Iba para San Francisco, asiento de
ala y motor, y vagamente tentando en el ruido Modern Times
a través de los audífonos el álbum
de la primavera “Spirit on the Water”. Era noche, ¿lloraba la
noche? Profunda allá abajo la
imagen del valle de luna tal vez el set de una vida tal vez el
escenario que me proponía ver y
habitar antes de dormir, cada noche. Si tú vas a San Francisco, no olvides. No
olvido. Una larga cola de aviones que despegaban uno a uno en el aeropuerto de
Houston. El caribeño cerrado, como galvanizado bajo una capa de decisiones
rotundas, había entrado al avión. Una tormenta eléctrica a lo lejos sobre
continentes de temblor. Me entredormía sobre las cartas de un Tarot privado. El
futuro era el ayer.
En la mitad del 2004 tenía el vicio
ya arraigado de husmear entre los Cds usados en el gran almacen del quinto piso
en Forward Avenue. El último disco que pesqué allí fue Love and Theft.
Tengo la sombra del álbum en esta computadora. El tatuaje también quedó en el
aire. El almacén cerró (lo supe en persona en octubre de 2005). Son las
canciones con las que mi pequeña almita (Charly dixit) bailaba cuando
vivíamos en Alderson Street. Pero los bailes producen fantasmas y hay una
ardilla mirando este baile ahora, sin ansiedad.
Este disco elegíaco dice que luego
tuvimos que irnos de Alderson. Recuerdo esa madrugada en que fui a tirar a la
basura los últimos tres ejemplares de Road movie. Así era todo:
elegíaco. Después fui a recogerlos: no iba a dejar el tatuaje o de todas
maneras lo dejé. Ya no estaban las voces y mandolinas de los rusos que
desvelaban a veces. Ni las fotos de los que habían tenido menos suerte y habían
salido dejándolo todo. Esas madrugadas en que se toman taxis al aeropuerto.
A la medianoche llegué a San
Francisco y me alojé en el Baker Hotel, a una cuadra del Barrio Chino.
Recordaba vagamente (por Hitchcock of course) que la ciudad tenía
bajadas y subidas. Intentaba oraciones aquella noche. Unimembres. No en el
sentido de plegarias. Ahora, por ejemplo.
Este disco se detiene de noche. (No
he dicho nada de la técnica, pero supongo que había pasado ya del CD player al
Mp3: es igual, algo se había disuelto en la noche.) Se detiene digamos cuando
se agotan las pilas. Se ve un mar de luces. Alguien despierta. Alguien se
incorpora. Los deseos como los recuerdos
vuelven a su base.