El manuscrito encontrado en una libreta que aguardaba el ordenamiento de la biblioteca.
Andábamos por entonces en Bogotá y era un junio de lluvias en el Trópico. Dice:
Sudamérica era infinita
Las viejas paredes, los idilios
nativos; motivos del zen, que
trepaban a la fotografía por la
elevada curva de la encina/ ceiba
Pero el recodo de una ciudad
provinciana, donde el contraluz,
la sombra, el marco de ventanas
ayudaban a escribir al pasante
Fuimos al Museo Nacional
Me interesaron los tatuajes
y los pájaros. Alguien se tatuaba
cintas cronológicas e historias
de la historia: una rana macho sobre
otra rana macho; una galería
de presidentes; de sujetos concentrados
en la fuerza del músculo; navegantes
en el río (el río profundo perforaba
las sombras); biombos; cantos;
ámbitos. Urinarios del primer mundo
enclavados en el Sur-América;
Orinoco ruboroso.
Recorrimos la capital perseguidos
por el capital. La capilla
localizada en el entrecruce de
avenidas que trepaban: capullos,
arrullos líquidos; lluvias que venían
y a/bordaban otras lluvias. La tópica
brisa sobre la hierba de los territorios
coloniales. Y muros.
Rápido tránsito allá abajo en Avenida
Bolívar con su boulevard y sus anuncios
recortados S O M B R E R interminable.
Saliendo del Museo Nacional cae
una llovizna fresca. La calle que
sube nos detiene; la calle que
baja es su mismo río enervante
e inmanente. La cal, la viga,
la puerta cerrada. La estación
del metro. El paraguas es un
pájaro.
La hora del atardecer. Vuelven los
hombres. Kantianos apresando en los
puños papeles tiempo razón. ¿Leyó
Ud. en adolescencia a Octavio Smith?
¡Y ya no hay cines! Ud. se dormía
en los cines: apocalipsis, noches, óperas.
Ud. que dormía exclusivamente
en los cines.
Nos disolvíamos en la garúa.
La noche había caído como una viga
de maderas antiguas. Nos observaban
los árboles del parque. Plática
y conversa y charla.
El Salmo entre los dientes.
Vos que me mandaste a sombra
y sombra, dios aéreo que come
y roe continentes: tierra
Pero vendió un cuadro:
peonías; disciplinas. Llovizna.
La pista penetrando el Parque
Nacional. El párpado del mono
es el mundo. Órganos de la
pintura bajo la mirada.
Corre la mujer a dispararse
en la sien. Fronteras tristes;
aduanas perfumadas por la lluvia;
sarro del zinc. Órganos
de la narración. Valles latinoame-
ricanos vistos desde el avión.
Rumor de tráfico a través del
vidrio.