He pasado ya 56 veces por este mismo día.
Ni el cuerpo ni la ideología encuentran
nunca un fin,
El arte está en la cola del barrilete muchas
veces.
Lo que apacigua el sueño lo prende el mar,
lo que el bulbo nocturno y subrepticio, el
recuerdo lo enciende.
Ya la mitad de mí se perdió en tu memoria.
Es buena edad.
Cuando caigo dormido en la silla es a mi
padre a quien estoy hablando.
La gama masculina pasa por un arroyo, por
un pecho.
Ya deletreo, madre y maestra. La sal
penetra el reino de la dalia.
La masa hiere la lengua. Ahora cada año
Viene con un expediente.
Así el arbusto sofisticado con su fruto indistinguible.