Aires neoliberales. Según se desprende de la propuesta de reforma a la seguridad social en Nicaragua y otros gestos visibles, el pacto Estado-FMI sigue en su sitio. Con razón Amaru Barahona se pregunta hoy en END: ¿Quién dice que nos va bien con el Cafta?. ¿Será cosa de ministros y funcionarios estrategicamente ubicados en el gobierno? Así lo sugiere Barahona, preguntando: "¿cómo hacemos para detener esa vocación orgiástica hacia los TLC que tienen los jerarcas y tecnócratas del Mific?". Pero, ¿será que hay posibilidad de un giro de izquierda en el gobierno?
Civilización y barbarie. La perdurable dicotomía está siendo usada para acusar de animalidad a los caudillos y seguidores (la "civilización" aquí es bastante conocida y ampliamente sospechada). Extraño retoño del liberalismo del siglo XIX en el injerto neoliberal del siglo XXI. Si la oposición necesita de esas masas para abortar el proyecto político del FSLN no es con la mirada de Sarmiento que van a lograrlo.
Poema. Me ha gustado mucho éste de Ezequiel que está en La Esfera Infinita. ¿No es tiempo de discutir si las esferas letradas cooptan a los jóvenes aspirantes?
Cuba. Leo, en invito a leer, el debate sobre el socialismo en la isla (sitio web de Kaos). Mucho más sustancioso que leer a la insipida Yoani. ¿Sólo el camino capitalista chino va a quedar como alternativa? ¿Es posible un socialismo autogestionario?
Clases sociales. Pregunta Persola que "dónde está esa generación activa y entusiasta". Parte de la respuesta es que está dividida en clases.
Twitter. Allí soy isonauta.
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viernes, agosto 20, 2010
Varia
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miércoles, marzo 18, 2009
La perversión de la maniobra
"Perry Anderson on Italy´s Squandered Heritage" (el artículo se llama "An Invertebrate Left" (Una izquierda invertebrada), con inusitada alusión a Ortega y Gasset). Pero el centro del argumento es, más bien, Gramsci. El Gramsci (y el Partido Comunista Italiano con él) de la hegemonía, trágicamente erosionado por la "guerra de posiciones" y con pocas oportunidades subjetivas y culturales de acceder a la "guerra de movimiento" (o maniobra). Un PCI que condicionado por el peso de la cultura (el peso de la inteligentsia y la fe en la necesidad de la hegemonía) se niega las oportunidades de golpear al enemigo. Concretamente, los comunistas (dirigidos por Togliatti), al concluir la segunda guerra mundial, no se atrevieron a encabezar una purga estatal de los cuadros fascistas. El resultado reciente se llama, por supuesto, Berlusconi.
Por ironía, la calidad de los intelectuales italianos (de Moretti (y en serio Moretti es de los críticos literarios que hay que leer) a Agamben) resulta ser de los saldos positivos de la cuestión. Pasando, como hace pasar Anderson al lector de manera muy sugerente, por los debates de cinco décadas de la izquierda italiana, y esa tensión inacabable entre el deseo de la hegemonía, el rechazo de la maniobra (casi, se diría, la perversión de la maniobra), el estalinismo que no se pelea con Gramsci (ni con Croce o Dante), y los ultraizquierdismos.
En un país en donde la izquierda de todo tamaño y seña ha jurado portarse bien (unos ante la Iglesia, otros ante los Estados Unidos, casi todos frente al capital), esta lectura es más que sugerente.
Por ironía, la calidad de los intelectuales italianos (de Moretti (y en serio Moretti es de los críticos literarios que hay que leer) a Agamben) resulta ser de los saldos positivos de la cuestión. Pasando, como hace pasar Anderson al lector de manera muy sugerente, por los debates de cinco décadas de la izquierda italiana, y esa tensión inacabable entre el deseo de la hegemonía, el rechazo de la maniobra (casi, se diría, la perversión de la maniobra), el estalinismo que no se pelea con Gramsci (ni con Croce o Dante), y los ultraizquierdismos.
En un país en donde la izquierda de todo tamaño y seña ha jurado portarse bien (unos ante la Iglesia, otros ante los Estados Unidos, casi todos frente al capital), esta lectura es más que sugerente.
miércoles, diciembre 12, 2007
De mentes no colonizadas
En la mesa peleaban keynesianos y neoliberales, estos se encontraban en franca desventaja argumentativa. Se les recordaba su alianza estratégica con la invasión de Irak, pura coalición de la voluntad, su complacencia con el golpe del 2002 en Venezuela, y el desastre social que han significado en América Latina las privatizaciones a mansalva. El más Sereno de entre ellos, y del bando neoliberal, dijo un por qué no te callas? iracundo y, quieren algunos, filosófico.
Los secuaces keynesianos tenían la estrella y la fama de la década. Pero bastaba ver hacia atrás para darse cuenta que en la década anterior la estrella era neoliberal pura. Sus nombres son conocidos: Fujimori, Menem, Carlos Andrés Pérez, Collor de Mello, Salinas de Gortari, Violeta de Chamorro.
Con esa Corte ningún Regio habría convocado el Silencio.
Todos habían vuelto a la democracia y habían sido electos. Pero no olvidar, cuestión de la memoria, que el Gran Neoliberal fue siempre Pinochet: háblase por eso de El Milagro de Chile.
Esta genealogía no es muy heroica que digamos, y sufre algunas otras complicaciones, como todos sabemos: corrupción, pobreza, emigración en masa, caracazos.
No es preciso siquiera hablar de historia para referirse a estos hechos; basta con hilvanarlos de memoria. Es algo que está ahí no más en el pasado, vivido por todos y no olvidado todavía.
Algunos dicen en tono muy ideológico, y en referencia al actual gobierno sandinista: "los 17 años de neoliberalismo", queriendo decir: 1. que el neoliberalismo comenzó en 1990; 2.que terminó en 2007, cuando el FSLN volvió al poder. Nada más lejano de la realidad. El neoliberalismo llegó al poder en 1987, tras los acuerdos de Esquipulas, ejecutado por los economistas que asesoraban al gobierno de entonces, y no se ha marchado todavía. Así que son 20 años completos. Ojalá que sólo fueran 20, cosa muy dudosa vistos los entusiasmos del FMI con los programas económicos del gobierno sandinista.
Sin embargo, es obvio que la transición de 1990 fue la consagración neoliberal del país. Chamorro echó las bases, Alemán le añadió corrupción, y Bolaños servilismo con los designios imperiales. El caso de Chamorro es, ciertamente, curioso por su ausencia ejecutiva en las políticas del neoliberalismo: reinaba, no gobernaba. Algunos, incluso escritores, se entusiasman con su domesticidad, su habilidad para sobrenadar la turbulencia: caso de significante blanco en entorno de mercado negro.
Con todo esto, resulta curiosa la recomendación que hace la revista Envío en su número más reciente. Se refiere a Violeta Chamorro, como modelo a ser imitado por Chávez y secuaces. Textualmente:
¿Qué será en este caso una "mente no colonizada"? No fatigaré a Fanon o Bhabha. Casi por intuición: lo que se sugiere aquí es que los presidentes no deben gobernar, por ejemplo, discutir en una mesa en que está presente la Realeza, los asuntos de la economía y la política; se deben limitar a reinar con "sencillez y dignidad" (con "domesticidad" dirían algunos otros intelectuales). Todo Significante Blanco asegura la ausencia de palabras altisonantes. Para eso, de manera más inescrutable, y en otras mesas menos Serenísimas los especialistas acatarán lo que otros especialistas, de la economía sobre todo, ordenen. Es un esquema que pertenece, sin duda, a la década de los 90s: grunge, postmodernismo, garantía de inversión extranjera, privatización, y reinado serenísimo del FMI.
Sin pretender negar, por supuesto, la herencia política de Chamorro. No me refiero solamente a la, digamos, buena estrella política de Mundo Jarquín (verse convertido en coordinador de una facción sandinista disidente), sino, fundamentalmente, a que en torno a ese significante blanco se está procreando cierta historia ideologizada.
El mejor ejemplo lo da, inopinadamente, el argentino Tomás Eloy Martínez en un artículo más o menos célebre, que publicó END el 21 de mayo de 2004. Martínez advierte que en la casa de doña Violeta "están las sombras de su historia y las de su país, Nicaragua, que a menudo se confunden". Es decir, esa casa, en ese artículo, simboliza el epicentro de una historia que contar. Una historia cuyos calificativos se han ido acumulando con el tiempo: sencillez, domesticidad, dignidad, sentido común, reino sin gobierno. Una historia más Real que verdadera.
Los secuaces keynesianos tenían la estrella y la fama de la década. Pero bastaba ver hacia atrás para darse cuenta que en la década anterior la estrella era neoliberal pura. Sus nombres son conocidos: Fujimori, Menem, Carlos Andrés Pérez, Collor de Mello, Salinas de Gortari, Violeta de Chamorro.
Con esa Corte ningún Regio habría convocado el Silencio.
Todos habían vuelto a la democracia y habían sido electos. Pero no olvidar, cuestión de la memoria, que el Gran Neoliberal fue siempre Pinochet: háblase por eso de El Milagro de Chile.
Esta genealogía no es muy heroica que digamos, y sufre algunas otras complicaciones, como todos sabemos: corrupción, pobreza, emigración en masa, caracazos.
No es preciso siquiera hablar de historia para referirse a estos hechos; basta con hilvanarlos de memoria. Es algo que está ahí no más en el pasado, vivido por todos y no olvidado todavía.
Algunos dicen en tono muy ideológico, y en referencia al actual gobierno sandinista: "los 17 años de neoliberalismo", queriendo decir: 1. que el neoliberalismo comenzó en 1990; 2.que terminó en 2007, cuando el FSLN volvió al poder. Nada más lejano de la realidad. El neoliberalismo llegó al poder en 1987, tras los acuerdos de Esquipulas, ejecutado por los economistas que asesoraban al gobierno de entonces, y no se ha marchado todavía. Así que son 20 años completos. Ojalá que sólo fueran 20, cosa muy dudosa vistos los entusiasmos del FMI con los programas económicos del gobierno sandinista.
Sin embargo, es obvio que la transición de 1990 fue la consagración neoliberal del país. Chamorro echó las bases, Alemán le añadió corrupción, y Bolaños servilismo con los designios imperiales. El caso de Chamorro es, ciertamente, curioso por su ausencia ejecutiva en las políticas del neoliberalismo: reinaba, no gobernaba. Algunos, incluso escritores, se entusiasman con su domesticidad, su habilidad para sobrenadar la turbulencia: caso de significante blanco en entorno de mercado negro.
Con todo esto, resulta curiosa la recomendación que hace la revista Envío en su número más reciente. Se refiere a Violeta Chamorro, como modelo a ser imitado por Chávez y secuaces. Textualmente:
el ejemplo de la Presidenta Violeta Barrios de Chamorro, en sus relaciones con los poderosos del mundo, fue un ejemplo de sencillez y dignidad que los nicaragüenses y los latinoamericanos deberíamos estudiar con atención. Esa mujer mostró las posibilidades que ofrece una mente no colonizada. Y vale la pena aclarar: el caso de Violeta Barrios de Chamorro no se explica por su posición de clase, porque la clase a la que ella pertenece ha generado un sinnúmero de dirigentes bipolares que se mueven entre la sumisión y la agresividad frente al poder
¿Qué será en este caso una "mente no colonizada"? No fatigaré a Fanon o Bhabha. Casi por intuición: lo que se sugiere aquí es que los presidentes no deben gobernar, por ejemplo, discutir en una mesa en que está presente la Realeza, los asuntos de la economía y la política; se deben limitar a reinar con "sencillez y dignidad" (con "domesticidad" dirían algunos otros intelectuales). Todo Significante Blanco asegura la ausencia de palabras altisonantes. Para eso, de manera más inescrutable, y en otras mesas menos Serenísimas los especialistas acatarán lo que otros especialistas, de la economía sobre todo, ordenen. Es un esquema que pertenece, sin duda, a la década de los 90s: grunge, postmodernismo, garantía de inversión extranjera, privatización, y reinado serenísimo del FMI.
Sin pretender negar, por supuesto, la herencia política de Chamorro. No me refiero solamente a la, digamos, buena estrella política de Mundo Jarquín (verse convertido en coordinador de una facción sandinista disidente), sino, fundamentalmente, a que en torno a ese significante blanco se está procreando cierta historia ideologizada.
El mejor ejemplo lo da, inopinadamente, el argentino Tomás Eloy Martínez en un artículo más o menos célebre, que publicó END el 21 de mayo de 2004. Martínez advierte que en la casa de doña Violeta "están las sombras de su historia y las de su país, Nicaragua, que a menudo se confunden". Es decir, esa casa, en ese artículo, simboliza el epicentro de una historia que contar. Una historia cuyos calificativos se han ido acumulando con el tiempo: sencillez, domesticidad, dignidad, sentido común, reino sin gobierno. Una historia más Real que verdadera.
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jueves, diciembre 06, 2007
Shallow
De entre toda la reflexión que ha generado la derrota de Chávez en el referéndum, END escoge de la prensa internacional este eructo lamentable.
Ah las políticas editoriales de los diarios de izquierda!
No más tendrían que compararse con Página 12 o con La Jornada y sacar sus conclusiones.
Más lógico es ese impulso celebratorio del diario de la derecha que seviría muy bien para pensar en dónde termina la voz del dueño del medio y en dónde comienza la voz independiente del periodista, un asunto que, si se mira hacia Nicaragua, da en qué pensar, y acaba uno pesimista.
Anduve también
viendo los 8 años de video arte en Nicaragua de www.marcaacme.com
Me ha gustado Pedro Chatarra, algo me dice que llega un poquito más a fondo que la Bienal.
En cambio, la Pildorita del Caos me parece tan rigurosamente fiel a la clase media y la zona rosa de Managua que me da un poco de espanto. Como que ese café de la filosofía del café es de la Casa del Café. Y como que la descripción del espacio sin arriba ni abajo sin izquierda ni derecha es de naturaleza social.
Todavía una lectura superficial.
Pero, volviendo a la política, la superficialidad es la nota notable de los politólogos de culto en Nicaragua.
Ah las políticas editoriales de los diarios de izquierda!
No más tendrían que compararse con Página 12 o con La Jornada y sacar sus conclusiones.
Más lógico es ese impulso celebratorio del diario de la derecha que seviría muy bien para pensar en dónde termina la voz del dueño del medio y en dónde comienza la voz independiente del periodista, un asunto que, si se mira hacia Nicaragua, da en qué pensar, y acaba uno pesimista.
Anduve también
viendo los 8 años de video arte en Nicaragua de www.marcaacme.com
Me ha gustado Pedro Chatarra, algo me dice que llega un poquito más a fondo que la Bienal.
En cambio, la Pildorita del Caos me parece tan rigurosamente fiel a la clase media y la zona rosa de Managua que me da un poco de espanto. Como que ese café de la filosofía del café es de la Casa del Café. Y como que la descripción del espacio sin arriba ni abajo sin izquierda ni derecha es de naturaleza social.
Todavía una lectura superficial.
Pero, volviendo a la política, la superficialidad es la nota notable de los politólogos de culto en Nicaragua.
miércoles, octubre 03, 2007
El efecto Sarkozy
"Sin hablar de los antiguos intelectuales mitterrandistas (André Glucksmann, Pascal Bruckner, Georges-Marc Bénamou), convertidos ahora en lameculos del poder".
Gran frase, aunque Ramonet esté en el Index.
Gran frase, aunque Ramonet esté en el Index.
jueves, agosto 09, 2007
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