Algunos recuerdo algo estáticos de la cruzada de alfabetización (que inició un día como hoy hace 30 años).
Los ríos secos que servían de camino. La marcha solitaria a dejar el parte. La seriedad con que nos tomábamos la orden militar.
El primer 19 de julio que celebramos con una piñata (sin ironía) en la escuela.
Dirigir el himno nacional en la clase, y cantarlo solo.
Chico, un niño de 12 años al que le enseñé a leer.
Luis Enrique Mejía cantando en el parque de Jinotepe: "y regresaron los muchachos victoriosos".
Repetir casi jugando un apotegma de Freire: la alfabetización no es un proyecto pedagógico con implicaciones políticas, sino un proyecto político con implicaciones pedagogicas.
La perrita a la que nombramos Hope (por doña Hope). Pobre perrita.
El soundtrack: incluía Rapper´s Delight. Aunque la matrona era Donna Summer, pero el rap era lo realmente nuevo.
El fantasma de la muerta esperando en el lecho de piedras en donde abundaban las vertientes.
La excursión al cerro Tambor. Enfrente un cerro más grande: La Pita, y abajo, Granada al atardecer.
Salir de noche a atrapar camarones en el riachuelo.
También pequeños terrorismos, traiciones evaporadas.
Despertar el primer dia, que dormimos en el suelo, con la noticia en la radio del asesinato de Monseñor Romero.
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