Mostrando entradas con la etiqueta Alexis Argüello. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Alexis Argüello. Mostrar todas las entradas

jueves, julio 16, 2009

Tercerismo

Tengo sin embargo una tercera teoría.

Existe el suicida artístico especializado en anunciaciones y huellas, casi un poeta delicado e introvertido, y existe el suicida alegórico.

Este actúa por repetición, pero la marcas de su acción final están colgadas de los años en otros varios combates.

Se ha matado desde antes boxeando con su sombra y consigue por fin matarla.

lunes, julio 06, 2009

Un baño de nada

También recibí la carta apócrifa del suicida. Por correo electrónico. Y me pregunté: hay alguna estética para cartas de suicida? Porque incluso la carta apócrifa debe mostrar ciertas delicadezas. Y me parecía que ese tipo de nota estaba perpetuamente desbordada. Recordé, por ejemplo, el célebre relato postcolonial de la chica que se mata el día de su regla, para que todos vean que no lo hace por razones de embarazo.

Porque quizá esa escritura testimonial que necesariamente harán otros y no el suicida es más lenta y detectivesca: ver de verdad la sangre y los objetos que el sospechoso desparramó el día de su muerte.

Una nata de nada rodea las huellas del suicida. Un baño de nada, al que ha aludido el poeta de manera casi jubilosa:

"Las sábanas de los suicidas están siempre limpias.
Se duchan antes del acto. Una ducha corta y enérgica."


De manera que o uno se disfraza demasiado pronto del muerto (y escribe un apócrifo lamentable) o se pierde de verdad en la propia muerte del muerto hasta dar con el emblema que emociona más a los liberales Propiedad Privada.

Aunque parezca radical, diré, pues, que la única manera de escribir una carta de suicida es suicidándose.

Toda otra escritura es apócrifa.

miércoles, julio 01, 2009

Ahora que los 1970s se están muriendo

En los 70s, en Nicaragua, había tres referentes amplios de la imaginación, todos de producción autóctona. Las canciones de Carlos Mejía, las peleas de Alexis Argüello y, como gran subconciente político, el FSLN clandestino.

En los barrios, la gente vagabundeaba de casa en casa buscando aquella que tuviera TV para ver la pelea de Alexis, porque eran muchas y una en singular. Sus victorias se las celebraba con cohetes, y uno madrugaba por ver las peleas que eran al otro lado del mundo.

A un lado de la famosa pelea en Zaire de Alí y Foreman, las milimétricas, vertiginosas y disciplinadas victorias de Argüello. Algo de esto podría escribir quizá Escalera derrotado dos veces por Argüello--y estoy extrañando no poder discutir estos detalles con mi padre.

(En este punto la Wikipedia pareciera imprescindible: "Argüello defendió este título algunas veces, ascendió en categoría de pesos para retar al Campeón Mundial de Pesos Ligeros Junior Alfredo Escalera en Bayamón, Puerto Rico, en la que fue llamada por muchos La Sangrienta Batalla de Bayamón. Escalera había sido un campeón duro, con diez defensas de su título, y había destronado a Kuniaki Shibata en 2 rounds en Tokio. En la que algunos autores (incluyendo los autores del Ring Magazine) consideraron una de las más brutales peleas de la historia, Escalera le había golpeado el ojo, la boca y la nariz, pero su puntuación comenzó a descender cuando Argüello lo acabó, por una vez más en el Round 13.")

El boxeo no es un deporte sino una remisniscencia, y casi una filosofía. Ahora que los 70s están muriéndose, y pareciera que tienen prisa por morirse, hay que ir lentamente abriendo la imaginación de esa época, antes de cerrar la puerta.