jueves, junio 14, 2018

La contrarrevolución interminable


1. Desde el inicio del conflicto actual en Nicaragua, me pareció que se reincidía en un modelo insurreccional, sostenido ideológicamente por una retórica sacrificial: la sangre que da sentido a lo político.

2. Debería decirse a esta altura "sólo la sangre da sentido a lo político en Nicaragua". Eso apunta a un fracaso nacional fundamental: las elites políticas junto a todos los actores políticos y sociales han sido incapaces, luego de cuarenta años de la última revolución, de resolver los conflictos de manera pacífica.

3. Pero no estamos para autocríticas. Nadie quiere autocriticarse ni empresarios ni clase media ni sandinismo ni la profundamente conservadora y politizada Iglesia católica nicaragüense ni nadie.

4. Lo menos autocrítico del mundo se deja ver en la suerte de la bandera azul y blanco: todos se envuelven en ese trapo, nadie quiere criticar las bases violentas de lo que simboliza.

5. Gente contrarrevolucionaria reconocida como Humberto Belli se refieren con soltura a la "revolución azul y blanco". Por mi parte no quiero estar en esa acera azul y blanco junto a ideólogos como Belli.

6. Encabezado por los empresarios y por la Iglesia católica, este movimiento masivo mezcla rasgos revolucionarios con ansiedades democratizantes y muchos empujes contrarrevolucionarios. Es quizá una capa más de las muchas capas contrarrevolucionarias vividas: Esquipulas 1987; el gobierno de restauración Chamorro, los gobiernos conservadores que llevaban el título de liberales; el gobierno del FSLN mediatizado por alianzas con empresarios y obispos. Somos el país de la contrarrevolución interminable.

7. Sergio Ramírez que es un tipo de escritor incapaz de dejar de hacer ideología, incluso cuando sus términos son llevados "hasta el escándalo por sucesivas y contrarias lealtades" (para citar a un clásico), anunció en esta coyuntura que habíamos llegado "por fin" al siglo XXI. Pero no, esta reincidencia insurreccional y sacrificial es muy siglo XX. ¿O no será aún más remota?

8. Pienso en lo robusto del poder de la Iglesia católica nicaragüense y cómo se consolida en estas circunstancias. Mientras otras Iglesias se derrumban entre escándalos de pedofilia y abuso, la nicaragüense es adulada con frecuencia por su "moralidad". Todos sabemos que no hay tal moralidad, pero lo acatamos como parte del paquete "revolucionario".

9. Me han preguntado algunos amigos que cuáles son los medios de comunicación nacionales más objetivos para seguir las noticias sobre Nicaragua. Pero ya no queda periodismo, sólo trincheras, tranques y barricadas.