Sí, hay
mucha cursilería en la recepción de Cortázar que hace la izquierda intelectual
nicaragüense.
Una recepción muy poco crítica. Más bien, una recepción embelesada
por la figura de Cortázar y sus tics y sus tópicos (los cronopios, lo alto que
era, etc.) Vid. Casa de las Américas
145-146. Textos de Tomás Borge, Luis Rocha, Sergio Ramírez, Valle-Castillo,
Fernando Silva, y una entrevista con Omar Cabezas.
Se
testimonia que es muy alto, su altura deriva en metáfora de su estatura humana,
e, inconscientemente, de su fama.
Luego hay
una serie de metáforas totalmente esperables: Cortázar es un ángel, un mago, un
ser de más allá. Interesante la reacción, diríamos, colonial.
Se usa un
tono conversacional con él (el famoso apóstrofe marca registrada de Julio; oh
dios, he comenzado a tutearlo) y los nombres propios en esos textos
generalmente emparejados, víctimas de la felicidad conyugal: Carol y Julio,
Luis y Mercedes, Claribel y Bud…
Como si se
tratara de repeticiones abrumadas de José y María!