Salimos por las pistas nuevas que conectan una Zona Franca con la otra (y la otra)
Aquí donde los algodonales serán (o fueron), y el terreno está preparado
Región lacustre o fluvial (pero seca) de Tipitapa
Van las obreras en la madrugada fresca buscando la cédula para entrar a la Zona
(y salir)
Los hombres en caponeras bicicletas buses recorren la obra que comunica Centroamérica con el espectro geofísico
El paisaje desde el avión es lagunas horadadas, masas de agua, retratos de ríos que serpean
Entre áreas turísticas, cerros pelados, ciudades que piden identidad
Turbulencias contra el avioncito de Lacsa
Masas de aire que golpean a plazos
Patria intermitente del patio vegetal y animal
Cachivaches, gatos, dalias, tubérculos dormidos
Paso por aquí hablando de los muertos
Del abrir y cerrar puertas de Cardoza
Cardos en la lluvia del avión que trastabilla sobre Suramérica
Mostrando entradas con la etiqueta textos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta textos. Mostrar todas las entradas
martes, marzo 15, 2016
lunes, febrero 15, 2016
Teólogos paranoicos
Soñé que asistía a reuniones del departamento de teología en una universidad. Era escéptico ante el énfasis en lo políticamente proyectivo de aquel departamento, su creencia en autoridades y santidades. Toda aquella “buena gente”, activistas sumergidos en el líquido amniótico de la academia que leían con devoción el estado del tiempo y el estado del alma de la época. En cuanto tuviera tiempo iba a decir en la reunión: nosotros los de literatura somos como teólogos paranoicos o esquizofrénicos, dispersamos a dios en dioses menores; tomamos sus voces equívocamente y las inscribimos en informes temporales. Para mientras se tomaba café y yo sopesaba las palabras.
domingo, enero 31, 2016
Darío en el claroscuro
Mantenga a Darío en el claroscuro. Un detalle puntillista vale también.
Nada del Darío en detalle, ofrecido en tasajos más o menos canjeables, kilogramos de cerebro.
Nunca lo tutee. Quién es Ud. si no? "Don Darío Rubén"
Nunca sepa todo de Darío, no sea cursi.
Descubra sin recitar.
Por ser nicaragüense se creerá obligado. Pero no se deje.
Hay un darianismo ignorante, no dude.
La mitad por lo menos de Darío no sirve para ser patriota ni cristiano ni hombre
Póngase más allá de la tentación turística.
Otra sustancia (sí, un declive del marrano Spinoza): moderna, ambigua, extranjera
Más allá de la publicidad de la Flor de Caña.
Aprenda: Ud. es el Fantomas que penetró el viejo garconiere del tiempo pretérito de prosas profanas
Vendrá la TV a preguntarle las mismas babosadas de siempre, que si Darío se enseña suficiente.
No.
Darío será de quien huya más pronto con más ahínco
Con más arte.
Nada del Darío en detalle, ofrecido en tasajos más o menos canjeables, kilogramos de cerebro.
Nunca lo tutee. Quién es Ud. si no? "Don Darío Rubén"
Nunca sepa todo de Darío, no sea cursi.
Descubra sin recitar.
Por ser nicaragüense se creerá obligado. Pero no se deje.
Hay un darianismo ignorante, no dude.
La mitad por lo menos de Darío no sirve para ser patriota ni cristiano ni hombre
Póngase más allá de la tentación turística.
Otra sustancia (sí, un declive del marrano Spinoza): moderna, ambigua, extranjera
Más allá de la publicidad de la Flor de Caña.
Aprenda: Ud. es el Fantomas que penetró el viejo garconiere del tiempo pretérito de prosas profanas
Vendrá la TV a preguntarle las mismas babosadas de siempre, que si Darío se enseña suficiente.
No.
Darío será de quien huya más pronto con más ahínco
Con más arte.
miércoles, septiembre 16, 2015
Vuelve al cielo, y lo robado
Me gustaba que el poeta mencionara un cunilingüis
Sobre un sillón beige. Las referencias a Janis Joplin,
Diana Ross, Procol Harum, anotadas en la libreta minúscula.
Algunos suburbios de Buenos Aires en los cuentos de Bestiario.
Un mamboretá crucificado sobre una hoja de cálculo.
La cerveza era el vino reciente.
El bolero volvía con la noche.
Los géneros literarios con patas de monstruos de TV se detenían en el bosque.
Roldan que lloraba.
Rosal reunión de tus piernas.
El radio me exigía.
Una mañana luego de un sueño encantado desperté
Convertido en un gigantesco mamboretá.
Las chicharras atronadoras en el bosque matorraloso y seco.
Una cascabel se desliza por debajo de las hojas secas.
Eliot abriendo y cerrando una puertecita del jardín (y una u otra estación).
Yo me pierdo por el sendero adusto que enmarca aquel jardín.
Silbo Lay Lady Lay sobre el sillón beige.
Sobre un sillón beige. Las referencias a Janis Joplin,
Diana Ross, Procol Harum, anotadas en la libreta minúscula.
Algunos suburbios de Buenos Aires en los cuentos de Bestiario.
Un mamboretá crucificado sobre una hoja de cálculo.
La cerveza era el vino reciente.
El bolero volvía con la noche.
Los géneros literarios con patas de monstruos de TV se detenían en el bosque.
Roldan que lloraba.
Rosal reunión de tus piernas.
El radio me exigía.
Una mañana luego de un sueño encantado desperté
Convertido en un gigantesco mamboretá.
Las chicharras atronadoras en el bosque matorraloso y seco.
Una cascabel se desliza por debajo de las hojas secas.
Eliot abriendo y cerrando una puertecita del jardín (y una u otra estación).
Yo me pierdo por el sendero adusto que enmarca aquel jardín.
Silbo Lay Lady Lay sobre el sillón beige.
viernes, agosto 21, 2015
Letra prendida
Poemas de Nicanor Parra de 1939
Mementos y dudas barrocas ante la muerte
Veo el año de escritura de manera particular
Año del nacimiento de mi padre que
Tiene ya doce de muerto
En el parque aquel viejo que pasea
Con uno de sus hijos como una calistenia
Semanal, y conversan lentamente.
El barro del parque en la sequedad del verano
Bajo la manguera, el pájaro que busca y bebe
El perro negro y sediento
El vago pasar del olor a eucaliptos
y la letra prendida en el cuerpo hosco de la palmera
lunes, junio 15, 2015
Geología y calistenia
Nada se arregló con el tiempo, no pasó el frío
Dio la vuelta tan al norte el sol, bañando la periferia
Del edificio. Y el edificio anclado en su sitio: nada se arregló
Con el cambio de sitio aviones kilómetros el desollamiento típico
De la migración, el exilio o la movilidad (la calistenia poética de otros
Atardeceres). Aprendidas en cada parpadeo las hojas alamedas
Luces urbanas. Rincones que de pronto hablaron en secreto.
"Vos que empujabas los planetas..."
Estoy más melancólico que Caetano Veloso en sus últimos discos (a partir de cê)
Que Beck en sus mares. Sé que de cualquier chispa ambulante
Saltará un signo. Pero hoy digo que con el tiempo nada se arregló
El acomodamiento de mi propia geología en un traje tan vasto.
Dio la vuelta tan al norte el sol, bañando la periferia
Del edificio. Y el edificio anclado en su sitio: nada se arregló
Con el cambio de sitio aviones kilómetros el desollamiento típico
De la migración, el exilio o la movilidad (la calistenia poética de otros
Atardeceres). Aprendidas en cada parpadeo las hojas alamedas
Luces urbanas. Rincones que de pronto hablaron en secreto.
"Vos que empujabas los planetas..."
Estoy más melancólico que Caetano Veloso en sus últimos discos (a partir de cê)
Que Beck en sus mares. Sé que de cualquier chispa ambulante
Saltará un signo. Pero hoy digo que con el tiempo nada se arregló
El acomodamiento de mi propia geología en un traje tan vasto.
domingo, abril 26, 2015
Pulsiones
1
Escribes “pulsiones” por higiene.
2
Es como una onda de radio pero
lo que se sintoniza es la emulsión mitológica
con la historia menor del cuerpo.
Ya lo decía en juventud: se
vacía la posibilidad de captura.
Años heroicos en que Zeus
cogía a diestra y siniestra.
3
La higiene modernista
La secreción de la oca
“blanca Leda”
albúmina nunca disuelta
en el agua.
4
Emulsión mitológica:
Blow-Up!
5
El poema es el graznido
La mitad oscurecida de la cara del cisne
En la instantánea
viernes, abril 10, 2015
Esmog Algebraico (edad glaciojazzística)
(repris)
A los catorce años del siglo hora parda nubes lerdas sobre la Cordillera sábanas de sonido
Me dio por pensar en otros inviernos cómo se acurrucaba la nada en el golpeteo silábico de los vecinos rusos en Alderson
El ritmo marcador de la danza tan Fred Astaire en el callejón nevado que llevaba al departamento de la anciana sola y al basurero que miraba hacia Shady Avenue
En el largo verano de 2002 cuando recién estrenaba la ausencia de mi padre y me armaba con los clásicos The Velvet Underground & Nico Astral Weeks Pet Sounds cómo iba a ser esto de ser yo mismo cuando iba de la mano con Ángel que tenía 3 años hacia el playground del paquecito en Friendship
Mis santuarios eran las tiendas de discos usados cuarteles de invierno catedrales de sonido mordiscos de la edad eran mi escritura íntima apertura de la camisa ante la nada heró(t)ica
A los catorce años del siglo hora parda nubes lerdas sobre la Cordillera sábanas de sonido
sábado, agosto 23, 2014
Trópico del sujeto
Un aposento del trópico
Un corredor entre el jardín y la mirada del deudor
Que acaricia la tela de la siempreviva
Un día largo de lluvia templada, muy al sur
Un avión trastabillando/ Lima, Callao
Una migraña
Un estómago con murciélagos
Un largo y acompasado temblor de tierra
Tierra caliente en el centro del enumerado invierno
Hambre y vómito será tu día
Un almuerzo temporal
El nervio del cardias emite
Su frecuencia
You turn me on I'm a radio
La nada y el rostro del sabueso
El rostro del sabueso y la ventana
Un corredor entre el jardín y la mirada del deudor
Que acaricia la tela de la siempreviva
Un día largo de lluvia templada, muy al sur
Un avión trastabillando/ Lima, Callao
Una migraña
Un estómago con murciélagos
Un largo y acompasado temblor de tierra
Tierra caliente en el centro del enumerado invierno
Hambre y vómito será tu día
Un almuerzo temporal
El nervio del cardias emite
Su frecuencia
You turn me on I'm a radio
La nada y el rostro del sabueso
El rostro del sabueso y la ventana
sábado, marzo 29, 2014
Secreto de otoño
Un viejo sale con sus dos hijos a pasear por el borde del parque
Hace falta la madre pero conversan. Ven el tiempo: alguien enterró
Una hoja ocre en la arena del playground. Alguien en luna llena
busca mirarse, tiza en el pulmón para escribir. El viejo con su gran cabeza
calla y es solemne y tímido y quizá va perdido en un mundo que no era aquí ni es
como era. Un hijo dice: el tiempo va cambiando, hoy se alargó el rosicler
del cielo pero no el día, hay sembrado un árbol ocre entre otros verdes, alguien
ha quemado la nervadura de la hoja. El viejo asiente. Le cuesta alzar la cabeza, cifosis del
septuagenario que no sonríe puesto que aquel paseo suyo es la responsabilidad más seria.
El otro hijo hace ver que se trata en todo caso de una hoja seca y que el incendio
Ocurre allá lejos detrás del parque y los edificios. Y piensa delicadamente: la máquina
Del ojo del padre. El olor de su ropa. La atención de su cabeza. El vacío de la semana.
Le pregunta vagamente por un síntoma: huesos y piel. Hoy fue el primer día fresco en
Varias semanas. Habrá que abrigarse. El frío entrará a la habitación y se hará humedad
Con el paso de los días. Un día nublado habrá llovizna, y viajes a la ventana. Ese vacío
De la hoja ira mudando, esporas en el vello pectoral, un arácnido terco en el vano de la
Ventana caminará dibujando el secreto del otoño.
Hace falta la madre pero conversan. Ven el tiempo: alguien enterró
Una hoja ocre en la arena del playground. Alguien en luna llena
busca mirarse, tiza en el pulmón para escribir. El viejo con su gran cabeza
calla y es solemne y tímido y quizá va perdido en un mundo que no era aquí ni es
como era. Un hijo dice: el tiempo va cambiando, hoy se alargó el rosicler
del cielo pero no el día, hay sembrado un árbol ocre entre otros verdes, alguien
ha quemado la nervadura de la hoja. El viejo asiente. Le cuesta alzar la cabeza, cifosis del
septuagenario que no sonríe puesto que aquel paseo suyo es la responsabilidad más seria.
El otro hijo hace ver que se trata en todo caso de una hoja seca y que el incendio
Ocurre allá lejos detrás del parque y los edificios. Y piensa delicadamente: la máquina
Del ojo del padre. El olor de su ropa. La atención de su cabeza. El vacío de la semana.
Le pregunta vagamente por un síntoma: huesos y piel. Hoy fue el primer día fresco en
Varias semanas. Habrá que abrigarse. El frío entrará a la habitación y se hará humedad
Con el paso de los días. Un día nublado habrá llovizna, y viajes a la ventana. Ese vacío
De la hoja ira mudando, esporas en el vello pectoral, un arácnido terco en el vano de la
Ventana caminará dibujando el secreto del otoño.
domingo, diciembre 15, 2013
Siesta
Esta siesta parpadea, deja caer el libro sobre sí (el libro pesa)
Esta siesta horrible que se queda quieta como el individuo en el nirvana
Cuando despierta cuida su muela en los tonos y derivaciones del enamorado:
Cuánto la quise a esta horadada, minera muela
Y pregunta a los dentistas imaginarios, los ve deslizarse en zapatillas por pasillos medicados
La historia tuya con tu muela en un vitral, en una bala de misión imposible
No despierta para la llamada de la madre o despierta sólo la mitad
Tiene el libro sobre el hemisferio izquierdo (dicho simbólicamente) colocado en el pecho
Al fondo (pero al fondo del inconsciente) Amparo Ochoa canta "Tristeza"
No me reclame, niño, si lo abandono
Así es cuando uno envejece se va volviendo egoísta y menos sensible al otro
Y vos has pasado la vida con audífonos
Esta siesta horrible que se queda quieta como el individuo en el nirvana
Cuando despierta cuida su muela en los tonos y derivaciones del enamorado:
Cuánto la quise a esta horadada, minera muela
Y pregunta a los dentistas imaginarios, los ve deslizarse en zapatillas por pasillos medicados
La historia tuya con tu muela en un vitral, en una bala de misión imposible
No despierta para la llamada de la madre o despierta sólo la mitad
Tiene el libro sobre el hemisferio izquierdo (dicho simbólicamente) colocado en el pecho
Al fondo (pero al fondo del inconsciente) Amparo Ochoa canta "Tristeza"
No me reclame, niño, si lo abandono
Así es cuando uno envejece se va volviendo egoísta y menos sensible al otro
Y vos has pasado la vida con audífonos
La siesta como prótesis del amor
lunes, noviembre 25, 2013
Esto no es
Esto no es un texto. Son pisadas sospechosas de un hombre que lleva pegada un abeja en la camisa. Son flores caídas del jacarandá, el lila apasionado. Intrincados el perro y el amo en bicicleta. El sendero que no vi sino aquella mañana. Un manto de niebla iba bajando, cerca de las ocho (como suele ocurrir cualquier mañana). Las pisadas acaecen al atardecer, a contraluz. El hombre se orienta en el aire yuxtaponiendo cosas que ha visto, que ve ahora. Su vida momentánea es un manotazo tirado al aire. Piensa esto no es un texto, el leitmotiv es una piedra. Caminará hasta el final de la marca de la hierba, quizá influenciado por la antología beat dirá que esto, la inclinación del sol, la luz, la hierba no son un texto. Volverá a recordar aquella mañana de domingo que salió a correr. Tres perros negros venían a su encuentro. Perros desorientados que habían amanecido como unos Borges avant la lettre en la esquina de un mundo humano, un mundo perro digamos. Y los susodichos perros confundidos se alegraron de verlo, marcharon unos metros tras él. Él que iba cruzando calles por entero literarias (esto no es un texto) Blest Gana, Martín Rivas, Rubén Darío. Y los perros desorientados bailaron un momento uno en torno del otro, las tres divinas personas. Y se fueron. (Había tenido la suerte que una perrita negra musculosa y amable lo siguiera una mañana durante tres kilometros tratándolo casi como camarada. Pero a la altura de Tobalaba atendió algún ruido y siguió en sentido contrario, ella cruzando el aire con su bellísimo hocico negro, brillante y húmedo.) Había un sendero en frente. ¿Cómo correr un día por aquel sendero? Entonces un perro negro (hay varios perros negros en este texto) atacó a un frágil lassie muy parecido a su amo, este escandalizado por el ataque, aquel entrenando de rutina. Se oyeron unos aullidos, unos gritos. El entrenamiento siguió. La niebla iba bajando, incluso el cuerpo caliente reaccionaba al aire frío. Más adelante: los perros obsesionados de las esquinas, en Egaña, la Banda de los Cinco atacando taxis y transeúntes. En esas paradas hay más gente obrera esperando. Gente en el frío sin frente popular. Todos miran a la Banda de los Cinco, secretamente les temen, es un espectáculo del inconsciente. Busco el sol, mujeres escriturales hieren el sendero, sombras dramáticas vocean cosas. Como es domingo por la tarde hombres nunca vistos se juntan en las esquinas a murmurar.
miércoles, noviembre 20, 2013
El desierto sin cine (plan para un cuento largo)
Había una TV blanco y negro que funcionaba a veces haciendo ruido como un motor.
Superficie arenosa sucia marcada con constancia por las interrupciones, el ruido por ejemplo de las motos que circulaban por el barrio.
Los domingos ponían videos de Pearl Jam, "Daughter" o "Jeremy". A principios de los noventa. Aquellos videos les causaban asombro.
La transmisión magnetizada cruzada por olas y barras abstractas, y desfigurando las caras y las poses.
Llovía polvo todo el día durante el verano. Mucho polvo, todo estaba terroso.
No tenía empleo. A veces tomaba una máquina de escribir portátil y escribía un cuento de seis páginas.
Era un espacio más desestructurado y abigarrado que el de Stranger than Paradise. Una modernidad menor.
Quería ser un personaje de Jarmusch. Pero no entendía que traducir esta densidad era terrible.
A veces las hojas del cuento se soltaban de sus manos (se estaba durmiendo) y caían sobre el piso de tierra (no había ladrillos).
La revolución había pasado y cada vez que Violeta Chamorro salía en la TV decía una mala palabra.
Eran veranos disciplinares, de mucho sol. De tardes somníferas.
Manejaba cuadernos con apuntes apurados. Quería copiar aventuradamente la estructura intelectual de los versos de PPP.
Todavía era usual escribir cartas. Mencionaba a Rimbaud, a Thomas Mann. Al archivo fílmico metido en su memoria.
Los noventa eran el desierto sin cine.
Aparte de algunos atisbos de crítica cultural, leía cuentos. "Las nieves del Kilimanjaro". "La muralla china".
Enviaba sus cartas a Bolivia. Único lugar vivo del planeta.
Dejó de escuchar a Pink Floyd. Basta de grandilocuencia, dijo.
Conversaba con sus hermanos sobre fundar un grupo de rock alternativo.
Dónde conseguir los instrumentos? Pero qué puede hacer un chico pobre?
Él no actuaría sino en la sombra. En la parte más abstracta.
Una vez ganó un concurso de cuento y le pagaron seiscientos dólares (era una suma considerable).
Compró una diminuta TV a color. Ponían "What´s the Frequency Kenneth?" que estaba de moda por entonces.
Superficie arenosa sucia marcada con constancia por las interrupciones, el ruido por ejemplo de las motos que circulaban por el barrio.
Los domingos ponían videos de Pearl Jam, "Daughter" o "Jeremy". A principios de los noventa. Aquellos videos les causaban asombro.
La transmisión magnetizada cruzada por olas y barras abstractas, y desfigurando las caras y las poses.
Llovía polvo todo el día durante el verano. Mucho polvo, todo estaba terroso.
No tenía empleo. A veces tomaba una máquina de escribir portátil y escribía un cuento de seis páginas.
Era un espacio más desestructurado y abigarrado que el de Stranger than Paradise. Una modernidad menor.
Quería ser un personaje de Jarmusch. Pero no entendía que traducir esta densidad era terrible.
A veces las hojas del cuento se soltaban de sus manos (se estaba durmiendo) y caían sobre el piso de tierra (no había ladrillos).
La revolución había pasado y cada vez que Violeta Chamorro salía en la TV decía una mala palabra.
Eran veranos disciplinares, de mucho sol. De tardes somníferas.
Manejaba cuadernos con apuntes apurados. Quería copiar aventuradamente la estructura intelectual de los versos de PPP.
Todavía era usual escribir cartas. Mencionaba a Rimbaud, a Thomas Mann. Al archivo fílmico metido en su memoria.
Los noventa eran el desierto sin cine.
Aparte de algunos atisbos de crítica cultural, leía cuentos. "Las nieves del Kilimanjaro". "La muralla china".
Enviaba sus cartas a Bolivia. Único lugar vivo del planeta.
Dejó de escuchar a Pink Floyd. Basta de grandilocuencia, dijo.
Conversaba con sus hermanos sobre fundar un grupo de rock alternativo.
Dónde conseguir los instrumentos? Pero qué puede hacer un chico pobre?
Él no actuaría sino en la sombra. En la parte más abstracta.
Una vez ganó un concurso de cuento y le pagaron seiscientos dólares (era una suma considerable).
Compró una diminuta TV a color. Ponían "What´s the Frequency Kenneth?" que estaba de moda por entonces.
viernes, noviembre 15, 2013
Dicho al oído
estoy circunscribiendo las cosas
teléfonos (a veces teléfonos de la muerte) espacios como rosales
y aguadoras con cántaros y pilas y pozos en los patios
(jugué todavía en aquel patio casi abandonado con árboles de jocotes
y tamarindos y la vieja carrocería abandonada de un Chevrolet
y caramelos de papel)
y casas hechas de largas tablas pintadas con cal
y la vida alcalina que transcurría
asomada al jardín, esperando una brisa de pólvora en
las fiestas
gencianas y disciplinas y rosas y violetas
y el pozo devenido en sitio para la ducha
(y un gato caminando en la circunferencia del brocal)
de vez en cuando me topo con esa ruina de recuerdo
nada de lo que era es de la misma forma
hay otros olores en el antiguo lugar de la letrina
el tamarindo ya no está (aun transfigurado bajo un sol de julio)
los diálogos de la TV blanco y negro están esparcidos en el polvo
le digo: yo no sabía que este era el lugar fantasma
la cama en donde durante la siesta lo despertó la madre
(que había muerto hacía dos años) con un abrazo
demasiado estrecho y de fuerza desesperada como para no ser cierto
la cocina donde le sirvió la cena y la jarra de agua fresca (la tinaja acomodada en el
rincón junto a la gallina)
el rastro de la memoria de cuando con el hermano mayor iban al muelle
de Granada a estibar
estoy viendo estas y otras cosas lentamente
en noviembre sobre todo
(un noviembre sudamericano que Ud. no hubiera imaginado)
bostezo me asomo a la ventana sigo disciplinadamente
barajando dejando pasar estas imágenes que llevan un ritmo de agua
(la aguadora clausurada es mi cinematografía)
le digo estas cosas al oído
trato de paladear el aire y el olor de la piel de la oreja
lunes, noviembre 11, 2013
Luz en los ojos
Después del terremoto leí los poemas póstumos de Huidobro
Bajo un bombillo hiriente en silencio alguna brisa que llegaba
Atravesando mares
Eran días de calor y de desvelo. No había otra
Bujía. Había un supermercado cerca. Podía salir a comprar
Una luz más suave, blanca
Que cayera con resignación sobre las hojas del libro
(Eran poemas póstumos o tardíos o últimos: el tipo
Había vuelto al suelo a la página a cierta realidad iluminada.)
Pero quién tomaba y retenía el tiempo
Quién era el puño y la estratagema
Los niños dormían y había temblores a veces
Leves o fuertes
Que me hacían apartar la vista del libro--miraba la luz de la bujía
Empecinada flotando en el tiempo
Había algo de arrebato en las líneas, una mariposa nocturna y lírica
Que se balanceaban en el espesor de aquella luz
Lejana.
jueves, octubre 31, 2013
Niebla
Hoy no amanece sino que niebla. Juegan a estar ocultas las cordilleras. Es el día triste desde que te incorporas por la mañana (pero no amanece sino que niebla). Humedad más vacío más lo mismo más ínfimo camino. Hoy estarás atrapado entre vejestorios, oliendo lo mismo, yendo al mismo lugar finito. Hermano de edades, can, gárgara del mundo.
Hoy tercera persona, lente húmedo, catálogo de disección. Los pájaros equivocados y las ranas evocadas pasarán de puntillas por este día de desprecios. De hecho abres el diario por la mañana (cuando no amanece pero niebla). No. Ni siquiera es un diario de la mañana sino una pantalla. Para decirle lirismos al mundo. Pero lo que buscas es el cardo. Vomitas en el acto: el pezón de la mostrenca Rimbaud niña (o que se cree niña todavía), el bigote del moscardón, la pantaleta modernista.
Amad a tu prójimo como a ti mismo. El coloquialismo no te salva. Necesitas un bicarbonato new age para curarte la tristeza. Es ya la media mañana (aunque no amanece en esta niebla). Y entras al banco. Los viejitos parlotean y esperan. Cierto acento castellano te da en el hígado y esperas por la cajera. Treinta hijueputas junto conmigo haciendo la cola. El trencito asexuado que no arrolla ni arrulla.
Luego dónde puse el dinero? Sabes que es un chocorrón? Es un escarabajo nicaragüense. Un beatle de Nicaragua atrapado en la niebla espesa que por mañana comemos hoy. Entonces ya sabés que es un chocorronero. Un manto de chorrones que zumban. Eso tengo en la cabeza ahora que no sé dónde puta puse el dinero. Hasta que lo encuentro, está dentro de la niebla. Era Pellicer el que escribía esa lindeza?
De entre los viejos soy el más nietzscheano. Pongo linderos más altos. Veo más a lo lejos, con perspectiva de pájaro. Al menos eso creo o quiero creer en mi tiniebla. Si todos perecemos y hedemos, si nuestros trajes y suéteres carne son de las centurias (y centuriones). Yo en cambio sobrevuelo con entereza la niebla. Qué hendija se abrirá de esta mañana (es decir, de esta niebla) para dejarnos entrar?
Antes de pasar al almuerzo, ir a la empresa médica a pedir un reembolso. Todo muy moderno. Los hombres hediondos a tabaco se entretienen con unas pantallas reducidas que les dictan sus síntomas. Alguno tiene atrapado a Mark Chapman en la sístole. Otro tiene un cálculo de malaquita en el riñon izquierdo. Otro tiene un videojuego en que se puede contemplar a Kirsten Dunst niña. Otro tiene a la tortura como amiga y enamorada. Otro aún se cree el pájaro de la niebla.
(Esto para no decir nada de la nueva generación poética de Nicaragua. Quién será la Margaux Hemingway de la poesía nicaragüense? Y la Debbie Harry? Y la triste Pola Negri? Y la siniestra Charlotte Rampling?)
El reembolso es ínfimo en este día de nieblas. Nadie paga por una vida gastada como ya lo sospechaba Sir T. S. Eliot. Aprovecho para putear el sistema previsional. Busco el adecuado cosmopolitismo. Me cago simplemente en la concha de su madre o acuso preferentemente el doble hijueputa gonorrea o lo mando a chingar o a las setenta putas o digo un coño más caribeño? No sé. Soy el Hamlet de las imprecaciones.
Mejor me voy a almorzar.
Niebla cruda.
Hoy tercera persona, lente húmedo, catálogo de disección. Los pájaros equivocados y las ranas evocadas pasarán de puntillas por este día de desprecios. De hecho abres el diario por la mañana (cuando no amanece pero niebla). No. Ni siquiera es un diario de la mañana sino una pantalla. Para decirle lirismos al mundo. Pero lo que buscas es el cardo. Vomitas en el acto: el pezón de la mostrenca Rimbaud niña (o que se cree niña todavía), el bigote del moscardón, la pantaleta modernista.
Amad a tu prójimo como a ti mismo. El coloquialismo no te salva. Necesitas un bicarbonato new age para curarte la tristeza. Es ya la media mañana (aunque no amanece en esta niebla). Y entras al banco. Los viejitos parlotean y esperan. Cierto acento castellano te da en el hígado y esperas por la cajera. Treinta hijueputas junto conmigo haciendo la cola. El trencito asexuado que no arrolla ni arrulla.
Luego dónde puse el dinero? Sabes que es un chocorrón? Es un escarabajo nicaragüense. Un beatle de Nicaragua atrapado en la niebla espesa que por mañana comemos hoy. Entonces ya sabés que es un chocorronero. Un manto de chorrones que zumban. Eso tengo en la cabeza ahora que no sé dónde puta puse el dinero. Hasta que lo encuentro, está dentro de la niebla. Era Pellicer el que escribía esa lindeza?
De entre los viejos soy el más nietzscheano. Pongo linderos más altos. Veo más a lo lejos, con perspectiva de pájaro. Al menos eso creo o quiero creer en mi tiniebla. Si todos perecemos y hedemos, si nuestros trajes y suéteres carne son de las centurias (y centuriones). Yo en cambio sobrevuelo con entereza la niebla. Qué hendija se abrirá de esta mañana (es decir, de esta niebla) para dejarnos entrar?
Antes de pasar al almuerzo, ir a la empresa médica a pedir un reembolso. Todo muy moderno. Los hombres hediondos a tabaco se entretienen con unas pantallas reducidas que les dictan sus síntomas. Alguno tiene atrapado a Mark Chapman en la sístole. Otro tiene un cálculo de malaquita en el riñon izquierdo. Otro tiene un videojuego en que se puede contemplar a Kirsten Dunst niña. Otro tiene a la tortura como amiga y enamorada. Otro aún se cree el pájaro de la niebla.
(Esto para no decir nada de la nueva generación poética de Nicaragua. Quién será la Margaux Hemingway de la poesía nicaragüense? Y la Debbie Harry? Y la triste Pola Negri? Y la siniestra Charlotte Rampling?)
El reembolso es ínfimo en este día de nieblas. Nadie paga por una vida gastada como ya lo sospechaba Sir T. S. Eliot. Aprovecho para putear el sistema previsional. Busco el adecuado cosmopolitismo. Me cago simplemente en la concha de su madre o acuso preferentemente el doble hijueputa gonorrea o lo mando a chingar o a las setenta putas o digo un coño más caribeño? No sé. Soy el Hamlet de las imprecaciones.
Mejor me voy a almorzar.
Niebla cruda.
lunes, julio 08, 2013
Otra oda
Los muertos de los 70s con caras de poetas constructivos en el estricto
sentido. Los muertos de los 80s tan orgánicos y perseguidos por hormigas.
Los de los 90s peleados con su propia identidad: remolino y sombra
en el triángulo minero. El insomnio de la patria y el de sus insomnieros oficiales:
los poetas. Las columnas oficiales del FSLN y su versión sorry-ass el MRS:
que componen la democracia, arreglan la falda de la Hecatombe del liberalismo que
los engulle. Que hable el paisaje: piedras, páramos, lomas rocosas y cardos
ríos perforados, cercas enloquecidas y sobre todo sol, sol anular.
Esta deriva de guerreros analógicos al paisaje hoy desaparecidos
lo que no quiere decir que ausentes.
sentido. Los muertos de los 80s tan orgánicos y perseguidos por hormigas.
Los de los 90s peleados con su propia identidad: remolino y sombra
en el triángulo minero. El insomnio de la patria y el de sus insomnieros oficiales:
los poetas. Las columnas oficiales del FSLN y su versión sorry-ass el MRS:
que componen la democracia, arreglan la falda de la Hecatombe del liberalismo que
los engulle. Que hable el paisaje: piedras, páramos, lomas rocosas y cardos
ríos perforados, cercas enloquecidas y sobre todo sol, sol anular.
Esta deriva de guerreros analógicos al paisaje hoy desaparecidos
lo que no quiere decir que ausentes.
sábado, marzo 23, 2013
Algunos espectros amigables
La noche es una entrada La noche es un mar
Y estoy deseando Verlos aparecer cruzando un sendero no identificado Pero verde
Lo acariciado El grito El automático cambio de escena
Suelo entrar así a apartados sintáxticos y apartamentos imaginarios
Hada Velo y Carnada
Piezas de 1971 Se abren unos ojos sobre los otros
Los libros entran a puñetazos en el lector electrónico
México 1918 Un tipo en kimono (poeta y todo) contemplando un ruiseñor muerto
A qué hora amanece en Santiago durante el mes de marzo?
La almohada está arriba Manejo la penunmbra con la pantalla
Estos son los cuerpos que amo en sueños
Mi forma de amarlos es tocarlos y contradecirlos Referencia Reverencia
Los escribo en formas que detectan su olor
Enseño toperías marsupiales a mis fantasmas
Estoy cuidando al Niño en la madrugada ¿Lo salvo de un recuerdo?
O: desperté Cortés alto y amarillo Fauno desdentado
(Este es el paisaje nicaragüense en Febrero)
Los espectros amigables que traen Miel sólida/ ria
Pregunto por vos Para que vos me despertés Para ver si hay castigo en voz
Para mí que todo es una secuencia
Y estoy deseando Verlos aparecer cruzando un sendero no identificado Pero verde
Lo acariciado El grito El automático cambio de escena
Suelo entrar así a apartados sintáxticos y apartamentos imaginarios
Hada Velo y Carnada
Piezas de 1971 Se abren unos ojos sobre los otros
Los libros entran a puñetazos en el lector electrónico
México 1918 Un tipo en kimono (poeta y todo) contemplando un ruiseñor muerto
A qué hora amanece en Santiago durante el mes de marzo?
La almohada está arriba Manejo la penunmbra con la pantalla
Estos son los cuerpos que amo en sueños
Mi forma de amarlos es tocarlos y contradecirlos Referencia Reverencia
Los escribo en formas que detectan su olor
Enseño toperías marsupiales a mis fantasmas
Estoy cuidando al Niño en la madrugada ¿Lo salvo de un recuerdo?
O: desperté Cortés alto y amarillo Fauno desdentado
(Este es el paisaje nicaragüense en Febrero)
Los espectros amigables que traen Miel sólida/ ria
Pregunto por vos Para que vos me despertés Para ver si hay castigo en voz
Para mí que todo es una secuencia
domingo, enero 20, 2013
Ser cuadrúpedo
Algún día vas a preguntar
Y ese Neanderthal que críticaba ácremente a Berlioz y a Visconti
Algún día va a pasar un soplo persiguiendo el ser como un cuadrúpedo
El perro en el frío de la memoria
El corazón caliente del pez que vimos en el documental
Preguntarás por tránsitos y por las marquesinas de los cines
Escribirás como una cicatriz colocando al perro que huye en el parque otra vez
Un julio en que sopla la cordillera preguntarás
Sobre un ojo una mirada: el corazón murciélago del perro
Querrás una ventana para vocear la pregunta
No sabrás si porque las ventanas son para ver
O por la pestilencia del vidrio
Y ese Neanderthal que críticaba ácremente a Berlioz y a Visconti
Algún día va a pasar un soplo persiguiendo el ser como un cuadrúpedo
El perro en el frío de la memoria
El corazón caliente del pez que vimos en el documental
Preguntarás por tránsitos y por las marquesinas de los cines
Escribirás como una cicatriz colocando al perro que huye en el parque otra vez
Un julio en que sopla la cordillera preguntarás
Sobre un ojo una mirada: el corazón murciélago del perro
Querrás una ventana para vocear la pregunta
No sabrás si porque las ventanas son para ver
O por la pestilencia del vidrio
martes, enero 08, 2013
10K
Caminar por el barrio alto o por el sur, Station to Station en el
mp3 player. Las avenidas prometen verdes de novelas pastoriles,
recodos de realismo sucio, ángulos de musical, soledades del corredor de fondo.
Todo lo contrario del nirvana estoy lleno de cosas, de las cosas y los nombres.
Los filosofitos que se conformaron con la nada y el blanco, el zorro orientalismo y
esa mirada irónica y colérica con que los miraba el sol: y ahora corren.
Filosofitos mascotas del sistema, hijos de Presley. Las esquinas sucias, un borracho que
orina o patea a otro (más viejo), esa esquina que recojo de La Habana o de Managua, o incluso
de Penn Avenue en el declive que llevaba al Strip District.
Todo ocurre en el tatuaje de un pasado inesperado sobre la piel de un presente abstracto.
Managua Carretera Norte con su contemplación mística de los aviones está a la vuelta de la esquina
El verano sembrado de violetas en las calles con nombres de árboles encinas alerces almendros
Varias ciudades muertas sobre el fantasma de las flores vivas
Los goznes y articulaciones son lo primero que hay que observar
pura materialidad de la calavera que anda.
El fantasma te dirá que estás entre dos clases, entre dos regímenes, en la ciudad partida
y dividida sentirás que flotas, al norte de la etnia la clase
al sur de la clase la etnia
Ora de los músculos, ha caído el verano
en las bocas del Metro se dan cita las clases sociales
Qué hacían los jesuitas en Centroamérica con las otras clases
ese tipo de preguntas políticas cuando voy bajando la pista/la avenida de Tobalaba
o cualquier otra pregunta académico-política
especialmente las relacionadas con el cultivo y la falsa trascendencia
del yo.
mp3 player. Las avenidas prometen verdes de novelas pastoriles,
recodos de realismo sucio, ángulos de musical, soledades del corredor de fondo.
Todo lo contrario del nirvana estoy lleno de cosas, de las cosas y los nombres.
Los filosofitos que se conformaron con la nada y el blanco, el zorro orientalismo y
esa mirada irónica y colérica con que los miraba el sol: y ahora corren.
Filosofitos mascotas del sistema, hijos de Presley. Las esquinas sucias, un borracho que
orina o patea a otro (más viejo), esa esquina que recojo de La Habana o de Managua, o incluso
de Penn Avenue en el declive que llevaba al Strip District.
Todo ocurre en el tatuaje de un pasado inesperado sobre la piel de un presente abstracto.
Managua Carretera Norte con su contemplación mística de los aviones está a la vuelta de la esquina
El verano sembrado de violetas en las calles con nombres de árboles encinas alerces almendros
Varias ciudades muertas sobre el fantasma de las flores vivas
Los goznes y articulaciones son lo primero que hay que observar
pura materialidad de la calavera que anda.
El fantasma te dirá que estás entre dos clases, entre dos regímenes, en la ciudad partida
y dividida sentirás que flotas, al norte de la etnia la clase
al sur de la clase la etnia
Ora de los músculos, ha caído el verano
en las bocas del Metro se dan cita las clases sociales
Qué hacían los jesuitas en Centroamérica con las otras clases
ese tipo de preguntas políticas cuando voy bajando la pista/la avenida de Tobalaba
o cualquier otra pregunta académico-política
especialmente las relacionadas con el cultivo y la falsa trascendencia
del yo.
Etiquetas:
ciudades,
deportes,
diario íntimo,
textos
Suscribirse a:
Entradas (Atom)