jueves, agosto 14, 2008

En el bus deportivo


Hace días que sólo viajaba en buses femeninos, busetas para más señas en que escuchaban permanentemente a Abba y a Ace of Base y (cuando se ponían masculinos dios) a Air Supply.

Mi biografía ese día era la siguiente: recordaba uno a uno los outs del juego perfecto de Denis Martínez, milimétricamente, traía una gorra roja del PLC, había sido sargento de la GN, tuve por un tiempo un cajón para vender chiclets en la entrada del cine hasta que el cine desapareció y pusieron una iglesia protestante en el cine (y hasta las ratas cambiaron de domicilio).

Y me monté en un bus masculino puro Pink Floyd, puras formas de hacerle el amor a Syd Barret de masculinidad a masculinidad. Y yo todo sospechoso en tiempos sandías con mi gorra del PLC me montaba al bus deportivo. Porque se sentía en el aire: era el bus deportivo.

Era Beijing "mucho más allá de la política".

Para más señas me monté cuando la Whitney entonaba the greatest love of all, en la banca.(La banca es el asiento que mira a los pasajeros, pero a mí no me importaba).

Noté que los chicos hablaban del equipo cubano. Chicos que les habían lavado el cerebro desde chiquitos, grandes amigos míos, eternos enemigos míos.

A las seis comenzaba la final Granada-Matagalpa y yo quería decirlo en voz alta desde la banca: a la seis comienza la final Granada-Matagalpa (el bus masculino transmitía por entonces a Andy Gibb, o a Bread, o a cualquier fantasma de los 1970s con el pelo de Wheelock).

Y yo quería decir a voz en cuello también que yo había sido sargento de la Guardia Nacional del General Somoza.

Hacía una luz espledorosa en la ventanilla: casi que mirábamos a Beijing, a Syd Barret, a Abba, al sol, mientras subíamos por Montefresco.

Y los muchachos comentaban lo bueno que era el equipo cubano, lavadosdecerebro hijosdeputa. Es que a Uds. desde chiquitos les lavaron el cerebro.

Pero ellos me dijeron que no que no estaban hablando de política. POLÍTICA NO. Y a mí me pareció que el profesor que iba frente a mí, el bloguero rudo (pura masculinidad y cien por ciento de ferocidad, sandía de closet, amante de la Chayo, enlace de los naranjas) se sentía aliviado: por fin UN ESPACIO NO POLÍTICO. Por fin un reverdecer postmoderno.

Además del arte.

Yo quería demostrarles que el equipo cubano era una mierda incluso con tanto campeonato.

Pero acabamos de amigos.

Un día viene un Gran Agente de las Grandes Ligas a ver pichar a Denis (no podía ser sino Martínez--aunque el bloguero cree que Denis suckz) y determina que no que el chico no tiene nada en la pelota.

Y a las dos semanas el Denis (que en realidad suckz) está pinchando en las Grandes.

Y yo me reía junto con los lavados de cerebro. Ambos nosotros encantados de la anécdota. Que Gran Anécdota.

Y a las seis, señoras y señores, comienza la final con el juego Granada-Matagalpa.

(Y en el fondo cantaba Elton John: adiós caminos de ladrillos amarillos, la aliteración faculta la traducción.)

Y me pasé rogándole al chofer: póngase el juego que ya va a comenzar.

Los lavados decían que el béisbol (porque lo pronunciaba al contrario de mí con el acento en la primera) ya no era el deporte de Nicaragua. No ya no era. Y todo lo que ha hecho Cuban en Grandes Ligas. Y como llamaban a Ozzie Smith el Mago de Oz. Y que todos los latinos estaban en las Grandes.

Aunque el chofer jamás me hizo caso (y siguió de lejos con su colección cada vez más femenina de éxitos).

miércoles, agosto 06, 2008

Días en blanco

El dilema del “animal no fijado” es un asunto también temporal: no dar con la esencia de un racimo de días acumulados. Por eso el poeta cantó quizá aquello de Días en blanco/ qué sería de mí.

Estoy inmóvil viendo cómo un avión de Continental aterriza en el aeropuerto de San José. Estoy escuchando a Minni Ripperton en el soundtrack de Jackie Brown. Estoy durmiendo en el rock, despertando en el aire.

Hace dos semanas estuve en San Pedro, la ciudad universitaria de San José.

Conocí brevemente a una abuela china que danzaba para dormir al nieto con el cargador puesto. Una comidería oculta. En el TV: noticias. La danza me mareaba y conmovía a la vez. A la vez que el tráfico no paraba. (Te recordaba: pasamos por aquí en octubre de 2005; llovíamos en el temporal.)

Recorría las librerías sin comprar libros. Sólo por averiguar cuántos Deleuze Bolaño Octavio a cuántos miles de colones y de qué manera en qué región bajo que criterio taxonómico se colocaban en los estantes (todo mi potencial benjaminiano desperdiciado!). (Trataba de restituir el verano de Oakland: cuántos Bordieau Zizek De Certeau había en el aire. No podía. Necesitamos al menos una biblioteca así en Nicaragua para terminar con las generalizaciones que nos desangran.)

En la librería, como soundtrack de compras, se oía la voz algo siniestra de Chrissie Hynde: me voy a dormir/ y me imagino que estás ahí/ conmigo.

jueves, julio 17, 2008

El 19

El problema de este 19 es el soundtrack.

Provisionalmente, provisiono los singles de Los Rodríguez. Son melancólicos, cómicos y pop. Además, creo que sus miembros no son hermanos más que de forma afiliativa.

(Por cierto, a propósito de filiación y afiliación, en el conflicto de Coronel por la discontinuidad con la generación de su padre encuentro otra consigna válida para el 19: "con todo lo que el nicaragüense tiene de limitado, fallido y oscuro" (En ausencia del padre 7))

Quizá la peor mediocridad que se puede decir de esta celebración es que tiene que ser nacional. Como si no vino a traer la espada, y como si el Ejército Nacional no devino biopolítico cuando le convino. Muertos por cierto tipo de soberanía no son iguales a muertos simplemente.

Para qué uno se parte y después tratan de pegostearlo? Si lo hice para quebrar para qué rearmarlo?

El 19 es como decir: dejé mi Gemeinschaft allá afuera esperando.

Cosas íntimas: la muerte de dios, la cadena masculina que me ciñe, mi abuelo mi tío mi padre.

Merodear por ahí con melancolía y después press play y Los Rodríguez:

Brindo por la victoria
por el empate
y por la derrota


P.S. Y sin mencionar lo viejo que se ha puesto el dinosaurio azul.

P.S.2 Otros blogueros han celebrado o evocado el 19 a su manera, por ejemplo colgando uno de los documentales célebres de la insurrección.

jueves, julio 03, 2008

Nota de aniversario

Hace dos años exactos inicié estas notas.

Según contrainteligentes fuentes, el blog se debe a 7, quizá 8, lectores insistentes a los que paso a agradecer debidamente.

Podría repetir que hay una serie de autoconsejos para seguir con las notas y su poca rigurosidad.

Hoy día, sin embargo, un cortafuegos ubicado no sé dónde no me deja ver ninguna página de ningún blog de blogger, pero, milagro, me deja escribir desde mi cuenta de blogger.

Escribo, pues, a ciegas.

Esa impertinencia mediática más las olas del desánimo más ese pertinente lector que me escribió para decir que cerrara ya estas notas poco vigorosas (ja ja) más Betancourt diciendo "creamos en este presidente y en este ejército" más la crisis del petroléo no han sido indiferentes a quien escribe este blog.

Por cierto, lector, sabes que vengo siempre acompañado en el bus; esta vez por un policía de tráfico lleno del espíritu de venganza que sueña con enviar a sus subordinados a la boca del lobo, i.e., los semáforos de Rubenia y dejarlos ahí doce horas para que "muerdan el leño" y le rueguen a él, el empoderado, por alimento y por relevo.

Esa cuentecita pequeña en la gran cadena de violencia, y Stevie que canta lo difícil que es vivir para la ciudad me ayudan a terminar esta nota de aniversario.

Saludos.

jueves, junio 26, 2008

Y a vos ¿cuál dictadura te ha gustado más?

En mi más reciente viaje me acompañan los chicos estudiantes de segundo año de medicina. Hablan de anatomía y de neuroanatomía. Cerca de ellos dos chicas discuten de política.

Los chicos se entusiasman con un cadáver "de bigotito" que tenía el hígado negro, y era dotado sexual, lo cual remarcan con un signo de las manos. El mismo cadáver le había tocado a ambos. Se reían de la coincidencia y del color de los riñones del muerto y de su buena suerte genética (la del muerto).

Era para ponerse a pensar incomodamente en el anonimato del cadáver.

Entonces noté que las chicas hablaban de dictaduras. (¿Cerebración inconsciente por la cercanía del muerto dotado, con su bigotito triste y su sexo sepultado en la memoria de los chicos?)

¿Y a vos cuál dictadura te ha gustado más? preguntó la morena.

A mí francamemte la de doña Violeta dijo la chica del tinte oro y los curls tiesos. Porque la de Daniel se había prolapsado ¿no? Quiero decir la primera. Porque de la segunda ya nos estamos cansando (y agitaba la cabellera que...). La de Arnoldo, pues, no sé si fue por el exceso de nepotismo o por la corrupción gubernamental pero como que no me sonaba (...se movía como un campo de maíz ubicado en Kansas).

Las ventajas de la de doña Violeta opinó la morena era que había irrestricta libertad de expresión. Lo malo es que era antidiluviana, la Internet no se había desarrollado, los celulares parecían piedras de moler, uno vivía (parpadeaba la chica otra vez) como personaje de los Picapiedras. Con decirte que uno no podía protestar contra las dictaduras desde Facebook....

O como en Cuba.

Sí, hombre, y a como vamos, así vamos a terminar.

Para escapar de cadáveres y dictaduras prendo mi mp3 player, Santa Amy de Nunca Vibrato y Mucho Hueso comienza por salvarme. Pero (una instantánea) una chica espera cerca del semáforo, la observo. Cerebración inconsciente, casi digo en voz alta (pero no! mi palabra-cadáver, mi palabra-dictadura no puede penetrar este bus) tú me recuerdas el prado de los soñadores, pero lo que digo en realidad es tú me recuerdas la Mary J. Blige de What´s the 411, pero la chica desaparece junto con mi palabra y este recuerdo.

El bus se aleja.

(De la serie compañeros de ruta)

jueves, junio 19, 2008

Algunas metas

1. Diferenciar entre codificación cultural y representación. No confundirlas. La primera trata de bastarse a sí misma, ser, como écriture, autónoma (el envoltorio dorado de la ideología y la doxa). La segunda es política. La primera crea el mundo. La segunda, lo cambia. La primera es una trazo ideológico que ordena al mundo. La segunda, un altercado realmente existente cuyos trazos son corporales. Ambas son como el haz y el envés de una hoja, para usar el ilustre ejemplo de Saussure.

2. Enseñar a trabajar dentro de la distancia que se alza entre voz y subjetividad. No confundirlas. No se puede volver al sujeto cartesiano una vez que has bebido como lobo sediento de las aguas menstruales de Freud.


P.S. del 20 de junio

3. Negarse a aplicar a la cultura una mirada "científica". Las "ciencias humanas" son contracientíficas, para recordar a F.

jueves, junio 05, 2008

Para mencionar a Bolaño en la jungla

“En la década que terminamos, es decir, en la que va de 1960 a 1970, los hijos y los padres ya viven sin reconocerse, la multiplicación se ejerce y nuestra literatura edifica la última terraza de la Torre de Babel”. (Margo Glantz, “Estudio preliminar”, Onda y escritura en México: Jóvenes de 20 a 33, Siglo XXI, 1971, pág 5).

Bolaño hizo el estudio más detallado (o al menos, a como van las cosas, el más vendido) de esa Babel: el estrépito y la dispersión en que acaban las generaciones de escritores jóvenes, su autodestructividad y su nihilismo como método y como mito.

¿Por qué un cuarentón tendría que entretenerse detallando de manera seudoépica esos suburbios de adolescencia?

Por mero narcisismo. Por autorreflexión. Por un ingrediente stendhaliano sumido en la jungla global.

Por nostalgia, seguramente.





martes, junio 03, 2008

El blog intermitente

Junio no es verano sino invierno.

Además de las aflicciones globales casi comunes (precio del transporte y huelgas), junio es el mes de mayor trabajo. Cursos que se reinician, estrés. Y sobre todo deberes: deberes de escritura académica.

Junio es una primavera privada y terriblemente verde que produce alergias. ¿Todos los antialérgicos producen somnolencia? (Hay que ver un septiembre en Nicaragua, uno muere de verde, hasta las almas transparentes de las modelos parecen ranas.)

Junio es la intermitencia.

lunes, mayo 26, 2008

Globalización en la puerta de la escuela

En la puerta de la escuela de una provincia remota de Nicaragua alguien vende fotos borrosas de Kaká a los niños de cuarto y quinto grado.

(Tendría que saber de pragmática para distinguir esta publicidad voceada, y la contraposición de este producto "masculino" (la foto del pendejo jugador) con el "femenino" que también está en oferta: fotos de Laura Natalia Esquivel)


En la "punta de plancha" (el ángulo que hace una manzana triangular muy alargada, en el que debería haber un monumento, una virgen con la cabeza cortada) de un barrio pobre de Jinotepe--una esquina oscura ya al atardecer--unos muchachos informan a gritos que el Manchester ganó el juego.

La globalización como gran narración egocéntrica y heroica servida en las laderas oscuras de la posmodernidad.

viernes, mayo 23, 2008

Últimos acompañantes

La jovencita obesa, estudiante universitaria que sacaba donas milagrosamente de su bolso, y se las comía.

La muchacha distraída con una jaula de canarios en el regazo--muy distraída, masticando yuca frita--, y el marido gordo que la aconsejaba cómo tratar a los pájaros. (Era él quien de verdad los amaba, él quien de verdad sabía y tenía que enseñarle a ella--pero ella seguía distraída, después, dormida).

La muchacha del sueter que hablaba casi en secreto en el móvil. Alguien la esperaba en algún lugar. Alguien se movía para traerla. Ella susurraba. En el km. 16 optaba por ponerse el sueter temiendo el frío (pero mayo es puro calor húmedo).

(Por cierto, la neblina ha vuelto.)

jueves, mayo 15, 2008

Estética del blog

El blog en altamar, aunque altamar exhiba un copyright.

El blog sin respaldo de un medio.

La entrada no para ser publicada en la página de opinión sino cercada por su propia incertidumbre (entre el anonimato y la botellalmar).

La entrada no como cuento ni como artículo de opinión ni, mucho menos, como poema.

Esto que no irá al periódico ni al suplemento.

El blog no como sustituto.

La entrada como una ardorosa púa en el pie: la púa de la escritura, el pie de la letra.

La voz antes de ser "ciudadana" o cualquiera de esas mierdas baratas que venden los medios.

El ego domado en el mar.

La distancia material y necesaria entre la voz y la subjetividad.

El ego múltiple.

La sexualidad de la letra que navega.

martes, mayo 13, 2008

Excepto por los muertos

Ya que Lana se pistoleaba de manera escandalosa su cabellera victoriosa, decidí revisar su biblioteca. Gioconda Belli completa junto a la mitad de Saramago. Por supuesto, la edición de aniversario de Cien años de soledad: era una cursilería comprarla, era horror precipitarse a comprarla, era atroz ostentarla de la manera que Lana lo hacía. Me sorprendí: el Retrato del artista adolescente, quizá Lana después de todo… Rayuela. Rayuela marcada en los capítulos más cursis: Beso tu boca, etc. Costumbres de la Maga: coleccionar hojitas, postales, quejarse de la música de Haydn. ¿Qué pasó en la literatura latinoamericana entre 1963 y 1971? Luego, muchos poetas nicaragüenses, especialmente los de los años 1960s, equivalentes patrios—guardando las debidas distancias—de los Beatles. Volúmenes rotundos, gruesos e inútiles. Me repetí el epigrama que el poeta joven me había soplado:
Excepto por los muertos (Rugama y Morales)
Todos están muertos.

En el área de poetisas brillaba la nueva revelación: Laura Sotelo. Uno ve divanes en esta poesía, cabelleras de mujer precipitadas en actos de felación. No es un sentimiento despreciable. Comencé a contar las veces que mencionaba, sin citar, a Virginia Woolf. Uno, dos, tres…. Lana terminaba de pistolearse y recibía una llamada en su celular. Era Gonzalo O. Jeremías. Servicio Militar en la Tercera Zona Militar, como ayudante político. Su responsabilidad principal era seleccionar los editoriales y artículos de opinión de Barricada que iban a servir para la concientización política en todas las zonas de guerra. Asimismo, la organización de los actos político-culturales, en los que siempre se otorgaba a sí mismo un papel para danzar en tono alegórico: Sandino era una luz, la patria era una estrella, etc. Ahora, viviendo sus cuarenta, se dedicaba al chisme esmerado y el estado vegetativo. Gozalo O. Jeremías era fan de los Beatles, motivo de más para odiarlo. La Juventud Sandinista aún está viva: demacrada, adulta, arrugada pero siempre oportunista, le dije yo a Lana. Gonzalo no es orteguista, querido, me aclaró Lana. Pero es fan de los Beatles, no querida?

viernes, abril 25, 2008

Los Beatles en el Teatro Nacional

Lana Jicote me invitaba al concierto de gala en el Teatro Nacional donde una orquesta interpretaría The Best of The Beatles, especialmente su doble A favorito Penny/Strawberry. O al revés.

Los Beatles están fuera de paila, le respondí. Y será para morir de vergüenza ver al Teatro Nacional haciendo la caricatura del Albert Hall. Los Beatles están demodé. ¿Sabés vos lo que pasaba entre 1966 y 1971 cuando los de Liverpool componían baladitas?

Lana Jicote no lo sabía. Pero se sabía la letra de "The Inner Light". (Es que la ola del Maharishi había pegado fuerte en la costa oeste de Nicaragua. Los intelectuales que se preciaran hablaban de zen, de Oriente y la armonía universal. Era como si nunca hubiéramos salido del prólogo a El reino de este mundo.)

Lana tenía que pistolearse el pelo. Eso impediría que yo prosiguiera con mi lección sobre qué pasó en la música pop entre 1966 y 1971. Lana había respondido entusiasmada: la separación de Los Beatles por las malas artes de la bruja de Yoko Ono. Yoko Ono, sin embargo, no era beatle y era más culta e inteligente que los cuatro, le dije yo. (Un resquemor subconsciente me ganó: “culto e inteligente” llama Ernesto Cardenal a Sandino. Era una asociación perturbadora.) El ruido diluviano de la pistola de estremecerse el pelo ocultó mi última idea.

Continuará.....




lunes, abril 21, 2008

En Nicaragua predomina la poética simbólica

Revisando un viejo libro de español para estudiantes de sétimo grado, del tiempo de la revolución, encuentro la siguiente receta de estilística:

1. La poesía pone atención a los dos rasgos principales de las palabras: la sonoridad y la semántica, es decir, sonido y significado.

2. En la poesía predomina la subjetividad (y era fácil deducir que en este caso se entendía por subjetividad la vida personal).


Estoy básicamente en desacuerdo con esta descripción. Y a la vez creo que es todavía (20 años después de finalizada la revolución) predominante entre círculos de poetas.

Los "dos rasgos" de la palabra deberían ser (son desde el estructuralismo) el significado y el significante (que sobrepasa la parte "sonora" de las palabras, para ser algo más extensamente material, de la misma manera que el significado no está vinculado a una certeza semántica).

La subjetividad, por otra parte, no tiene que ver necesariamente con la vida personal.

Hay subjetividades deslocalizadas. (De grupos, de clases, de épocas.)

Esa confusión del significante con la sonoridad, de las palabras con las cosas y de la subjetividad con la vida personal es el catecismo del poeta o la poetisa como héroe/heroina civil.

¿Y si lo que escribes es algo que penetra silenciosa, inesperada, inconscientemente la materialidad social? ¿De que te sirve la bella sonoridad? (¿No es, en ese caso, la sonoridad un burdo intento de retener para la lógica lo que no es lógico?)

¿Y si la subjetividad que escribes y que vos creés personal es la de tu grupo, tu clase, tu época?

Iniciar estos cuestionamientos toma tiempo. Los poetas jóvenes todavía pelean contra los fantasmas asociados a un nombre, una sonoridad y una vida personal. Es el juego que han planteado (y en el que han ganado) los más viejos.





viernes, abril 18, 2008

Período Especial

Algunos signos y muestras de aridez.

1. La contemplación de las iguanas en los ladrillos de la gasolinera (estación de El Bramadero, Liberia).

2. El agotamiento de temas para el blog.

3. La necesidad de leer historia de América Latina. (En clases uno nota inmediatamente esos cráteres del conocimiento. Regla: si no lo saben tus alumnos es problable que vos tampoco.)

4. El resguardo temeroso de los archivos. (Archivos del blog, archivos de la memoria, diarios íntimos: todo debe ser militarizado.)

5. Alguna voluntad redundante de ver melodramas por T.V. (Triunfará la chica abandonada luego de su violento divorcio con hijos mediando sus estudios de enfermería y el aparecimiento de un nuevo novio?).

6. La certeza de que vos tampoco sabés nada de nada. (Y la certeza contraria: de que vos sabes todo de nada.)

7. La metamorfosis como recurso neurótico. (Cuando Gregorio Samsa etcétera. Kafka más que Proust. Proust más que Joyce.)

8. Abril.

9. Este incompleto decálogo.





lunes, abril 07, 2008

Ante los juvenilismos

Mirando desde muy afuera el pleito en el barrio sureño (y afirmo rotundamente que no tengo vela en ese entierro), llego a pensar que lo que hay que reintegrar a los análisis culturales es la perspectiva de clase.

El juvenilismo (la retórica del joven que va a tomar el poder someday) es carente:

1. Supone la homogeneidad de los jóvenes: como sabemos, no es lo mismo ser joven de 19 de clase media que ser joven de 19 y pobre.

2. Es monádico. No sé si esto es una lección posmoderna o qué, pero se argumenta a través de personas-universo, completas en sí mismas junto con sus discursos, sus perros, sus vicios, sus caídas chicas y grandes. Pero la lección debe ser la contraria: discursos, contextos, clases sociales, inexactitudes entre discursos.

3. La madre, el deseo sexual y el lenguaje nos exceden a todos. De nada vale proclamar la individualidad o, en otras palabras, sólo es posible proclamar la individualidad en los términos alegóricos de una herencia benjaminiana.

4. La escritura excede a todos los que se proclaman escritores. De nada vale luchar a brazo partido por la individualidad de nadie.

5. Una cosa diferente es la lucha de clases.





jueves, abril 03, 2008

A quién meterías en la hoguera

Esto resuena bien (o mal) observando el caso de los medios nicaragüenses:

"En la hoguera metería a todos los llamados blogs (casi sin excepción) que están bajo el paraguas de un periódico o diario o revista. Lo que antes de ser un blog era una columna y aprovechan el tirón para aparentar ser modernos". 4colors


En mi caso sería el tipo de bloguero corporativo (de publicidad, letras o lo que sea).

Y vos ¿a quién meterías en la hoguera?
Digo, como bloguero.





jueves, marzo 27, 2008

Así que a tus alumnos no les gustó la lectura

Ponte, entonces, una banderita de HELP antes que comiences a elaborar un consabido concepto.

Y recuerda: la lectura es específica.

El autor vive en una residencial determinada de Managua. (Está la posibilidad de armar una manifestación de protesta frente a su casa.)

Pero, entretanto, hay que hacer algo con el texto. Al menos, en los márgenes del texto.

Entre otras cosas, tienes que aprender a apreciar el rechazo.

Te dice llanamente el alumno: esto no añade nada. Por qué esto no añade nada?

No vayas a justificar las bondades del texto. Es lo que hacen los fanáticos en su etapa iluminada: decir que este texto es la Biblia. Recuerda: la educación es secular.

Aunque esté de moda: no te eches la culpa. El autor vive en una residencial determinada de Managua, etc.

Aprende a apreciar el rechazo: si esto no añade nada es porque:

1. El efecto de aprendizaje ha dejado al texto (a este texto específico) atrás. Felicidades.

(Puedes pensar lo contrario también: este alumno no ha llegado a este texto. O peor: no lo he conducido bien hasta esta lectura. Pero entonces ¿actuarás en consecuencia?)

2. El rechazo es el índice (alto) de comunicación entre el instructor y el alumno. Felicidades.

(Pero puedes pensar justamente lo contrario: la baja demarcación comunicativa con que el alumno ha ido al texto.)

Ponte, entonces, una banderita de HELP antes que comiences a elaborar un consabido concepto.





lunes, marzo 24, 2008

El bachatero

(De la serie compañeros de ruta)

Era el hombre de la sonrisa mirando al hombre del rostro huesudo. Un momento en el retrovisor de la camioneta que iba delante pudo ver esa palidez surcada, los dientes metidos precipitadamente en la cara. El hombre que advertía con el rostro de ceniza.

El hombre ligero, bachatero, de risa demasiado en la superficie manejaba un van colectivo Managua-Jinotepe. El hombre pálido conducía por su parte una camioneta MAZDA blanca.

En el empalme de la Panamericana con la carretera a Pochomil algo había demorado al hombre pálido. El hombre pálido y sus acompañantes: una mujer que gesticulaba en el asiento delantero, la sombra de un adolescente atrás, tal vez un empleado o, incluso, un hijo.

El del van manifestó con el claxon ocho, diez veces su entusiasmado malestar. ¿Por qué se demoraba la camioneta de esa manera, dudando entre arrancar y no arrancar, y ocupando espacio? Entusiasmado, el bachatero mostraba la sonrisa. Hay que decir que aquellas dulcetes bachatas estremecían a los pasajeros mientras el chofer emprendía esta batalla de amedrentar al de los huesos en la cara. Y el bachatero sonaba el claxon y lo sonaba para que el pálido perdiera la paciencia. Y la perdió asomando la mano, y en la mano erecto el dedo medio, gesticulación a la que correspondió el del van: bueno, hijueputa.

Pero el de la camioneta tomó la delantera. No iba a dejarse pasar. Tampoco iba a alejarse demasiado. Iba a estar cerca de ese miserable hombre de la sonrisa con sus 17 pasajeros a bordo, sin dejar que lo pasara. De vez en cuando la mujer miraba hacia atrás. Sabía quizá que el de las bachatas sonreía. La silueta delgada del adolescente se quebraba en la distancia y se recomponía en los acercamientos.

Pero el de la sonrisa era blando. Pegado de la camioneta, sin apartarle la vista, no insinuó nunca la posibilidad de aventajar. El de la camioneta bajaba la velocidad, se demoraba con impaciencia. Terminaban los recodos y las vueltas de los kilómetros, 27, 32, 38. La carretera cada vez más recta, pacífica, penetrando en el bosquecito mugre de la zona.

Las bachatas se quejaban en el atardecer. Soplos de viento y palabras vueltas púrpura, violeta, dedos naranja. Alguien moría en la canción. Un muerto hacía un juramento. Alguien volvía y encontraba el paisaje cambiado. Alguien esperaba la sonrisa del bachatero. Los pasajeros observaban cómo iba acercándose el van a la camioneta. Miraban al chofer que miraba la cara huesuda y cenizosa del hombre.

Lo iba a reconocer en cualquier parte. Una cantina. El de la cara huesuda iba a acercarse al bachatero. “Yo no hago amenazas de balde”, diría el uno al otro. El bachatero mostraba la sonrisa otra vez. Se presentía en el aire ya casi oscuro. (Se pasan en este camino varios gallineros malolientes.) El de la bachata miraría la calle y reconocería la camioneta aparcada. La mujer estaría echada en un sofá a largos kilómetros de distancia, en una casa de Diriamba. El hijo, si es que era hijo, esperando una llamada a su celular.

El de la bachata se sentía un poco humillado, comenzaba a ver las señales de tránsito (“las señales del mundo”, diría el pastor de su congregación) como otras tantas muestras de que el mal entraba por señales, sobre todo señales humanas. Señal de correr, de no merodear en la pista, de tomar decisiones. El hombre de la cara huesuda lo miraba fijamente desde el retrovisor. Era una cara por entero reconocible. Todo lugar en el mundo era habitable por esa cara. A veces esa cara traía memoria y venganza.