Esta vez a Chile.
Mirando los manglares que bordean el Canal repito lo del poeta: "malditas despedidas, me están volviendo viejo".
Por el vértigo (que es también político) cierro la ventanilla, pero sigo rodeado de poetas populares que revolotean.
Entraré sin duda a la noche de Neruda hoy por la noche como un isonauta común y corriente.
jueves, octubre 15, 2009
jueves, septiembre 17, 2009
Cuatro gatos no es ningún sacrificio
Tengo cuatro gatos. Ya Ud. sospechará cómo se llama cada uno. Digo sus nombres delante de la gente y ya me consideran buena persona. Lo que no digo, como tampoco se lo diré a Ud., es que disfruto a veces matando gatos del vecindario: he refinado de hecho el arte de envenenar mininos de nombre anglo. Esto para que nunca se fíe de un fan de los Beatles. Somos terribles: multitudinarios, sectarios y secretamente violentos.
Mi único desliz New Age es que estoy convencido de que la personalidad de mis gatos reflejan su nombre de inspiración. Ya Ud. sabe a Paul le gusta mucho la leche endulzada, Jonh es un poco más errabundo. Ud. no va a creer pero este tipo de cursilerías me llenan de amigos y conocidos, vienen a mi terraza, me llaman al celular, me consultan sobre música. El otro día me llamó un músico para invitarme a ver el homenaje que le hacían a los Beatles en el teatro nacional. ¿Sabía Ud. que ese tipo de homenajes ha devenido una tradición latinoamericana más? En Lima, en el D.F, en Managua, bandas avaras y mostrencas se toman los teatros para cantar "Penny Lane" y "Hey Jude". Algunos hasta en disfraz de soldado Sgt. Pepper´s.
Mi única defensa (además de mi vida nocturna en que mato gatos: a propósito ha visto Ud. cómo proliferan las escritoras centroamericanas que adoran los gatos y lo repiten depravadamente en sus blogs?) es escribir anónimos en mi blog en contra de los Beatles. Nadie sospecharía, ni el más candoroso de los beatlómanos nicaragüenses, que por cierto suelen creerse poetas y publicar libros profilácticos al respecto, que soy yo el autor de la sentencia que dicta: "Los Beatles no fueron ni siquiera la mejor banda en que estuvo John Lennon".
Es una proposición rigurosa en exceso. Conozco otra que es un poco menos rigurosa y más polémica: "Ya no creo en los Beatles". No esa no la dije yo aunque parezca lo contrario.
Sí, ya sé que el centro de su curiosidad es cómo soporto a estos mis cuatro gatos (rigurosamente: mis cuatro cursis gatos) si hay un asesino en serie de gatos escondido bajo mi carne. Dura y difícil pregunta.
Creo que todo comenzó cuando me casé con Eleanor. No, no hay ninguna ironía en su nombre. Se llama Eleanor Kukalón Rodríguez y tiene un talento innato para la venta de perfumería y calzones (bueno, se dice lencería, pero son calzones al fin de cuentas). Ella logró esta casa, con su terraza, su jardín, su fuentecita. Adoro los desayunos en su compañía. Hablamos mal de las malas actrices. Yo defiendo a Shirley McClain hasta la muerte.
Esta calma, este silencio valen oro. Me pregunté como el filósofo: cómo ser bueno. Y llegué a la conclusión que lo único que me podía hacer bueno era volverme fan de aquello de lo que ninguna mente inteligente y brillante rechazaría: así dí con los Beatles. Son la bondad y la inteligencia encarnada en el "hombre masa". Cuatro gatos no es ningún sacrificio.
También tengo dos perros. Uno se llama Mick y el otro Keith. Si quiere pasamos al fondo del patio para los vea un poco más de cerca.
Mi único desliz New Age es que estoy convencido de que la personalidad de mis gatos reflejan su nombre de inspiración. Ya Ud. sabe a Paul le gusta mucho la leche endulzada, Jonh es un poco más errabundo. Ud. no va a creer pero este tipo de cursilerías me llenan de amigos y conocidos, vienen a mi terraza, me llaman al celular, me consultan sobre música. El otro día me llamó un músico para invitarme a ver el homenaje que le hacían a los Beatles en el teatro nacional. ¿Sabía Ud. que ese tipo de homenajes ha devenido una tradición latinoamericana más? En Lima, en el D.F, en Managua, bandas avaras y mostrencas se toman los teatros para cantar "Penny Lane" y "Hey Jude". Algunos hasta en disfraz de soldado Sgt. Pepper´s.
Mi única defensa (además de mi vida nocturna en que mato gatos: a propósito ha visto Ud. cómo proliferan las escritoras centroamericanas que adoran los gatos y lo repiten depravadamente en sus blogs?) es escribir anónimos en mi blog en contra de los Beatles. Nadie sospecharía, ni el más candoroso de los beatlómanos nicaragüenses, que por cierto suelen creerse poetas y publicar libros profilácticos al respecto, que soy yo el autor de la sentencia que dicta: "Los Beatles no fueron ni siquiera la mejor banda en que estuvo John Lennon".
Es una proposición rigurosa en exceso. Conozco otra que es un poco menos rigurosa y más polémica: "Ya no creo en los Beatles". No esa no la dije yo aunque parezca lo contrario.
Sí, ya sé que el centro de su curiosidad es cómo soporto a estos mis cuatro gatos (rigurosamente: mis cuatro cursis gatos) si hay un asesino en serie de gatos escondido bajo mi carne. Dura y difícil pregunta.
Creo que todo comenzó cuando me casé con Eleanor. No, no hay ninguna ironía en su nombre. Se llama Eleanor Kukalón Rodríguez y tiene un talento innato para la venta de perfumería y calzones (bueno, se dice lencería, pero son calzones al fin de cuentas). Ella logró esta casa, con su terraza, su jardín, su fuentecita. Adoro los desayunos en su compañía. Hablamos mal de las malas actrices. Yo defiendo a Shirley McClain hasta la muerte.
Esta calma, este silencio valen oro. Me pregunté como el filósofo: cómo ser bueno. Y llegué a la conclusión que lo único que me podía hacer bueno era volverme fan de aquello de lo que ninguna mente inteligente y brillante rechazaría: así dí con los Beatles. Son la bondad y la inteligencia encarnada en el "hombre masa". Cuatro gatos no es ningún sacrificio.
También tengo dos perros. Uno se llama Mick y el otro Keith. Si quiere pasamos al fondo del patio para los vea un poco más de cerca.
martes, septiembre 08, 2009
Masculinidades pirata
anda diciendo el hijueputa que yo me las doy de amiga de la Sofía (no, bergante, la Coppola es la única Sofía reconocida por estos lares) cuando yo sé lo que guarda en esa cajita plástica que observa ido de vez en cuando cuando lee de forma supurada como si se tomara el jarabe de aceite de hígado de bacalao las páginas de opinión de los diarios
guarda todas y cada una de las películas que se van haciendo sobre novelas de Corman McCarthy desde la primigenia de Billy Bob Thornton con Rubén Blades por cierto y una horripilante Penélope haciendo de texana de hacienda
piensa el milimétrico en esas descripciones de la planicie en esos diálogos sin guiones en medio de la lluvia que nunca termina en esos gestos de hombría hombradía y enfermo machismo malinchismo todo en resumen una suprema culería enclosetada
el amigo probable y más masculino de Corman que se burla de que yo haya pasado la infancia guindada del arete de la Sofía
guarda los volúmenes de Ché porque Soderbergh es su muso y Benicio su patrón y tras de ellos el fantasma requerido y amenazante del Ché
guarda Heat no te digo que ese imbécil piensa que es mejor que Collateral y todo porque en Heat hay una poética del cristal del auto atravesado por balas y una épica de las tomas desde helicóptero sobre LA (sí, así se pronuncia) y el secreto descuartizamiento de la historia y el convencimiento de que Michael Mann es mejor novelista que Thomas Mann
ahí se está quieto con el ricino de los diarios hasta que se decide y abre su cofre plástico de películas pirateadas
guarda todas y cada una de las películas que se van haciendo sobre novelas de Corman McCarthy desde la primigenia de Billy Bob Thornton con Rubén Blades por cierto y una horripilante Penélope haciendo de texana de hacienda
piensa el milimétrico en esas descripciones de la planicie en esos diálogos sin guiones en medio de la lluvia que nunca termina en esos gestos de hombría hombradía y enfermo machismo malinchismo todo en resumen una suprema culería enclosetada
el amigo probable y más masculino de Corman que se burla de que yo haya pasado la infancia guindada del arete de la Sofía
guarda los volúmenes de Ché porque Soderbergh es su muso y Benicio su patrón y tras de ellos el fantasma requerido y amenazante del Ché
guarda Heat no te digo que ese imbécil piensa que es mejor que Collateral y todo porque en Heat hay una poética del cristal del auto atravesado por balas y una épica de las tomas desde helicóptero sobre LA (sí, así se pronuncia) y el secreto descuartizamiento de la historia y el convencimiento de que Michael Mann es mejor novelista que Thomas Mann
ahí se está quieto con el ricino de los diarios hasta que se decide y abre su cofre plástico de películas pirateadas
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viernes, septiembre 04, 2009
Índice para una novela
La tenue, y tal vez inútil, posibilidad de serle fiel al evento que fue la revolución.
La negativa a justificar mi propia infidelidad—el olvido, el aburrimiento, la expatriación subliminal o fáctica—aludiendo a la mediocridad o el capitalismo de la dirigencia.
Y luego de dos o tres actos político-culturales (así les llaman): el hartazgo.
Imaginar una vida sin revolución como la del bruto que se aparea donde puede.
Invertir el resto de la vida en esa contra-utopía.
Porque todos ansiamos una escritura modesta de La educación sentimental.
(Para lo de la fidelidad al evento, Badiou "La filosofía y la "muerte del comunismo"".)
La negativa a justificar mi propia infidelidad—el olvido, el aburrimiento, la expatriación subliminal o fáctica—aludiendo a la mediocridad o el capitalismo de la dirigencia.
Y luego de dos o tres actos político-culturales (así les llaman): el hartazgo.
Imaginar una vida sin revolución como la del bruto que se aparea donde puede.
Invertir el resto de la vida en esa contra-utopía.
Porque todos ansiamos una escritura modesta de La educación sentimental.
(Para lo de la fidelidad al evento, Badiou "La filosofía y la "muerte del comunismo"".)
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lunes, agosto 31, 2009
Filosofía
Fuimos a la presentación del libro de Sergio.
Me encontré con Cindy. Tuve que estar ahí con ella un rato ya al final cuando la gran fila de fans pedían firmas. El lugar estaba atestado. Ella se entretenía con un trago rojo opalino.
Hablaba profusamente de Sofía, sobre todo de los soundtracks de Sofía.
Que ella y Sofía podían ser íntimas.
Que Sofía había dicho en una entrevista que su trago favorito era el mojito. Y que ella suponía que quería decir mojito y marihuana. Claro, yo tenía que tolerar discretamente aquel tipo de chistes estupefactos. En realidad no sé por qué. Porque la maje a pesar de todo tiene su ángulo creo yo.
Pobrecito Sergio, decía de pronto. Cuándo termina con toda esa gente. Debe ser toda una inseguridad la fama. Pero él siempre linda gente. Al menos a mí me ha tratado como discípula.
Se acercó una pintora conocida y hablaron "de una negrisilla" que se le quería ir arriba con no se qué trabajo. "Sonó racista, ¿no?", le dije yo, una vez que la pintora se había alejado. "¿Qué cosa?", preguntó ella. "Eso de referirse a la gente de color como "negrisilla", debe ser una herencia colonial". Lo meditó unos segundos, y me dijo después que yo ya sabía como eran las Fulanas (y mencionó aquí un apellido frecuente de las clases altas del país).
Me preguntó que si yo sabía porque la Kirsten era la actriz favorita de Sofía.
Que si yo me imaginaba lo que hubiera sido Lost In Translation con la Kirsten. Y no es que ella despreciara a la Scarleth, era que la relación Sofia-Kirsten era más radical.
Se imaginaba lo que sería "reunirnos las tres nosotras" en la Gran Manzana--¿sabía ella que yo odiaba ese tipo de clichés internacionales del tipo Tierra de Lagos y Volcanes?--para salir a tomar algo. O por qué no en LA (y lo dijo mencionando en inglés el nombre de las dos letras).
Lo que ella y Sofía compartían eran los soundtracks. Era como que se hubieran criado juntas. Como si Francis, atareado por la escritura de Padrinos y etcéteras, las hubiera dejados solas en plenos años 1970s con una extensa y novedosa discografía pop. Discografía que sin dejar de ser sofisticada no despreciaba el mero gesto gratuito y hedonista.
Pero lo más significativo de todo era que en realidad ella ya estaba a dos emails de distancia de Sofía porque una amiga suya había estado en una fiesta con la merísima SP en NY, y ya era de hecho amiga de una amiga de Sofía.
Y en ese momento necesitaba ir a saludar a Gioconda que se alejaba entre el gentío perseguida por un grupo de poetas jóvenes que querían que ella también les autografiara el libro de Sergio. No se le podía escapar ya que estaba cultivando lentamente una amistad por entero literaria (esta vez no cinematográfica) con ella.
Y fue así que se despidió, dejándome algo abrumado.
Me encontré con Cindy. Tuve que estar ahí con ella un rato ya al final cuando la gran fila de fans pedían firmas. El lugar estaba atestado. Ella se entretenía con un trago rojo opalino.
Hablaba profusamente de Sofía, sobre todo de los soundtracks de Sofía.
Que ella y Sofía podían ser íntimas.
Que Sofía había dicho en una entrevista que su trago favorito era el mojito. Y que ella suponía que quería decir mojito y marihuana. Claro, yo tenía que tolerar discretamente aquel tipo de chistes estupefactos. En realidad no sé por qué. Porque la maje a pesar de todo tiene su ángulo creo yo.
Pobrecito Sergio, decía de pronto. Cuándo termina con toda esa gente. Debe ser toda una inseguridad la fama. Pero él siempre linda gente. Al menos a mí me ha tratado como discípula.
Se acercó una pintora conocida y hablaron "de una negrisilla" que se le quería ir arriba con no se qué trabajo. "Sonó racista, ¿no?", le dije yo, una vez que la pintora se había alejado. "¿Qué cosa?", preguntó ella. "Eso de referirse a la gente de color como "negrisilla", debe ser una herencia colonial". Lo meditó unos segundos, y me dijo después que yo ya sabía como eran las Fulanas (y mencionó aquí un apellido frecuente de las clases altas del país).
Me preguntó que si yo sabía porque la Kirsten era la actriz favorita de Sofía.
Que si yo me imaginaba lo que hubiera sido Lost In Translation con la Kirsten. Y no es que ella despreciara a la Scarleth, era que la relación Sofia-Kirsten era más radical.
Se imaginaba lo que sería "reunirnos las tres nosotras" en la Gran Manzana--¿sabía ella que yo odiaba ese tipo de clichés internacionales del tipo Tierra de Lagos y Volcanes?--para salir a tomar algo. O por qué no en LA (y lo dijo mencionando en inglés el nombre de las dos letras).
Lo que ella y Sofía compartían eran los soundtracks. Era como que se hubieran criado juntas. Como si Francis, atareado por la escritura de Padrinos y etcéteras, las hubiera dejados solas en plenos años 1970s con una extensa y novedosa discografía pop. Discografía que sin dejar de ser sofisticada no despreciaba el mero gesto gratuito y hedonista.
Pero lo más significativo de todo era que en realidad ella ya estaba a dos emails de distancia de Sofía porque una amiga suya había estado en una fiesta con la merísima SP en NY, y ya era de hecho amiga de una amiga de Sofía.
Y en ese momento necesitaba ir a saludar a Gioconda que se alejaba entre el gentío perseguida por un grupo de poetas jóvenes que querían que ella también les autografiara el libro de Sergio. No se le podía escapar ya que estaba cultivando lentamente una amistad por entero literaria (esta vez no cinematográfica) con ella.
Y fue así que se despidió, dejándome algo abrumado.
domingo, agosto 30, 2009
El nicaragüense
Como PAC, como Mántica, como SRM, he pensado también en las cosas que me vuelven nicaragüense.
Las adyacentes--un timbre de voz, una calzada--no las diré, pero sí la fundamental: cada fin de semana compro los dos diarios, y cuando no quiero comprarlos me repito: todo sea en honor pecuniario de la familia.
Las adyacentes--un timbre de voz, una calzada--no las diré, pero sí la fundamental: cada fin de semana compro los dos diarios, y cuando no quiero comprarlos me repito: todo sea en honor pecuniario de la familia.
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jueves, agosto 27, 2009
Informativo redes
Como padezco el ligero estrabismo de la escritura, el blog me parece siempre una gran recompensa, y no tengo mucho que quejarme hasta ahora de Blogger. (No soy (tan) ingenuo, estoy al tanto de las advertencias sobre los usos interesados de la privacidad por Google.)
Me gusta Twitter por la capacidad de transmitir no mis estados de ánimo sino sobre todo links, aunque no llego a la capacidad de @niklasgv, pero qué duda cabe de que es toda una forma de escritura. En Twitter soy @isonauta. El seudónimo es un evidente homenaje a Huidobro, y el avatar testimonia mi admiración por el reverendo Al Green.
Facebook me despierta muchas dudas, pero me parece un puente excelente hacia el blog o hacia alguna otra parte. Su ventaja es poder "ver" tan de cerca a amigos tan dispares en tiempo y espacios.
También Delicious podría despertar más mis entusiasmos si tuviera más tiempo disponible. Potencialmente, es el más "educado" de estos recursos, con posibilidades para funcionar en tareas de enseñanza.
Como se sabe que las redes le han hecho favores y desfavores a la escritura, y se incurre muy pronto con esto en consabidos clichés, he querido poner aquí una lista de los recursos que uso, y cómo en teoría los conecto: sólo un testimonio de rastros. Saludos y que tengan excelente fin de semana.
Me gusta Twitter por la capacidad de transmitir no mis estados de ánimo sino sobre todo links, aunque no llego a la capacidad de @niklasgv, pero qué duda cabe de que es toda una forma de escritura. En Twitter soy @isonauta. El seudónimo es un evidente homenaje a Huidobro, y el avatar testimonia mi admiración por el reverendo Al Green.
Facebook me despierta muchas dudas, pero me parece un puente excelente hacia el blog o hacia alguna otra parte. Su ventaja es poder "ver" tan de cerca a amigos tan dispares en tiempo y espacios.
También Delicious podría despertar más mis entusiasmos si tuviera más tiempo disponible. Potencialmente, es el más "educado" de estos recursos, con posibilidades para funcionar en tareas de enseñanza.
Como se sabe que las redes le han hecho favores y desfavores a la escritura, y se incurre muy pronto con esto en consabidos clichés, he querido poner aquí una lista de los recursos que uso, y cómo en teoría los conecto: sólo un testimonio de rastros. Saludos y que tengan excelente fin de semana.
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martes, agosto 25, 2009
Ya llego
NP, poeta contestatario, mientras orina ve a través de la persiana del baño que una paloma ronda la ventana, cree incluso que la paloma terminará rompiendo los vidrios pero ella se posa algo insulsa y picotea su imagen en el vidrio. Será una señal, piensa NP mientras termina la meada iluminada por la paloma zahorí.
Si algo ha aprendido es que este camino tiene varios viacrucis: los ciegos, los niños y los simples muertos. Y aun otra cosa: que nadie que se precie y que sea llamado al móvil dirá la verdad.
Todos están kilómetros adelante. Si están en Diriamba dirán que están en El Crucero, y si están trabajosamente subiendo Montefresco dirán sin sonrojo que están por llegar a Diriamba. Y dirán invariablemente a su interlocutor (la esposa que espera, el compañero de clases que aguarda para hacer la tarea, el jefe): “ya llego”. Es todo un síndrome local, y casi un epígrafe nacional: ya llego, es el equivalente cotidiano de ahora seremos modernos en cuanto nomás derrotemos a la izquierda o al imperialismo.
El microbús (el intermortal, el van) es como una casa de cartón que posee la inusitada habilidad de correr. NP lee lentamente casi dodecafónicamente a Hanna Arendt en la casa de cartón: qué triste se oye la lluvia.
Suena el teléfono de la chica de al lado. “Estoy saliendo pero ya llego…” le dice a mamá. Suena el teléfono del chico que le ha tocado el asiento bailongo de adelante—¿no irá mareado ese maje de tanto ajetreo?—. “Estoy entrando a Diriamba. Ya llego”. Sí, claro, y como siempre, el tigre entrando a la montaña.
NP camina por Carretera Norte: el avión de COPA está casi al alcance de la mano y los vecinos ven desde los patios—son sobre todo barrios pobres, incluso uno que se llama Hugo Chávez—si el avión viene muy lleno o muy vacío. En la Corte Suprema de Justicia, Secretaría, hay una escalera empinada y oscura, y en el pasillo se aglomeran los que necesitan algún reconocimiento, una firma, una auténtica, aunque siempre se olviden de los timbres fiscales.
NP, poeta contestatario, se horroriza de estar en el mero epicentro, culo o hemorroide interna favorita del pacto. Cuál pacto, no importa. Pero ningún poeta contestatario dejará de condenar el puto pacto.
En la pizarra acrílica de la oficina de CAJA hay un sermón escrito, o es más bien una advertencia: es como un salmo degradado que recuerda la urgencia de acogerse a los designios del Señor. La religión es el opio de Carretera Norte, piensa el contestatario poeta NP.
Porque Nicaragua vive en la estación Foreigner, atosigado por la música "cristiana" más ñoña que se pueda imaginar, y que suena tanto en Carretera Norte como en Carretera Sur, van intemortal incluido. Foreigner más que Cardenal es el modelo de nuestra cultura.
Suena el móvil. ¿Qué dónde estoy? Pero si esa es la pregunta que ningún habitante o transeúnte de Carretera Norte podrá contestar jamás. Tampoco es que los de Carretera Sur les lleven la delantera. Ningún nicaragüense, mayor de edad, casado o soltero puede responder conscientemente esa pregunta. Peor aún, my dear, ninguno la respondería con honestidad. Por el momento estoy, como el Frente, en algún lugar de Nicaragua. Pero no te preocupés que ya llego.
Estoy diez kms delante de donde en realidad estoy, piensa NP haciendo señas al taxi. El hombre pide 40 pesos para llevarlo a la UCA. Un hombre grita desde algún lugar (tal vez el avión de Continental que en este momento aterriza?): “se te va chorreando toda el agua del radiador”. Pero el taxero sabe sus mañas y no es desventurado decir que a pesar de que el carro lleva el riesgo de incendiarse, también su fantasma va mucho más delante pregonando una verdad consabida.
Si algo ha aprendido es que este camino tiene varios viacrucis: los ciegos, los niños y los simples muertos. Y aun otra cosa: que nadie que se precie y que sea llamado al móvil dirá la verdad.
Todos están kilómetros adelante. Si están en Diriamba dirán que están en El Crucero, y si están trabajosamente subiendo Montefresco dirán sin sonrojo que están por llegar a Diriamba. Y dirán invariablemente a su interlocutor (la esposa que espera, el compañero de clases que aguarda para hacer la tarea, el jefe): “ya llego”. Es todo un síndrome local, y casi un epígrafe nacional: ya llego, es el equivalente cotidiano de ahora seremos modernos en cuanto nomás derrotemos a la izquierda o al imperialismo.
El microbús (el intermortal, el van) es como una casa de cartón que posee la inusitada habilidad de correr. NP lee lentamente casi dodecafónicamente a Hanna Arendt en la casa de cartón: qué triste se oye la lluvia.
Suena el teléfono de la chica de al lado. “Estoy saliendo pero ya llego…” le dice a mamá. Suena el teléfono del chico que le ha tocado el asiento bailongo de adelante—¿no irá mareado ese maje de tanto ajetreo?—. “Estoy entrando a Diriamba. Ya llego”. Sí, claro, y como siempre, el tigre entrando a la montaña.
NP camina por Carretera Norte: el avión de COPA está casi al alcance de la mano y los vecinos ven desde los patios—son sobre todo barrios pobres, incluso uno que se llama Hugo Chávez—si el avión viene muy lleno o muy vacío. En la Corte Suprema de Justicia, Secretaría, hay una escalera empinada y oscura, y en el pasillo se aglomeran los que necesitan algún reconocimiento, una firma, una auténtica, aunque siempre se olviden de los timbres fiscales.
NP, poeta contestatario, se horroriza de estar en el mero epicentro, culo o hemorroide interna favorita del pacto. Cuál pacto, no importa. Pero ningún poeta contestatario dejará de condenar el puto pacto.
En la pizarra acrílica de la oficina de CAJA hay un sermón escrito, o es más bien una advertencia: es como un salmo degradado que recuerda la urgencia de acogerse a los designios del Señor. La religión es el opio de Carretera Norte, piensa el contestatario poeta NP.
Porque Nicaragua vive en la estación Foreigner, atosigado por la música "cristiana" más ñoña que se pueda imaginar, y que suena tanto en Carretera Norte como en Carretera Sur, van intemortal incluido. Foreigner más que Cardenal es el modelo de nuestra cultura.
Suena el móvil. ¿Qué dónde estoy? Pero si esa es la pregunta que ningún habitante o transeúnte de Carretera Norte podrá contestar jamás. Tampoco es que los de Carretera Sur les lleven la delantera. Ningún nicaragüense, mayor de edad, casado o soltero puede responder conscientemente esa pregunta. Peor aún, my dear, ninguno la respondería con honestidad. Por el momento estoy, como el Frente, en algún lugar de Nicaragua. Pero no te preocupés que ya llego.
Estoy diez kms delante de donde en realidad estoy, piensa NP haciendo señas al taxi. El hombre pide 40 pesos para llevarlo a la UCA. Un hombre grita desde algún lugar (tal vez el avión de Continental que en este momento aterriza?): “se te va chorreando toda el agua del radiador”. Pero el taxero sabe sus mañas y no es desventurado decir que a pesar de que el carro lleva el riesgo de incendiarse, también su fantasma va mucho más delante pregonando una verdad consabida.
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lunes, agosto 24, 2009
La sequía
Restos eternos de los Judas en los tendidos eléctricos. Aquí pasaron los basuqueros peleándose por la faja, la camisa, la gorra y los zapatos deportivos. Y el verano se ha hecho eterno: aleros por todos lados, el clima verbal y paradisíaco de las moscas, humedad ocasional y sol.
Tras varios inviernos de lluvia eterna, sepultados en octubre y vueltos a nacer en mayo. Tras extrañar tanto los aleros y convencerme de mi intimidad con las nubes estacionarias. Mariposas tigre se pelean con los zanates en el patio.
Tras varios inviernos de lluvia eterna, sepultados en octubre y vueltos a nacer en mayo. Tras extrañar tanto los aleros y convencerme de mi intimidad con las nubes estacionarias. Mariposas tigre se pelean con los zanates en el patio.
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martes, agosto 18, 2009
La felicidad en un cuenco
Dos veces me he encontrado con él. Ganó madurez, canas, pero sigue siendo meticulosamente esquivo, azoradamente neutro.
Sale con su bolsita a mediodía a buscar en dónde comer. Managua, la incandescente, le murmura con su lengua seca y polvoza.
Tiene el pelo casi todo blanco. La disciplina le ha ganado el rostro. Siempre ha ido a contracorriente, internándose en la psiquis del barrio San Luis. Vagos y agrios olores lo han sostenido vivo, penetrando el entrecejo de una mujer, convencido de que todas las mujeres son impenetrables pero interpretables.
Estuve en una competencia con él por un puesto de contable B en un diario nacional de esos más izquierdosos que Reagan. El puesto no me interesaba en lo más mínimo porque yo estudiaba literatura en la UCA en aquellos años, y aparte de "Dios deseado y deseante" no me interesaba casi nada. Como cantaba (mal) el elegíaco (es un decir) Palito Ortega yo tengo en mi diario anotado(s) esos días (lo que prueba que podría asistir sin problemas al próximo Festival).
Me interesaba el café que podía llevarme mi papa a la hora del almuerzo (él trabajaba en la sala de redacción que quedaba en el segundo piso: el piso heroico para mí, not anymore).
La competencia no se desarrolló de forma apasionada. La sala de contabilidad era uno de los lugares más sórdidos que he tenido el chance de ver. Para mi horror, los contadores A pensaban que Pablo Milanés era soprano. Además, la carretera norte de Managua es la carretera más triste del mundo. (Mi papa lo sabía. Todavía estaban los rieles de la línea del tren. Veo aún a una loca que se escapaba siempre del Psiquiátrico (yo había tenido el honor de conocerla en 1984 en otra historia) siendo arrollada por los vagones, pero saliendo de últimas ilesa del accidente: casi veo el grano quemado de esta película.) El único momento emocionante del día era cuando tomaba la 114 para irme a la UCA a escuchar mis clases de literatura. Mi competidor también tomaba la misma ruta. Tendría por entonces 40 años. Me mata el deseo de construir su biografía. Para mí que era del lado de Santa Ana, que visitaba los burdeles que quedaban cerca del Ministerio del Trabajo, y que lo suyo con Managua era estudiadamente existencial aunque absolutamente llano en el ámbito de la expresión. Podría haberlo encontrado quizá un atardecer cuando iba camino a la Cinemateca, haberlo saludado con distancia, mientras pensaba en cosas remotas: Fellini, la noche.
Él ganó la competencia por una serie de hechos fortuitos. Yo nunca di opinión en aquella sala de contabilidad. Manejé muy lentamente las tarjetas de las cuentas de acreedores. Entendí demasiado bien la articulación feudal del moderno periódico. (Había una serie interminable de personajes de los que yo quería escribir la biografía: el auditor gordo y ambiguo que llegaba de vez en cuando y era mirado con sorna por los contadores A y B; o el viejo cardista algo petimetre que silbaba a Agustín Lara.)
Él pudo. Lleno de entereza ante la gente, sorteando los almuerzos de sopa de cangrejos con leche, tolerando las bromas sexuales de los contadores y auxiliares, y el terrible horario de trabajo (media hora para almorzar). Me imagino su felicidad. Su felicidad, como todas, alcanzada y cerrada en un cuenco. Quisiera detenerlo para hablar de estas cosas, como si fuéramos lo que en verdad somos, dos viejos conocidos. Explicarle que no voy más a la Cinemateca (quizá contarle cómo me sorprendió aquel aplauso espontáneo del público al final de "La vida criminal de Archibaldo de la Cruz", cuando Buñuel sólo tenía unos pocos años de muerto). Ah, sí, que tengo varios años de no releer "Dios deseado y deseante".
Sale con su bolsita a mediodía a buscar en dónde comer. Managua, la incandescente, le murmura con su lengua seca y polvoza.
Tiene el pelo casi todo blanco. La disciplina le ha ganado el rostro. Siempre ha ido a contracorriente, internándose en la psiquis del barrio San Luis. Vagos y agrios olores lo han sostenido vivo, penetrando el entrecejo de una mujer, convencido de que todas las mujeres son impenetrables pero interpretables.
Estuve en una competencia con él por un puesto de contable B en un diario nacional de esos más izquierdosos que Reagan. El puesto no me interesaba en lo más mínimo porque yo estudiaba literatura en la UCA en aquellos años, y aparte de "Dios deseado y deseante" no me interesaba casi nada. Como cantaba (mal) el elegíaco (es un decir) Palito Ortega yo tengo en mi diario anotado(s) esos días (lo que prueba que podría asistir sin problemas al próximo Festival).
Me interesaba el café que podía llevarme mi papa a la hora del almuerzo (él trabajaba en la sala de redacción que quedaba en el segundo piso: el piso heroico para mí, not anymore).
La competencia no se desarrolló de forma apasionada. La sala de contabilidad era uno de los lugares más sórdidos que he tenido el chance de ver. Para mi horror, los contadores A pensaban que Pablo Milanés era soprano. Además, la carretera norte de Managua es la carretera más triste del mundo. (Mi papa lo sabía. Todavía estaban los rieles de la línea del tren. Veo aún a una loca que se escapaba siempre del Psiquiátrico (yo había tenido el honor de conocerla en 1984 en otra historia) siendo arrollada por los vagones, pero saliendo de últimas ilesa del accidente: casi veo el grano quemado de esta película.) El único momento emocionante del día era cuando tomaba la 114 para irme a la UCA a escuchar mis clases de literatura. Mi competidor también tomaba la misma ruta. Tendría por entonces 40 años. Me mata el deseo de construir su biografía. Para mí que era del lado de Santa Ana, que visitaba los burdeles que quedaban cerca del Ministerio del Trabajo, y que lo suyo con Managua era estudiadamente existencial aunque absolutamente llano en el ámbito de la expresión. Podría haberlo encontrado quizá un atardecer cuando iba camino a la Cinemateca, haberlo saludado con distancia, mientras pensaba en cosas remotas: Fellini, la noche.
Él ganó la competencia por una serie de hechos fortuitos. Yo nunca di opinión en aquella sala de contabilidad. Manejé muy lentamente las tarjetas de las cuentas de acreedores. Entendí demasiado bien la articulación feudal del moderno periódico. (Había una serie interminable de personajes de los que yo quería escribir la biografía: el auditor gordo y ambiguo que llegaba de vez en cuando y era mirado con sorna por los contadores A y B; o el viejo cardista algo petimetre que silbaba a Agustín Lara.)
Él pudo. Lleno de entereza ante la gente, sorteando los almuerzos de sopa de cangrejos con leche, tolerando las bromas sexuales de los contadores y auxiliares, y el terrible horario de trabajo (media hora para almorzar). Me imagino su felicidad. Su felicidad, como todas, alcanzada y cerrada en un cuenco. Quisiera detenerlo para hablar de estas cosas, como si fuéramos lo que en verdad somos, dos viejos conocidos. Explicarle que no voy más a la Cinemateca (quizá contarle cómo me sorprendió aquel aplauso espontáneo del público al final de "La vida criminal de Archibaldo de la Cruz", cuando Buñuel sólo tenía unos pocos años de muerto). Ah, sí, que tengo varios años de no releer "Dios deseado y deseante".
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jueves, agosto 06, 2009
Fe golpista
He visto una o dos (quizá tres, en incluso cuatro) opiniones nicaragüenses sobre el golpe de estado en Honduras que entre el énfasis de algunos aspectos superficiales del suceso y una ¿involuntaria? banalización, tienden a dar cierto grado de razón a los golpistas: Zelaya había ido demasiado lejos. Que las opiniones vengan de intelectuales y gente de izquierda no deja de ser preocupante.
Este tipo de opinión quiere pasar como lo razonable en un mundo que debe ser razonable, y en donde las altas voces de los notables se pliegan al realpolitik (una de cuyas encarnaciones terráqueas se llama Oscar Arias). Porque, lo sabe Volpi, es el fin de la locura.
(Una quinta y paradójica versión de esta postura la ofrece un bardo nacional cuando dice que él "también es chavista" pero que no entiende lo que pasa en Honduras ("En Honduras no sé qué opinar. No estoy ni con unos ni con otros. Está muy enredado eso"). Nadie que yo sepa ha comentado lo grave de tal desentendimiento y lo irónico de tal incoherencia.
Resulta más que notable, en este sentido, la consecuencia con que Juan Gelman ha reaccionado al golpe de estado.)
El hecho palpable es que la viabilidad de un gobierno golpista en Honduras pasa por ejercer un prolongado y costoso estado de excepción. La identidad contrainsurgente del gobierno de facto es inobjetable, y así lo ha demostrado esmeradamente. Esto es más que alarmante en una región en que los estados contrainsurgentes han terminado construyendo "aldeas estratégicas" (versión criollas del campo de concentración) y justificando etnocidios. Alarmante también para toda Latinoamérica que ha construido este presente neoliberal sobre los estremecimientos y cicatrices todavía no sanadas de las dictaduras. Ese pasado es el archivo que el golpe en Honduras ha reabierto.
No ha pasado un solo día de este mes y pico de dictadura que no se ejerza la represión mientras los derechos de los ciudadanos están suspendidos. Los golpistas parecen inspirarse en una nefasta tradición contrainsurgente "centroamericana" aderezada por la incursión norteamericana en Irak y Afganistán.
Algunos medios nicaragüenses no han disimulado desde el inicio su simpatía con el golpe ("Dos presidentes reclaman silla" fue el titular en un diario nacional el 29 de junio). Simpatía que actúa por varias estrategias: folklorizando a Zelaya, reduciendo su representatividad a su cotidianidad, y declarando que hay dos partes en conflicto, cuando lo que hay es una apropiación violenta del Estado por un grupo de poder, que recurre a la suspensión de derechos y a la imposición de un orden político represivo.
Mientras más "razonable" se vuelve el golpe menos audibles se vuelven las voces que denuncian las torturas y los abusos. Ayer, precisamente, Página 12 informó de este asunto, enfatizando que los medios han hecho caso omiso a esas voces. El reportaje comienza diciendo:
El hecho triste es que, confirmando lo que Sergio Ramírez sugería en un libro de los 1980s, parece haber cierta coherencia entre las dictaduras golpistas neocoloniales y la articulación folklórica y notabilista de la cultura.
Este tipo de opinión quiere pasar como lo razonable en un mundo que debe ser razonable, y en donde las altas voces de los notables se pliegan al realpolitik (una de cuyas encarnaciones terráqueas se llama Oscar Arias). Porque, lo sabe Volpi, es el fin de la locura.
(Una quinta y paradójica versión de esta postura la ofrece un bardo nacional cuando dice que él "también es chavista" pero que no entiende lo que pasa en Honduras ("En Honduras no sé qué opinar. No estoy ni con unos ni con otros. Está muy enredado eso"). Nadie que yo sepa ha comentado lo grave de tal desentendimiento y lo irónico de tal incoherencia.
Resulta más que notable, en este sentido, la consecuencia con que Juan Gelman ha reaccionado al golpe de estado.)
El hecho palpable es que la viabilidad de un gobierno golpista en Honduras pasa por ejercer un prolongado y costoso estado de excepción. La identidad contrainsurgente del gobierno de facto es inobjetable, y así lo ha demostrado esmeradamente. Esto es más que alarmante en una región en que los estados contrainsurgentes han terminado construyendo "aldeas estratégicas" (versión criollas del campo de concentración) y justificando etnocidios. Alarmante también para toda Latinoamérica que ha construido este presente neoliberal sobre los estremecimientos y cicatrices todavía no sanadas de las dictaduras. Ese pasado es el archivo que el golpe en Honduras ha reabierto.
No ha pasado un solo día de este mes y pico de dictadura que no se ejerza la represión mientras los derechos de los ciudadanos están suspendidos. Los golpistas parecen inspirarse en una nefasta tradición contrainsurgente "centroamericana" aderezada por la incursión norteamericana en Irak y Afganistán.
Algunos medios nicaragüenses no han disimulado desde el inicio su simpatía con el golpe ("Dos presidentes reclaman silla" fue el titular en un diario nacional el 29 de junio). Simpatía que actúa por varias estrategias: folklorizando a Zelaya, reduciendo su representatividad a su cotidianidad, y declarando que hay dos partes en conflicto, cuando lo que hay es una apropiación violenta del Estado por un grupo de poder, que recurre a la suspensión de derechos y a la imposición de un orden político represivo.
Mientras más "razonable" se vuelve el golpe menos audibles se vuelven las voces que denuncian las torturas y los abusos. Ayer, precisamente, Página 12 informó de este asunto, enfatizando que los medios han hecho caso omiso a esas voces. El reportaje comienza diciendo:
“Me dijeron: ¿te duele, perro? ¡Gritá, perro!” “En una bartolina (calabozo) de nueve metros cuadrados había más de treinta compañeros presos, completamente doloridos por la golpiza recibida.” “Veníamos caminando por la carretera, y allí tomamos un desvío para burlar un retén, porque estaban delante, y comenzaron a disparar.” “Le han quitado la vida y ni siquiera nos dejan velarlo en paz.” “Nunca en la historia de Honduras se ha visto a la policía reprimir públicamente de esta manera.”
El hecho triste es que, confirmando lo que Sergio Ramírez sugería en un libro de los 1980s, parece haber cierta coherencia entre las dictaduras golpistas neocoloniales y la articulación folklórica y notabilista de la cultura.
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miércoles, julio 29, 2009
El material humano de Rey Rosa
En el tramo San José-Jinotepe, de vuelta del II Congreso Centroamericano de Estudios Culturales, voy leyendo El material humano, último libro (no digo novela, aunque es) de Rodrigo Rey Rosa.
Pero antes: el Congreso, que había sido organizado por la Universidad Nacional de Honduras, tuvo que irse a San José porque entre otras cosas los golpistas hondureños las tienen todas contra la cultura y la libre expresión. Pero, de todas formas, gracias a la diligencia de Héctor Leyva, de la UNAH, y la oportuna intervención de los compañeros de la Universidad de Costa Rica el Congreso ha sido un éxito organizativo y académico.
Y para volver al libro: quizá no se ponderará suficiente el gesto de Foucault de irse a los archivos médicos, siquiátricos o policíacos para estudiar el poder. Esa acción (ir al archivo) que ha sido sustituida en muchos epígonos por la chocarrería verbal, sigue siendo necesaria y vital.
Rey Rosa va al Archivo policial guatemalteco, que fue redescubierto en 2005, y en especial al Gabinete de Identificación, para tratar de armar una eventual historia, que incluso narrada como fracaso narrativo, resulta muy diversa y sugerente.
Hilos no le falta a esta historia que no se concreta: sobre todo la continuidad del pensamiento biopolítico del Estado guatemalteco, incluso durante el tiempo de la revolución del 44, encarnada en la personalidad del criminólogo Benedicto Tun que dirige el Gabinete durante casi toda su vida.
Pero la narrativa es también la de un escritor diletante y célebre que intenta explicarse la violencia de Guatemala a través del Archivo y su orden.
El texto, además de algunas muestras directas de las identificaciones criminológicas, está presentado en forma de un diario en que el narrador se confunde con el autor en una narrativa que se podría llamar moral.
En contraste con lo tendencialmente rimbombante de la temática de algunos novelistas centroamericanos (la Historia y la Personalidad que Han Asaltado a la Nación), Rey Rosa practica lo que con Deleuze tendría que llamarse una literatura menor. En realidad una literatura de frontera: reflexión sobre los límites de la literatura en un contexto en donde el extrañamiento identitario (qué significa, por ejemplo, ser indígena en Guatemala) convive con el disfrute hedonista del paisaje (la función tradicional que se ha asignado a la literatura centroamericana criolla o ladina).
Esa fractura que es, por supuesto, una continuidad latinoamericana convive y se entrelaza con otras fracturas: en especial las que han quedado abiertas como conflictos morales y políticos tras la finalización del conflicto armado en Guatemala. (Leer este libro en clave salvadoreña o nicaragüense se vuelve casi una necesidad.)
El libro de Rey Rosa hace pensar, además, en la importancia de seguir el hilo a la ocupación biopolítica del Estado y sus representaciones literarias, lo que daría para relecturas interesantes de El señor presidente y Ecce Pericles, entre otras.
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lunes, julio 27, 2009
Recortes
(Conversaciones seguidas en San Salvador, Providence, Berlín y San José.)
Mucho más nicaragüense por el color de piel.
Pero qué pasa de verdad ahora en Nicaragua?
Porque como mi acercamiento es desde fuera, y confieso que nunca he estado.
Risas barajadas. Sobre la hierba corre el viento como una liebre o una descarga de electricidad.
Sí, nuestro divorcio fue más bien violento. Tuve que regresarme.
Tienes que estudiar a Dalton de forma política: te lo encomiendo, en serio.
Ni siquiera reconocía mi libro.
Sos un comeaños superexitoso.
Ahí serías un informante nativo nada más.
Zizek es un payaso, pero sí dijo eso de Chávez, entonces estoy con Zizek.
Por qué estarán tan impresionados por el documento de las 72 horas?
Pero por qué habrían de sentir lo contrario?
Entonces cómo explicás el caso de la Doris?
Tienen que alquilar un vehículo e irse para Boston el fin de semana, si no van a morir de aburrimiento aquí.
Si la sirvienta se sentó, se sentó.
Pero el MRS va cada vez más neoliberal.
Fue una cagada de Humberto.
Yo también habría tapado mi nariz para poder votar por ellos.
Cuando leo a Agamben estoy pensando en cómo el Estado sandinista ofreció la vida de los jóvenes como ofrenda sacrificial.
Por qué no hubo Comisión de la Verdad en Nicaragua? Es bien simple: nadie puso en duda la victoria armada del ejército sandinista, y ellos retuvieron las armas.
Pero no me digás que Sergio no gobernó porque sí gobernó.
Pero esos montículos rojinegros que vos mencionás sólo sirven de gradas para el entronizamiento del caudillo que es lo que debemos combatir.
Ese es un vergonzante, de los antiorteguistas que acaban votando por Daniel.
Cuando veo el documental de la Meiselas me acuerdo de la escacés del 88: Paula Abdul estaba a punto de ser famosa y no había ni frijoles qué comer.
Ni me lo mencionés, es un pastelero, un filósofo fast-food.
Pero a mí esa estatua de Sandino sobre la mula no me disgusta del todo.
Para la huelga de la Dora María.
Daniel no aprendió nada de la ética del viejo militante.
Ocaso en el down town, entrar al 7 eleven (empleados hindúes) para comprar una tarjeta telefónica. El parque central es la parada de buses: a NY, Boston, Washington.
La clase media se fue licuando.
Voy machacando los cadáveres de Hanna Arendt y Walter Benjamin.
Yo también vengo de una Universidad Jesuita, pero ubicada en Manila.
Y vos qué pensás, que la Mónica no tiene el mismo conflicto? Claro que lo tiene.
Luces de la ciudad: el cielo sobre Berlín susurra, estoy de vuelta a 1998 cuando anduvimos en todos los museos, incluyendo el Museo Erótico.
Esto es lo que tenés que leer. (Luz colada en la librería de Brown University.)
Así fue la caída de Marcos: se reunió mucha gente en la avenida principal de Manila y se quedaron ahí por varios días.
Tuve mis cinco minutos como Homo Sacer allá por el borde de San Fernando en 1984.
Y qué piensa Ud. de la actuación de la Policía Nacional durante los gobiernos neoliberales?
Lectura de Badiou en los aterrizajes y despegues.
Noté algo de ablandamiento en el El Nuevo Diario: "19 de azul y blanco" era demasiado orteguista para mi gusto.
Qué decrépito que está el comandante.
Esta pizza es buena.
Así que vos sos el bloguero de 43 años.
No hay ni uno solo de los comandantes guerrilleros que no esté decrépito.
Se cagaron en mi generación, la desguaparon, te lo juro.
Con algunos neoliberales se puede negociar.
Esperate que quiero estar estratégicamente situado.
Mucho más nicaragüense por el color de piel.
Pero qué pasa de verdad ahora en Nicaragua?
Porque como mi acercamiento es desde fuera, y confieso que nunca he estado.
Risas barajadas. Sobre la hierba corre el viento como una liebre o una descarga de electricidad.
Sí, nuestro divorcio fue más bien violento. Tuve que regresarme.
Tienes que estudiar a Dalton de forma política: te lo encomiendo, en serio.
Ni siquiera reconocía mi libro.
Sos un comeaños superexitoso.
Ahí serías un informante nativo nada más.
Zizek es un payaso, pero sí dijo eso de Chávez, entonces estoy con Zizek.
Por qué estarán tan impresionados por el documento de las 72 horas?
Pero por qué habrían de sentir lo contrario?
Entonces cómo explicás el caso de la Doris?
Tienen que alquilar un vehículo e irse para Boston el fin de semana, si no van a morir de aburrimiento aquí.
Si la sirvienta se sentó, se sentó.
Pero el MRS va cada vez más neoliberal.
Fue una cagada de Humberto.
Yo también habría tapado mi nariz para poder votar por ellos.
Cuando leo a Agamben estoy pensando en cómo el Estado sandinista ofreció la vida de los jóvenes como ofrenda sacrificial.
Por qué no hubo Comisión de la Verdad en Nicaragua? Es bien simple: nadie puso en duda la victoria armada del ejército sandinista, y ellos retuvieron las armas.
Pero no me digás que Sergio no gobernó porque sí gobernó.
Pero esos montículos rojinegros que vos mencionás sólo sirven de gradas para el entronizamiento del caudillo que es lo que debemos combatir.
Ese es un vergonzante, de los antiorteguistas que acaban votando por Daniel.
Cuando veo el documental de la Meiselas me acuerdo de la escacés del 88: Paula Abdul estaba a punto de ser famosa y no había ni frijoles qué comer.
Ni me lo mencionés, es un pastelero, un filósofo fast-food.
Pero a mí esa estatua de Sandino sobre la mula no me disgusta del todo.
Para la huelga de la Dora María.
Daniel no aprendió nada de la ética del viejo militante.
Ocaso en el down town, entrar al 7 eleven (empleados hindúes) para comprar una tarjeta telefónica. El parque central es la parada de buses: a NY, Boston, Washington.
La clase media se fue licuando.
Voy machacando los cadáveres de Hanna Arendt y Walter Benjamin.
Yo también vengo de una Universidad Jesuita, pero ubicada en Manila.
Y vos qué pensás, que la Mónica no tiene el mismo conflicto? Claro que lo tiene.
Luces de la ciudad: el cielo sobre Berlín susurra, estoy de vuelta a 1998 cuando anduvimos en todos los museos, incluyendo el Museo Erótico.
Esto es lo que tenés que leer. (Luz colada en la librería de Brown University.)
Así fue la caída de Marcos: se reunió mucha gente en la avenida principal de Manila y se quedaron ahí por varios días.
Tuve mis cinco minutos como Homo Sacer allá por el borde de San Fernando en 1984.
Y qué piensa Ud. de la actuación de la Policía Nacional durante los gobiernos neoliberales?
Lectura de Badiou en los aterrizajes y despegues.
Noté algo de ablandamiento en el El Nuevo Diario: "19 de azul y blanco" era demasiado orteguista para mi gusto.
Qué decrépito que está el comandante.
Esta pizza es buena.
Así que vos sos el bloguero de 43 años.
No hay ni uno solo de los comandantes guerrilleros que no esté decrépito.
Se cagaron en mi generación, la desguaparon, te lo juro.
Con algunos neoliberales se puede negociar.
Esperate que quiero estar estratégicamente situado.
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martes, julio 21, 2009
Cuestionario sobre la revolución
Con motivo del aniversario de la revolución respondí por escrito el cuestionario que copio abajo. En El País se ve el reportaje completo.
1)¿Qué queda de la Revolución Sandinista en Nicaragua?
La revolución sandinista es un hecho fundamentalmente político, pero que trasciende lo esencialmente político para formar parte de identidades, subjetividades, memorias, culturas, aspiraciones y propuestas éticas de varias generaciones de nicaragüenses. Me atrevo a pensar que esa interrelación entre lo político y lo subjetivo permanece viva. Algunas de las transformaciones de la revolución conforman el marco en que se desenvuelve el quehacer político del país. Desde el ejército y la policía fundados en el 79, hasta el pluralismo político que no existió durante la dictadura de Somoza. Además, la revolución abrió una serie de expectativas que siguen pendientes: la justicia social, la multiculturalidad (la conciencia que Nicaragua no es simplemente la región del Pacífico), la ciudadanía plena. Esto en su mayor parte no ha sido conseguido. Pero la revolución ha marcado la imaginación política del país (o al menos de sus sectores más progresistas) con esas demandas. Y ahí se junta la posibilidad política con el cambio cultural que la revolución significó, y que creo en cierta medida sigue vivo.
2)¿Hay una revisión del significado de 1979 en la historia de Nicaragua?
Como toda fecha realmente histórica, el significado del 79 está en constante debate. Y se debate por lo que significó, por lo que todavía significa, por lo que ya no significa, y por lo que debe significar en el futuro. Hay, por supuesto, posiciones contradictorias, aunque quizá todos los involucrados estarían de acuerdo que es una fecha definitoria. Personalmente creo que el significado debe ser debatido en torno a cuestiones fundamentales que surgieron de la propia creatividad política de la revolución. Plantearse el sentido de la autonomía nacional, sobre todo en relación a una historia de colonialismo y neocolonialismo; la probable o posible interrelación entre democracia y mercado; y las formas de descentrar la cultura nacional mestiza masculinista yendo hacia formas más inclusivas. Veo ciertas tendencias de pensamiento y crítica que se acercan a este replanteamiento radical del significado histórico de la revolución, pero son tendencias todavía marginales. Creo que en gran medida hay una parálisis en el pensamiento en el país, y en particular en el sandinismo. La guerra de los 80s primero, y el neoliberalismo, después, han favorecido el desmontaje de los espacios críticos, en especial en las universidades. Hay pocos espacios para pensar estos problemas.
3)¿Cuáles son los retos más apremiantes del país?
Hay mucho de apremiante en todos y cada uno de los ámbitos de la vida del país, y creo necesario resistirse a la racionalidad que ha impuesto el neoliberalismo que da énfasis al problema económico. Más apremiante me parece resolver el problema de la soberanía nacional en los tiempos difíciles de la globalización, y dentro de este sentido de soberanía es vital que la justicia social y la diversidad cultural lleguen a ser elementos fundamentales del debate político y los programas nacionales. No es un reto fácil puesto que en la globalización las fronteras son volátiles, y el sistema educativo nicaragüense es muy pobre. Es vital, por eso, una real reforma educativa que haga producir el material humano que sostenga la autonomía nacional.
4)¿En qué se diferencia y en qué se parece el Gobierno de Ortega respecto a los postulados de la Revolución Sandinista ?
La revolución sandinista fue un proceso de cambio radical, truncado por la guerra (que tuvo mucho de guerra imperial, aunque también de guerra civil). El gobierno de Ortega está enmarcado por la transición abierta en 1990, y responde en parte a ella. Es decir, que responde a parte del legado de la revolución (visible sobre todo en el tipo de política exterior que está llevando) pero también al programa neoliberal, que es la principal contradicción con la ansiada justicia social. Se trata, pues, de una especie de híbrido político que no vive, obviamente, el momento de cambio acelerado de la revolución (no es fundante como ésta), y está limitado por varios condicionamientos políticos. Entre estos condicionamientos políticos se puede señalar: una oposición de derecha que no ha asimilado (y no parece interesada en asimilar) los legados del 79; el indudable poder geopolítico de los Estados Unidos y de la globalización, y, por supuesto, cierta falta de creatividad política del propio sandinismo.
5)¿Ha cambiado la sociedad nicaragüense en los últimos 30 años? ¿En qué dirección?
En el ámbito económico, la sociedad nicaragüense es más pobre que hace 30 años. Hay que recordar que casi 20 de esos 30 años hemos estado bajo férreos programas económicos neoliberales, los que han agravado la desigualdad: tenemos ahora una sociedad más desigual. En el ámbito político la sociedad nicaragüense es mucho más abierta de lo que era en 1979. Hay ahora libertades que antes del 1979 no existían. Creo que no hay que menospreciar las posibilidades políticas de esta apertura. Sin embargo, permanece todo un fondo patriarcal, elitista, centrado en la opinión de notables y no en la representación popular, centrado, asimismo, en las regiones urbanas del Pacífico, y en la idea de homogeneidad cultural. Según mi criterio, todos estos postulados deben ser combatidos. Creo, además, que el legado de la revolución sandinista debe ser orientado a debatir políticamente esas permanencias.
1)¿Qué queda de la Revolución Sandinista en Nicaragua?
La revolución sandinista es un hecho fundamentalmente político, pero que trasciende lo esencialmente político para formar parte de identidades, subjetividades, memorias, culturas, aspiraciones y propuestas éticas de varias generaciones de nicaragüenses. Me atrevo a pensar que esa interrelación entre lo político y lo subjetivo permanece viva. Algunas de las transformaciones de la revolución conforman el marco en que se desenvuelve el quehacer político del país. Desde el ejército y la policía fundados en el 79, hasta el pluralismo político que no existió durante la dictadura de Somoza. Además, la revolución abrió una serie de expectativas que siguen pendientes: la justicia social, la multiculturalidad (la conciencia que Nicaragua no es simplemente la región del Pacífico), la ciudadanía plena. Esto en su mayor parte no ha sido conseguido. Pero la revolución ha marcado la imaginación política del país (o al menos de sus sectores más progresistas) con esas demandas. Y ahí se junta la posibilidad política con el cambio cultural que la revolución significó, y que creo en cierta medida sigue vivo.
2)¿Hay una revisión del significado de 1979 en la historia de Nicaragua?
Como toda fecha realmente histórica, el significado del 79 está en constante debate. Y se debate por lo que significó, por lo que todavía significa, por lo que ya no significa, y por lo que debe significar en el futuro. Hay, por supuesto, posiciones contradictorias, aunque quizá todos los involucrados estarían de acuerdo que es una fecha definitoria. Personalmente creo que el significado debe ser debatido en torno a cuestiones fundamentales que surgieron de la propia creatividad política de la revolución. Plantearse el sentido de la autonomía nacional, sobre todo en relación a una historia de colonialismo y neocolonialismo; la probable o posible interrelación entre democracia y mercado; y las formas de descentrar la cultura nacional mestiza masculinista yendo hacia formas más inclusivas. Veo ciertas tendencias de pensamiento y crítica que se acercan a este replanteamiento radical del significado histórico de la revolución, pero son tendencias todavía marginales. Creo que en gran medida hay una parálisis en el pensamiento en el país, y en particular en el sandinismo. La guerra de los 80s primero, y el neoliberalismo, después, han favorecido el desmontaje de los espacios críticos, en especial en las universidades. Hay pocos espacios para pensar estos problemas.
3)¿Cuáles son los retos más apremiantes del país?
Hay mucho de apremiante en todos y cada uno de los ámbitos de la vida del país, y creo necesario resistirse a la racionalidad que ha impuesto el neoliberalismo que da énfasis al problema económico. Más apremiante me parece resolver el problema de la soberanía nacional en los tiempos difíciles de la globalización, y dentro de este sentido de soberanía es vital que la justicia social y la diversidad cultural lleguen a ser elementos fundamentales del debate político y los programas nacionales. No es un reto fácil puesto que en la globalización las fronteras son volátiles, y el sistema educativo nicaragüense es muy pobre. Es vital, por eso, una real reforma educativa que haga producir el material humano que sostenga la autonomía nacional.
4)¿En qué se diferencia y en qué se parece el Gobierno de Ortega respecto a los postulados de la Revolución Sandinista ?
La revolución sandinista fue un proceso de cambio radical, truncado por la guerra (que tuvo mucho de guerra imperial, aunque también de guerra civil). El gobierno de Ortega está enmarcado por la transición abierta en 1990, y responde en parte a ella. Es decir, que responde a parte del legado de la revolución (visible sobre todo en el tipo de política exterior que está llevando) pero también al programa neoliberal, que es la principal contradicción con la ansiada justicia social. Se trata, pues, de una especie de híbrido político que no vive, obviamente, el momento de cambio acelerado de la revolución (no es fundante como ésta), y está limitado por varios condicionamientos políticos. Entre estos condicionamientos políticos se puede señalar: una oposición de derecha que no ha asimilado (y no parece interesada en asimilar) los legados del 79; el indudable poder geopolítico de los Estados Unidos y de la globalización, y, por supuesto, cierta falta de creatividad política del propio sandinismo.
5)¿Ha cambiado la sociedad nicaragüense en los últimos 30 años? ¿En qué dirección?
En el ámbito económico, la sociedad nicaragüense es más pobre que hace 30 años. Hay que recordar que casi 20 de esos 30 años hemos estado bajo férreos programas económicos neoliberales, los que han agravado la desigualdad: tenemos ahora una sociedad más desigual. En el ámbito político la sociedad nicaragüense es mucho más abierta de lo que era en 1979. Hay ahora libertades que antes del 1979 no existían. Creo que no hay que menospreciar las posibilidades políticas de esta apertura. Sin embargo, permanece todo un fondo patriarcal, elitista, centrado en la opinión de notables y no en la representación popular, centrado, asimismo, en las regiones urbanas del Pacífico, y en la idea de homogeneidad cultural. Según mi criterio, todos estos postulados deben ser combatidos. Creo, además, que el legado de la revolución sandinista debe ser orientado a debatir políticamente esas permanencias.
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jueves, julio 16, 2009
Tercerismo
Tengo sin embargo una tercera teoría.
Existe el suicida artístico especializado en anunciaciones y huellas, casi un poeta delicado e introvertido, y existe el suicida alegórico.
Este actúa por repetición, pero la marcas de su acción final están colgadas de los años en otros varios combates.
Se ha matado desde antes boxeando con su sombra y consigue por fin matarla.
Existe el suicida artístico especializado en anunciaciones y huellas, casi un poeta delicado e introvertido, y existe el suicida alegórico.
Este actúa por repetición, pero la marcas de su acción final están colgadas de los años en otros varios combates.
Se ha matado desde antes boxeando con su sombra y consigue por fin matarla.
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martes, julio 14, 2009
Éticos vs. Adiposos
"Sólo hay dos sandinismos, uno “orgánico", cultivado en las mejores tierras, sin ningún componente artificial, respetuoso del ambiente (sobre todo el ambiente económico), en armonía ética con la naturaleza, referente de una vida pacífica y equilibrada; y el otro, adiposo, grasoso, propagandista de la comida basura y encarnando en ese populismo de la (potencial) alimentación del pueblo. El problema es que ninguno de los dos sandinismos puede escapar de la lógica del capitalismo, y especialmente del capitalismo que segrega la vida “orgánica” de la vida insalubre, como metáfora y componente de nuevas divisiones de trabajo y de clase. En un caso primermundismo de baja intensidad, en el otro tercermundismo."
Pavel Carías, Diario ínfimo e infame, 2009.
Pavel Carías, Diario ínfimo e infame, 2009.
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lunes, julio 06, 2009
Un baño de nada
También recibí la carta apócrifa del suicida. Por correo electrónico. Y me pregunté: hay alguna estética para cartas de suicida? Porque incluso la carta apócrifa debe mostrar ciertas delicadezas. Y me parecía que ese tipo de nota estaba perpetuamente desbordada. Recordé, por ejemplo, el célebre relato postcolonial de la chica que se mata el día de su regla, para que todos vean que no lo hace por razones de embarazo.
Porque quizá esa escritura testimonial que necesariamente harán otros y no el suicida es más lenta y detectivesca: ver de verdad la sangre y los objetos que el sospechoso desparramó el día de su muerte.
Una nata de nada rodea las huellas del suicida. Un baño de nada, al que ha aludido el poeta de manera casi jubilosa:
De manera que o uno se disfraza demasiado pronto del muerto (y escribe un apócrifo lamentable) o se pierde de verdad en la propia muerte del muerto hasta dar con el emblema que emociona más a los liberales Propiedad Privada.
Aunque parezca radical, diré, pues, que la única manera de escribir una carta de suicida es suicidándose.
Toda otra escritura es apócrifa.
Porque quizá esa escritura testimonial que necesariamente harán otros y no el suicida es más lenta y detectivesca: ver de verdad la sangre y los objetos que el sospechoso desparramó el día de su muerte.
Una nata de nada rodea las huellas del suicida. Un baño de nada, al que ha aludido el poeta de manera casi jubilosa:
"Las sábanas de los suicidas están siempre limpias.
Se duchan antes del acto. Una ducha corta y enérgica."
De manera que o uno se disfraza demasiado pronto del muerto (y escribe un apócrifo lamentable) o se pierde de verdad en la propia muerte del muerto hasta dar con el emblema que emociona más a los liberales Propiedad Privada.
Aunque parezca radical, diré, pues, que la única manera de escribir una carta de suicida es suicidándose.
Toda otra escritura es apócrifa.
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viernes, julio 03, 2009
Esa puerta
Al final de la entrada anterior (gracias Esfera Infinita por la referencia) pensé precisamente en la secuencia final de El Padrino I, cuando se cierra la puerta, y Kay, nosotros, quedamos afuera, y hay la consagración de un nuevo poder. (No encuentro en youtube la escena sola, sino combinada con el final de la parte II).
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miércoles, julio 01, 2009
Ahora que los 1970s se están muriendo
En los 70s, en Nicaragua, había tres referentes amplios de la imaginación, todos de producción autóctona. Las canciones de Carlos Mejía, las peleas de Alexis Argüello y, como gran subconciente político, el FSLN clandestino.
En los barrios, la gente vagabundeaba de casa en casa buscando aquella que tuviera TV para ver la pelea de Alexis, porque eran muchas y una en singular. Sus victorias se las celebraba con cohetes, y uno madrugaba por ver las peleas que eran al otro lado del mundo.
A un lado de la famosa pelea en Zaire de Alí y Foreman, las milimétricas, vertiginosas y disciplinadas victorias de Argüello. Algo de esto podría escribir quizá Escalera derrotado dos veces por Argüello--y estoy extrañando no poder discutir estos detalles con mi padre.
(En este punto la Wikipedia pareciera imprescindible: "Argüello defendió este título algunas veces, ascendió en categoría de pesos para retar al Campeón Mundial de Pesos Ligeros Junior Alfredo Escalera en Bayamón, Puerto Rico, en la que fue llamada por muchos La Sangrienta Batalla de Bayamón. Escalera había sido un campeón duro, con diez defensas de su título, y había destronado a Kuniaki Shibata en 2 rounds en Tokio. En la que algunos autores (incluyendo los autores del Ring Magazine) consideraron una de las más brutales peleas de la historia, Escalera le había golpeado el ojo, la boca y la nariz, pero su puntuación comenzó a descender cuando Argüello lo acabó, por una vez más en el Round 13.")
El boxeo no es un deporte sino una remisniscencia, y casi una filosofía. Ahora que los 70s están muriéndose, y pareciera que tienen prisa por morirse, hay que ir lentamente abriendo la imaginación de esa época, antes de cerrar la puerta.
En los barrios, la gente vagabundeaba de casa en casa buscando aquella que tuviera TV para ver la pelea de Alexis, porque eran muchas y una en singular. Sus victorias se las celebraba con cohetes, y uno madrugaba por ver las peleas que eran al otro lado del mundo.
A un lado de la famosa pelea en Zaire de Alí y Foreman, las milimétricas, vertiginosas y disciplinadas victorias de Argüello. Algo de esto podría escribir quizá Escalera derrotado dos veces por Argüello--y estoy extrañando no poder discutir estos detalles con mi padre.
(En este punto la Wikipedia pareciera imprescindible: "Argüello defendió este título algunas veces, ascendió en categoría de pesos para retar al Campeón Mundial de Pesos Ligeros Junior Alfredo Escalera en Bayamón, Puerto Rico, en la que fue llamada por muchos La Sangrienta Batalla de Bayamón. Escalera había sido un campeón duro, con diez defensas de su título, y había destronado a Kuniaki Shibata en 2 rounds en Tokio. En la que algunos autores (incluyendo los autores del Ring Magazine) consideraron una de las más brutales peleas de la historia, Escalera le había golpeado el ojo, la boca y la nariz, pero su puntuación comenzó a descender cuando Argüello lo acabó, por una vez más en el Round 13.")
El boxeo no es un deporte sino una remisniscencia, y casi una filosofía. Ahora que los 70s están muriéndose, y pareciera que tienen prisa por morirse, hay que ir lentamente abriendo la imaginación de esa época, antes de cerrar la puerta.
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viernes, junio 26, 2009
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