lunes, noviembre 11, 2013

Luz en los ojos


Después del terremoto leí los poemas póstumos de Huidobro

Bajo un bombillo hiriente en silencio alguna brisa que llegaba

Atravesando mares

Eran días de calor y de desvelo. No había otra

Bujía. Había un supermercado cerca. Podía salir a comprar

Una luz más suave, blanca

Que cayera con resignación sobre las hojas del libro

(Eran poemas póstumos o tardíos o últimos: el tipo

Había vuelto al suelo a la página a cierta realidad iluminada.)

Pero quién tomaba y retenía el tiempo

Quién era el puño y la estratagema

Los niños dormían y había temblores a veces

Leves o fuertes

Que me hacían apartar la vista del libro--miraba la luz de la bujía

Empecinada flotando en el tiempo

 Había algo de arrebato en las líneas, una mariposa nocturna y lírica

Que se balanceaban en el espesor de aquella luz

Lejana.

jueves, octubre 31, 2013

Niebla

Hoy no amanece sino que niebla. Juegan a estar ocultas las cordilleras. Es el día triste desde que te incorporas por la mañana (pero no amanece sino que niebla). Humedad más vacío más lo mismo más ínfimo camino. Hoy estarás atrapado entre vejestorios, oliendo lo mismo, yendo al mismo lugar finito. Hermano de edades, can, gárgara del mundo.

Hoy tercera persona, lente húmedo, catálogo de disección. Los pájaros equivocados y las ranas evocadas pasarán de puntillas por este día de desprecios. De hecho abres el diario por la mañana (cuando no amanece pero niebla). No. Ni siquiera es un diario de la mañana sino una pantalla. Para decirle lirismos al mundo. Pero lo que buscas es el cardo. Vomitas en el acto: el pezón de la mostrenca Rimbaud niña (o que se cree niña todavía), el bigote del moscardón, la pantaleta modernista.

Amad a tu prójimo como a ti mismo. El coloquialismo no te salva. Necesitas un bicarbonato new age para curarte la tristeza. Es ya la media mañana (aunque no amanece en esta niebla). Y entras al banco. Los viejitos parlotean y esperan. Cierto acento castellano te da en el hígado y esperas por la cajera. Treinta hijueputas junto conmigo haciendo la cola. El trencito asexuado que no arrolla ni arrulla.

Luego dónde puse el dinero? Sabes que es un chocorrón? Es un escarabajo nicaragüense. Un beatle de Nicaragua atrapado en la niebla espesa que por mañana comemos hoy. Entonces ya sabés que es un chocorronero. Un manto de chorrones que zumban. Eso tengo en la cabeza ahora que no sé dónde puta puse el dinero. Hasta que lo encuentro, está dentro de la niebla. Era Pellicer el que escribía esa lindeza?

De entre los viejos soy el más nietzscheano. Pongo linderos más altos. Veo más a lo lejos, con perspectiva de pájaro. Al menos eso creo o quiero creer en mi tiniebla. Si todos perecemos y hedemos, si nuestros trajes y suéteres carne son de las centurias (y centuriones). Yo en cambio sobrevuelo con entereza la niebla. Qué hendija se abrirá de esta mañana (es decir, de esta niebla) para dejarnos entrar?

Antes de pasar al almuerzo, ir a la empresa médica a pedir un reembolso. Todo muy moderno. Los hombres hediondos a tabaco se entretienen con unas pantallas reducidas que les dictan sus síntomas. Alguno tiene atrapado a Mark Chapman en la sístole. Otro tiene un cálculo de malaquita en el riñon izquierdo. Otro tiene un videojuego en que se puede contemplar a Kirsten Dunst niña. Otro tiene a la tortura como amiga y enamorada. Otro aún se cree el pájaro de la niebla.

(Esto para no decir nada de la nueva generación poética de Nicaragua. Quién será la Margaux Hemingway de la poesía nicaragüense? Y la Debbie Harry? Y la triste Pola Negri? Y la siniestra Charlotte Rampling?)

El reembolso es ínfimo en este día de nieblas. Nadie paga por una vida gastada como ya lo sospechaba Sir T. S. Eliot. Aprovecho para putear el sistema previsional. Busco el adecuado cosmopolitismo. Me cago simplemente en la concha de su madre o acuso preferentemente el doble hijueputa gonorrea o lo mando a chingar o a las setenta putas o digo un coño más caribeño? No sé. Soy el Hamlet de las imprecaciones.

Mejor me voy a almorzar.

Niebla cruda.

martes, octubre 29, 2013

Lengua

En su  discurso reciente, al abrir el VI Congreso Internacional de la Lengua Española, Sergio Ramírez se refirió al pavor de "sentirse escritor de un lengua que tiene el país por cárcel, una lengua que no se habla más allá de las propias fronteras". 

Esa apertura lleva a pensar de inmediato en lenguas minoritarias, encerradas u oprimidas. En lenguas coloniales y dominantes. En lenguas imperiales.

De hecho es lo que fue, y en cierto sentido todavia es el castellano.

¿No conserva en su memoria-si es que memorizan las lenguas-actos de supresión y muerte por violencia de otras lenguas?

Ramírez focaliza el drama de autores que, como Kundera, se ven obligados a migrar a lenguas menos minoritarias, y considera una "dolorosa mutilación" eso de "[q]uitarse la lengua uno mismo, o que se la quiten por la fuerza".

¿Es demagógico apuntar en este lugar una memoria colonial de una lengua que ha quitado por la fuerza lenguas? ¿Es oportunista mencionar lenguas indígenas, desaparecidas o vivas o menores?

Pudiera ser. Los que ya hemos de alguna manera expropiado el castellano (calibanismo aceda) no podemos regresar a una lengua originaria, y la migración de lengua nos resultaría costosa. Para no decir nada en nombre de millones de seres humanos que se expresan en otras lenguas en las tierras latinoamericanas. (No hay necesidad de hablar por ellos porque siguen forjando sus propias literaturas, es decir que hablan directamente, y esto sin querer idealizar un lugar subalterno.)

Aun así. El trato con el idioma propio o expropiado también puede ser más tenso que la celebración inconsciente de lo imperial. Al menos es la reflexión a que me lleva el discurso de Ramírez.

En ese sentido, un trato más modesto de la lengua castellana implicaría reconocerla entre otras lenguas latinoamericanas, y sin desdecirse ni dejar de problematizar su pasado colonial.

En la misma España resultaría difícil que un escritor de Cataluña o del País Vasco hiciera un panegírico a la lengua castellana equivalente al que pueden y suelen hacer escritores latinoamericanos. (En cierto sentido, es un discurso típico, y espigarlo por ejemplo en Carlos Fuentes no tiene nada de difícil.)

¿La lengua castellana como invención latinoamericana? Sin duda. La producción y el cuido a cargo de las Academias de la lengua, y la negociación única de la identidad. En ese relato maestro se juntan las geografías y se proclaman las mezclas bajo el índice mandón del castellano.

(Más apropiado decir invención de cierta Latinoamérica. No, por ejemplo, el Borges de "Las alarmas del doctor Américo Castro" que critica las imperfecciones del español, desmitifica su dificultad, y ve a los españoles turbados por  "las atracciones del catalán, del bable, del mallorquín, del galaico, del vascuence y del valenciano".)

Curioso, además, que un patrón discursivo secular (La ciudad letrada sigue siendo acá de utilidad decisiva) se mantenga inerte en un contexto en que el armado geocultural iberoamericano parece en ruinas. (Luego del oneroso Por qué no te callas? de Su Majadera Majestad el Rey de España Don Juan Carlos I presidente de honor del Congreso, se han dibujado otros armados geopolíticos de lo lationamericano más interesantes, y que, sin duda, tendrían que pensar y discutir en otros tonos la cuestión de las lenguas.)

Pero, además, la crisis del proyecto neoliberal y eurocéntrico (dicho de manera estricta: crisis del euro) en la propia España lleva por lo menos a pensar qué relación habrá entre la jerarquía lingüística celebrada y las otras jerarquías que todavía predominan. 
Siempre me ha intrigado saber lo que es sentirse escritor de una lengua que tiene el país por cárcel, una lengua que no se habla más allá de las propias fronteras. - See more at: http://www.confidencial.com.ni/articulo/14456/lengua-vasta-cambiante#sthash.846k16X9.dpuf
Siempre me ha intrigado saber lo que es sentirse escritor de una lengua que tiene el país por cárcel, una lengua que no se habla más allá de las propias fronteras. - See more at: http://www.confidencial.com.ni/articulo/14456/lengua-vasta-cambiante#sthash.846k16X9.dpuf
Siempre me ha intrigado saber lo que es sentirse escritor de una lengua que tiene el país por cárcel, una lengua que no se habla más allá de las propias fronteras. - See more at: http://www.confidencial.com.ni/articulo/14456/lengua-vasta-cambiante#sthash.846k16X9.dpuf
Siempre me ha intrigado saber lo que es sentirse escritor de una lengua que tiene el país por cárcel, una lengua que no se habla más allá de las propias fronteras. - See more at: http://www.confidencial.com.ni/articulo/14456/lengua-vasta-cambiante#sthash.846k16X9.dpuf

sábado, octubre 26, 2013

Memoria y sandinismo

Dejo acá copia de la ponencia que leí en el reciente Simposio Virtual A Contracorriente, realizado entre el 17 y el 19 de octubre de 2013.

La pregunta del texto es si se puede retomar a Julio Cortázar como incidencia significativa para el trabajo de la memoria en el sandinismo.

Considero al neoliberalismo como el eje fundacional del contexto de la memoria (hecatombe y apocalipsis). Dejo apuntada la duda sobre si el recuerdo a través de la Personalidad, es la única vía válida. Asimismo, dudo de una memoria en exclusiva hecha en torno al abuso de poder.

Propongo, más bien, buscar disonancias significativas para la labor de reinscripción de la memoria, que resguarde algo del evento fundametal que fue la revolución.


martes, octubre 22, 2013

Bocetos de perro

En la construcción el perro que duerme y sueña

latente negro geométrico

rasca el vacío con la pata, corre por los desiertos de la sal

se ha incorporado tras un código secreto en el olor abstracto

los hombres creen que vigila el muro

pero guarda una negativa

un amo neanderthal corrige las especies en su sueño

en su sistema la mirada no es abrir los ojos

se dejaría arrastrar al lindero del nombre y la necesidad

a través de un paisaje menos monótono

martillean ya los hombres sobre las barracas

hay calor monocorde en los pechos

despertará en el festival incierto

de la carne y el  frío

martes, octubre 15, 2013

Por una antología de la injuria en la poesía nicaragüense

"como encargada del Dulce Reino tengo que tratar todo el tiempo con dulce gente" escuchado en el programa de TV "Hora de aventura"
En un texto reciente publicado en El Nuevo Diario, Julio Valle-Castillo llama a Carlos Martínez Rivas (cimero poeta nicaragüense de la postvanguardia) "dandy del tufo". Al retratar y acusar el hosco carácter del autor de La insurrección solitaria, invoca Valle-Castillo demonios y monstruos en su texto, y no deja de enterarnos que CMR deseaba la muerte de Ernesto Cardenal, o de informar su rechazo del "auténtico amor" de pareja (heterosexual) y sus gustos homoeróticos ("profesaba pasión/ a los travestis").

Me ha interesado, no la corrección o incorrección biográfica o retórica del texto (discutible y seguramente controversial), sino la posibilidad clara a que enrumba: el armado posible de una antología de la poesía nicaragüense no hecha a partir de la idea comunitaria y armónica, sino de la enemistad y el resentimiento, quizá la única forma válida de antología a estas alturas.

Porque se sabe que la idea que la literatura y particularmente la poesía representan a la nación (de ahí las particiones convencionales, los deseos y rencores por décadas, las ansiedades por dotar de nombre a fantasmáticas generaciones) impone un armisticio pacifista en las antologías. De ahí, por ejemplo, que Ernesto Cardenal en su  Flor y canto no prescinda de los textos poéticos de Rosario Murillo.

Se puede prescindir, en las antologías, de los enemigos íntimos, siempre y cuando no sean notorios o notables. Nadie vetará los poemas de Alejandro Serrano Caldera si es que él se decide a escribirlos. Este tipo de acción política sutura imaginariamente las fracturas. (Por supuesto, hay otra variedad de acciones políticas en los procesos de selección o exclusión de textos antológicos. Llama la atención, por ejemplo, la del poeta, varón o mujer, que se niega a estar en determinada antología para "no juntarse con la chusma" según la sabiduría suburbana de Doña Florinda.)

En cambio, pues, de la sutura imaginaria a que apuntan las antologías nacionales, el texto injurioso es sintomático de la batalla por el poder simbólico. (Se disculpará el uso esquemático de Pierre Bourdieu teórico que hará temblar a algunos delicados poetas anti-teóricos.) La incomodidad y la imposibildad, el resentimiento y la imprecación. Cuando mi texto se acomoda mal a una genealogía, probable es que devenga injurioso. Pero claro primero tengo que creer en esa genealogía identitaria.

Los poetas pelean por la filiación. (Soberanía y servidumbre: EMS los miraba ahorcarse con su propia cadena.) En Nicaragua, territorio de dilatada temporalidad literaria, la filiación más buscada es la de la continuidad con los poetas postvanguardistas, Ernesto Cardenal y CMR (y en un apartado luminoso y secreto, Ernesto Mejía Sánchez). Todos podemos disimular alguna ocurrencia ("generación del desasosiego", por ejemplo), pero con la misma unanimidad todos sabemos que aquel trío es gobernante todavía.

El texto injurioso contra Cardenal o contra CMR es sintomático de la batalla simbólica por la filiación. El texto elogioso es a veces mero trámite de continuidad. Véase, por ejemplo, otro texto de JVC: en Carátula, la revista de Sergio Ramírez, un testimonio rutinario de la filiación con Ernesto Cardenal: ni un solo monstruo a la vista. La ansiedad del primer texto (golpear las puertas de la filiación, recibir la negativa, acusar el tufo y la monstruosidad) está ausente en el segundo.

Se recordará el desenfado de la "Oda a Rubén Darío", el poema con que José Coronel Urtecho inaugura la vanguardia nicaragüense. En el primer verso Coronel nos informa que ya se saltó al león de marmolina de Darío, y ya está "conversando" con él. A Darío no le da tiempo de enllavar la tumba: es el asalto inaugural de la filiación, el rapto de la pertenencia.

Con ese texto iniciaría quizá la antología de la injuria. Antología que, por otra parte, incluiría textos clásicos de poetas como Belltrán Morales (cómo prescindir de versos como aquel sobre "el avispado ganadero peripatético vencido por the poetry"; por cierto, no todo el que dice Beltrán, Beltrán se salvará), y alguna nota de poeta joven emproblemado por la filiación y la competencia.

(Se someterá, con esperanza, el financiamiento de este proyecto a los canales convencionales de otorgamiento presupuestario; la selección de textos será democrática.)

viernes, octubre 11, 2013

El guardián en la milpa


Decidido a no ejercer el terrorismo de los mensajes con copia oculta.

Copiando la sombra del hombre fuerte (por antonomasia Somoza) como sujeto y poder subjetivo.

Cantidades constantes de libertad de prensa que endulzan tu paladar, pero cero libertad intelectual (¿acaso lo has pensado?).

La libertad como flatulencia de una ONG.

Subrayando las taras pequeñoburguesas de los perpetuamente púberes escribientes (y que blanden su pubertad como medalla).

Desterrando al cadejo positivista que como un chip coronelesco heredaron tantos nietos y nietas infrarilkistas.

Demostrándote cómo esto y esto otro no podía desesperarte, y seamos sincrónicos: no podía enfermarte en ese mismo círculo podrido del que eres crianza.

Ahora que vuelves de matar de un disparo a tu imagen y semejanza y te emboba una sola palabra.

Las pendejadas estructurales de la literatura junto al río de la basura norteamericana.

Orinas en contra del viento de la academia y tu orina se vuelve con el viento, ya te empapa la cabeza (así acabarás en el sarcófago).

(Alguna liendre subversiva destripada en el margen que se escapa de esta línea.)

Porque, hijos de Joyce, la primera cana aparece siempre en el pubis.

martes, octubre 08, 2013

Cuarto

Hace cuatro años me fui para Chile. El día de la partida llevaba la lista ingenua: unos discos (entre ellos The Velvet Underground and Nico), unas marcas, por los menos dos sueños con Chile (en uno de ellos aparecía Pinochet).

Agréguese a la lista: el capítulo de Anderson donde habla de los criollos y sus roles dentro del sistema burocrático colonial. Presentía que estaba ya en esas entrañas difíciles (sabrán los amigos de la academia).

Como siempre llevaba la noche en que la hermana de Efraín sube al cuarto a cortarle un pedazo de pelo. Sufría un poco cuando tenía 11 años y leía esa entrada de María. Lo cierto era que no quería irme a ningún lugar cuando tenía 11 años. Menos a Londres, como Efraín. También cierto que desde el patio de mi casa, sobre todo de mañana, siendo un adulto algo blando, si miraba un avión pasar pensaba en irme. Y, por fin, esto era irse. Siempre dudoso si llegar.

En cuatro años uno aprende. O se supone que aprende. El vuelo del ave de Minerva en privado. Podría hacer una lista algo burocrática al respecto: he aprendido de sistemas y perspectivas. Pero siendo este mi blog íntimo, me dan ganas más bien de  una lista impresionista.

Se pasa a veces buscando un parecido (un aire) centroamericano (pienso en grueso, en la región, no en la patria) en el conglomerado urbano. Una marca. Se es intolerante con la comida. Se la pasa buscando el mestizaje. Se la pasa aprendiendo adjetivos en chileno. Tiene un mapa fantasma de la ciudad. Encuentra el parecido cuando irrumpe una carreta de caballos solitaria.

Aprende de los perros y de su genealogía: los tristes y aspados, los errantes, los que recuerdan a Fargo y se llaman Fargo, los imaginarios que tendrá algún día. Se queja del sol y del frío. Es el Incómodo. No entiende mil veces, pero otras veces entiende bien.

Compara a los muertos de aquí con los de allá. Recuerda las canciones chilenas en las radios insurreccionales de allá en 1978. Está fabricando un recuerdo dérmico de la "mujer terrible".

Las postas y señas del año. Las cerezas de primavera y la humedad del invierno. El regreso a casa desde el aeropuerto, de madrugada, cruzando solitario los barrios de Santiago.

sábado, septiembre 28, 2013

Informe de lectura

(work in progress)

Póngase a salvo de los sociólogos. Maffesoli, Latour, Augé.

Paraguas, impermeables, cristales.

Concordancia.

Comunicólogos. Eco, Manuel Castells.

Tema. Hígado.

El Doctor Honoris Causa.

Avenida universitaria manchada.

Que la Gran Red que los parió y separó.

Guayolé y comuniqué.

Que Hannah Arendt lloraba desconsolada.

Santa Hannah totalitaria.

New Age. Ravi Shankar y sus hijas.

La Hamburguesa Heideggeriana.

El Maharishi. Yerba Labuena.

Sentado a esperar. Igualado.

Mengua de los intelectuales.

Internet de todas las pasiones

(Spinoza mención especial.)

Garfield en la sociología provinciana.

Sumen sol. La Marx

Chapman de la narrativa corta.

The National en los audífonos.

Los sociólogos líquidos.

Profecías chifladas.

Chifladuras proféticas

lunes, septiembre 23, 2013

Escrito de madrugada


Quizá yo sería un buen estalinista, por lo menos en las obsesiones
Por ejemplo este pensamiento constante cayendo en el mismo sitio
Gotero de todos los males y madrugadas
No mengua no caduca no comercia no circula—una especie de socialismo en un solo país
­Otrosí: la vecina insomne oye las dos, la tensión de sus ojos y el test auditivo del tráfico esporádico y vivo—
Un pájaro se posa en el árbol a las cuatro para cantar
El monocorde y modesto canto del pájaro oscuro
Es el pájaro de la primavera vestido en un ocre casi sucio
Trascendido del multicolor y tropical que podría esperar un centroamericano
Más bien su carácter es la sequedad del bombillo
Sólo entretiene una nota del árbol, entrecortada y dormida
Homo mirabilis que practica el turismo y la espera y la poesía

viernes, septiembre 06, 2013

La impureza de lo conversacional

Este artículo reflexiona sobre los vínculos entre escritura y cambio social, específicamente el proceso por medio del cual un estilo literario de fuertes resonancias culturales (en este caso, la llamada poética conversacional) ingresa en la historia nacional revolucionaria. Aquí la escritura estará representada por la obra del escritor vanguardista nicaragüense José Coronel Urtecho, quien junto a poetas e intelectuales latinoamericanos como Salvador Novo o Pedro Henríquez Ureña, fue, a principios del siglo XX, uno de los introductores en América Latina de la llamada poesía conversacional, adoptando (quizá canibalizando) la llamada "New Poetry" norteamericana (Pacheco, 1997). Coronel fue el reconocido mentor de Ernesto Cardenal y caudillo del grupo vanguardista nicaragüense, probablemente el más decisivo a escala centroamericana al menos por razones de cohesión e influencia sobre la cultura nacional (Verani, 1981, p. 18). Por otra parte, será la revolución sandinista el proceso emblemático de cambio que interesa destacar como nudo problemático y fuerza de gravitación histórica sobre la escritura y lo conversacional.

Continuar leyendo

DELGADO ABURTO, Leonel. La impureza de lo conversacional: vanguardia, autobiografía e historia en los tránsitos textuales de José Coronel Urtecho. Atenea (Concepc.) [online]. 2013, n.507, pp. 65-78. ISSN

 

jueves, septiembre 05, 2013

Lecturas en Hegel



No puedo llamarme aún lector victorioso (o vicioso) de Less than Nothing: Hegel and the Shadow of Dialectical Materialism el librote de Slavoj Zizek (mil páginas de diversa frecuencia desde chistes subidos o baratos hasta exquisiteces sobre la ontología y el sujeto en Hegel o Kant o Fichte). Leo por Kindle con sus inhumanas medidas: horas de lectura que faltan, porcentaje de texto leído. A la altura de un 30% de páginas leídas (es un decir) no me creo todavía en el centro del laberinto.
En alguna parte informa el autor que son las mujeres las que escriben buenos textos sobre Hegel. De hecho me ha impresionado el comienzo de Mourning Sickness: Hegel and the French Revolution de Rebecca Comay. Comprendo que mi lectura (todavía potencial) es traslaticia: otra revolución, otro duelo; otra dermis social.
He disfrutado también algunos capítulos de Sobre Hegel de Carlos Pérez Soto. Algunos puntos que suenan dispares en el trastabillar de Zizek, resultan acá expuestos y condensados de forma más concisa y directa. Muy grato e interesante el retrato de Hegel, profesor universitario discreto. Y estimulante (casi emocionante) la descripción de su lógica: una lógica ontológica.
(Imagino un viejo poeta deleuziano que escribe, para martirio de los Maharishis postmodernos: ¡una lógica ontológica!, así entre signos de admiración y con énfasis de cántico a la verdad. Pero no. No quedan de tales poetas en Nicaragua.)