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martes, agosto 28, 2012

Biblia

Tomé de la utilería (en la Escuela de Cine) El mundo de ayer de Stefan Zweig. Sobrevivió en alguna parte, en la vitrina. Se partió por la mitad, se sostuvo. De aquel, como de una pantalla acuática, recuerdo a la sombra de Rilke yendo a la Guerra.

En Línea y 23 había una libreria. Allí compré un día de 1991 Mímesis de Auerbach. Este fue de los que comenzó a evaporarse durante la segunda década. Para mientras yo iba en la guagua (la guagua tropical) leyendo.

Alarma que alguien remataba la vieja librería. Compré entonces El cuarteto de Alejandría, novela inútil y olvidada.

Evoco estos olvidos, alguien me ayuda con André Bazin. Qué es el cine?

Pero la primera biblioteca fue meramente dispuesta (se colocan los ladrillos), errante (se evita que lleguen ratones), atractiva (llama la atención por su belleza).

Contenía genealogía, sexualidad, cine, prosas, quijotes.

lunes, agosto 15, 2011

Nuevo conflicto de las facultades

Y la arqueología filosófica quedó alegóricamente afásica.

"Y es probable que el autor, aunque no se hubiese visto afectado ese mismo año por un tipo de afasia total e incurable, no habría estado en condiciones de sugerir una solución".

Una especie de darwinismo enmascarado tomó la palabra.

"Precisamente en el momento en que la gramática comparada alacanzaba su máximo desarrollo gracias al Vocabulaire de Benveniste... se asistía a un declive generalizado de tal proyecto y al giro de la lingüística hacia el modelo formalizado de tipo chomskiano..."

La tensión verbal--tan T.S. Eliot, tan Coronel--es el presente histórico redimible.

"En el mismo sentido, Benjamin hacía de la redención una categoría plenamente histórica, opuesta en todo sentido a la apologia de los malos historiadores".

Volviendo a leer el Capítulo X de Las palabras y las cosas

"En este punto también es posible comprender qué está en juego en el desplazamiento del paradigma de las ciencias humanas desde la gramática comparada (una disciplina en esencia histórica) hacia la gramática generativa (una disciplina en última instancia biológica). En ambos casos, el problema es el del anclaje ontológico último, que para la gramática comparadad (y para las disciplinas que en ella se fundan) es un evento histórico originario, y para la gramática generativa (y para las disciplinas cognitivas solidarias con ella) es el sistema neuronal y el código genético del homo sapiens".

¡Y en Nicaragua los cognitivos vienen a salvarnos!

"Las ciencias humanas, sin embargo, alcanzarán su umbral epistemológico decisivo sólo cuando hayan repensado desde el comienzo la idea misma de un anclaje ontológico para entender al ser como un campo de tensiones esencialmente históricas.

(Citas tomadas de: Agamben, Giorgio. Signatura rerum: sobre el método. Buenos Aires: Adriana Hidalgo, 2009)


sábado, febrero 05, 2011

De vacaciones uno

El verano penitente de Santiago. Y las vacaciones.

Eso le ha dado oportunidad de vagabundear por pasajes párrafos extraños aledaños.

Ha comenzado a leer siete libros. Uno por uno: la simultaneidad de lo sucesivo!

Ha dejado la mitad de siete a la mitad.

Del resto ha leído las solapas (para recordar costumbres de nuestros ilustres combatientes de las guerrillas literarias criollas).

(Ha escrito en el twitter que nadie sabe para quién se muere.)

De lo que ha leído a la mitad. A saber: Willy Thayer, Tecnologías de la crítica: entre Walter Benjamin y Gilles Deleuze; Roberto Bolaño, Nocturno de Chile.

Ha pensado (él también) en el suicida, con cierto resquemor.

Leía a Bolaño porque quería saber de Chile. En septiembre 11, leía Estrella distante.

¿Sabes que en las solapas (ese espacio que frecuentan tanto nuestros letrados) mencionan a Cervantes y a Melville y a Proust y a Musil! Entre esas catedrales quién podrá leer de verdad a Bolaño sin sentirse manipulado por el canon occidental?

El hecho es que la lectura a contrapelo se hace necesaria.

(Amuleto, por ejemplo, es una mala novela, sin más.)

El motto es, pues, leer la novela chilena posible que B. (no) habría podido escribir. Entre esas andan ambas/ dos Estrella distante y Nocturno

La hipótesis es: hay una conexión secreta alegórica oscura entre el recinto sagradísimo de la literatura y el arte (y la cultura) y la dictadura. No es un tema de B. sino del sentido común occidental(por ejemplo, Groys, por ejemplo, Coronel) y que él explora, ante el que toma posición. (No cabe duda que de tal tema se hace tranquilamente un canon.)

Para mi gusto la fábula de Estrella distante es mucho más efectiva. Aunque la de Nocturno de Chile es mucho más íntima de los colaboracionistas (sin poderse marcar, en realidad, un límite que marque en dónde termina la colaboración). Me gusta la interrogación radical que se hace a la literatura desde dentro en esos textos. Otrosí, no me siento motivado para leer inmediatamente después La literatura nazi por no parecerme un humor digno de estas vacaciones achicharradas.

Pensé también que Onetti tenía los huevos (iba a poner las artes, pero bueno) para escribir esa novela nacional en cueros torturados. (En Nicaragua no hay más que desgüevamiento y escasean los Onetti entre tantos Coroneles).

Comentaré el libro de Thayer en la próxima entrada.

viernes, enero 28, 2011

Mientras espero juicio sobre la muela del juicio

En la clínica dental leo Obra de arte total Stalin pregunto por qué no estamos en un museo, qué diferencia a la clínica del museo.

La dentista es pre-husserliana. Nació un día antes del nacimiento de Heidegger. Si no, no podría ver preclaras las piezas dentales. Señalar cuál es la que merece extracción.

Estas cosas, pienso, ya estaban en la poesía conversacional. Eran su tipo de tema. Por ejemplo, el del buen hombre esperando en la clínica dental con el ruido de la TV de fondo--transmitían Toy Story 2--, con un libro de bella edición entre las manos.

Pero los conversacionales decayeron. Sus temas están en los blogs. Su moral de buenos ciudadanos fue empujada a la calle como decía Cortázar que los sandinistas habían empujado la palabra cultura: como un carrito de supermercado.

Así pusieron la ética del ciudadano latinoamericano moderno en circulación (su moneda). Dueños y señores de sus discursos (soberanos!) contra un inconsciente político traidor.

Sus lugares comunes: "Benedetti, Cardenal y Sabines llenan estadios". Sus fantasmas. RFR bailando un bolero en un pueblo perdido del este de La Habana. La cura pronta e inminente del poeta-médico (y todos recordaban a William Carlos Williams). Stalin ganándole la partida a Roque Dalton.

Ante mí Oftalmología. Alguien que duerme secretamente en la clínica. Alguien que se cuida la sonrisa y pide que le pongan por favor CNN-Chile en la TV. Alguien que dice que Obama no va a la Argentina este verano (austral). En el libro: Breznev, sots-art, el sordo de O.P.

No es que el consumo es lo cotidiano sino al revés: lo cotidiano forma parte del consumo. Investigo la sombra de la vanguardia. Poseo libros. Deshojo la "margarita emocionante". Voy al dentista para interpelar a los conversacionales.

El juicio de la muela en suspensión. La muela del juicio positivista.

martes, septiembre 28, 2010

Borges según Coetzee

En su Costas extrañas: ensayos, 1986-1999 J.M. Coetzee incluye una interesante recensión de las Collected Fictions de Borges.

Quisiera hacer ver en este caso no tanto la inteligencia de la reseña (muy notable) sino, más bien, el carácter frances que tiene el Borges que Coetzee lee. Curioso el desapego latinoamericano de este Borges tragado, en cierta medida, por Menard.

El siguiente párrafo ilustra este desvío (y desvarío quizá):

Aparte de su tierra natal, Argentina, había un país donde ya se conocía el nombre de Borges. El crítico y editor francés Roger Caillois había estado exiliado en Buenos Aires entre 1939 y 1945. Después de la guerra, dio a conocer a Borges en Francia, publicando Ficciones en 1951 y Labyrinthes en 1953... En el decenio de 1950, Borges era más reconocido y tenía mayor número de lectores en Francia que en Argentina. Resulta curioso que, en este aspecto, su carrera se asemeje a la de su precursor en la ficción especulativa, Edgar Allan Poe, a quien Baudelaire defendía y que fue acogido con entusiasmo por el público francés.


Para pensar la geografía por países de Coetzee quizá habría que preguntar algo así como qué será Reyes en el espectro francés de Borges?. Pues en su contabilidad territorial los países latinoamericanos no cuentan como lectores o interlocutores (es casi lo mismo), como se puede ver en la colocación de un "mayor número de lectores en Francia" y el paralelismo canónico con Poe. (Poe que por cierto Darío leía también como caso francés opuesto al hierro de la urbe newyorkina.)

La fábula quizá sea que las patrias literarias (como las otras) son inventadas. También que incluso patrias literarias existentes pueden ser patrias invisibles. En alguna parte del mundo, en efecto, estarán desapareciendo ahora mismo los lectores.

El artículo de Coetzee (una reseña aparecida originalmente en el New York Review of Books) abunda en las sutilezas de la traducción, en las debatibles intervenciones de los textos, de Borges y por él mismo, a posteriori y en otro idioma, en el declive de los poderes narrativos del argentino (el centro del Aleph son sus cuentos de los 30s y 40s; en Coetzee, así como no hay un Borges latinoamericano, no lo hay poeta), en cómo la violencia de compadritos y cuchilleros relumbra (como la hoja de un puñal) aquí o allá en sus textos. No hay la presencia de Bioy. Hay algún reproche al (tantas veces insoportable) Borges mediático ("de hecho se convirtió en un parlanchín", dice Coetzee).

Curiosamente, Coetzee desprecia casi a "Pierre Menard" (lo de "autor del Quijote" se ha perdido, al parecer, en la traduccion). Es "un relato de ficción no muy satisfactorio", informa.

Sólo para contrastar desde el margen. Hace algún tiempo en este mismo blog puse los títulos de 10 textos de Borges que me parecían imprescindibles. Cada lector tendrá su canon borgeano (sería incluso una forma de saber de los amigos intercambiar fantasmagóricas versiones de Borges). Los míos (una lista que no quería perderse la astucia del ensayo y la infamia de la intervención política) eran:

El Aleph

Arte de injuriar

Two English Poems.

Otro poema de los dones.

El sur

El jardín de los senderos que se bifurcan

Kafka y sus precursores

El evangelio según San Marcos

Funes el memorioso

Discurso ante Pinochet.

viernes, abril 23, 2010

Lectura

Donde late la última radicalidad.

En la gigantesca librería un poster también gigantesco de Yoani con su pose y su cara de monja.

Toda lucha "ética" es también una lucha de poder. El muchacho devolviendo su última adquisición (Tocqueville quizá) para luego perderse por la Costanera.

El escenario posterior de La Moneda lleno de peruanos y ecuatorianos, algunos se fotografían con los carabineros (y los carabineros sostienen un perro).

La traición. Beethoven. Milán Kundera.

Leo apuradamente La insoportable levedad del ser. Aprendo la relación entre arte y traición, y entre traición y ruptura, y entre ruptura y arte. El Dr. Zhivago apaciguado, parisino y descreido (y casi apto para Corín).

Leo apuradamente El guardián entre el centeno. Horrible traducción española llena de gilipolleces.

domingo, marzo 07, 2010

Verano

Uno de los últimos poemarios de Huidobro.

Trozos de palabras casi materiales (recuerdo relámpagos).

Un sol en el borde más frágil de la capa de ozono.

Pliegues, coberturas, secretos.

Noches de calor y canciones viejas.

Un terremoto.

Pánico cuando despierto y todo está quieto, y la luz de la escalera parece mediodía.

Colocando un dedo en el vidrio de la ventana como símbolo de mi duelo (lecturas reiteradas de la provincia francesa).

Viviendo momentos históricos que dejan lustre en el borde de un libro (que podría ser la última novela de Onetti o un relato de la Conquista).

Haciéndole cirugía en los ojos a mis odios ciegos.

lunes, mayo 04, 2009

Tambor olvidado

Tambor olvidado de Sergio Ramírez es un ensayo sobre la mezcla racial entendida como base de la mezcla cultural y de la nacionalidad nicaragüense. También podría decirse un ensayo nacional definido a través de la raza. Y quizá, tenida en cuenta la globalización, el intento de un ensayo nacional al iniciarse el siglo XXI.

El libro está dividido en dos partes. Una programática, en donde se exponen las hipótesis principales, y la otra ilustrativa, en donde se hace inventario de las manifestaciones sincréticas de la cultura popular (tradiciones religiosas, música, instrumentos, oraciones populares, cocina, lengua). En cierto sentido, la primera parte del libro trata de disciplinar a la segunda. La sección ilustrativa es la más sugerente porque recopila el saber (digamos) antropológico sobre lo que podría ser la cultura popular nacional. Una pregunta obligatoria aquí es ¿cómo se sabe “nacional” la cultura sincrética subalterna?

El ensayo de Ramírez respondería quizá con la primera parte del libro. Se trata básicamente de una biblioteca de lo nacional ya bastante establecida (que, entre otras cosas, informa a las culturas subalternas), y que es retomada en este ensayo: Oviedo, Squier, Lévy, El Güegüense. Y sus re-escrituras: Darío, Pablo Antonio Cuadra, Coronel, Mántica, algunos otros. El texto repasa, pues, esta biblioteca del mestizaje (que es también de una definición excéntrica de ver lo nacional) para reafirmarla en su fundamento ideológico pero también para cuestionarla, proponiendo que este mestizaje es de tres fuentes, y no sólo de dos.

A la cultura hispánica e indígena hay que añadir la africana. Esto ubicaría a Nicaragua más abiertamente en un contexto geocultural caribeño, revelando, sin embargo,una fractura interna: con la costa caribeña, precisamente, que es nicaragüense de una manera diferente a la región hegemónica. En Tambor olvidado se trata, en cierto sentido, de un arreglo de cuentas entre aquellos que pensaron el mestizaje y las culturas populares realmente existentes (y realmente sincréticas, y, para los fines del libro, africanizadas) que necesitan ser repensadas en los ámbitos de la globalización con unos orígenes mucho más abiertos. Es como que si la caribeñidad prometiera una fluidez que el origen hispánico e indígena no podría tener. Digamos: un conflicto interno (y vivo) de la doctrina mestiza.

El libro comienza por ensalzar la mulatidad como estrategia de creatividad cultural desarrollada por Rubén Darío, y, quizá, un modelo cultural de lo nacional. Este ser mulato, que Ramírez llama constantemente mestizaje triple, parece ser producto del completo mestizaje racial que concluye, según el texto, durante la Colonia. Sin embargo, el deseo de blanqueamiento, como marca colonial, termina por ocultar esta realidad sociológica. Los mestizos triples mismos ocultan su origen racial mientras inician un proceso de ascenso social que culmina durante la revolución liberal de Zelaya. Tenemos así a los mestizos, que se han ocultado a sí mismos su propia mezcla racial, ejerciendo influencia en círculos del Estado desde fines del siglo XIX.

La tesis, ciertamente es complicada porque lleva a preguntarse si la unidad nacional implicó realmente unidad racial desde el siglo XIX, y si la implica en el presente. O si, más bien, la permanencia de una división social en razas es un elemento que pertenece a la estructura de dominación y hegemonía. Para Ramírez, que en esto no contradice la biblioteca de lo nacional-mestizo, el símbolo cultural y moral de esta unificación racial por medio del mestizaje es El Güegüense, sobre todo como símbolo del mestizo trepador social que desea el blanqueamiento, y acaba colocándose en los círculos del poder.

El texto tiende a afirmar que la disciplina racial impuesta por la Corona era burlada por el deseo y las costumbres sexuales; así, “aquellos mandamientos se disolvieron en las camas” (121). ¿Pero no sería el deseo, y las articulaciones que le son afines: filiación y, por ende, taxonomía racial, más bien parte de la estructura de dominación y no una cifra de desaparición de la raza como estructuración del dominio? ¿La raza no es más bien parte de la disciplina sobre la violación originaria que Octavio Paz advirtió, para el caso mexicano, como fundamento de lo nacional?

Este tipo de preguntas implica en realidad un orden de lectura diferente sobre la biblioteca del mestizaje: una lectura a contrapelo, como les gusta decir a los subalternistas. Una lectura que no se ha emprendido cabalmente. Dicho sea de paso, Tambor olvidado no dialoga con la bibliografía que ha criticado la doctrina mestiza de manera más sistemática: entre otros autores, Ileana Rodríguez, Jeffrey Gould, Justin Wolfe o Erick Blandón.

Una ventaja del libro de Ramírez es que reabre el debate sobre la raza como índice de unidad nacional, y que lo hace con una probable buena incidencia tanto por el prestigio de su autor como por la amplia difusión que logra (ha sido editado por Aguilar-Santillana, 2007). Además, a una dedicada investigación auna una narrativa muy entretenida. Por supuesto, a sus lectores (y ojalá que sobre todo a sus lectores jóvenes) les toca ahondar en el significado político y cultural de replantear el mestizaje como fundamento nacional. Un asunto que da para mucho debate (y que en esta entrada de blog no hago más que esbozar en algunas de sus posibilidades).

martes, febrero 17, 2009

La crisis global por fin gobierna


Estuve leyendo la narrativa de conformación de las ciencias y las disciplinas en Wallerstein, primer capítulo. Termina con ese gesto algo exasperado: sí, esto es una gran narrativa, pero estas son necesarias y algunas están más cerca de la realidad que otras. (Una acotación a su favor sería decir: la crisis económica mundial es una gran narrativa que nos está jodiendo a todos, es decir, a unos más que a otros.)

Para alguien reiteradamente estetizado por el discurso (el boom, la escuela francesa, esa nouveau roman), W. sonará esquemático. (Y tanto que costó leerse lo de las ciencias humanas en Las palabras y las cosas.) Pero para ese otro estetizado "por la naturaleza" (digamos, algún aspirante a calzar en la historia de la poesía patria que cree que cualquier intento crítico es mera autopsia) puede ser útil. (¿Qué significado tiene esa estructura en que los intelectuales o son notables(como bien lo recordó recientemente Barahona) o son mercenarios (hay tantos casos patéticos, dios mío?). Al descampado global, y en medio de la crisis, aprenderá a desnudar las fronteras, y a entender el sentido fragmentado (pero totalizable) de su salario.

Por otra parte, la crisis entra también exasperada al aula de clases: el número de alumnos se ha multiplicado por dos, la acumulación está en el hombro del profesor, W. le pega con el canto del libro, y el profesor reclama algo azorado por la (co)locación de la cultura, el muy pop-derechoso.

Sin embargo, en el fondo creo que hay que hacer el injerto del avizoramiento político de los post (ya una herencia que podemos comenzar a cuantificar) con la perspectiva global de la economía-mundo.

La crisis global por fin gobierna.

martes, febrero 03, 2009

Lectores con un mercado al hombro

Todos somos lectores con un mercado al hombro.

Ya sé que De Certeau es útil para casos de dudas existenciales: ni el mercado más simétrico evitará nuestra sinuosidad. Sinuosidad al recorrer el mercado del libro.

Pero es ingenuo abrir un blog para hablar de "literatura" sin dar cuenta del mercado que llevás en el hombro.

Así descubro lo que este blog no es.

martes, diciembre 09, 2008

Quién tiene (el) poder cultural en Nicaragua?

A partir del affaire Ramírez-Grupo Prisa-Gobierno de Nicaragua, cabe volver a preguntar por el poder cultural en Nicaragua.

En los 1990s todos leímos el libro de Klaas Wellinga Entre la poesía y la pared, un estupendo resumen, entre otras cosas, de los conflictos del poder cultural durante la revolución sandinista.

Wellinga destaca el carácter personal de los proyectos culturales de la revolución (pág. 83). Y los nombres no pueden causar sorpresa: Ernesto Cardenal, Sergio Ramírez, Rosario Murillo...

(Si Wellinga hubiera mencionado el poder cultural de la derecha, sin duda habría tenido que decir que también estaba basado en proyectos personales, y habría mencionado a Pablo Antonio Cuadra.)

Poco ha cambiado desde entonces, al menos en cuanto a los nombres prominentes del poder cultural.

Como ya he dicho otras veces, la revolución sandinista ha dejado una herencia crítica muy importante, la cual creo justo reivindicar. Y creo que desde esa herencia hay que hacer la crítica de esa estructura de poder cultural.

Y no se trata de quitar esos nombres para poner otros. Sino algo mucho más complejo: comprender de manera disciplinada los vínculos entre poder y cultura.

Creo que la Universidad y los intelectuales deberían emprender esa tarea. (Pero el momento no es el más adecuado: estamos muy obsesionados con la política como para poder pensar en la sociología de la cultura, y quizá mucho menos para pensar de verdad en literatura.)

Para mientras son evidentes los peligros:

1. Caer en el cinismo. Pensar que ya que todo se trata de quién tiene más poder, hay que ver el poder como un valor en sí mismo, anulando toda posibilidad de trascendencia. Es decir, anulando los niveles utópicos de la producción cultural. (Una de las razones por qué los cínicos se equivocan).

2. La toma de partido. Aunque estos pleitos son más viejos que la mayor parte de los poetas nicaragüenses, por la debilidad permanente de los ámbitos culturales del país, y por la pobreza de la mayor parte de los intelectuales, y por el entusiasmado partidarismo que nos mueve, es demasiado fácil tomar partido y dejarse arrastrar por los poderes personales que mueven la cultura.

Hace algunos meses me invitaron a un encuentro para discutir políticas culturales, y traté de enfocar estas temáticas de una manera más amplia, así que no estará de más recomendar esa intervención.

Para mientras la discusión todavía no es literaria o cultural, sino política, y personalista. Sin embargo, ya se ha abierto la discusión (también aquí) entre los poetas jóvenes, y se evidencia la ensalada de siglas en que vivimos (y al parecer por los siglos de los siglos).

jueves, noviembre 13, 2008

Intersecciones y transgresiones

Comentario leído en la presentación del primer tomo de la serie Hacia una historia de las literaturas centroamericanas, Universidad Centroamericana, 4 de noviembre de 2008.

Este comentario al libro: Mackenback, Werner (ed.). Intersecciones y transgresiones: propuestas para una historiografía literaria en Centroamérica. Guatemala: F&G editores, 2008, tratará de abarcar tres aspectos: el del contexto, el de la metodología y el de los temas del libro propiamente.

El contexto
Quisiera recordar que el proyecto “Hacia una historia de las literaturas centroamericanas” tuvo su inicio aquí en esta Universidad (la UCA), en lo que se podría llamar los márgenes del departamento de Arte y Letras, y con una posterior relación mucho más fructífera, y todavía viva, con el Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica.

En el departamento de Arte y Letras este proyecto fue apoyado con mucho entusiasmo por el profesor Franz Galich, y por Barbara Dröscher, para luego ser continuado por Werner Mackenback, quien lo ha guiado, junto a otros compañeros e instituciones, a resultados cada vez más interesantes y fructíferos.

El programa de estudio de la carrera de Arte y Letras, lamentablemente desaparecida, estaba organizado según lo que se puede llamar una narrativa occidentalista del arte y la literatura. Estudiábamos primero los clásicos (griegos y europeos) y luego la literatura moderna europea, para llegar a la literatura moderna latinoamericana, en especial, el llamado boom, y culminar con los capítulos de casa: Darío y la literatura nicaragüense.

En los años en que estaba todavía activo este plan de estudio, en el mundo los programas de humanidades estaban dando un vuelco. Se pasó al estudio mucho más localizado o regionalizado de las culturas, y a la elaboración de una crítica radical del eurocentrismo en movimientos que se han llamado de diversa manera: postmodernismo, postcolonialismo, subalternismo.

Por supuesto, los programas occidentalistas (el que usábamos en la UCA, por ejemplo) no anulan la lectura de la cultura propia ni de la sujeción y la subalternidad. Pero esta lectura se tenía que hacer en el margen de las representaciones, y con una idea humanista de la cultura (la creencia básica, idealista u utópica de igualdad “de todos los hombres”). En un programa de estudio descentrado, se leería, además de textos no canónicos (por ejemplo, testimonios), los textos canónicos de una manera novedosa, anti-humanista porque implicaría una crítica explícita del hombre imperialista que ha sido en la modernidad el sujeto de la historia.

No sabemos cómo sería ese tipo de programa de estudio en una universidad como esta, porque no tenemos ahora ni siquiera el primer modelo de programa (el occidentalista) para estudiar arte y literatura. Quedamos sin la Beatriz del modelo occidentalista y sin el retrato alternativo postcolonial. Las causas son abundantes, pero se podría señalar algo que Franz Galich dijo en un artículo del 24 de enero de 2004:

el país que llevó la peor parte del vendaval neoliberal, fue Nicaragua. Una de las áreas más afectadas por la tormenta fondomonetarista ha sido la educación (la universitaria en particular) y de ésta, las Humanidades. Se han desplazado de los pensums de estudios superiores casi todas las materias humanísticas, con excepción de contadas instituciones. Pero de todas ellas, la que ha sacado la peor parte ha sido la literatura.

Actualmente, de las 43 universidades y centros de estudios superiores ¡sólo una posee estudios de literatura! ¡En la tierra del jefe máximo del modernismo! Las políticas neoliberales hicieron que en poco menos de cinco años se desmontaran todas las estructuras de los estudios humanistas en general y de los literarios en particular (“Desde el centro de la Periferia de la Periferia”, El Nuevo Diario).


Como se ha podido notar, en el programa occidentalista se llegaba a la nación (Nicaragua) luego de un periplo en que la cultura viajaba desde oriente. El punto de llegada no era Centroamérica, y no había una conciencia de la posibilidad de que existiera una materia de estudio que se pudiera llamar “literatura centroamericana” o, en plural, “literaturas centroamericanas”. Esta ha sido la principal conquista epistemológica del grupo de estudiosos reunidos en torno al proyecto “Hacia una historia de las literaturas centroamericanas”. Ahora es posible concebir este nuevo campo dentro de los estudios latinoamericanos, así como poner en entredicho la coherencia de los discursos culturales nacionales. Se da, pues, un doble movimiento de posicionamiento académico y cultural: la revelación de Centroamérica dentro de los discursos latinoamericanistas (que, por supuesto, ha tenido algunos precursores), y el cuestionamiento de la centralidad del sujeto nacional mestizo que ha dominado la historia moderna de cada uno de los países centroamericanos.

La metodología
Por la ya mencionada crisis de interés en las humanidades que sufren las universidades en Centroamérica, el trabajo del proyecto integra el trabajo de lo que podría llamarse la diáspora académica centroamericana y centroamericanista, y el trabajo de redes. Dispersos en diversas universidades están la mayor parte de participantes del proyecto, algunos realizan y culminan estudios en Universidades de fuera de la región centroamericana, y, por supuesto, los desarrollos teóricos y epistemológicos han ido pasando a programas de estudio.

El proyecto posee, pues, además del índice especulativo, una influencia en la enseñanza (en las universidades en que esto es posible) la que probablemente se profundizará con el tiempo. Hay que mencionar, además, la organización periódica de los Congresos Centroamericanos de Estudios Culturales, que comenzó en San Salvador en octubre de 2007 (en la UCA de San Salvador, y la UES), y continuará en Tegucigalpa el próximo año en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras.

Diáspora y redes responden al contexto de globalización. Por una parte porque lo centroamericano es también algo diseminado por el mundo; por otra parte porque la velocidad del conocimiento requiere del trabajo colaborativo. Probablemente, el sujeto mestizo tuvo su expresión intelectual más alta en el erudito de lo nacional, cuya biblioteca respetaba fielmente los linderos epistemológicos de la literatura y la homogeneidad mestiza, pero esa figuración tiende a decaer.

Así tampoco resulta productiva la imagen de un “ciudadano del mundo” circulando hipnóticamente por la globalización sin detenerse a cuestionar la identidad propia. Todo lo contrario, el grupo “Hacia una historia de las literaturas centroamericanas” parece proponer la producción de un conocimiento localizado, informado por redes de trabajo, en cierto sentido diaspórico, pero arraigado a las problemáticas de la(s) identidad(es).

Los temas del libro
Con esto paso brevemente al libro. Intersecciones y transgresiones es el primer volumen de una serie de tomos que recorren la historia literaria centroamericana. El libro muestra, pues, los cambios de que he venido hablando: la fundamentación de un área de estudio y su diseminación estratégica como saber universitario y académico; el descentramiento de lo occidental y un nuevo estilo de trabajo colaborativo; nuevos actores culturales y nuevos aportes al debate. No se puede incurrir en la historia literaria sin hacerlo a la vez en sus íntimas compañeras: la teoría literaria y la crítica.

El aporte es, pues, complejo y ambicioso, hay que historizar inauguralmente, a la par que teorizar asuntos como qué es lo centroamericano, qué periodizaciones nos competen, cuál es el lugar de los géneros, y, en fin, qué es la literatura desde este contexto. Por supuesto, hay que definir por vez primera o redefinir el canon centroamericano, mientras se deja penetrar de manera crítica las abundantes textualidades que no han sido consideradas hasta ahora literatura. Todos estos tópicos aparecen en este primer tomo, ofreciendo un texto de indudable valor para los estudios humanísticos centroamericanos del presente y su redefinición.

El tema fundamental del libro es, pues, el de las identidades dentro de la problemática de rompimiento con la narrativa occidentalista desde la localidad centroamericana. Este tomo apuesta menos al asentamiento dogmático de unas definiciones teóricas con respecto a la historia literaria que a la apertura del debate. A pesar de las vicisitudes de las humanidades en Centroamérica, este libro muestra el gran momento creativo que atraviesan en su actual posición dispersa y divergente. Esperamos y confiamos en que la influencia de este debate y estos posicionamientos lleguen con fuerza a los ambientes académicos nacionales y centroamericanos.

jueves, noviembre 06, 2008

Road movie

Se puede ver entero el road movie como pdf.

Cuentos, o más bien textos, de 1991-1994, con el cuerpo metido todavía en San Tranquilino, con el cielo raso de INCINE lleno de ratones que comían teléfonos (y esto no es una metáfora).

Los cuentos fueron acogidos con entusiasmo por Franz Galich quien los editó en lo que iba a ser (nunca lo fue realmente) la Editorial Zorrillo.

martes, septiembre 25, 2007

Del libre mercado

“Algunas de las violaciones de los derechos humanos más infames de los últimos treinta y cinco años, que han tendido a ser vistas como actos sádicos realizados por regímenes antidemocráticos, fueron en realidad cometidas con la intención deliberada de aterrorizar al público o fueron aprovechadas activamente para preparar el terreno para la introducción de reformas radicales de libre mercado.”

Naomi Klein en su nuevo The Shock Doctrine: The Rise of Disaster Capitalism

Reseña en Rebelión

También un cortometraje: el shock no se aplica sólo a los locos y peligrosos que quieren ser intimidados y regresados a un estado "infantil", sino también a sociedades enteras.

martes, agosto 14, 2007

¿Pero cómo publicar en Nicaragua?

A juzgar por las páginas amarillas en Nicaragua todavía no hay distancia entre editorial e imprenta. ¿Habrá entre papeleta y libro?

La editorial surge de forma "gremial". De hecho el Centro Nicaragüense de Escritores es una editorial. Por cierto, su página web está muy desactualizada (casi se diría que es desactualizada crónica). Para saber sobre convocatorias, normas, etc. habrá que recurrir a otros medios de información.

En los últimos años ha surgido Lea Grupo Editorial. Su correo electrónico es lhg@leagrupoeditorial.com. Pero ¿responderá este correo electrónico? ¿Hay manera de saber qué tipos de manuscritos reciben?

Mismas cuestiones para Hispamer (que se presenta más como librería que como editorial), y anamá que, al parecer, no tiene página web. Su señas:
Sra. Salvadora Navas
Librería - Cafe El Parnaso
Rotonda Metrocentro 1/2 cuadra al Sur
Managua, Nicaragua
Telefono 2786488


La Editorial Amerrisque, anunciada hace pocos meses, es un proyecto nuevo que está todavía en expectativas. ¿Una Editorial Nueva Nicaragua pero no de Sergio sino de la Chayo? En todo caso, ¿qué lugar tendrá el Estado en esta honda carencia de editoriales?

También publican libros, de forma alternativa, Los 400 elefantes, pero no son formalmente todavía una editorial.

Y siempre queda la opción de autopublicación,(o el suicidio): Proyecto Lulu

Dos pensamientos a propósito: "Estudia, trabaja y sé gente primero" R.B. "Hay quien nace póstumo" F.N.

Miscelánea bibliográfica

Hace unos 18 meses, un poco más, que preparo un libro sobre Coronel. Y busco editor, de verdad.

Hace dos anotaciones puse el índice so far. Faltan algunas cosas, pero la idea está redondeada.

Por cierto, en la bibliografía sobre Manolo Cuadra que publicó el sábado pasado el NAC, no aparece mi ensayo sobre "Itinerario de Little Corn Island", en Márgenes recorridos.

Al final de aquel texto, decía:
Hasta ahora priva la visión de Manolo Cuadra como una extravagancia, dentro de la generación literaria vanguardista y su tarea intelectual... Esta visión parcial debe ser enriquecida confrontando la obra de Manolo Cuadra con su actividad política, histórica e intelectual, y con una metodología que trascienda la aproximación exclusivamente formal o literaria. Esta tarea irá revelando, eventualmente, que no es adecuado seguir incluyendo a Cuadra como miembro pleno del proceso cultural vanguardista . Mucho menos en una periodización arbitraria que vaya de la Vanguardia a la Neovanguardia pasando por la Postvanguardia .


Originalmente una ponencia que leí en la UAM, durante el CILCA de 1999.

jueves, agosto 09, 2007

La retórica de la conversación

Contenidos sobre Coronel y la conversación, hasta ahora.

En busca de editor.


La retórica de la conversación:
hacia una agenda crítica sobre José Coronel Urtecho


Presentación

El centenario de José Coronel Urtecho: hacia una agenda crítica

Objetos sublimes: para una genealogía del Hombre Símbolo

Americanismo, modernidad y escritura: Rápido Tránsito de Coronel Urtecho

Postvanguardia y nostalgia modernista: ciudades americanas y crónica de sí en Rápido tránsito

José Coronel Urtecho,“Autorretrato con pintor”: vanguardismos, excusas, autobiografías

La autobiografía letrada centroamericana y el proyecto de escritura vanguardista: Luis Cardoza y Aragón y José Coronel Urtecho, en busca de un paradigma (anti)confesional

SEGUNDA PARTE

La genealogía cultural de la narrativa nicaragüense reciente: entre el hablar arcaico y el control moderno

Poética, habla y revolución: las relaciones entre cultura y política en el sandinismo moderno

De la memoria política, los que se narran y los fragmentos

Políticas culturales: modelos letrados, genealogía y nuevas intervenciones

Dos formas contradictorias de la articulación poética/ narrativa postvanguardista: Antipoemas de Nicanor Parra y Hora Cero de Ernesto Cardenal


pd. dejar de añorar el sitio de Coronel y someterlo a crítica, esa es la apuesta.

viernes, julio 06, 2007

Maravilla en letra de Cortázar sobre un poema de Lorca


En El futuro de libro la noticia sobre una exposición de parte de los libros de Cortázar, y un Maravilla de su puño y letra sobre el Poema doble del Lago Edem. El mismo Cortázar había copiado esos versos para ponerlos por entero (quiero decir, la parte que ahora se ve subrayada) en Salvo el Crepúsculo, su colección de poemas: entrada adolescente a Cortázar, entrada juvenil y dolida a Lorca, allá por los años 80s.