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miércoles, febrero 04, 2015

Preludio

El tema me obsesiona. Paso largas horas arrumbado en el rincón aquel, llamado, para colmo, del sí mismo.

Una tijeras imaginarias me ayudan a cortar en pedacitos informes la imaginación. La mano escrituraria detenida.

Puedo pasar meses planificando y calculando una carta que no escribiré. Los sucesos devienen uno tras otro. Desfotografiables como la chica el chico de My funny Valentine.

Estoy intimamente convencido de que todo alcanza en la línea. Todo se arreglará con una misiva justa.

La gente que quiero debe esperarme infinitamente. Daniel Santos que esperaba la carta. Borges que esperaba el juicio final.

miércoles, octubre 05, 2011

Cuestionario

1. Asocio el blog con un espacio fragmentario en que se socializan, por medio de la escritura, el sueño, la subjetividad, lo genérico y lo íntimo.

Creo que la potencia de los blogs es esa impresión de proximidad, heredada quizá de los que fue el lenguaje de las imágenes en el siglo XX (el cine, la TV, en particular, el video musical, y probablemente también el porno).

Son todos ese tipo de aproximaciones pretendidamente veraces (aunque muchas veces falseadas) a una o muchas (millones al mismo tiempo) de intimidades.

Cuando Bajtin define la novela habla precisamente de la vida privada que hay que espiar o escuchar a hurtadillas. Ese contrato de revelación de la vida privada es el que opera en los blogs. Aunque no todo bloguero tiene talento para tal tarea.

2. Desde 1998 escribo para la web. Comencé con un sitio de crítica de películas (Miradas desde el sur) cuando no existían los blogs todavía. Como estaba en Geocities el sitio fue cerrado hace algunos años. (Pero, wait, existe en Reocities!).

Luego intenté fracasadamente un blog en 2003. Básicamente bajo los parámetros que definí arriba.

Cuando terminé mi doctorado en 2005 había pasado varios años sumergido en escritura de papers y asuntos académicos. Había suspendido prácticamente la escritura de cuentos o ficción. Y estaba tan dentro de la disciplina crítica que cuando inicié mi blog Notas poco rigurosas en 2006, escogí ese nombre casi como una excusa. Es decir, esto que voy a poner en el blog no tiene el rigor académico que debería tener, pero lo pongo porque es urgente. Así con el paraguas de lo urgente comenzó para mí una experiencia de escritura única, muy satisfactoria porque fue derivando en un espacio el que alcanzan opiniones políticas, seudopoemas, seudocuentos, anécdotas, etc. Todos con la alternativa de que pueden formalmente desconyuntarse, mixturarse, intercambiarse. Esa libertad formal es lo que me ha mantenido pegado al blog todo este tiempo.

Como en todo, pues, hubo motivos conscientes (escribir en un espacio sin el rigor de la academia) e inconscientes (escribir un poco más impúdicamente).

(Entre paréntesis, sigo escribiendo rigurosamente para la academia, pero eso es otro asunto.)

3. Creo que los formatos ya hechos que te ofrecen los sitios de blogs ayudan mucho, pero también a veces entorpecen la “diagramación” y lo que querés ver.
En los tiempos de web.1 aprendí algo de HTML, pero ahora no me siento capaz de tratar de influir en el formato o cambiarlo. Así que me resigno a lo dado en ese aspecto.

Lo que me gusta de la forma visual en los blogs es que ahí opera mucho el azar. Por lo general me gusta como lo digital trata la frase corta. Me gustan los espacios entre párrafos cortos. No creo que un blog sirva para una novela. Pero creo que se lleva bien con géneros más elípticos, incluida la poesía.

La escritura en blog y eso que Octavio Paz llamaba analogía, se llevan muy bien.

4. Por lo general escribo por / con urgencia. Y el producto se queda así, lo considero definitivo dentro de su urgencia. Nunca he hecho la prueba de pasar un texto del blog a otro lado. No sé si funcionaría.

5. En juventud quise escribir guiones para cine, y terminé por escribir cuentos. Publiqué Road movie y otros cuentos (1997) gracias al apoyo de Franz Galich. Luego publiqué cuentos, crítica de cine, crónica, crítica literaria, y demás en varios medios impresos. Llegué a tener dos libros de cuentos que quedaron inéditos hasta esta fecha, aunque algunos cuentos llegaron a aparecer en antologías.

Aparte está mi trabajo más directamente académico, en revistas y libros. En 2002 el IHNCA publicó mi libro Márgenes recorridos. Está por publicarse Excéntricos y periféricos mi libro sobre autobiografía centroamericana.

6. Creo que tengo siete lectores, lectoras más o menos fieles. Lucho por el/ la número ocho.

Más que promover mi blog como tal, promuevo algunos temas que llaman a lectores que no son fijos que pasan por el blog en busca de una entrada en exclusiva. Por lo general opiniones o notas sobre libros, o autores. (La entrada más visitada del blog es una nota informativa sobre Nellie Campobello.)

Respeto mucho a ese tipo de lector, pero trabajo para los que eventualmente se queden. Y aspiro a hacerlo con recursos escriturales.


Respuestas a un cuestionario de Persola.


lunes, julio 06, 2009

Un baño de nada

También recibí la carta apócrifa del suicida. Por correo electrónico. Y me pregunté: hay alguna estética para cartas de suicida? Porque incluso la carta apócrifa debe mostrar ciertas delicadezas. Y me parecía que ese tipo de nota estaba perpetuamente desbordada. Recordé, por ejemplo, el célebre relato postcolonial de la chica que se mata el día de su regla, para que todos vean que no lo hace por razones de embarazo.

Porque quizá esa escritura testimonial que necesariamente harán otros y no el suicida es más lenta y detectivesca: ver de verdad la sangre y los objetos que el sospechoso desparramó el día de su muerte.

Una nata de nada rodea las huellas del suicida. Un baño de nada, al que ha aludido el poeta de manera casi jubilosa:

"Las sábanas de los suicidas están siempre limpias.
Se duchan antes del acto. Una ducha corta y enérgica."


De manera que o uno se disfraza demasiado pronto del muerto (y escribe un apócrifo lamentable) o se pierde de verdad en la propia muerte del muerto hasta dar con el emblema que emociona más a los liberales Propiedad Privada.

Aunque parezca radical, diré, pues, que la única manera de escribir una carta de suicida es suicidándose.

Toda otra escritura es apócrifa.

viernes, abril 18, 2008

Período Especial

Algunos signos y muestras de aridez.

1. La contemplación de las iguanas en los ladrillos de la gasolinera (estación de El Bramadero, Liberia).

2. El agotamiento de temas para el blog.

3. La necesidad de leer historia de América Latina. (En clases uno nota inmediatamente esos cráteres del conocimiento. Regla: si no lo saben tus alumnos es problable que vos tampoco.)

4. El resguardo temeroso de los archivos. (Archivos del blog, archivos de la memoria, diarios íntimos: todo debe ser militarizado.)

5. Alguna voluntad redundante de ver melodramas por T.V. (Triunfará la chica abandonada luego de su violento divorcio con hijos mediando sus estudios de enfermería y el aparecimiento de un nuevo novio?).

6. La certeza de que vos tampoco sabés nada de nada. (Y la certeza contraria: de que vos sabes todo de nada.)

7. La metamorfosis como recurso neurótico. (Cuando Gregorio Samsa etcétera. Kafka más que Proust. Proust más que Joyce.)

8. Abril.

9. Este incompleto decálogo.





jueves, febrero 07, 2008

ICEBERG INVERTIDO

Tarea de escritura

Un escritor debería conocer los condicionamientos culturales y materiales que inciden en su tarea. Pero conocerlos no es fácil.

Quizá uno los sabe sólo vagamente, los averigua por la noche pero los olvida en el día. Se acerca a enunciarlos al despunte de la mañana y desiste en pleno mediodía. De ahí, en parte, la angustia de Carlos Martínez Rivas:
“Y para todo esto sólo se te dieron palabras,
verbos y algunas vagas reglas. Nada tangible.”
De las “vagas reglas” para escribir casi nadie habla en Nicaragua. Esto porque la escritura conserva por aquí cierto halo de divinidad. Todos hemos hecho proyectos para ONGs, artículos por encargo, o hemos ayudado a editar textos y libros vacíos. Trabajos alimentarios, es verdad, con los que no queremos ensuciar el manto sagrado de la escritura.

¿Pero no son estos textos paralimentarios elementos fundamentales de esa otra cosa que queremos llamar escritura? ¿No la condicionan?

A mí me entusiasma la escritura de este blog, precisamente, por esa incertidumbre autoinflingida: la mixtura del texto, su degeneración, su indecisión. Pero soy conciente que en ese entusiasmo por lo débil e híbrido habita un peligro.

Tibieza

Al hacer el respectivo examen de conciencia he sentido, a veces, la amenaza de la tibieza. El famoso dictamen apocalíptico:

“Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca”. Apocalipsis 3-16

De hecho vivimos en un mundo tibio. Así como somos tibios consumistas, la filosofía del presente es pensamiento débil.

Durante el examen de conciencia elaboro una agenda mínima de los asuntos de la lucha diaria que componen la constelación material de lo que bien o mal escribo.

Agenda mínima
1. hijos y familia
2. respeto propio
3. tiempo para crear
4. distinguir la verdad


No sé si este tipo de listas adquirirá sentido escritural o sólo es detritus (y por algo va para el blog). Quizá se quede sólo en el orbe de los valores y la materialidad. Incluso el orden de elementos es conflictivo: por qué no “distinguir la verdad” de primero? por qué no el “respeto propio” en un presente tan mercantil?

En resumen: el asunto del marco material en que escribo no se deja escribir tan fácilmente pero abarca más de lo que visualmente mostraría una escritura "bonita".

Y la teoría del iceberg, por cierto, ha envejecido.