He decidido estudiar la obra de Cortázar de acuerdo a una especie de teoría tubular del sonido.
Decidido de verdad, tanto que abro los ojos. Mi primer capítulo será una interrogación sobre los cuentos de Bestiario. Bestiario y las campanas. Abro los ojos otra vez y me doy cuenta de dos cosas singulares. Uno. Tengo insomnio. Dos. La idea recién concebida es estúpida.
Desde el terremoto mis insomnios son más telúricos que la novela de la tierra.
Yo también he estado acostándome temprano. ¿Quién escribió esto? ¿Piglia?
Alguien golpea el gong gigantesco de la tierra: el equivalente a Rayuela. Mi tercer capítulo.
Para salir por fin de mi estupidez nocturna,estoy decidido a hacer un repaso delicado de mis últimas lecturas. Abro, para tal menester, los ojos. Para repasarlas comienzo a producir unos homúnculos especialistas todos (el que menos máster) en campanas tubulares.
El trabajo en equipo me entusiasma.
lunes, abril 19, 2010
jueves, abril 15, 2010
Ante las cosas exaltadas
Ante las cosas exaltadas que dice pensar: entró al Colegio Centroamérica y proviniendo de una familia pobre de Altagracia (en Managua) aprendió a mirar con ironía (luego con sorna) el talante con que los jesuitas entrenaban a los niños de la clase media alta para hacerlos los futuros miembros de la élite, compuesto de blanqueamiento y pasión por los pobres (y ganas de gobernar).
Ante las cosas exaltadas (sus glorias al amor libre tanto como su pasión por el Tercel que maneja): verlo sufrir en un vuelo de 11 horas hasta Barajas, la forma en que ordena una cerveza Corona. Sentirlo contrastar continuamente los sucios y pobre bulevares de Managua. Esa forma áspera con que acuna su ciudad: la canción ciega y siniestra que le quiere cantar y no se atreve todavía. Contrastar siempre con México D.F. o Miami (ahí donde viaja de vez en cuando).
Otros datos: graduado de la Universidad Nacional donde el mismo devino un contraste. La forma lenta en que humilló a algunas novias de origen mucho más pobre. Su repentina fama de brillante (que era más un contraste interclasista: alguien prendido oscuramente de la doctrina jesuítica que de pronto se desprende en un universo-polvazal llamado Managua).
Su repentina fama de brillante. El Tercel. Los viajes. El vértigo de ser él mismo.
Ante las cosas exaltadas (sus glorias al amor libre tanto como su pasión por el Tercel que maneja): verlo sufrir en un vuelo de 11 horas hasta Barajas, la forma en que ordena una cerveza Corona. Sentirlo contrastar continuamente los sucios y pobre bulevares de Managua. Esa forma áspera con que acuna su ciudad: la canción ciega y siniestra que le quiere cantar y no se atreve todavía. Contrastar siempre con México D.F. o Miami (ahí donde viaja de vez en cuando).
Otros datos: graduado de la Universidad Nacional donde el mismo devino un contraste. La forma lenta en que humilló a algunas novias de origen mucho más pobre. Su repentina fama de brillante (que era más un contraste interclasista: alguien prendido oscuramente de la doctrina jesuítica que de pronto se desprende en un universo-polvazal llamado Managua).
Su repentina fama de brillante. El Tercel. Los viajes. El vértigo de ser él mismo.
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sábado, abril 10, 2010
Fin del golpe
Con la al parecer inminente normalización de relaciones entre el gobierno de Nicaragua y el gobierno golpista hondureño, la historia del golpe llega a un "final" esperado.
"El golpe quedó atrás", reza el subtítulo de un diario nacional. Y es curioso el funcionamiento ideológico con que se articula ese supuesto cambio de temporalidad.
La conciencia tantas veces manipuladora de los medios dominantes y el pragmatismo político que ha carscterizado siempre al sandinismo pretenden pues doblar la hoja, y con ella suturar la posibilidad de historia, de seguir contando de verdad lo que ha pasado en Honduras. (Por favor, no mencionen aquí al "sandinismo ético" que esa antigualla solo entusiasma a la parte jesuítica de la clase media que anda en busca de apaciguar su mala conciencia).
Manipulación mediática y pragmatismo políto versus historia, con minúscula porque vendrá ya la Historia de los notables a (ab)usar su propio sello. De hecho la tercera pata en este "dejar atrás" a la historia latía ya en tantas declaraciones frívolas y poco ingeniosas ("lo de Honduras está enredado, no sé qué opinar"), cuando no abiertamente pro-golpe de los notables, quienes en alianza con los medios lograron provocar un clima de "lo irremediable" y de "lo pragmático", y una idea sancionada de "lo democrático" antes los sucesos históricos centroamericanos más decisivos en lo que va del siglo.
A pesar, pues, de los silenciamientos que ahora se inician (sancionados por derecha e izquierda, recordemos de paso que Funes es otro pragmático) hay que estar atentos a las versiones más erizadas y menos conformes que provengan del movimiento popular que defendió en Honduras la institucionalidad. Son los que mejor saben qué temporalidades se han cerrado y cuáles están abiertas.
"El golpe quedó atrás", reza el subtítulo de un diario nacional. Y es curioso el funcionamiento ideológico con que se articula ese supuesto cambio de temporalidad.
La conciencia tantas veces manipuladora de los medios dominantes y el pragmatismo político que ha carscterizado siempre al sandinismo pretenden pues doblar la hoja, y con ella suturar la posibilidad de historia, de seguir contando de verdad lo que ha pasado en Honduras. (Por favor, no mencionen aquí al "sandinismo ético" que esa antigualla solo entusiasma a la parte jesuítica de la clase media que anda en busca de apaciguar su mala conciencia).
Manipulación mediática y pragmatismo políto versus historia, con minúscula porque vendrá ya la Historia de los notables a (ab)usar su propio sello. De hecho la tercera pata en este "dejar atrás" a la historia latía ya en tantas declaraciones frívolas y poco ingeniosas ("lo de Honduras está enredado, no sé qué opinar"), cuando no abiertamente pro-golpe de los notables, quienes en alianza con los medios lograron provocar un clima de "lo irremediable" y de "lo pragmático", y una idea sancionada de "lo democrático" antes los sucesos históricos centroamericanos más decisivos en lo que va del siglo.
A pesar, pues, de los silenciamientos que ahora se inician (sancionados por derecha e izquierda, recordemos de paso que Funes es otro pragmático) hay que estar atentos a las versiones más erizadas y menos conformes que provengan del movimiento popular que defendió en Honduras la institucionalidad. Son los que mejor saben qué temporalidades se han cerrado y cuáles están abiertas.
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miércoles, abril 07, 2010
Nuevo laberinto de la soledad
Encontré a mi amor de secundaria (la foto de ella) en una de esas jaulas sociales tan divertidas, facebook o cosa parecida.
Quedé pasmado, le confieso.
Fui al espejo a verme las escamas: pensaba que esa condición reptilesca de la vejez me pasaba sólo a mí (en mi caso quelonio, en el suyo, acababa de descubrirlo, más lagarto que quelonio).
Recordé sus ojos en los ojos de aquella lagartija: eran los ojos de Diana Ross aplastados por el mundo.
Recordé Upside Down bailado con ella en un rincón oscuro (pero estroboscópico) del salón de actos. Ah larga secundaria inocente acribillada por Mark Chapman. Ese disparo no sólo detuvo la producción del mejor disco de Yoko Ono (el track del hielo delgado es la prueba promesa) sino que acabó con mi adolescencia.
Luego de verme en el espejo, tomé mi maletín y salí. Sentí que adoraba aquella ciudad del norte en sábado. Sin duda la adoraba. Quería sus recovecos y negocios. Una ristra de luces de un cine porno, ofertado junto a un almacén de música, era casi una pura constelación descrita en el estilo anticuado de Octavio Paz.
Mi sobretodo disfrazaba bien mis ojos de culebra, mi piel de tierna paslama o de tortuga tora. Necesitaba de la masa para confundirme. Necesitaba de las viejas tiendas de discos.
Soplaba el otoño y entré a aquella tienda gigante que está cerca de Main Street. La esquina "latina" prodigaba "Los mareados", lo que me llenó de cierta sosa melancolía.
Pero nunca imaginé, me encontré diciendo, que ibas a entrar en mi pasado de esa manera tan escamosa, pero igual de melancólica. Añadí un apóstrofe con su nombre, alce mi frente (porque en un tango, me imagino, se alza la frente) para ver que me miraban unos niños. Ya estaba acostumbrado, me confundían con unos muñequitos animados que eran quelonios (como yo).
A lo lejos, una vez apagado el tango, se escuchaba esa parte inquieta del piano de "Lad in Vain" martillando.
No sé si recordarás la profundidad de aquellas luces.
No sé cómo has sobrevivido a este general aplastamiento allá en Portland, ciudad gris (imagino).
Había devenido el reptil parlante y no únicamente sino apostrofante, en aquella tienda sofisticaba que ostentaba una colección de viniles digna: More Hot Rocks, por ejemplo.
A lo lejos alguien canta, murmuré.
Era Héctor Lavoe, según recuerdo.
Quedé pasmado, le confieso.
Fui al espejo a verme las escamas: pensaba que esa condición reptilesca de la vejez me pasaba sólo a mí (en mi caso quelonio, en el suyo, acababa de descubrirlo, más lagarto que quelonio).
Recordé sus ojos en los ojos de aquella lagartija: eran los ojos de Diana Ross aplastados por el mundo.
Recordé Upside Down bailado con ella en un rincón oscuro (pero estroboscópico) del salón de actos. Ah larga secundaria inocente acribillada por Mark Chapman. Ese disparo no sólo detuvo la producción del mejor disco de Yoko Ono (el track del hielo delgado es la prueba promesa) sino que acabó con mi adolescencia.
Luego de verme en el espejo, tomé mi maletín y salí. Sentí que adoraba aquella ciudad del norte en sábado. Sin duda la adoraba. Quería sus recovecos y negocios. Una ristra de luces de un cine porno, ofertado junto a un almacén de música, era casi una pura constelación descrita en el estilo anticuado de Octavio Paz.
Mi sobretodo disfrazaba bien mis ojos de culebra, mi piel de tierna paslama o de tortuga tora. Necesitaba de la masa para confundirme. Necesitaba de las viejas tiendas de discos.
Soplaba el otoño y entré a aquella tienda gigante que está cerca de Main Street. La esquina "latina" prodigaba "Los mareados", lo que me llenó de cierta sosa melancolía.
porque ya no volveremos a vernos más
....................................
hoy vas a entrar en mi pasado
Pero nunca imaginé, me encontré diciendo, que ibas a entrar en mi pasado de esa manera tan escamosa, pero igual de melancólica. Añadí un apóstrofe con su nombre, alce mi frente (porque en un tango, me imagino, se alza la frente) para ver que me miraban unos niños. Ya estaba acostumbrado, me confundían con unos muñequitos animados que eran quelonios (como yo).
A lo lejos, una vez apagado el tango, se escuchaba esa parte inquieta del piano de "Lad in Vain" martillando.
No sé si recordarás la profundidad de aquellas luces.
No sé cómo has sobrevivido a este general aplastamiento allá en Portland, ciudad gris (imagino).
Había devenido el reptil parlante y no únicamente sino apostrofante, en aquella tienda sofisticaba que ostentaba una colección de viniles digna: More Hot Rocks, por ejemplo.
A lo lejos alguien canta, murmuré.
Era Héctor Lavoe, según recuerdo.
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martes, marzo 23, 2010
Imágenes de la cruzada
Algunos recuerdo algo estáticos de la cruzada de alfabetización (que inició un día como hoy hace 30 años).
Los ríos secos que servían de camino. La marcha solitaria a dejar el parte. La seriedad con que nos tomábamos la orden militar.
El primer 19 de julio que celebramos con una piñata (sin ironía) en la escuela.
Dirigir el himno nacional en la clase, y cantarlo solo.
Chico, un niño de 12 años al que le enseñé a leer.
Luis Enrique Mejía cantando en el parque de Jinotepe: "y regresaron los muchachos victoriosos".
Repetir casi jugando un apotegma de Freire: la alfabetización no es un proyecto pedagógico con implicaciones políticas, sino un proyecto político con implicaciones pedagogicas.
La perrita a la que nombramos Hope (por doña Hope). Pobre perrita.
El soundtrack: incluía Rapper´s Delight. Aunque la matrona era Donna Summer, pero el rap era lo realmente nuevo.
El fantasma de la muerta esperando en el lecho de piedras en donde abundaban las vertientes.
La excursión al cerro Tambor. Enfrente un cerro más grande: La Pita, y abajo, Granada al atardecer.
Salir de noche a atrapar camarones en el riachuelo.
También pequeños terrorismos, traiciones evaporadas.
Despertar el primer dia, que dormimos en el suelo, con la noticia en la radio del asesinato de Monseñor Romero.
Los ríos secos que servían de camino. La marcha solitaria a dejar el parte. La seriedad con que nos tomábamos la orden militar.
El primer 19 de julio que celebramos con una piñata (sin ironía) en la escuela.
Dirigir el himno nacional en la clase, y cantarlo solo.
Chico, un niño de 12 años al que le enseñé a leer.
Luis Enrique Mejía cantando en el parque de Jinotepe: "y regresaron los muchachos victoriosos".
Repetir casi jugando un apotegma de Freire: la alfabetización no es un proyecto pedagógico con implicaciones políticas, sino un proyecto político con implicaciones pedagogicas.
La perrita a la que nombramos Hope (por doña Hope). Pobre perrita.
El soundtrack: incluía Rapper´s Delight. Aunque la matrona era Donna Summer, pero el rap era lo realmente nuevo.
El fantasma de la muerta esperando en el lecho de piedras en donde abundaban las vertientes.
La excursión al cerro Tambor. Enfrente un cerro más grande: La Pita, y abajo, Granada al atardecer.
Salir de noche a atrapar camarones en el riachuelo.
También pequeños terrorismos, traiciones evaporadas.
Despertar el primer dia, que dormimos en el suelo, con la noticia en la radio del asesinato de Monseñor Romero.
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domingo, marzo 21, 2010
Los notables instruyen
Los notables sólo se acuerdan de la Universidad cuando ven sus intereses afectados.
Pero no se preguntan cómo es que esa amenaza a la libertad de pensamiento se vincula con su propia administración de poder cultural como notables y con la ruina de la Universidad (porque al parecer no les importaría que la Universidad estuviese en ruinas con tal de que fuera "autónoma" y en esa Universidad en ruinas se pudiera "pensar libremente").
Y tampoco se preguntan por sucesos históricos recientes en los que todos ellos estuvieron involucrados.
Si la cultura está organizada en torno a la Personalidad, hay poco espacio para la Universidad. Y en sentido pragmático: a la Universidad se va por la Personalidad. Al menos era esa la tardía lógica nicaragüense de los años 1950s.
Pero esa época ya debería estar superada, y no debería ser restituida. Y los notables, como es lógico, todavía padecen esa añoranza.
Sin ponerse a pensar todo lo que perdió la Universidad de autonomía en los 80s, cuando se partidizó de verdad (y con anuencia de los notables).
Y luego toda la autonomía que perdió la Universidad frente al mercado desde los 90s para acá. (Si algunas universidades privadas parecen sucursales de Movistar y Claro).
Y mucho más intimamente: toda la lógica de mercado que ha operado esmeradamente en la Universidad (y que algunos de esos notables han avalado), y el desprecio sistemático por las Humanidades (que en este blog he tratado varias veces), en un país en que, de hecho, han desaparecido.
Una ausencia de las Humanidades que no puede ser subsanada por la presencia de la Personalidad y del Notable.
Pero, además, por las maniobras de poder a que están acostumbrados, estos notables tienen bastante empeñada su labor como intelectuales críticos. Son de hecho operadores políticos, opositores, partidistas u oficialistas, según soplan los aires y según les conviene.
Si han empeñado su propia autonomía política es bastante irónico su reclamo de independencia, y sus instrucciones a cerca de todo lo independiente que debe ser un estudiante universitario de verdad.
Pero no se preguntan cómo es que esa amenaza a la libertad de pensamiento se vincula con su propia administración de poder cultural como notables y con la ruina de la Universidad (porque al parecer no les importaría que la Universidad estuviese en ruinas con tal de que fuera "autónoma" y en esa Universidad en ruinas se pudiera "pensar libremente").
Y tampoco se preguntan por sucesos históricos recientes en los que todos ellos estuvieron involucrados.
Si la cultura está organizada en torno a la Personalidad, hay poco espacio para la Universidad. Y en sentido pragmático: a la Universidad se va por la Personalidad. Al menos era esa la tardía lógica nicaragüense de los años 1950s.
Pero esa época ya debería estar superada, y no debería ser restituida. Y los notables, como es lógico, todavía padecen esa añoranza.
Sin ponerse a pensar todo lo que perdió la Universidad de autonomía en los 80s, cuando se partidizó de verdad (y con anuencia de los notables).
Y luego toda la autonomía que perdió la Universidad frente al mercado desde los 90s para acá. (Si algunas universidades privadas parecen sucursales de Movistar y Claro).
Y mucho más intimamente: toda la lógica de mercado que ha operado esmeradamente en la Universidad (y que algunos de esos notables han avalado), y el desprecio sistemático por las Humanidades (que en este blog he tratado varias veces), en un país en que, de hecho, han desaparecido.
Una ausencia de las Humanidades que no puede ser subsanada por la presencia de la Personalidad y del Notable.
Pero, además, por las maniobras de poder a que están acostumbrados, estos notables tienen bastante empeñada su labor como intelectuales críticos. Son de hecho operadores políticos, opositores, partidistas u oficialistas, según soplan los aires y según les conviene.
Si han empeñado su propia autonomía política es bastante irónico su reclamo de independencia, y sus instrucciones a cerca de todo lo independiente que debe ser un estudiante universitario de verdad.
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miércoles, marzo 17, 2010
Fantasmas
El casero ha dicho que no pasó nada.
Paredes interiores son paredes interiores.
Pero empezamos por dejar de ocupar los cuartos de arriba.
Y es así como se fabrican los fantasmas.
Nadie entra dos veces en el mismo cuarto.
Y es usual entrar doble o partido por la misma puerta.
Paredes interiores son paredes interiores.
Pero empezamos por dejar de ocupar los cuartos de arriba.
Y es así como se fabrican los fantasmas.
Nadie entra dos veces en el mismo cuarto.
Y es usual entrar doble o partido por la misma puerta.
lunes, marzo 15, 2010
Amanecer
Lo cierto que cuando amaneció nos dio gran alegría. Luego de algunas horas nocturnas y a oscuras en que por fin los vecinos hablaban entre sí, y se confesaban que hablaban a causa del nerviosismo, y deseaban fumar y que los celulares funcionaran.
Decidimos volver al departamento, con el ánimo de normalizarnos. Hice café, serví el café con leche para los niños. Me senté a la mesa a comer mi yogurt con cereal. Pero estábamos en una especie de vórtice de réplicas. Cada vez más fuertes y prolongadas. Nos volvió el pánico y como hacía frío buscamos cómo abrigarnos y salimos al parque.
No había casi nadie. Excepto nosotros, y una señora que caminaba, como nosotros, desconfiada. Necesitábamos de alguna manera tipificarla, descubrir su secreto. Notamos que tenía algo de oriental. Decidimos llamarla "la señora china". La observábamos. De su comportamiento dependía algo nuestro, interno. El frío nos jodía. El sueño también. La literatura ni se diga.
Amaneció de verdad (salió el sol tras la cordillera). Amaneció de verdad contra la corteza del pino. (Andaba por ahí Fargo: el espectro de Fargo, o el perro viejo que lo representaba. Dicho en términos epistemológicos: no hay parque sin el espíritu de un perro).
Entonces vino la réplica más grande de aquella mañana, y que fue la más grande por muchos días, hasta que llegó la del día 11. Hubo un gran ruido como que pasaba un tren gigantesco bajo la Villa Frei. La señora china gritó de manera particular: un quejido largo, un ensalmo, o una orden que chocaba contra los edificios.
Desde entonces no hemos vuelto a verla.
Decidimos volver al departamento, con el ánimo de normalizarnos. Hice café, serví el café con leche para los niños. Me senté a la mesa a comer mi yogurt con cereal. Pero estábamos en una especie de vórtice de réplicas. Cada vez más fuertes y prolongadas. Nos volvió el pánico y como hacía frío buscamos cómo abrigarnos y salimos al parque.
No había casi nadie. Excepto nosotros, y una señora que caminaba, como nosotros, desconfiada. Necesitábamos de alguna manera tipificarla, descubrir su secreto. Notamos que tenía algo de oriental. Decidimos llamarla "la señora china". La observábamos. De su comportamiento dependía algo nuestro, interno. El frío nos jodía. El sueño también. La literatura ni se diga.
Amaneció de verdad (salió el sol tras la cordillera). Amaneció de verdad contra la corteza del pino. (Andaba por ahí Fargo: el espectro de Fargo, o el perro viejo que lo representaba. Dicho en términos epistemológicos: no hay parque sin el espíritu de un perro).
Entonces vino la réplica más grande de aquella mañana, y que fue la más grande por muchos días, hasta que llegó la del día 11. Hubo un gran ruido como que pasaba un tren gigantesco bajo la Villa Frei. La señora china gritó de manera particular: un quejido largo, un ensalmo, o una orden que chocaba contra los edificios.
Desde entonces no hemos vuelto a verla.
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jueves, marzo 11, 2010
Diccionario
Ética: (tal como es discutida por la clase media ilustrada del país) voluntad de poder de esa clase.
Voluntad de poder de la clase media ilustrada nicaragüense: ética (tal como es discutida y pregonada por ellos mismos).
Paradigmas éticos: (si están disciplinado y motivados por el nacionalismo) fantasmas.
Fantomas: paradigma ético que ha entrado furtivo a los salones de la clase dominante pero se ve imposibilitado de luchar contra la ley del valor (y lector fanático de Lacan).
Peligro: confundir ética con conformismo.
Confundir el culo con las témporas: expresión castellana.
Poder: (voluntad de) ansiedad retórica por imponer mi verdad y mi ética.
Profilaxis: no creer que hay entre la clase media ilustrada algún paradigma ético vivo.
Voluntad de poder de la clase media ilustrada nicaragüense: ética (tal como es discutida y pregonada por ellos mismos).
Paradigmas éticos: (si están disciplinado y motivados por el nacionalismo) fantasmas.
Fantomas: paradigma ético que ha entrado furtivo a los salones de la clase dominante pero se ve imposibilitado de luchar contra la ley del valor (y lector fanático de Lacan).
Peligro: confundir ética con conformismo.
Confundir el culo con las témporas: expresión castellana.
Poder: (voluntad de) ansiedad retórica por imponer mi verdad y mi ética.
Profilaxis: no creer que hay entre la clase media ilustrada algún paradigma ético vivo.
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martes, marzo 09, 2010
Tumbas de la ética
En estos días de terremoto me han venido las ganas fantasmagóricas de encontrar un espectro confesionario con quien poder hablar mal de la cultura nicaragüense.
Pero estoy lejos y para colmo soy bueno.
Supongo que pronto comenzaré también a ser ético como lo es toda la clase media ilustrada nicaragüense.
Pero estoy lejos y para colmo soy bueno.
Supongo que pronto comenzaré también a ser ético como lo es toda la clase media ilustrada nicaragüense.
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domingo, marzo 07, 2010
Verano
Uno de los últimos poemarios de Huidobro.
Trozos de palabras casi materiales (recuerdo relámpagos).
Un sol en el borde más frágil de la capa de ozono.
Pliegues, coberturas, secretos.
Noches de calor y canciones viejas.
Un terremoto.
Pánico cuando despierto y todo está quieto, y la luz de la escalera parece mediodía.
Colocando un dedo en el vidrio de la ventana como símbolo de mi duelo (lecturas reiteradas de la provincia francesa).
Viviendo momentos históricos que dejan lustre en el borde de un libro (que podría ser la última novela de Onetti o un relato de la Conquista).
Haciéndole cirugía en los ojos a mis odios ciegos.
Trozos de palabras casi materiales (recuerdo relámpagos).
Un sol en el borde más frágil de la capa de ozono.
Pliegues, coberturas, secretos.
Noches de calor y canciones viejas.
Un terremoto.
Pánico cuando despierto y todo está quieto, y la luz de la escalera parece mediodía.
Colocando un dedo en el vidrio de la ventana como símbolo de mi duelo (lecturas reiteradas de la provincia francesa).
Viviendo momentos históricos que dejan lustre en el borde de un libro (que podría ser la última novela de Onetti o un relato de la Conquista).
Haciéndole cirugía en los ojos a mis odios ciegos.
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domingo, febrero 28, 2010
Terremoto
El sábado de madrugada nos despierta el terremoto.
El departamento duplex, 4to y 5to piso, que arrendamos en Ñuñoa se mueve como un barco a punto de naufragar. La oscilación es increíblemente fuerte. La electricidad se corta, estamos en la oscuridad y escuchamos cómo se estrellan en la escalera los estucos que se deslizan de las paredes, las cosas que caen, las tazas que revientan. Estamos brevemente abrazados (los dos niños y nosotros). Son minutos muy largos.
Cuando salimos, se oyen gritos de gente que ha quedado atrapada por puertas en edificios vecinos. Hay también gente atrapada en el nuestro. (Hay edificios de 20 y más pisos en todo este sector, todos resisten el terremoto). Algunas puertas tienen que ser tumbadas. Por suerte nada grave en los alrededores. Amanecemos con algunos vecinos en la entrada del edificio. Nuestra historia es particular: los únicos nicaragüenses a los que el terremoto da la bienvenida a Chile.
Por el día vagabundeamos por los parques tratando de evitar volver al edificio. Recorremos parte de Irrarázaval (la principal avenida de Ñuñoa) donde hay varios edificios con daños menores: se han caído algunos paramentos, se han deslizado techos. El comercio está cerrado exceptuando algunos restaurantes que abren a mediodía. El transporte parece normalizarse (al menos los buses).
Loa habitantes de nuestro edificio se entregan a la limpieza. Esa entereza es admirable. Los corredores están llenos de lozas quebradas, estucos, aparatos dañados. Mucha actividad y de vez en cuando una salida precipitada por las réplicas del terremoto que son muy fuertes. Algunas de más de 6 grados.
La siguiente noche es de vigilia. Hay una réplica fuerte la mañana del domingo, entre otras de menor intensidad.
El departamento duplex, 4to y 5to piso, que arrendamos en Ñuñoa se mueve como un barco a punto de naufragar. La oscilación es increíblemente fuerte. La electricidad se corta, estamos en la oscuridad y escuchamos cómo se estrellan en la escalera los estucos que se deslizan de las paredes, las cosas que caen, las tazas que revientan. Estamos brevemente abrazados (los dos niños y nosotros). Son minutos muy largos.
Cuando salimos, se oyen gritos de gente que ha quedado atrapada por puertas en edificios vecinos. Hay también gente atrapada en el nuestro. (Hay edificios de 20 y más pisos en todo este sector, todos resisten el terremoto). Algunas puertas tienen que ser tumbadas. Por suerte nada grave en los alrededores. Amanecemos con algunos vecinos en la entrada del edificio. Nuestra historia es particular: los únicos nicaragüenses a los que el terremoto da la bienvenida a Chile.
Por el día vagabundeamos por los parques tratando de evitar volver al edificio. Recorremos parte de Irrarázaval (la principal avenida de Ñuñoa) donde hay varios edificios con daños menores: se han caído algunos paramentos, se han deslizado techos. El comercio está cerrado exceptuando algunos restaurantes que abren a mediodía. El transporte parece normalizarse (al menos los buses).
Loa habitantes de nuestro edificio se entregan a la limpieza. Esa entereza es admirable. Los corredores están llenos de lozas quebradas, estucos, aparatos dañados. Mucha actividad y de vez en cuando una salida precipitada por las réplicas del terremoto que son muy fuertes. Algunas de más de 6 grados.
La siguiente noche es de vigilia. Hay una réplica fuerte la mañana del domingo, entre otras de menor intensidad.
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jueves, febrero 25, 2010
El país bajo mi maquillaje
Ud. tuvo la suerte, me dijo ella, de que Lizandro hablara bien de Ud. cuando estaba vivo.
Luego Sergio dijo de Ud. que era una promesa.
Le dije que desde entonces se me llamaba con sorna la fatal promesa provinciana.
Agitó levemente la cucharita del café.
Lo llamé por eso, porque qué mejores recomendaciones.
Tengo-- continúo luego de probar el café-- mi mamotreto privado. Mis memorias.
Requieren una miradita así, distante pero entendida.
Ud. sabe que estamos rodeados de Memorias horrorosas. Exceptuando a Cardenal pero incluyendo su segundo tomo que me resultó indigesto--esta vez ocultó un breve eructo--, para no referirme a Violetas y Giocondas, estamos de verdad rodeados de Memorias Horrorosas.
Pasa con toda la memoria de este pais--dije.
Lo mío es especial--me interrumpió ella. Un caso local pero muy entretenido. Cerrado si se quiere pero con suficiente mundo.
De quién no fui amiga yo. Elenita Garro, tan bella. Eunice Odio, tan parasicológica. La tímida de la Blanca Varela. Ya por último, allí mismito en la Centroamérica, Bianca Jagger.
Mi memoria sería la única memoria con valor femenino y artistico de este país. Revolución cero. Cero fusilados. Cero entrenamientos de tiro en Cuba. Patria cero. Nada de maridos con apellidos sublimes. Sólo escenarios dramáticos y quietos.
Tu tarea sería ajustar esta memoria.
Por una parte evitar que me convierta en una especie de Luisa Cardoza con ese chorro del río que nunca para. Si te confieso la verdad, tiendo al ascetismo estilístico aunque me arrastre el drama de la vida. Ya me ves: viuda, empobrecida, sufriendo las dictaduras, ignorada...
Por otra parte extirpar toda ilusión del yo (de este tema hablé tanto con la Eunice en México, porque es un tema fascinante).
Las quiero titular Zoegrafía canicular.
Es que así incluyo mi nombre en el mero título. Además, Zoe significa Vida en griego. No sé si lo sabías.
Pienso en textos preciosos como los de la Victoria Ocampo.
En tres páginas yo pongo un pálpito de pájaro. Pero no es lo precioso lo que me preocupa sino lo preciso.
Quiero ser precisa con mi vida y esa sí que no es tarea fácil.
Limpiar de polvo la memoria (aunque parezca ironía).
Ajustar, como Duras, la letra al rostro desvastado.
Expliqué que la entendía perfectamente, y que me gustaría hojear aquella memoria muy lentamente, pero en casa.
Tengo que confesarte, me dijo, que no sos el primero al que le ofrezco esta tarea. Primero estuvo aquí Fulano (y mencionó a un poeta, crítico, ensayista y funcionario nacional muy conocido), pero me cobraba muy caro.
Además, imaginate lo florido de mis memorias en esas manos.
Vos en cambio te mirás mucho más estilizado. Quieto pero oliendo y tocando todo con los ojos.
Hablemos pues de precios--le dije.
Sonrió un poco ladeada, sin casi levantar la cabeza.
Luego Sergio dijo de Ud. que era una promesa.
Le dije que desde entonces se me llamaba con sorna la fatal promesa provinciana.
Agitó levemente la cucharita del café.
Lo llamé por eso, porque qué mejores recomendaciones.
Tengo-- continúo luego de probar el café-- mi mamotreto privado. Mis memorias.
Requieren una miradita así, distante pero entendida.
Ud. sabe que estamos rodeados de Memorias horrorosas. Exceptuando a Cardenal pero incluyendo su segundo tomo que me resultó indigesto--esta vez ocultó un breve eructo--, para no referirme a Violetas y Giocondas, estamos de verdad rodeados de Memorias Horrorosas.
Pasa con toda la memoria de este pais--dije.
Lo mío es especial--me interrumpió ella. Un caso local pero muy entretenido. Cerrado si se quiere pero con suficiente mundo.
De quién no fui amiga yo. Elenita Garro, tan bella. Eunice Odio, tan parasicológica. La tímida de la Blanca Varela. Ya por último, allí mismito en la Centroamérica, Bianca Jagger.
Mi memoria sería la única memoria con valor femenino y artistico de este país. Revolución cero. Cero fusilados. Cero entrenamientos de tiro en Cuba. Patria cero. Nada de maridos con apellidos sublimes. Sólo escenarios dramáticos y quietos.
Tu tarea sería ajustar esta memoria.
Por una parte evitar que me convierta en una especie de Luisa Cardoza con ese chorro del río que nunca para. Si te confieso la verdad, tiendo al ascetismo estilístico aunque me arrastre el drama de la vida. Ya me ves: viuda, empobrecida, sufriendo las dictaduras, ignorada...
Por otra parte extirpar toda ilusión del yo (de este tema hablé tanto con la Eunice en México, porque es un tema fascinante).
Las quiero titular Zoegrafía canicular.
Es que así incluyo mi nombre en el mero título. Además, Zoe significa Vida en griego. No sé si lo sabías.
Pienso en textos preciosos como los de la Victoria Ocampo.
En tres páginas yo pongo un pálpito de pájaro. Pero no es lo precioso lo que me preocupa sino lo preciso.
Quiero ser precisa con mi vida y esa sí que no es tarea fácil.
Limpiar de polvo la memoria (aunque parezca ironía).
Ajustar, como Duras, la letra al rostro desvastado.
Expliqué que la entendía perfectamente, y que me gustaría hojear aquella memoria muy lentamente, pero en casa.
Tengo que confesarte, me dijo, que no sos el primero al que le ofrezco esta tarea. Primero estuvo aquí Fulano (y mencionó a un poeta, crítico, ensayista y funcionario nacional muy conocido), pero me cobraba muy caro.
Además, imaginate lo florido de mis memorias en esas manos.
Vos en cambio te mirás mucho más estilizado. Quieto pero oliendo y tocando todo con los ojos.
Hablemos pues de precios--le dije.
Sonrió un poco ladeada, sin casi levantar la cabeza.
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miércoles, febrero 17, 2010
Animita revolucionaria
En el Aeropuerto también hay un rincón revolucionario.
Se venden los documentales y las memorias de la revolución.
La música de Carlos Mejía no para todo el día. Nicaragua, nicaragüita.
A 20 dólares un documental sobre el 19.
--¿Es "La Ofensiva Final"?--pregunto.
Pero el muchacho no sabe que haya un documental mexicano sobre la ofensiva final. Sí sabe que este que cuesta 20 dólares (no se aceptan córdobas) lo hizo Fulano (y menciona un nombre junto a un Apellido Oligárquico).
Las memorias de la Gioconda con la portada de la mujer anónima que sostiene el AK-47 (para siempre decapitada).
También Adiós, Muchachos.
Y el libro gordo del ex-jefe del ejército.
Se venden los documentales y las memorias de la revolución.
La música de Carlos Mejía no para todo el día. Nicaragua, nicaragüita.
A 20 dólares un documental sobre el 19.
--¿Es "La Ofensiva Final"?--pregunto.
Pero el muchacho no sabe que haya un documental mexicano sobre la ofensiva final. Sí sabe que este que cuesta 20 dólares (no se aceptan córdobas) lo hizo Fulano (y menciona un nombre junto a un Apellido Oligárquico).
Las memorias de la Gioconda con la portada de la mujer anónima que sostiene el AK-47 (para siempre decapitada).
También Adiós, Muchachos.
Y el libro gordo del ex-jefe del ejército.
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lunes, febrero 15, 2010
Salí de Nicaragua
Hice el intento de echar los discos. Probé uno de los bolsos. Imposible, se rompía.
Hallé el ángulo interesante: yo era un coleccionista, como Benjamin. Podía iniciar un artículo diciendo: “Estoy ordenando mis discos. De verdad”
Cada disco una piel, un morado, una condición médica.
El disco de Rubén Blades que compré en Puerto Rico. El de Dylan que compré en Montreal.
Los de Van Morrison atrapados en el recuerdo junto a los pescados del Strip District.
Pero tenía que apurarme. Ya era la noche anterior al viaje. Malditas despedidas.
Ya casi que me hería el hielo de la madrugada que se colaba por la ventanilla del taxi.
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viernes, febrero 12, 2010
My Funny Valentine
My Funny Valentine en versión de Sarah Vaughan, probablemente muy cercana a su muerte, aunque espléndida.
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sábado, febrero 06, 2010
Erección nocturna
Trabajo toda la noche en el sueño montando esta estatua híbrido de Stalin y Juan Pablo II.
(Por mucho que lo repitan, la pareja conceptual de Stalin no es Hitler sino el Papa.
Y con respecto a Hitler su pareja debía ser sudamericana: corporización de Videla o Pinochet.)
Trato de convencerme de que más allá de su dureza es una estatua pertinente.
No la derribará el terciopelo.
Estoy, de hecho, dando una clase mediocre sobre esta (mi) erección nocturna.
Soy el profesor impenitente.
(Por mucho que lo repitan, la pareja conceptual de Stalin no es Hitler sino el Papa.
Y con respecto a Hitler su pareja debía ser sudamericana: corporización de Videla o Pinochet.)
Trato de convencerme de que más allá de su dureza es una estatua pertinente.
No la derribará el terciopelo.
Estoy, de hecho, dando una clase mediocre sobre esta (mi) erección nocturna.
Soy el profesor impenitente.
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martes, febrero 02, 2010
Down By Law /Coronel
Down By Law (Jim Jarmush)
Cargado por 1001nights. - Mira más videos de TV y películas.
Así debió haber visto al río y la ciudad. Ojos de Robby Müller.
Pero claro casto sordo (sordo para la music). Abstemio de Tom Waits, John Lurie.
Pero repitiendo con acento extranjero ráfagas de Withman, Robert Frost como Benigni en la película.
(Ahí donde el acento es el Calibán que se traga la lengua. Ahí en donde el río es el de The Dry Salvages:
I do not know much about gods; but I think that the river
Is a strong brown god—sullen, untamed and intractable,)
Lo agitado es el entrecruce (Coronel iba para NY cuando pasó por aquí: demasiado patricio sin embargo como para afinar el oído, y en filogénesis produciendo discípulos patricios cada vez menos interesantes)
De todas formas la repetición el inicio el filo del Huckleberry Finn; su impulso libertario descartado por Coronel y asumido por Jarmush.
Una intermitencia improbable (pero existente) y política.
P.S. El video de la primera parte fue quitado de youtube (infracciones, etc.) así que lo sustituí por el "trailer original" via dailymotion.
lunes, diciembre 28, 2009
Fin de año en nic.
Terror de los diarios nacionales.
Uno de ellos escoge a "los personajes de la década". Gana Wojtyla. Disimulan el deseo de incluir a Goriletti.
El terror reincide.
Nowhere to hide, Martha.
Uno de ellos escoge a "los personajes de la década". Gana Wojtyla. Disimulan el deseo de incluir a Goriletti.
El terror reincide.
Nowhere to hide, Martha.
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jueves, diciembre 17, 2009
Micropolítica
No te he hablado de los cantantes de micro, y paso ahora a hacerlo, antes que cante el gallo.
Venía del hospital Salvador de traer mi radiografía y había uno que era virtuoso en Leo Dan. La voz no era especial, era más bien blanda y demasiado aguda. El pulso de la guitarra era decente no más. Pero con la salvedad que era un instrumento pobre, chillante. Así que eso podía sin duda ser mejorado.
Su verdadero talento era la propiedad con que se pegaba a las notas y los giros: la medida en general. Puntos que yo jamás alcanzaría: asimilación y oído. Pasó de Cómo te extraño mi amor por qué será, a Mary es mi amor, sólo con ella vivo la felicidad, y terminó—antes que yo me bajara del bus—con Si no puedo ser el dueño yo, nunca podrás olvidarme.
Los sábados hay más cantantes folklóricos. Jóvenes que están más seguros de la política de la canción, que llevan de paseo a Víctor Jara, el desenterrado. Yo que tiemblo cada vez que paso cerca del Estadio, y me vuelvo animal político cuando lo escucho, no puedo menos que reaccionar. Pero, claro, hay de pronto las mujeres maduras que cantan timbradamente, sin instrumento, canciones que llevan siempre flores en alguna parte. Aspiraré en el aire aquel olor a rosas. Cuando tú te hayas ido, amor, me envolverán las sombras.
Un día de estos era un fanático de José Luis Perales que marcaba muy mal la guitarra. No era virtuoso más que en su memoria de cada verso. Recordá que bajo ninguna circunstancia podés apartar la necesidad de estos casos. Poné la libertad en el lugar que querrás pero aquí la necesidad es el eje: inconsciente político o como querrás llamarlo.
Cantó Cómo es él, en qué lugar se enamoró de ti, y yo hacía de aguafiestas mental recordando la parodia que hacía un compañero del Servicio Militar: y cómo es el? señal obscena indicando el tamaño superlativo del miembro viril del amante por el que la mujer había dejado a Perales. A qué dedica el tiempo libre? respuesta entusiasmada: a practicar el verbo ese tan obsceno here, there and everywhere. Después el hombre entró en los vericuetos humanistas del español: las cosas líricas que lo hacían cantar: los ríos, los hombres, la soledad.
Me acordé de unos niños que cantaban en la parada frente a la UCA, un niño de vocecita a lo Pedrito Fernández que cuando entonaba La hija de nadie, disimulaba al decir Yo también soy la hija de nadie. Claro, él era el hijo de nadie. Pero cómo hacer la cesura para introducir la política?
No creo que tampoco el público notara aquella tensión. Los públicos, en estos casos, somos algo ajeno e indiferente.
Venía del hospital Salvador de traer mi radiografía y había uno que era virtuoso en Leo Dan. La voz no era especial, era más bien blanda y demasiado aguda. El pulso de la guitarra era decente no más. Pero con la salvedad que era un instrumento pobre, chillante. Así que eso podía sin duda ser mejorado.
Su verdadero talento era la propiedad con que se pegaba a las notas y los giros: la medida en general. Puntos que yo jamás alcanzaría: asimilación y oído. Pasó de Cómo te extraño mi amor por qué será, a Mary es mi amor, sólo con ella vivo la felicidad, y terminó—antes que yo me bajara del bus—con Si no puedo ser el dueño yo, nunca podrás olvidarme.
Los sábados hay más cantantes folklóricos. Jóvenes que están más seguros de la política de la canción, que llevan de paseo a Víctor Jara, el desenterrado. Yo que tiemblo cada vez que paso cerca del Estadio, y me vuelvo animal político cuando lo escucho, no puedo menos que reaccionar. Pero, claro, hay de pronto las mujeres maduras que cantan timbradamente, sin instrumento, canciones que llevan siempre flores en alguna parte. Aspiraré en el aire aquel olor a rosas. Cuando tú te hayas ido, amor, me envolverán las sombras.
Un día de estos era un fanático de José Luis Perales que marcaba muy mal la guitarra. No era virtuoso más que en su memoria de cada verso. Recordá que bajo ninguna circunstancia podés apartar la necesidad de estos casos. Poné la libertad en el lugar que querrás pero aquí la necesidad es el eje: inconsciente político o como querrás llamarlo.
Cantó Cómo es él, en qué lugar se enamoró de ti, y yo hacía de aguafiestas mental recordando la parodia que hacía un compañero del Servicio Militar: y cómo es el? señal obscena indicando el tamaño superlativo del miembro viril del amante por el que la mujer había dejado a Perales. A qué dedica el tiempo libre? respuesta entusiasmada: a practicar el verbo ese tan obsceno here, there and everywhere. Después el hombre entró en los vericuetos humanistas del español: las cosas líricas que lo hacían cantar: los ríos, los hombres, la soledad.
Me acordé de unos niños que cantaban en la parada frente a la UCA, un niño de vocecita a lo Pedrito Fernández que cuando entonaba La hija de nadie, disimulaba al decir Yo también soy la hija de nadie. Claro, él era el hijo de nadie. Pero cómo hacer la cesura para introducir la política?
No creo que tampoco el público notara aquella tensión. Los públicos, en estos casos, somos algo ajeno e indiferente.
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