosa di Giorgio

Mi alma es un vampiro grueso, granate, aterciopelado. Se alimenta de muchas especies y de sólo una. La busca en la noche, la encuentra, y se la bebe, gota a gota, rubí por rubí.

Mi alma tiene miedo y tiene audacia. Es una muñeca grande, con rizos, vestido celeste.

Un picaflor le trabaja el sexo.

Ella brama y llora.


Y el pájaro no se detiene.


De La flor de Lis (El Cuenco de Plata)

Recortado de Nación apache

martes, junio 05, 2007

Happy few, F.


Aniversario de FGL: "y fue bautizado con el nombre de Federico del Sagrado Corazón de Jesús García Lorca".


Ilustración "Federico García Lorca sin espinas", acrílico sobre táblex, por Aguijarro.


Pero ¿cómo lloran los niños del último banco?

martes, mayo 29, 2007

Policrítica

A De Sibilas y pitias (un excelente blog de recortes y traducciones de poesía), le robo este fragmento de Cortázar, que suena la mar de saludable. Fue publicado originalmente en la revista Casa de las Américas, n º 67, julio-agosto de 1971, según informa esta otra página, que tiene el texto completo.

Policrítica en la hora de los chacales
Julio Cortázar (fragmento)

"De qué sirve escribir la buena prosa,
De qué vale que exponga razones y argumentos
Si los chacales velan, la manada se tira contra el verbo,
Lo mutilan, le sacan lo que quieren, dejan de lado el resto,
Vuelven lo blanco negro, el signo más se cambia en signo menos,
Los chacales son sabios en los télex,
Son las tijeras de la infamia y del malentendido,
Manada universal, blancos, negros, albinos,
Lacayos si no firman y todavía más chacales cuando firman,
De qué sirve escribir midiendo cada frase,
De qué sirve pesar cada acción, cada gesto que expliquen la
Conducta
Si al otro día los periódicos, los consejeros, las agencias,
Los policías disfrazados,
Los asesores del gorila, los abogados de los trusts
Se encargarán de la versión más adecuada para consumo de
inocentes o de crápulas,
fabricarán una vez más la mentira que corre, la duda que se
instala,
y tanta buena gente en tanto pueblo y tanto campo de tanta
tierra nuestra
que abre su diario y busca su verdad y se encuentra
con la mentira maquillada, los bocados a punto, y va tragando
baba prefabricada, mierda en pulcras columnas, y hay quien
cree
y hay quien olvida el resto, tantos años de amor y de combate,
porque así es, compadre, los chacales lo saben: la memoria es
falible
y como en los contratos, como en los testamentos, el diario de
hoy con sus noticias invalida
todo lo precedente, hunde el pasado en la basura de un presente
traficado y mentido.

Entonces no, mejor ser lo que se es,
Decir eso que quema la lengua y el estómago, siempre habrá
Quien entienda
Este lenguaje que del fondo viene"

lunes, mayo 28, 2007

Poemas en El Coloquio de los Perros

Poemas en la revista El Coloquio de los Perros, de Lorand Gaspar, Ahmed Hachem Eraissouni, Sandra Moussempès, Mehdi Akhrif, Sam Hamill, Menna Elfyn, Mohamed Maimouni.

Recorto éste, de Gaspar, traducido por José Manuel Gallardo Parga:


LA MAISON PRÈS DE LA MER – I


8.
el silencio de los muros el pudor de la palabra rosa
murmullos de olor al fondo de los años
y la mar desnuda en las habitaciones desiertas —

mis ojos quedaron de nuevo atrapados en la noche
pero ahora escucho el día que modela
el petirrojo en su garganta —

viernes, mayo 25, 2007

Toda poética se hizo para escribir una novela

¿Cómo enfrentan los creadores la disolución de una poética? Me refiero no a la reacción conservadora que insiste en la bondad del mundo (de su mundo poético).

Un indicio es Cervantes: su novela es una constelación de poemas, de modos de poesía, de fragmentos y proyectos poéticos (novelas pastoriles, elegías, teatro).

Otro indicio es Paradiso el colmo de la poética neobarroca, pero en forma de novela. Novela: eso que aspira a extender, exaltar una poética, de taladrar la realidad más allá de sus condiciones de posibilidad, pero sin dar con la forma, siendo su propia disolución. Cortázar era mal poeta de taladro parisino.

En referencia a la poética real visceralista que Roberto Bolaño noveliza en Los detectives salvajes, uno de los personajes dice: “era su manera de hacer política, de incidir políticamente en la realidad” (p. 321).

Esa manera de incidir en la realidad se corporiza a veces en la forma de una novela, y es, por eso, una acción política autorreferida (uno de los grandes temas de De Man, por cierto).

¿Queda sólo un gesto de una poética? ¿Pueden los que se autonombran (y he ahí el dilema, siempre es un autonombre) poetas evitar esa disolución? ¿Tenderán a escribir ese tipo de novela de despedida?

Encajes

Porque el encaje es una forma de continuar la guerra por otros medios.

Además, temas compartidos en el Google Reader.

martes, febrero 27, 2007

Pequeña historia del valor estético

A la memoria no siempre grata de JCU

La Traviata
Antes del “cine del barrio de la humanidad” estuve conminado al Margot, en la ciudad de Matagalpa. Miré ahí casi todo el cine preciado de tal, “estético” y tremebundo. Una noche pusieron la versión filmada de la ópera de Verdi, “La Traviata”, y el cine casi se cae por los gritos del público que furioso y corrompido pudo callar por fin al cinematógrafo pervertido. Para mí, que todo esto quiere confluir en una moraleja sobre los valores estéticos.

Elliott en casa
Y la forma que tiene Elliott de estar en casa, es otra. Tengo todos sus discos, algunos ya dejaron de gustarme, o gravitan, giran, se estrechan mientras vuelven. Me han dejado como tarea memorizar "Tradition and the Individual Talent", pero es imposible. La chica dice que incluso los artefactos de uso sexual (consoladores o toyz) tienen un aura de valor estético (Cf. This is not a Test, track 9). Y que por qué mejor no discutimos el sentido que valor puede tener cuando es adjetivado con esa connotación capitalista-sexual?


El Valle
Reyes pensaba una Grecia Mexicana en el Valle. Esto es un problema postcolonial que consiste en que el sujeto europeo se cuela siempre en vuestras fábulas de identidad. Precisamente, habrá que ceñir “El Valle”, poema de E.M.S., a esa fábula. Si no, no se da cuenta plena de sus significados. Lo metapoético no es sino la rendija por donde entra el Hombre Europeo transfigurado por la estética universal a un escenario marginal. Casi La Traviata cantada en un cine popular.

Media clase
Residencia en la tierra de San Tranquilino, donde las toronjas son más dulces. Me dediqué dos años a preguntarle a la clase media latinoamericana: Y Ud. qué piensa, cuál es el disco de Los Beatles más importante? Siempre ganaba Abbey Road, sobre todo entre sudamericanos. Y yo respiraba tranquilo, pues el universo quedaba de nuevo ordenado según su jerarquía.

Historia reciente
Pasé dos años leyendo a los autobiógrafos centroamericanos. No son ellos menos complicados que los poetas, lo que me hace pensar en la volubilidad de los valores estéticos. ¿Cómo creer en la transfiguración de la mariposa sin saber que la doméstica de Eunice Odio fue despedida? ¿Cómo perorar sobre exteriorismo sin saber que Coronel perdió su padre a los cuatro años, lo que implicó la clausura de una conversación? ¿Cómo no notar que las sirvientas de Cardoza y Aragón empapelaban las paredes con fotos de actores de telenovelas?

New Age
Pero cuando volví al mundo, las librerías estaban compuestas de libros de autoayuda y de “nueva era”. No he hecho desde entonces otra cosa que leer esos libros para saber respirar, para reparar el futuro, orgasmizar el presente, seducir al crepúsculo, retornar a la serena intrascendencia de la estrella de mar. Me siento casi como un poeta puro.

lunes, febrero 12, 2007

Exceptos diseminados

Notas de diario
(...)
12 de mayo de 2006
Viernes. Milagros únicos y aislados. Un roble amarillo, el ronroneo de los Beatles—esas bestias intercambiables que suman el punto de lo sublime y la mercancía—, los hijitos en la madrugada…

20 de mayo
Mayo alfombra de flores. Cielos poblados.
La espina bífida del día. Y el día que salta hecho pájaro.

28 de mayo
Domingo hirviente de humedad. Leo Una introducción a la teoría literaria de Terry Eagleton.
Llevo una silla al patio, me siento como el rey de las flores; los guardianes chapulines rojo-quemado sobre las hojas, agrupados, gregarios, creciendo más que el universo.
(...)

2 de junio
Todos mis diarios—los excavados, los desaparecidos, los humillados en el cuaderno, los corporales, vecinales, vendidos, los heliotropos—han sido poesía.
Con excepciones: algunos sistemas se han impuesto, han susurrado algo perverso, desvaído, abstracto o vulgar.
Todos mis diarios han sido excepciones. Excepto. Esa es la palabra titular. Excepto.
Todos mis diarios no han podido ser poesía, por todos esos exceptos diseminados.

3 de junio
Sábado. Amenazas de lluvia, efecto de caldera húmeda entre el cielo y la tierra. Remotos truenos. Temor de temblores. Sueños sin sueños.
(...)
El fascismo como vértigo interior.

4 de junio
Todas esas dudas de la edad madura. Era mi cuerpo demasiado anfibio? (...)

11 de junio
Domingo de noche. No has sentido la contradictoria sensación del que escribe: avergonzado, curioso, alejado.

12 de junio
Después del trabajo. Dolor en el omoplato y los músculos de la región del cuello, quizá efecto del uso de esta laptop, agravado por el enfriamiento del aire acondicionado. Estoy sin analgésicos. Escucho Plastic Ono Band (adquirido quizá en octubre en la tienda de Squirrell Hill), me asienta bien: tareas, infinitos, pesos, familias.

14 de junio
Noche. Llueve a tendaladas. Me cae mal la lluvia, el ruido que hace en el zinc, la confusión que trae. Además, es una lluvia demasiado agresiva para la época del año. No me deja escuchar la música. Y estoy algo confundido también entre lo que quiero hacer y lo que creo que debo.
Músicas del día: Sign O The Times by Prince.
Ahora unos estúpidos truenos.
18 de junio
Domingo de noche. Deseos de escribir algo que tuviera la textura de ese disco de Dylan (el de 2001).
Esto va para mi novela. Supongo que Norberto Palacios, criatura viscosa, debe tener una hipotética biografía similar a la mía. Un Servicio Militar observando algo impávido a la clase militar. Viajes al cine. Lecturas. Por supuesto, Palacios no es de los secuestrados.

Domingo 2 de julio
De nuevo el dolor de cabeza ligero y sobre los ojos. Elian Elias, piano. Tarde de domingo luminocalurosa. Aunque de vez en cuando nubes que corren y se derraman. Ayer era la derrota de Brasil ante Francia, en el Mundial. Recuerdo la derrota de Francia ante Alemania, en el 82, por penales, creo. But I was so much older then...

Sábado 12 de agosto
Escuchaba, digamos, esa genial canción que abre Music of My Mind. Reunía, digamos, Changesbowie, Magical and Mistery Tour, Peace Beyond Passion y Parade sobre la mesa.
Quiero hacer un seminario de crítica literaria latinoamericana, el proyecto vino de súbito como una inspiración.
(...)
Bajan nubes de humedad y nos envuelven, en la superficie de ellas van las moscas haciendo el amor.

21 de septiembre
Me caracterizo por sumirme en crisis profundas, en donde mis creencias se vuelven puras piedras. Valle Caliente del Western.
Me caracterizo por ser rutinario.
Me caracterizo por no.
Pero me caracterizo, sin embargo.

jueves, enero 25, 2007

Dos narraciones naturalistas

Los secuestrados

En Nicaragua los poetas inician sus carreras literarias con concentradas colecciones que alaban la página blanca y la dureza de la escritura. Las poetisas, en cambio, publican de primero poemas eróticos. En esta división del trabajo literario los hombres parecen no saber de su cuerpo y su falo estalla sobre la nada de la poesía. En cambio las mujeres detallan en sus poemas el cuerpo y sus estremecimientos.

Esta división del trabajo, al igual que cualquier otra, no es inocente, y está llena de cortocircuitos. Los hombres vienen a ser esos fabulosos Asesinos en Serie que persiguen por recóndito mandato los cuerpos que las mujeres proclaman.

La página blanca es siempre el escenario de un crimen.

Pero a cierta edad los papeles se invierten. Todo poeta va mostrando cada vez con más ahínco su rabo verde. En cambio las poetisas parecen caer en brazos de la Diosa Blanca. El tiempo de las erecciones esporádicas es en el que los poetas joden de mejor y más variada forma a las musas de carne y hueso. Al menos es lo que dicen. El tiempo de las grasas en el vientre, y las carnes caídas es cuando las poetisas descubren la fantasmagoría de aquellos polvos escriturales. Comprenden que se parecen a los cosméticos. Y que el cosmos universal masculino no es sino una versión embustera del humilde polvo facial.

Es el tiempo en que unos y otros intentan escribir novelas.

La novela es siempre melancolía carnal.

Le pasó todo esto a esta poetisa que ahora está tratando de escribir su primera novela. Primero fueron polvos, abundantes. Ella rasguñaba la página blanca, la teñía con estos fluidos. Vomitaba amor sobre la sábana/página blanca. Todo, hasta las heces, era un universo carnal que no se diferenciaba mucho de la poesía. Pero aquel tiempo feneció con los ovarios cansados.

Hoy la poetisa recibe una visita. Un joven delicado, de unos 28 años (en todo caso, cercano a cumplir los 30). Delgado, alto, cetrino. Parece susurrar cuando habla. Y la poetisa, discreta, toma nota. Él es su próximo personaje. Ella lo hace susurrar. Sorbe el café, tomado con parsimonia en la terraza. (Aquella desde la que se divisa como una gran fondo teatral el Lago de Managua, y Managua, turbulenta, humosa, rasgada aquí y allá por predios vacíos, y parques sucios. Y, hoy que es junio, por esporádicas lloviznas color tierra.) Ella pregunta de vez en cuando.
Todos los polvos han muerto en la comisura de sus labios, marcados un poco por sus ancestros libaneses. Sus pechos, otrora radiantes, se han vuelto modestos, y el trazo con que toma notas los disciplinan sin escándalo, pero con firmeza.

“No soy sólo yo”, dice el joven. “Los secuestrados somos muchos.” La poetisa asiente, y da un sorbo a la taza.
***
Los hombres de mi edad
Los hombres de mi edad son bastante feos. Hoy en la cola del banco, he estado a punto de decirlo, como si mis palabras hubieran sido la orden o la taxonomía que aquellos semejantes míos esperaban, circulando lentamente el uno tras el otro en una sucursal anónima. Pensaba que todos y cada uno de nosotros—casi todos hombres maduros—habíamos escogido esa sucursal del mall, en el día lunes que se iniciaban las vacaciones, por una razón burocrática. Pero burocrática con respecto a nosotros mismos. El impuesto del alma, el moho del corazón, cualquier sandez de esas que remedan los poetas de mi pueblo. Pagarle al alma con transacciones menores en un sitio realmente grande: las únicas que nos sería posible hacer en este lugar.

Había un hombre en especial que era la imagen o el remedo de todos los demás. Andaba con prostatitis o cistitis. Se sostenía de vez en cuando el lugar en que debía tener la vejiga, hacía un gesto de dolor, y pedía que le cuidaran su sitio en la cola, para sentarse por ratos más o menos prolongados. La primera vez que lo vi hacer ese gesto, pensé que estaba con ganas de orinar, y que iba a decir que iba al baño. Vestía bermudas y camiseta. Ropa usada. La camiseta tenía un letrero casi obsceno: “No, no voy a lamerte…” En inglés. Porque a los hombres de mi generación les está permitido vestirse a la gringa, deportivamente.

Era extraño. No había una sola mujer bonita o atractiva en aquella sucursal de banco. O eran demasiado altas, casi gigantescas, con unos culos tan enormes que sonaban a desamparados. O eran de esas flacas que se anclan en las ventanillas para sorber el aire acondicionado mirando a la distancia. O eran viejas. O jóvenes pero rechonchas. No. No musas around. ¿Cómo sería el dolor de aquel hombre con el pelo largo, algo canoso ya, enfurruñado y displicente? De hecho, perineo, colon, próstata y vías urinarias pueden unirse en coro y contrapunto cuando quieren doler, sobre todo si ya te estás poniendo viejo. Pensar esto me daba algo de repelo y preocupación. ¿Había tenido yo esa misma experiencia de ese hombre que sólo podía llamar Anti-prójimo, vocablo pariente de Antifonario?

La cola era larga y de vez en cuando entraban clientes que requerían trato especial. Un hombre en silla de ruedas. Un ciego conducido por su madre. Transacciones de menos de 100 dólares siempre. Salarios comunes que tal vez daban alegría. Yo pensaba en ciegos famosos: Borges. Luego, para distraerme más, en ciegos famosos pero despreciables: Andrea Bocelli, José Feliciano. O músicos de verdad: Stevie, Ray. Nada de eso borraba la impresión sofocante de aquel banco. Algunas mujeres habían llevado a sus crías. Una en especial llamaba una y otra vez a un diablo que respondía al nombre de Fernandito. No, no buen trasero tampoco, sino mera defunción materno-obesa. Requiescat…

El hombre volvía a sentarse. Me tenía que fijar en su entrecejo. De frente era un hombre casi negro, con el pelo sucio y desarreglado.

viernes, noviembre 24, 2006

Raymond Carver: Los días claros y soleados

Hace unos inviernos (¿tres, cuatro?) tuve un asueto que dediqué a leer puntilloso, cuentos y poemas de Carver. Traduje algunos de estos --los poemas, digo--, y permanecí entusiasmado otros tres, cuatro inviernos en la desemejanza del mundo. Ahora encuentro aquellos cadáveres en el clóset, algunos impúdicos e impublicables (ya no se diga traidores de los Derechos de Autor). Particularmente este que publico me da nostalgia, porque recuerdo que en aquel invierno era el epicentro significativo que prometia la luz de entre toda una fragorosa literatura oscura. Es de Carver, pero no garantizo ninguna fidelidad en la traducción (tampoco quiero ampararme en la divisa de los traductores --traidores, a fin de cuentas-- poco entrenados: "traduccion libre"). Soy responsable, pues, del entuerto y el dislate.



GALLETAS SODA


¡Vosotras galletas soda! Recuerdo


cuando llegué aquí entre la lluvia,


azotado y solo.


Cómo compartimos la soledad


y la quietud de esta casa.


Y me atrapó de piés


a cabeza una duda


mientras os sacaba


de vuestro envoltorio de celofán


y os comía reflexivo


en la mesa de la cocina


la primera noche con queso


y caldo de hongos. Ahora,


exactamente un mes después


una parte importante de nosotros


sigue aquí. Estoy bien.


Y vosotras -- Estoy orgulloso de vosotras también.


¡Hasta os estáis remarcando en


el impreso! Cada galleta soda


debería tener igual suerte.


Hemos hecho bien por


nosotros mismos. Escuchadme.


Nunca pensé


que pudiera llegar a esto


con las galletas soda.


Pero os digo


los días claros y soleados


están aquí por fin.