En un twitt del 13 de junio de 2018 apareció la siguiente imagen:
martes, agosto 18, 2020
Imaginería religiosa y rebelión política
martes, agosto 11, 2020
Ínsulas
lunes, agosto 03, 2020
Obispos
Tiendo a ver el catolicismo más como un lastre—social,
político y moral— en la historia de Nicaragua, que como un elemento
constructivo. Veo a los Obispos como el poder masculino, homosocial y patriarcal
en esencia. De Obando a Báez me parecen la misma oscuridad. Me parece que se
requiere ante tanto poder incuestionable de la Iglesia, más secularidad. Sobre todo,
a partir de 2018 se quiere ver a estos señores Obispos como depositarios de una
nueva moral o de la moralidad de la nación, etcétera. Intelectuales de la talla
de Sergio Ramírez lo han afirmado (entrada de Facebook del 20 de julio de 2018).
Yo pienso lo contrario (es decir, que la moral de los obispos tiene que ver con
su institución y no con el país), y quizá deba alegrarme de no coincidir en
esto con la idea dominante entre intelectuales. Yo sigo viendo a “un hombre con
sonrisa brutal y ojos de pícaro” para recordar al poeta, cada vez que se asoma
un obispo nicaragüense en la pantalla de la computadora.
jueves, enero 02, 2020
Varios sueños
sábado, diciembre 21, 2019
Plan para una Oda a Ernesto Cardenal
miércoles, diciembre 04, 2019
Código
jueves, noviembre 21, 2019
Imitación de PPP
martes, noviembre 12, 2019
Barba Jacob según Vallejo
Se publicó en Cuadernos de Literatura mi texto sobre: "Geopolítica de las redes sensibles: Barba Jacob según Vallejo, criatura novelística en coordenadas posletradas" (link).
Copio un párrafo para ilustrar el tono:
"El canon de la literatura centroamericana ha sido permeable a lo que los vanguardistas nicaragüenses llamaron "el ojo del viajero". En otras palabras, se comprende que la literatura (y la cultura) centroamericana se define en parte a través de las miradas de conquistadores, colonizadores, viajeros y científicos[1]. Sabemos que toda la instalación colonial y moderna está llena de esas miradas. Así, para dar un ejemplo obvio, el embajador Squier[2] pertenece, sin duda, al canon de la literatura centroamericana. ¿Es posible en el orden un poco más secular de la modernidad acoger y aclimatar en Centroamérica a escritores modernos? En el modernismo hay por lo menos dos autores conocidos que en alguna medida se centroamericanizan. Me refiero a José Santos Chocano y a Porfirio Barba Jacob. Tanto el peruano como el colombiano tienen periplos centroamericanos interesantes, que incluyen de parte de Chocano acciones políticas (como su apoyo a Estrada Cabrera)[3] y de parte de Barba Jacob, como ya se ha visto, exilios y recorridos por Centroamérica dentro de un permanente deambular."
martes, noviembre 05, 2019
Retamar
Me lo robaron (algún Prometeo?) de debajo de la almohada de alguna covacha militar, en donde yo manejaba los libros de la época: aprendizajes que combinaban a Góngora con Cardenal, y a Rugama con Lope. Quién y para qué podía robarse ese libro en los años entusiasmados y revueltos de revolución?.
Retamar fue, luego, quien nos ensañaba a leer a Borges. Vos podés decir que escogí a un dudoso maestro que me llevara a conocer a este Ariel argentino (que no Calibán, por ningún lado). Pero en mi pueblito no era que uno entraba a las librerías a comprarse sus EMECÉS. La Editorial de Sergio Ramírez, aprovechando los derechos legados por la revolución cubana, republicó la antología de Borges que Retamar preparó. Es esa misma antología en que Retamar cuenta su encuentro con Borges (y Kodama) en la que le dice algo así como que había escrito cosas duras contra Ud., Borges, pero no más duras de las que Ud. escribió contra Darío o Lugones. Y Borges: fueron mis maestros.
En un pueblito del oeste de La Habana, ni siquiera recuerdo cómo se llamaba, me encontré con Retamar y fui a saludarlo. Dije algo de esto que escribo arriba, pero, por supuesto, más entrecortado. Todos soñamos con escribir un Prólogo como el de Borges para Lugones en El hacedor. Recuerdo que mencioné a Juana, y recuerdo luego que, ya cayendo la noche, Retamar bailaba un bolero en la placita de ese pueblito perdido del cual no puedo recordar el nombre.
domingo, diciembre 30, 2018
Shut up already damn
En realidad les teme.
En realidad tengo dos hijos.
El menor adora los payasos como yo podría decir que adoro los fantasmas.
Adora los cometas.
Los cometas y disfraces, las máscaras.
La experiencia más repetida de mi vida es que me reclaman que hablo muy poco.
A veces revoloteo alrededor de mi hijo sin decir nada. Nada de nada acariciando la nada, en la mañana transparente del sábado. Pongo mi brazo en su cabeza, su hombro, trato de ver el mismo cometa. Entonces recuerdo que tengo dos hijos.
Decidí poner en sus ojos la tierra baldía, una foto fragmentaria.
Uno fotografía su calcetín, el otro su propia figura corriendo en el tiempo.
Por suerte para mis hijos hablo demasiado.
sábado, octubre 27, 2018
El altercado de la élite
En Nicaragua, quizá de forma más acentuada que en otros países, el llamado juego democrático depende del estado de las desavenencias de la élite política.
Sus desacuerdos son proyectados en la vida pública como lucha política nacional, voluntad de las mayorías, etcétera.
En realidad la élite ha sido tradicionalmente poco democrática a la hora de resolver sus diferencias, y padece desde las intervenciones de los Estados Unidos, a principios del siglo XX, del síndrome de las elecciones supervigiladas.
Esto ha sido más que evidente en el peso que ha adquirido en el escenario postelectoral del 2011, la opinión de la Unión Europea, la OEA, los Estados Unidos. La élite está mirando hacia afuera, aunque las votaciones se hayan dado adentro.
Para las elecciones del 2011 la élite política no se puso de acuerdo sobre las reglas del juego. No se necesitaba mucha profecía para predecir que iba a suceder un fuerte altercado post-electoral. Se podría decir, incluso, que para la élite política las elecciones eran sólo un camino de llegada al escenario que más le interesaba.
Es el altercado de la élite, la que ahora va a pasar a resolver sus conflictos por sus vias predilectas. No a partir de lo que dicen las urnas, sino a partir de lo que puedan negociar, violencia y muertos de por medio.
A la élite política le importa mucho la continuidad, y va a tratar de resguardarla como pueda una vez que sus miembros se sienten a negociar.
Desde los años 1980s la élite política no ha sido renovada, y mantiene sus fuertes lazos familiares y la huella de sus antiguos conflictos.
En las elecciones del 2011 compitieron un comandante sandinista (Daniel Ortega) frente a un ex-jefe de la contra (Fabio Gadea). El candidato a vicepresidente de Ortega fue jefe del Ejército Nacional (el antiguo Ejército Sandinista). El candidato a vicepresidente de Fabio Gadea es yerno de la expresidentea Violeta Chamorro, y antiguo embajador del gobierno de Ortega.
La parte "radical" de la Alianza que acompañaba a Gadea está dirigida por antiguos camaradas de Ortega. De hecho, en tal Alianza menudean sus ex-ministros, y ese tipo de comandantes a los que los medios siempre añaden (no entiendo por qué) el adjetivo de "legendarios".
En un sistema político en que la élite tiene un peso tan decisivo, las opiniones de los notables tienen un aura especial. Pero los notables nunca han tenido independencia política, siempre han estado vinculados al poder, y participan de manera beligerante de los conflictos de la élite. Casi todos los notables han sido embajadores por allá, vicepresidentes por aquí, Ministros de Algo (algo improsperable). La llamada "sociedad civil" por su parte se reduce a tres señores y dos señores de la clase alta. Ya no digamos los Obispos Católicos que merecen cada uno de ellos, aquello de Cardenal (no el Obando, sino el otro): Sus Eminencias Pendejísimas.
Algo parecido a lo que pasa con los notables, pasa con los medios. Los medios oficiales son en extremo rudimentarios, y no pasan de repetir las consignas que elabora la esposa del presidente, Rosario Murillo.
Los medios opositores mantienen ligas familiares e ideológicas con la oposición.
Ningún medio se preocupa tampoco por disfrazar su afiliación política.
Burócratas, notables, medios, thinks tanks "democráticos", Familias de Apellido y organismos internacionales parecen ser los que realmente votan en Nicaragua.
Claro, convocan a las otras clases cuando es preciso dirimir sus diferencias. No han vacilado en el pasado en armar guerras. Tampoco vacilan cuando es tiempo de "dialogar", usando a Iglesias y OEAs como mediadores, y resguardando ante todo el equilibrio de sus continuidades de poder, familiares, negocios, posiciones.
Zorros del mismo piñal, que se dice.
jueves, agosto 30, 2018
Por entonces
martes, agosto 21, 2018
Ha vuelto
jueves, junio 14, 2018
La contrarrevolución interminable
lunes, mayo 21, 2018
Bolero nacional
no vaya a ser me muerda
sábado, mayo 05, 2018
Plan para una novela
"y en el combate no habrá tregua
ni freno para el canto
sino poesía naciendo del hueco oscuro
del cañón de los fusiles."
miércoles, abril 25, 2018
Usos de la sangre
Hay quizá 30 o más muertos luego de varios días de protestas en Nicaragua. Dado que el monopolio de las armas está en manos del Estado, es válido suponer que se trata en su mayor parte de víctimas de represión gubernamental, sin descartar que haya por ahí algún otro tipo de muerto.
Es bastante sintomático que los muertos (héroes, mártires) pierden rápidamente su individualidad, y pasan a formar parte de una narrativa sacrificial. Se interpreta la sangre derramada en términos cristiano-católicos, como fundamento de una eventual nueva nacionalidad, post-dictatorial. Como si las cuestiones del Derecho fueran desplazadas por el encanto utópico de una Nación-religiosa.
Encuentro el siguiente párrafo de Gioconda Belli, muy a propósito para ilustrar el tono sacrificial-nacional que nos oprime:
"La sangre de los que lucharon por un país libre: los que cayeron en la lucha contra Somoza y los que han caído en estos once años y sobre todo en esta semana valiente, ha vuelto a revivir en esta nueva generación de nicaragüenses dispuestos a recuperar el sueño de una Patria Libre. No en vano existieron hombres y mujeres generosos y ejemplares que quisieron iluminar la oscuridad. Sus fantasmas están con nosotros, su legado está con nosotros. Sandino vive." (ver artículo)
Como si todavía estuviéramos en aquellos años idílicos de "vendrá la guerra, amor", y etcétera. No, esa cadena del relato sacrificial-nacional parece, a estas alturas, real-horrorosa.
Es una tremenda ironía que el llamado "himno nacional" invoque precisamente ese estado idílico en que ya el "pendón bicolor" no se "mancha con sangre de hermanos". Desde niños en la escuela aprendemos esa dialéctica entre la sangre derramada y lo nacional.
Mi utopía política sería poder dejar atrás esa narrativa sacrificial, y que fuese reemplazada por una lógica democrática. En ese sentido, no comparto mucho el entusiasmo con respecto a la imaginería revolucionaria reaparecida cuarenta años después. ¿Estamos de nuevo en el mismo punto del que partimos? ¿No corremos el riesgo de ir por ahí repitiendo nada sagazmente la historia como farsa dolorosa?
Se requiere, por eso, pensar en los usos de la sangre. Desde la forma en que el Estado administra la muerte contra sandino-comunistas, recontras, recompas y revueltos, hasta facinerosos y vándalos (todo repertorio del vocabulario desde el poder). Pero también la sangre de la generación del Servicio Militar, administrada desde el Estado y ofrecida a la Patria en contra del Imperio.
Deberíamos remitir al muerto, a la muerta a su Individualidad. No banalizar su imagen, e incluso su muerte instantánea en el video on-line. Dejar de utilizarlo coyunturalmente. No leerlo con esa mirada cristiano-católica que lo pervierte y lo siembra en el campo fértil de la patria. En cierto sentido, dejar atrás el modelo del muerto como semilla sembrada que predicó Ernesto Cardenal en su Hora 0. Hacerlo un deber de la memoria y no una patraña publicitaria. Remitirlo al Derecho.
P.S. 26 de abril
La cifra de muertos aumenta: 63 muertos, 15 desaparecidos. ¿Quién investigará estas muertes?
P.S. 15 de junio
¿No será la historia de Nicaragua una contrarrevolución interminable?
viernes, diciembre 22, 2017
La bestia y la mujer
Como parte del Dossier sobre Acercamientos posthumanos y no humanos a la cultura y literatura centroamericana, editado por Tatiana Argüello y Juan Duchesne Winter, se publicó mi texto "Una llama en el bosque de Chapultepec": la bestia y la mujer en la poesía de Carlos Martínez Rivas".
Invito a leer el Dossier que aborda una temática novedosa para las letras centroamericanas.
El resumen de mi texto dice:
Este artículo analiza la representación de la mujer en la poesía de Carlos Martínez Rivas, básicamente a través de dos figuras: la Nada (pre)orgánica y la mujer-animal. El análisis aduce que la formación cultural y de género de la clase alta nicaragüense de la época de la dictadura, enmarca las poéticas y opciones vitales de Ernesto Cardenal y Martínez Rivas, yendo hacia al compromiso con un dios masculino o hacia la mitologización de la mujer, como nada o como animal. Estas opciones se conectan directamente con las prácticas amorosas y sexuales de la época, proyectadas en ideas en torno a las mujeres de alta clase y las llamadas "mujeres del país".Link al artículo:
http://istmo.denison.edu/n34/articulos/08.html
martes, diciembre 12, 2017
Sin número
Aun cuando súbita debe ser merecida la primavera,
Brote que demarca un paisaje con su flor?
Veremos de nuevo la blancura sorprendente sobre el pasto
El Vlaminck del jacarandá y los cerezos--más soñados que vistos
El suspiro y la llegada de aquél pájaro nocturno con habilidades
Para huir y desaparecer.
Y estaremos en el silencio.