lunes, mayo 11, 2015

Centroamérica Cuesta

La próxima semana se celebra en Managua un encuentro de narradores llamado Centroamérica Cuenta.

A mí me dio por parodiar el título: se debería llamar Centroamérica Cuesta. No por mala sangre, sino por buscar el lado irónico del asunto, si es que lo tiene.

Nadie que decida dedicarse a las letras en aquellas tierras (y cuando digo letras no me refiero únicamente al intento de profesionalizarse como escritor, sino también en otros bordes de la escritura: crítica, teoría, historia) dejará de sentir que, en efecto, Centroamérica Cuesta.

Nadie que decida proponer una perspectiva regional, es decir, centroamericana, dejará de enfrentarse con los chacales (son un símbolo palpable y fiero): los localismos, los desconocimientos, la falta de archivos y bibliotecas, el caudillismo cultural, las distancias.

Por lo general, Centroamérica es un anaquel en una perdida biblioteca (digamos, por poner un ejemplo, la de don Rafael Heliodoro Valle o la de Ernesto Mejía Sánchez) y con una casi imaginaria bibliografía elaborada a tientos, y, por la falta de interés, entregada al olvido. (Eso fue el siglo XX, y estamos en el XXI, podría responder alguien optimista. Lo que no le quita nada al deber de pensar qué tan significativos han sido los cambios en ambos siglos.)

(Alguien podría lamentar también la falta de glamour de esa Biblioteca Centroamericana que no revivirá por virtud del mercado editorial, como podría pensarse.)

¿Cuánta consciencia tenemos de la lógica de olvido que se cierne sobre lo centroamericano, en este caso tomado únicamente como archivo regional,y sin querer significar las diversas dificultades políticas, sociales y culturales de la región?


martes, mayo 05, 2015

Contra insomnes

El insomne, ese hermano menor del suicida.

Se levanta a limarse las uñas, sacudirse un poco la melena, lamerse heridas antiguas. Recurre al diario íntimo, al mensaje anónimo intimidante ("su marido, señora, se masturba leyendo a Cioran"). Sonríe de alguna gracia, observa una nalga que parece la nave del olvido.

La noche en todas partes es la misma. Vista de espaldas es húmeda, de frente, vertiginosa. Piensa en animales: el filósofo con el cuero colgando del cuello, cayendo como rollo antiguo, la escritora con las largas raíces en el cabello (raíces nacionales, bienes raíces). El muchacho de buen corazón y mala prosa.

La noche insomne tiene mal oído musical. La radio fúnebre. El pasto envenenado. El cielo aplastante. No se sabe respirar en noches insomnes. Se suspenden las funciones intestinales pero cunde el mal aliento.

Insomne hermano idiota del suicida. Ahora asoma la nariz en la ventana. Toma un abrigo y camina sonámbulo por el parque. Ve brotar las sombras amenazantes, Hitchcock menor y adocenado. Se da cuenta que dejó la llave en el departamento. Ahora sí que se jodió la noche.

Saquemos entonces conclusiones, se dice.

domingo, abril 26, 2015

Pulsiones


1
Escribes “pulsiones” por higiene.

2
Es como una onda de radio pero
lo que se sintoniza es la emulsión mitológica
con la historia menor del cuerpo.
Ya lo decía en juventud: se
vacía la posibilidad de captura.
Años heroicos en que Zeus
cogía a diestra y siniestra.

3
La higiene modernista
La secreción de la oca
“blanca Leda”
albúmina nunca disuelta
en el agua.

4
Emulsión mitológica:
Blow-Up!

5
El poema es el graznido
La mitad oscurecida de la cara del cisne
En la instantánea

lunes, abril 20, 2015

Los notables comen símbolos

En torno a la revolución sandinista se tejió toda una red de celebridades más o menos radicalizadas, comprometidas o curiosas (muchas turísticas) frente al hecho revolucionario tercermundista y tan a destiempo. (1979 era también el año de la revolución iraní que de alguna manera encantó por igual a Foucault y a Cardenal.)

Sólo en el diapasón del boom, es conocida la pasión sandinista de Cortázar, la simpatía de García Márquez, la aquiescencia, algo insólita, de Carlos Fuentes (prologuista de un libro de discursos de Daniel Ortega). Ya no digamos Eduardo Galeano, quien aunque no responde a lógica política del boom exactamente, sí sobresale por celebridad y radicalidad.

El entretejido es mucho más amplio y quizá merecería una investigacin aparte, y va desde celebridades de la literatura mundial (Rushdie, Grass) hasta actores de Hollywood (Martin Sheen, Susan Sarandon) o poetas de renombre (Ferlingethi, Evtushenko). Como digo, hubo en esa ola desde compromiso hasta turismo (y exotismo), con todos los grados y matices que pudieran caber.

En una anotación anterior aseguré que había cierta respuesta colonial de la elite literaria nacional ante, por ejemplo, Cortázar. Se trata de un fetichismo en que de manera inconsciente se asocia la celebridad internacional con el físico (la altura) en una lógica que, por otra parte, es acrítica y, notablemente, iletrada, en el sentido que no se discute sobre los libros de esos hombres famosos sino sobre los aditamentos de su fama.

Tal cual, la reciente muerte de Galeano (y en menor medida la de Grass)  ha deparado un escenario de aquellos. Verbigracia el reportaje de la La Prensa: Grass, Galeano y Nicaragua. No se trata tanto de la muerte del escritor sino de la memorabilia de su fama, de la foto con él, de sus ojos azules y su porte y su prematura calvicie. De su amistad y su "amor" más que de su escritura.

Galeano (o Grass) les interesa, a los guardianes de los símbolos, privatizado en aquellos años de gloria, más que público en un ámbito cultural y político complejo. Y desafortunadamente no tenemos en Nicaragua un espacio de recepción y lectura que equilibre aquella mirada fetichista. (La pobreza cultural es también la de la ausencia de suplementos culturales, grupos culturales independientes, carreras humanísticas que potencien la lectura por sobre la infame ilectura de los notables.)

En su necrológica de Galeano Gioconda Belli comienza informando que "Galeano tomaba unas duchas larguísimas".

Es la información y el tono típicos de un acercamiento que privatiza al mismo tiempo que frivoliza.

viernes, abril 10, 2015

Esmog Algebraico (edad glaciojazzística)

(repris)

A los catorce años del siglo hora parda nubes lerdas sobre la Cordillera sábanas de sonido

Me dio por pensar en otros inviernos cómo se acurrucaba la nada en el golpeteo silábico de los vecinos rusos en Alderson

El ritmo marcador de la danza tan Fred Astaire en el callejón nevado que llevaba al departamento de la anciana sola y al basurero que miraba hacia Shady Avenue

En el largo verano de 2002 cuando recién estrenaba la ausencia de mi padre y me armaba con los clásicos The Velvet Underground & Nico Astral Weeks Pet Sounds cómo iba a ser esto de ser yo mismo cuando iba de la mano con Ángel que tenía 3 años hacia el playground del paquecito en Friendship

Mis santuarios eran las tiendas de discos usados cuarteles de invierno catedrales de sonido mordiscos de la edad eran mi escritura íntima apertura de la camisa ante la nada heró(t)ica

 A los catorce años del siglo hora parda nubes lerdas sobre la Cordillera sábanas de sonido

viernes, abril 03, 2015

Orbe

Ah los clásicos sí los clásicos

Cuando murió mi padre los reuní uno por uno

Astral Weeks Pet Sounds The Velvet Underground & Nico

Los contemplaba los veía irse en la ventana

Sentía su textura en los bordes de Penn Ave. Friendship Polish Hill & Lawrenceville
el caminante

Fuera la de la nieve la del primer verano la de los comprehensive exams

Cuando el ángel clamaba: Fito Páez, papa, Guamán Poma

Y ahora el pasivo agresivo que me dice por escrito patrañoso: te afilias a la opinión mayoritaria

Copias en tu cuaderno la misma estructura no has estado en ese debate tal x cual

Y yo que cosía en piel con pausa y hemistiquio

 el ciego de Stratford junto al mapache

al lado de la rosa y la niña negra

la margarita de la máquina de escribir eléctrica

en la sepultura

y todo porque la ansiedad matemática era el urbanismo

y el orbe y el sujeto

jueves, marzo 05, 2015

Pavel, pelumbre, gimnasia

Es fácil. Escoja aquellos intelectuales que Ud. no quisiera ser.

Claro hablamos de intelectuales nacionales. Mientras más ecuestres y equinos peor.

El artero calculador. El güegüense que le baila. Todo dariano que haya estado

En el centenario (1967). Aquel que dice que el campesino habla como los pájaros.

Todos los lamentables hijos de

Su casa.

Ud. se preguntará: y la técnica? cómo hago yo?

Pero eso son fuerzas productivas.

Lo fundamental (la Gran Sombra que Ud. juzgará) es el Fantasma de la Boina.

Déjese de la Gran Pendejada de las Generaciones. Cuando los jóvenes recapitulan

Sobre las mismas figuras (en aquella hora de los serviles)

Sea fiel a su deseo.

miércoles, febrero 25, 2015

Hace 25 años terminó la guerra fría

En Nicaragua hace 25 años (el 25 de febrero de 1990, con el triunfo electoral de Violeta Chamorro) comenzaron los años 90s.

Fue una época de reconciliación para los de arriba (el FSLN-MRS y el gobierno Chamorro) y de sálvese quien pueda para los de abajo.

Débil en su fuerza política pero apoyada por el sandinismo opositor, Chamorro pudo desentenderse de la sociedad empobrecida de la posguerra civil para entretenerse con la pirotecnia de los programas de ajuste neoliberal, las ofensivas ideológicas conservadoras: por ejemplo, en la educación (con el Opus Dei Humberto Belli como Ministro de Educación) y los trofeos de posguerra fría (Chamorro ofreciendo un AK-47 a George Bush padre).

Se puede alegar que Chamorro encabezó una transición democrática, siempre y cuando se entienda la jerarquía explícita de tal transición. Apertura reconciliadora democrática arriba, desestructuración, empobrecimiento, emigración abajo.

La sensibilidad social de la élite política nicaragüense ha sido tradicionalmente nula. A eso no renunciaron los arquitectos del pacto de transición (los "pragmáticos" del sandinismo--Daniel y Humberto Ortega y Sergio Ramírez-- junto al equipo familiar-institucional de Chamorro).

Como he dicho en este blog varias veces, curiosamente el Signo Blanco-Violeta Chamorro es visto por las elites nostálgicas como el Signo Deseable para un modelo democrático. Pero yo creo que sin una crítica a fondo de ese Significado Blanco no se avanza nada en discutir realmente qué sería la democracia o lo democrático en una Nicaragua que luego de 25 años sigue tan fragmentada como entonces.

Con respecto a la sobrevaloración de Chamorro como Signo Blanco, repito algunos ejemplos que he mencionado en entradas anteriores:

-Tomás Eloy Martínez acabó creyendo que la historia de Nicaragua estaba en la casa de Chamorro. 

-Andrés Pérez Baltodano considera a Chamorro ejemplo de una mente no colonizada!

-Gioconda Belli piensa que Chamorro "maternizó" a Nicaragua.


Como diría el poeta: "Patria que para qué pare parias"


P. S. 26 de febrero
No deja de ser sintomática la solicitud de los actuales partidos opositores de que el 25 de febrero sea declarado "Día de la democracia".

domingo, febrero 22, 2015

Márgenes recorridos

Subo una copia en pdf, vía Scribd, de mis Márgenes. Por fin logré vencer al escaner que me había entorpecido el trabajo varias veces. (Se verá que la copia no es perfecta, aunque legible, y me refiero a la tipografía y no a la prosa necesariamente.)

Este libro es hijo del Seminario de literatura centroamericana que iniciaron en los 1990s Franz Galich y Bárbara Dröscher, y que luego dirigió Werner Mackebach. Hijo, digamos, con defectos propios. Además, como proyecto de libro fue acogido por Margarita Vannini, directora del IHNCA. Por último, revisado para publicarse cuando yo estudiaba ya en la Universidad de Pittsburgh.

Si tuviera que reescribirlo, quitaría gran parte de las comillas que, creo yo, abruman al libro. ¿Por qué las necesité entonces? ¿Quizá para dar énfasis a tantos distanciamientos?

Si tuviera que reeditarlo, simplemente agregaría varios otros ensayos acumulados. Así me mantendría dentro de la lógica de los Márgenes, buscando su invocación primaria. Aunque el destino de la reedición no favorece historicamente al libro centroamericano.

Como digo, tiene ya 20 años el impulso inicial de estos ensayos. Aunque se podría decir que el ambiente de discusión intelectual no era favorable en Nicaragua (nunca lo es), creo que estábamos llenos de deseos de contradecir y criticar. (Voy del singular al plural, porque siempre en estos casos hay más de uno. Lo mismo pasaba con el grupo literario 400 elefantes.)

No creo que se pueda hacer un balance a esta altura. (Realmente aportaron algo estos intentos?)  En todo caso el balance es la dispersión.

Pero eso, he tenido que aprenderlo, tampoco es novedoso en Centroamérica. (Otros países centroamericanos--El Salvador o Costa Rica--me parecen más abiertos al debate que Nicaragua, en donde todo tiende a convertirse en carnaval dirigido desde arriba.)

Quizá un elemento parcialmente superficial es la adquisición de las retóricas posmodernas y poscoloniales que se deja ver en este tipo de ensayos. Pero digo que es superficial (no caí por suerte en el Nirvana posmo de algunos otros) porque el fondo estaba bien asido de la historia, o del deseo de historia.

En la página del índice califiqué al estilo gringo (de A+ a B-) los ensayos. La calificación me sigue pareciendo justa.


miércoles, febrero 04, 2015

Preludio

El tema me obsesiona. Paso largas horas arrumbado en el rincón aquel, llamado, para colmo, del sí mismo.

Una tijeras imaginarias me ayudan a cortar en pedacitos informes la imaginación. La mano escrituraria detenida.

Puedo pasar meses planificando y calculando una carta que no escribiré. Los sucesos devienen uno tras otro. Desfotografiables como la chica el chico de My funny Valentine.

Estoy intimamente convencido de que todo alcanza en la línea. Todo se arreglará con una misiva justa.

La gente que quiero debe esperarme infinitamente. Daniel Santos que esperaba la carta. Borges que esperaba el juicio final.

jueves, enero 29, 2015

Polifemo 90

"gigantes de cristal los teme el cielo" 

Quizá lo difícil de estar a la altura de una celebración (enterramiento, glorificación, todo es lo mismo) de los 90 años de Ernesto Cardenal (1925) sea arrancarlo (arrancarse) del lugar común (del tipo que, por ejemplo, prodiga Gioconda Belli en un poema reciente).

Hay que imaginar a Cardenal como un Urano que ha devorado esmerada y originariamente a sus hijos. Un padre cruel que ha terminado de ordenar el mundo (el mundo real). Padre que capa a los y las poetillas del país, y los somete al orden exteriorista. Uno x uno, a lo largo de los años 60, 70, 80... van cayendo (forma de callar) en aquella retórica semipoundiana (de un Pound casi florido que rechina y nerudea).

La emasculación nacionalista que funciona a través de la  metáfora del ascetismo y la esterilidad.

Cardenal, monje de sí mismo, compite de forma estructurada en el campo cultural hispanoamericano. Marilyn es para él un acontecimiento y un espejo. Sueña con ser estrella de cine, y su sueño es real pero como la realidad del cinematógrafo. Cierta dosis de fama es veneno para la patria que pare parias. (El establishment cultural lo sueña Nobel. El tiempo se agota.)

Su estrella poética decae simbólicamente en 1979, fecha del triunfo de la revolución. Sobrevive él pero no su poética. El fracaso revolucionario lo lleva a un desvío significativo: sus mejores libros de las últimas décadas son libros de memorias y no poemarios. Esto se nota poco en una patria literaria que lee muy poco. 2014 resulta atroz para la poesía conversacional. Mueren Gelman y Pacheco. Pero todos están en ayer desde hace mucho. Otras poéticas son vanguardia.

En aniversarios como este cabría ir con ira a desestructurar el mito de Cardenal. Labor que sería ante todo de poetas que estarán quizá por ahí. La patria exteriorista es la patria fracasada en los acordes revolucionarios. Interrogar sus ruinas con disciplina y escepticismo sería buen homenaje para nuestro discreto Polifemo.


viernes, enero 16, 2015

Dionisos

El discurso de Charlie Hebdo era satírico. El "Yo soy Charlie" resultó solemne. Su injerto en Nicaragua, a juzgar por el llamado de Confidencial a pensar "Qué es ser Charlie en Nicaragua", casi un sermón moralista.

Los Charlie debían ser primordialmente marginales y ríspidos. Un ejemplo nicaragüense recordable es La Semana Cómica de los años 80. En ocasión de la celebración del Día de la Mujer, un 8 de marzo, el mencionado semanario publicó la foto de una mujer afeitándose el pubis y, decía el pie de foto, "preparándose para la celebración".

Como era justo, aquella foto hizo montar en cólera a las feministas. ¿No es la suerte de los Aristófanes cagarse de la risa ante los (en aquel caso las) Sócrates? ¿No son los individualistas modernos Secretarios Perpétuos de Dionisos?

Pudiera ser.

Pero no está de más recordar la observación de Stallybrass y White cuando discuten las categorías del carnaval: "a menudo el carnaval abusa violentamente y demoniza a los grupos sociales más débiles, no a los más fuertes: las mujeres, las minorías religiosas y étnicas, aquellos "que no pertenecen", en un proceso de abyección desplazada".

Pensar qué es ser Charlie en Nicaragua--idea fuera de lugar como las hay--y no mencionar La cámara matizona es una contradicción casi humorística. Sus chacuatoles sociales y políticos ilustran bien cómo la ambigüedad de la sátira "de abajo" se vuelve arma de leve densidad. Ese tipo de humor que como el de Chespirito se mofa de la pobreza esmeradamente.

Una típica y antigua copla que se consumía en los barrios nicaragüenses decía:
Chico Perico mató a su mujer
La hizo pedazos y la fue a vender
No la quisieron porque era mujer
Sólo los chinos porque eran cochinos
Arte de injuriar, diría Borges, que podría ser adaptados por aquellos Charlies que se oponen a la construcción del Canal, no por anticapitalistas sino por antichinos, y conviven "sanamente" con el femicidio.

La genealogía de Aristófanes y Dionisos (fuerza de Nietzsche y algunas vanguardias históricas) es una en que cierta gozosa amoralidad deviene una ética. En estos días parece una ética prestable, "líquida" y voluble: todos son Charlie. Los poderes la desplazan para ponerla en la gran vitrina de Occidente, en una época de guerra interminable.

En algún lugar de Nicaragua, Charlie debía reflexionar en esto.

sábado, enero 10, 2015

Guerra interminable

Termino de ver La delgada línea roja. La había visto en el cine probablemente en 1999. Recordaba la textura poética, la introspección y la desesperanza.

Dado que recién pasa el asesinato de periodistas en Francia (Charlie Hebdo), la sensación que me queda, de la película y de los hechos recientes, es la de una guerra interminable. (Los cien años que siguieron a 1900 fueron sin duda el siglo más sangriento en la historia moderna, dice Niall Ferguson. El siglo XXI quiere competir, al parecer.)

De hecho llego a pensar que esa lógica de guerra interminable es la que ha ganado al Ser Occidental. Sobre todo dentro de sus estamentos más livianos: la prensa, la opinión, la ideología de defensa de la libertad, la sátira, el humor y la caricatura. (Los Simpsons no son Charlie Hebdo debido al contexto de control social gringo. Pero su ironía radical y posmo resulta parecida.)

Obviamente, la solución no es censurar estas expresiones posmodernas, o mucho menos mandar a asesinar a los que las ejercen. Esa es la guerra sucia dentro de las otra guerra "limpia" e interminable.

Es preocupante en todo caso que esas expresiones pasen a ser por antonomasia lo que se entiende por expresión de “la libertad”. (Y qué cerca que queda el 2001 con aquella polarización “culturalista” entre buenos y malos, y en donde George W. Bush y asociados pasaron a ser encarnaciones del bien.) La polarización del discurso se apareja con su pérdida de peso y complejidad.

No deja de haber cierta arrogancia en asumir esa ideología y al mismo tiempo identificar al bárbaro, que es una operación que concienzuda o ingenuamente todos estamos ejerciendo ahora. (Decir que sos Charlie es una declaración conciente o ingenua, de esta operación.)

Esto implica asumir de forma ideológica cierto liberalismo liviano, acotado y desmemoriado. Defender tras el hábito o la máscara de la libertad una particularidad, lo que lleva implicado olvidar la historia.

No hace mucho, en el siglo XX, los hombres mataban por ideología, principalmente una llamada nacionalismo que se cruzaba con otra llamada imperialismo. (Sin olvidar que el racismo y el colonialismo no terminaron de ser desplazados durante ese siglo: Argelia, recordará Robert Fisk). Ante cierta orientalización de la barbarie, se puede decir que esa carga "bárbara" es plenamente occidental y global. Se puede ver en La delgada línea roja, sobre todo en los encuentros entre gringos y japoneses. Se puede percibir la fiereza ideológica junto a su vacío.

¿No es esa fiereza una de las bases, secretas y ocultas, de la proclamada y absoluta libertad euro-occidental? (Al fondo, como un océano envolvente, ¿está el humanismo?)

En cierto sentido, en La delgada línea roja el contexto sobrepasa a los personajes del filme. Su introspección es menos efectiva que la lógica dominante. Algo así nos pasa ahora. Proclamarse esto u lo otro puede no ser otra cosa que coincidir con aquella lógica.