El primer huracán del que tengo memoria se llamaba Irene. Debería decir la huracán Irene (al igual que el creativo Benjamín en vez de decir barrilete dice la cometa: un niño con una cometa).
Pues bien, en tiempos de Irene mirábamos la lluvia desde el corredor. Nos juntábamos con los primos a ver la lluvia interminable que corría por las limahoyas, en una casa grande con tejado, por tanto con un artesonado complicado en el techo.
Quizá con Irene se detenía un poco el tráfico. El tráfico, quiero decir, del triciclo, la patineta y la bicicleta en el corredor.
Ahora que hay unas nubes estacionarias interminables sobre Jinotepe estamos de nuevo en la estación Irene. Aprendéremos algo de la lluvia. Cuando la lluvia comienza/ todo sigue lo mismo. Pero ya no hay aleros.
P.S. El pasado es una trampa: hace pensar que por entonces los huracanes eran benignos. Pero Irene también existe como testimonio oficial.
6 comentarios:
Yo el primero que recuerdo es el Juana, por eso me parece que antes la gente no media los inviernos por cantidad de huracanes..
Sí, antes había "vendabales". Pero ya había huracanes terribles. El Fifí por ejemplo en 1974 o por ahí causó estragos, sobre todo en Honduras. Saludos.
Es increíble que no recuerdo el Irene, talvez significa que para 1971 no tenía memoria. Claro que en 1972 nos tocó vivir una tremenda experiencia y quizá la intensidad de aquel estremecimiento borró la memoria anterior. Tengo un recuerdo fijo de mí mismo viendo por una ventana cómo la lluvia apagaba todo los colores de la calle y los uniformaba en un gris penumbroso, probablemente era el Fifí.
El Fifí fue el primero que vi por TV. O sea que los medios comenzaban a borrar lo real. El 72 para mí fue sobre todo la agitación nocturna y el sonido vacío de la radio.
Saludos, Juan.
Ay Dios los huracanes... Espero que todo por ahí este bien, las noticias en España sobre todo hablan de Cuba, Haití, y EE.UU... Un abrazo.
Todo bien por aquí, Calamarín. Un saludo
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