"Mesa redonda
- También yo aspiro a eso -reconoció la cuentista. Llegar a su corazón, para comérmelo."
vía El Ojo Travieso
Los liberales de Nicaragua, Honduras, Costa Rica y El
Salvador
unieron Centroamérica en la lucha contra el gringo
Walker
y echaron sobre sí
todo el peso de la guerra.
Lo que a los conservadores les pareció pero muy bien.
(Roque Dalton, Las historias prohibidas...49)
Cogido por las corrientes culturales
de la desconcertada América Latina finisecular,
don Alberto anduvo para siempre en la onda de Domingo
Faustino Sarmiento
en eso de confundir a cada rato los pobres con los
bárbaros
asimiló la aflicción mundial de la burguesía que
produjo el reformismo
y se enmariguanó hasta la cacha con las misteriosas
filosofías orientales.
(ibid 103)
Las naciones de Occidente parecían destinadas al mismo destino. (El peregrino en su patria 194).
-"Habló usted del lector que le gusta. ¿Siente que éste ha cambiado en la era del marketing?
-Sí, el lector cambió. Antes era más selectivo y leía bien. Hoy quieren literatura masticada. La posibilidad de leer bien es asociar ideas distintas y abrir una ventana. Esa era la excitación de leer a Cortázar. La pregunta es: ¿qué pasó en el mundo? Llegaron el zapping e Internet. Pasó que hoy vivimos en un mundo que vemos en tiempo real. Y eso es fantástico, pero tremendo al mismo tiempo. Así como las cosas te impactan, luego las olvidás. Hoy nos han quitado la posibilidad de formular preguntas en el sentido de la pregunta socrática. Por eso me parece fascinante cierto retorno que se da a la filosofía, porque lo que se abre es una nueva pregunta".
"Un aparato educativo sin contenidos culturales es objeto de manipulaciones tecnocráticas, cuyos resultados desastrosos han quedado en evidencia en los últimos quince años. Por otro lado, una esfera cultural sin objetivos pedagógicos sólo puede pensarse a sí misma como el espectáculo vil e infamante al que pareciera que nos hemos ido acostumbrando".
Susana lo miró, despectivamente, unos segundos y salió del baño. Eligio fue tras ella. La vio tomar asiento en la cama y él se recargó junto a la ventana. (énfasis añadido)
Al poco rato regresó con una mujer delgadita, absolutamente china, de baja estatura y movimientos rápidos (pág. 37) (énfasis añadido).
Al poco rato llegaron Altagracia, la filipina, y Brian, un judío que estudiaba en Estados Unidos. (pág. 24) (énfasis añadido)
Por el amor de Marx, nada más te estoy preguntando por qué me abandonaste sin decirme nada. (pág. 51).