Busco el poema en que Pasolini, a una hora cincuenta de NY, piensa que el humorismo es lo que hacen los hombres importantes, y que todo viene de no haber sido abandonado en el desierto.
Búsquese cualquier efigie del humorismo: la risa "sana" y "profiláctica" de Octavio Paz, o, más frecuentemente, cualquier contenta y "bergmaniana" (y correcta) fábula de Woody Allen.
En Análisis tardío, dice PPP, "que también el humorismo forma parte del bloque inamovible".
Y hay ya tantos y excesivos humoristas por el mundo.
Pero dónde tentar una alegría que no sea puro nihilismo, puro cartesianismo calibanesco; esa que el otro poeta aludía al decir que nunca quiso jugar al más listo con nadie?
A veces lo encuentro en Lezama, cuando nada con las manos atadas dentro de un tonel de vino.
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