Los infrarrealistas, que son la fábula de lo que serían después los realvisceralistas , ponderan la rebelión: "dondequiera que se presenta la cultura oficial y acudimos nosotros, de inmediato todos los asimilados se ponen en guardia", según Cuauhtémoc Méndez. ¿Pero quiénes son los "oficiales"? Algunos nombres (y uno nicaragüense) entre la iracundia:
"Siempre habrá un Nicolás Guillén para un Estado obrero burocrático, como siempre habrá un Eraclio para recibir el homenaje de una supuesta democracia burguesa, y siempre un Julio Valle Castillo que de la noche a la mañana se convierte en fervoroso sandinista para codirigir una política cultural a la altura de un gobierno frentepopulista".
Desde esta óptica se puede leer (en la novela) la visita realvisceralista de Ulises Lima a Nicaragua, y su encuentro con "pinches" discípulos de Cardenal.
La reflexión poética sobre Centroamérica es muy intensa, y por eso el otro día la colgué como encaje.
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