Two small boys holding up their drawings on small blackboards, Nicaragua, 1900
Vía Old Picture
"Por línea de mi madre, reconozco esos cantos guerreros, recitados como gracioso aperitivo, pero la otra mitad es la que ahora tengo que buscar, pues estoy en una edad en que siento que me es imprescindible incorporar algo que me aclare y me decida, que me haga momentáneamente completo. Necesito incorporar un misterio para devolver un secreto, o sea una claridad que pueda compartir". (pág. 247)
"Comenzaba un extenso trenzado laberíntico, del cual durante cincuenta años, ella sería el centro, la justificación y la fertilidad". (pág. 252)
“De tal manera, que durante mucho tiempo, José Eugenio Cemí tuvo del cuerpo el recuerdo que se precisa en la noche treinta y cuatro, cuando en el palacio un joven confiesa, el Rey de las Islas Negras, gimiendo y levantando su túnica, que era hombre de la cabeza a la cintura, y tenía la otra mitad de mármol negro” (209).