Tiendo a ver el catolicismo más como un lastre—social,
político y moral— en la historia de Nicaragua, que como un elemento
constructivo. Veo a los Obispos como el poder masculino, homosocial y patriarcal
en esencia. De Obando a Báez me parecen la misma oscuridad. Me parece que se
requiere ante tanto poder incuestionable de la Iglesia, más secularidad. Sobre todo,
a partir de 2018 se quiere ver a estos señores Obispos como depositarios de una
nueva moral o de la moralidad de la nación, etcétera. Intelectuales de la talla
de Sergio Ramírez lo han afirmado (entrada de Facebook del 20 de julio de 2018).
Yo pienso lo contrario (es decir, que la moral de los obispos tiene que ver con
su institución y no con el país), y quizá deba alegrarme de no coincidir en
esto con la idea dominante entre intelectuales. Yo sigo viendo a “un hombre con
sonrisa brutal y ojos de pícaro” para recordar al poeta, cada vez que se asoma
un obispo nicaragüense en la pantalla de la computadora.
lunes, agosto 03, 2020
Obispos
jueves, enero 02, 2020
Varios sueños
imagen vía pixabay.com
Soñé que visitábamos a Octavio Paz en su mansión. Íbamos
María, ES y yo. La razón de nuestra visita era que nos apoyara en
algunos proyectos culturales que teníamos (no podría decir despierto cuáles,
aunque dormido me daban mucha seguridad). Cuando llegamos, encontramos al poeta
besuqueándose con un su querido en un sofá que estaba afuera en el patio. El
hecho homosexual no nos sorprendía, al fin y al cabo, se trataba de un
predicador del erotismo y la libertad (aunque yo quizá pensaba para mis
adentros que Balderston tenía razón, y recordaba un artículo que sugería una
relación amorosa de Paz con Pellicer). El patio de la casa era una extraña reproducción
ampliada, y con caballeriza incorporada de la casa de Sergio Ramírez (Los Robles,
Managua). O. Paz deja del lado a su amante para atendernos a nosotros. Su
cabeza ya es una metamorfosis en progreso e inestable de sí mismo mezclado con
Dean Stockwell (sí, el mero Candy Colored Clown) y André Breton. En el fondo sé
que tal metamorfosis es mera pose de O. Paz. No hay en mi ánimo una actitud de
admiración enfática, sino un problemático distanciamiento. Toma la palabra E.,
la rebelde del grupo, tutea al poeta, se coloca un poco más allá de la deferencia
que muestra el Maestro Mexicano. Todo se dispersa en un ambiente de fiesta y
decae en una especie de corrida de toros, ahí mismo en el patio paceano. Pero no
son los toros dignos o estilizados a lo Picasso, sino unos toros raza brahman prosaicos,
amenazantes y extraídos sin duda del relato productivista y desarrollista del
somocismo nicaragüense.
***
Soñé que por razones aparentes de deuda tenía que
cambiar mi Tiida Nissan por un carrito pequeño, viejo y azul propiedad de un
taxista. Era una máquina extraña a la que nunca pude encontrar la caja de cambios,
si bien tuve en mis manos en algún momento una pequeña caja separada del carro
que aparentaba serlo. Andaba por lugares rurales de la costa central chilena,
llevando a una gente que de vez en cuando asistía a fiestas o se
insurreccionaba. Había devenido, pues, un taxista, aunque en el sueño nunca
asumí tal papel.
***
Sueño
que soy el protagonista de El cojo bueno, la novela de Rey Rosa. Manejo
una moto en una pista de Santiago, hay lluvia y me cuesta ver en los espejos
retrovisores. Hay un momento en que me doy cuenta que casi caigo dormido
manejando. Entiendo que es hora de tomarme un descanso. Me detengo en un
pueblito y visito la casa de una gente que me suele recibir (aquí coincido de
nuevo un poco con escenas de la novela). Ahora ya manejo un auto y espero que
pase la lluvia refugiado en aquella casa de la familia indígena. El paisaje es
guatemalteco.
***
Sueño que orino negro impecable como tinta. Aunque en
el intervalo entre una y otra hora de orinar espero que sea algo pasajero,
orino negro de nuevo. Digamos, para no incurrir en la metáfora de la escritura
(orinar tinta, sueño barthesiano), que orino color petróleo, o incluso grafito.
Tengo la angustia de las consultas médicas que deberé hacer (qué comí o bebí
como para orinar negro: será un exceso de vino tinto, doctor, aunque este negro
de mi sueño es más bien tipo Under the Skin, el manto negro de la alien
fatal) pero como estoy asistiendo a un Congreso, me dejo llevar por lo ya
organizado: las reuniones, los bocadillos.
sábado, diciembre 21, 2019
Plan para una Oda a Ernesto Cardenal
Todavía tu poema poundiano estadístico y
documental no puede ser leído, no ha sido
leído. Apilado como está bajo el estrés,
el pastiche y la fama.
Estas imperdonables ganas de leer, deseo
místico, deseo político, ganas de coger,
Son el mero cromo publicitario como poema.
miércoles, diciembre 04, 2019
Código
Soñé con la espalda de mi padre.
Estaba a la altura de mis ojos como una
pantalla.
De acariciar la acariciaba, daba el masaje
y decía
“Hablemos de la lucha de clases”.
El paisaje era piramidal: casas que se
acomodaban unas sobre otras,
quizá nemotecnias de Pittsburgh,
Matagalpa, o ciudades vistas en el documental sobre los Stones,
pero más
seguramente paisajes humanos de Arguedas: en el fondo (¡en el código!) acariciaba
los pulmones de mi padre.
Y yo retrasaba lo que podía la separación de
aquel cuerpo, antes de ingresar a la Academia.
(Aniversario 18 de su muerte, el pasado 1
de diciembre. Yo en el sueño entraba descalzo al Congreso, señal de pena y pobreza.)
jueves, noviembre 21, 2019
Imitación de PPP
Chavalos
ensimismados en la bandera
Con la
conciencia limpia y los cachivaches metafóricos heredados del 79
La
barricada, el pañuelo, el narcisismo clasemediero
Y el
vértigo del amor propio intercambiable con un sereno culto sacrificial: por
esos muertos
Sobre
todo, los prejuicios jesuíticos de clase que se transmiten
De
generación en generación a través de redes familiares idealistas
--siendo
la UCA el último y lugar fronterizo interclasista donde se canta la Misa Campesina
(allí
mismo donde uno a uno los jesuitas fueron disfrazándose de hippies alguna tarde
remota de los años 70s)--.
De haber
algo más allá del ensimismamiento qué sería?
Invocarán
con la voz de Coronel la sombra de Pound y a través suyo la de Confucio
En un
mundo multipolar lleno de cicatrices terrestres?
Ah Uds.,
penetrados rudamente por el gorro frigio
Y por el
polvo drogadicto del nacionalismo
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martes, noviembre 12, 2019
Barba Jacob según Vallejo
Se publicó en Cuadernos de Literatura mi texto sobre: "Geopolítica de las redes sensibles: Barba Jacob según Vallejo, criatura novelística en coordenadas posletradas" (link).
Copio un párrafo para ilustrar el tono:
"El canon de la literatura centroamericana ha sido permeable a lo que los vanguardistas nicaragüenses llamaron "el ojo del viajero". En otras palabras, se comprende que la literatura (y la cultura) centroamericana se define en parte a través de las miradas de conquistadores, colonizadores, viajeros y científicos[1]. Sabemos que toda la instalación colonial y moderna está llena de esas miradas. Así, para dar un ejemplo obvio, el embajador Squier[2] pertenece, sin duda, al canon de la literatura centroamericana. ¿Es posible en el orden un poco más secular de la modernidad acoger y aclimatar en Centroamérica a escritores modernos? En el modernismo hay por lo menos dos autores conocidos que en alguna medida se centroamericanizan. Me refiero a José Santos Chocano y a Porfirio Barba Jacob. Tanto el peruano como el colombiano tienen periplos centroamericanos interesantes, que incluyen de parte de Chocano acciones políticas (como su apoyo a Estrada Cabrera)[3] y de parte de Barba Jacob, como ya se ha visto, exilios y recorridos por Centroamérica dentro de un permanente deambular."
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martes, noviembre 05, 2019
Retamar
A inicios de los 1980s, la noche de la juventud, Retamar (así aprendimos a llamarlo) era el poemario Juana y otros poemas personales, que había ganado el Premio R.D. y había sido editado en Nicaragua. Su gran poema "Y Fernández?" era como una dolorosa premonición, anclada junto a unos y otros inolvidables personajes evocados en aquellos "poemas personales". La primera era, por supuesto, Juana, a la que aprendí a llamar con sus primeros versos: "Nada ha borrado el agua, Juana, de lo que fue dictando el fuego".
Me lo robaron (algún Prometeo?) de debajo de la almohada de alguna covacha militar, en donde yo manejaba los libros de la época: aprendizajes que combinaban a Góngora con Cardenal, y a Rugama con Lope. Quién y para qué podía robarse ese libro en los años entusiasmados y revueltos de revolución?.
Retamar fue, luego, quien nos ensañaba a leer a Borges. Vos podés decir que escogí a un dudoso maestro que me llevara a conocer a este Ariel argentino (que no Calibán, por ningún lado). Pero en mi pueblito no era que uno entraba a las librerías a comprarse sus EMECÉS. La Editorial de Sergio Ramírez, aprovechando los derechos legados por la revolución cubana, republicó la antología de Borges que Retamar preparó. Es esa misma antología en que Retamar cuenta su encuentro con Borges (y Kodama) en la que le dice algo así como que había escrito cosas duras contra Ud., Borges, pero no más duras de las que Ud. escribió contra Darío o Lugones. Y Borges: fueron mis maestros.
En un pueblito del oeste de La Habana, ni siquiera recuerdo cómo se llamaba, me encontré con Retamar y fui a saludarlo. Dije algo de esto que escribo arriba, pero, por supuesto, más entrecortado. Todos soñamos con escribir un Prólogo como el de Borges para Lugones en El hacedor. Recuerdo que mencioné a Juana, y recuerdo luego que, ya cayendo la noche, Retamar bailaba un bolero en la placita de ese pueblito perdido del cual no puedo recordar el nombre.
Me lo robaron (algún Prometeo?) de debajo de la almohada de alguna covacha militar, en donde yo manejaba los libros de la época: aprendizajes que combinaban a Góngora con Cardenal, y a Rugama con Lope. Quién y para qué podía robarse ese libro en los años entusiasmados y revueltos de revolución?.
Retamar fue, luego, quien nos ensañaba a leer a Borges. Vos podés decir que escogí a un dudoso maestro que me llevara a conocer a este Ariel argentino (que no Calibán, por ningún lado). Pero en mi pueblito no era que uno entraba a las librerías a comprarse sus EMECÉS. La Editorial de Sergio Ramírez, aprovechando los derechos legados por la revolución cubana, republicó la antología de Borges que Retamar preparó. Es esa misma antología en que Retamar cuenta su encuentro con Borges (y Kodama) en la que le dice algo así como que había escrito cosas duras contra Ud., Borges, pero no más duras de las que Ud. escribió contra Darío o Lugones. Y Borges: fueron mis maestros.
En un pueblito del oeste de La Habana, ni siquiera recuerdo cómo se llamaba, me encontré con Retamar y fui a saludarlo. Dije algo de esto que escribo arriba, pero, por supuesto, más entrecortado. Todos soñamos con escribir un Prólogo como el de Borges para Lugones en El hacedor. Recuerdo que mencioné a Juana, y recuerdo luego que, ya cayendo la noche, Retamar bailaba un bolero en la placita de ese pueblito perdido del cual no puedo recordar el nombre.
domingo, diciembre 30, 2018
Shut up already damn
Mi hijo adora los payasos.
En realidad les teme.
En realidad tengo dos hijos.
El menor adora los payasos como yo podría decir que adoro los fantasmas.
Adora los cometas.
Los cometas y disfraces, las máscaras.
La experiencia más repetida de mi vida es que me reclaman que hablo muy poco.
A veces revoloteo alrededor de mi hijo sin decir nada. Nada de nada acariciando la nada, en la mañana transparente del sábado. Pongo mi brazo en su cabeza, su hombro, trato de ver el mismo cometa. Entonces recuerdo que tengo dos hijos.
Decidí poner en sus ojos la tierra baldía, una foto fragmentaria.
Uno fotografía su calcetín, el otro su propia figura corriendo en el tiempo.
Por suerte para mis hijos hablo demasiado.
En realidad les teme.
En realidad tengo dos hijos.
El menor adora los payasos como yo podría decir que adoro los fantasmas.
Adora los cometas.
Los cometas y disfraces, las máscaras.
La experiencia más repetida de mi vida es que me reclaman que hablo muy poco.
A veces revoloteo alrededor de mi hijo sin decir nada. Nada de nada acariciando la nada, en la mañana transparente del sábado. Pongo mi brazo en su cabeza, su hombro, trato de ver el mismo cometa. Entonces recuerdo que tengo dos hijos.
Decidí poner en sus ojos la tierra baldía, una foto fragmentaria.
Uno fotografía su calcetín, el otro su propia figura corriendo en el tiempo.
Por suerte para mis hijos hablo demasiado.
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sábado, octubre 27, 2018
El altercado de la élite
Nota: esto había quedado entre los borradores del blog, y consta que lo escribí en julio de 2012. Sin embargo, cobra algún sentido retrospectivo luego de la situación revuelta de este año en Nicaragua.
En Nicaragua, quizá de forma más acentuada que en otros países, el llamado juego democrático depende del estado de las desavenencias de la élite política.
Sus desacuerdos son proyectados en la vida pública como lucha política nacional, voluntad de las mayorías, etcétera.
En realidad la élite ha sido tradicionalmente poco democrática a la hora de resolver sus diferencias, y padece desde las intervenciones de los Estados Unidos, a principios del siglo XX, del síndrome de las elecciones supervigiladas.
Esto ha sido más que evidente en el peso que ha adquirido en el escenario postelectoral del 2011, la opinión de la Unión Europea, la OEA, los Estados Unidos. La élite está mirando hacia afuera, aunque las votaciones se hayan dado adentro.
Para las elecciones del 2011 la élite política no se puso de acuerdo sobre las reglas del juego. No se necesitaba mucha profecía para predecir que iba a suceder un fuerte altercado post-electoral. Se podría decir, incluso, que para la élite política las elecciones eran sólo un camino de llegada al escenario que más le interesaba.
Es el altercado de la élite, la que ahora va a pasar a resolver sus conflictos por sus vias predilectas. No a partir de lo que dicen las urnas, sino a partir de lo que puedan negociar, violencia y muertos de por medio.
A la élite política le importa mucho la continuidad, y va a tratar de resguardarla como pueda una vez que sus miembros se sienten a negociar.
Desde los años 1980s la élite política no ha sido renovada, y mantiene sus fuertes lazos familiares y la huella de sus antiguos conflictos.
En las elecciones del 2011 compitieron un comandante sandinista (Daniel Ortega) frente a un ex-jefe de la contra (Fabio Gadea). El candidato a vicepresidente de Ortega fue jefe del Ejército Nacional (el antiguo Ejército Sandinista). El candidato a vicepresidente de Fabio Gadea es yerno de la expresidentea Violeta Chamorro, y antiguo embajador del gobierno de Ortega.
La parte "radical" de la Alianza que acompañaba a Gadea está dirigida por antiguos camaradas de Ortega. De hecho, en tal Alianza menudean sus ex-ministros, y ese tipo de comandantes a los que los medios siempre añaden (no entiendo por qué) el adjetivo de "legendarios".
En un sistema político en que la élite tiene un peso tan decisivo, las opiniones de los notables tienen un aura especial. Pero los notables nunca han tenido independencia política, siempre han estado vinculados al poder, y participan de manera beligerante de los conflictos de la élite. Casi todos los notables han sido embajadores por allá, vicepresidentes por aquí, Ministros de Algo (algo improsperable). La llamada "sociedad civil" por su parte se reduce a tres señores y dos señores de la clase alta. Ya no digamos los Obispos Católicos que merecen cada uno de ellos, aquello de Cardenal (no el Obando, sino el otro): Sus Eminencias Pendejísimas.
Algo parecido a lo que pasa con los notables, pasa con los medios. Los medios oficiales son en extremo rudimentarios, y no pasan de repetir las consignas que elabora la esposa del presidente, Rosario Murillo.
Los medios opositores mantienen ligas familiares e ideológicas con la oposición.
Ningún medio se preocupa tampoco por disfrazar su afiliación política.
Burócratas, notables, medios, thinks tanks "democráticos", Familias de Apellido y organismos internacionales parecen ser los que realmente votan en Nicaragua.
Claro, convocan a las otras clases cuando es preciso dirimir sus diferencias. No han vacilado en el pasado en armar guerras. Tampoco vacilan cuando es tiempo de "dialogar", usando a Iglesias y OEAs como mediadores, y resguardando ante todo el equilibrio de sus continuidades de poder, familiares, negocios, posiciones.
Zorros del mismo piñal, que se dice.
En Nicaragua, quizá de forma más acentuada que en otros países, el llamado juego democrático depende del estado de las desavenencias de la élite política.
Sus desacuerdos son proyectados en la vida pública como lucha política nacional, voluntad de las mayorías, etcétera.
En realidad la élite ha sido tradicionalmente poco democrática a la hora de resolver sus diferencias, y padece desde las intervenciones de los Estados Unidos, a principios del siglo XX, del síndrome de las elecciones supervigiladas.
Esto ha sido más que evidente en el peso que ha adquirido en el escenario postelectoral del 2011, la opinión de la Unión Europea, la OEA, los Estados Unidos. La élite está mirando hacia afuera, aunque las votaciones se hayan dado adentro.
Para las elecciones del 2011 la élite política no se puso de acuerdo sobre las reglas del juego. No se necesitaba mucha profecía para predecir que iba a suceder un fuerte altercado post-electoral. Se podría decir, incluso, que para la élite política las elecciones eran sólo un camino de llegada al escenario que más le interesaba.
Es el altercado de la élite, la que ahora va a pasar a resolver sus conflictos por sus vias predilectas. No a partir de lo que dicen las urnas, sino a partir de lo que puedan negociar, violencia y muertos de por medio.
A la élite política le importa mucho la continuidad, y va a tratar de resguardarla como pueda una vez que sus miembros se sienten a negociar.
Desde los años 1980s la élite política no ha sido renovada, y mantiene sus fuertes lazos familiares y la huella de sus antiguos conflictos.
En las elecciones del 2011 compitieron un comandante sandinista (Daniel Ortega) frente a un ex-jefe de la contra (Fabio Gadea). El candidato a vicepresidente de Ortega fue jefe del Ejército Nacional (el antiguo Ejército Sandinista). El candidato a vicepresidente de Fabio Gadea es yerno de la expresidentea Violeta Chamorro, y antiguo embajador del gobierno de Ortega.
La parte "radical" de la Alianza que acompañaba a Gadea está dirigida por antiguos camaradas de Ortega. De hecho, en tal Alianza menudean sus ex-ministros, y ese tipo de comandantes a los que los medios siempre añaden (no entiendo por qué) el adjetivo de "legendarios".
En un sistema político en que la élite tiene un peso tan decisivo, las opiniones de los notables tienen un aura especial. Pero los notables nunca han tenido independencia política, siempre han estado vinculados al poder, y participan de manera beligerante de los conflictos de la élite. Casi todos los notables han sido embajadores por allá, vicepresidentes por aquí, Ministros de Algo (algo improsperable). La llamada "sociedad civil" por su parte se reduce a tres señores y dos señores de la clase alta. Ya no digamos los Obispos Católicos que merecen cada uno de ellos, aquello de Cardenal (no el Obando, sino el otro): Sus Eminencias Pendejísimas.
Algo parecido a lo que pasa con los notables, pasa con los medios. Los medios oficiales son en extremo rudimentarios, y no pasan de repetir las consignas que elabora la esposa del presidente, Rosario Murillo.
Los medios opositores mantienen ligas familiares e ideológicas con la oposición.
Ningún medio se preocupa tampoco por disfrazar su afiliación política.
Burócratas, notables, medios, thinks tanks "democráticos", Familias de Apellido y organismos internacionales parecen ser los que realmente votan en Nicaragua.
Claro, convocan a las otras clases cuando es preciso dirimir sus diferencias. No han vacilado en el pasado en armar guerras. Tampoco vacilan cuando es tiempo de "dialogar", usando a Iglesias y OEAs como mediadores, y resguardando ante todo el equilibrio de sus continuidades de poder, familiares, negocios, posiciones.
Zorros del mismo piñal, que se dice.
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jueves, agosto 30, 2018
Por entonces
Aprendí a leer según Pacheco Retamar Cardenal Dalton
Eran la poesía de por entonces
Y todos y cada uno hablaba en Vanitas y Memento Mori
En alguna u otra parte mencionaban una calavera
O morían heroicamente fusilados, se quedaban calvos,
hablaban maniáticamente a dios,
miraban islas que iban y venían
Los Hamlets cotidianos en el pobladito con jardín a lo López
Velarde
(El segundo nombre de don Ramón era Modesto:
Ramón Modesto)
martes, agosto 21, 2018
Ha vuelto
Ha vuelto la poesía comprometida
Se pusieron de moda las máscaras y las pelucas
Sergio prologará la antología
El porte Bianca Yaguer en los oscuros
Anteojos para tomar el sol por asalto
Ha vuelto la poesía comprometida
Cualquier páramo es un espacio de combate
Se ha llenado de nombres propios la prosa baldía
La litera turba a los paseantes, turistas
Del cero tal al cual en Granada
Se casa la poesía comprometida
Runaway lover la
llaman los crepúsculos
Al tiempo que Madonna cumple 60
Ha vuelto la poesía comprometida
La diva con el cardenal en la pierna subastada
El cardenal irradia como en aquello de Alfonso
Reyes, su querida sombra, su embeleso
Ha vuelto de su féretro la poesía comprometida
Al igual que en el 73 Hernaldo canta la cancioncita
Ha vuelto el sociólogo marxista a jugar
Desmoche con el pornobudista
Todo porque ha vuelto
La poesía comprometida
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jueves, junio 14, 2018
La contrarrevolución interminable
1. Desde el inicio del conflicto actual
en Nicaragua, me pareció que se reincidía en un modelo insurreccional,
sostenido ideológicamente por una retórica sacrificial: la sangre que da
sentido a lo político.
2. Debería decirse a esta altura
"sólo la sangre da sentido a lo político en Nicaragua". Eso apunta a
un fracaso nacional fundamental: las elites políticas junto a todos los actores
políticos y sociales han sido incapaces, luego de cuarenta años de la última
revolución, de resolver los conflictos de manera pacífica.
3. Pero no estamos para autocríticas. Nadie
quiere autocriticarse ni empresarios ni clase media ni sandinismo ni la
profundamente conservadora y politizada Iglesia católica nicaragüense ni nadie.
4. Lo menos autocrítico del mundo se
deja ver en la suerte de la bandera azul y blanco: todos se envuelven en ese
trapo, nadie quiere criticar las bases violentas de lo que simboliza.
5. Gente contrarrevolucionaria
reconocida como Humberto Belli se refieren con soltura a la "revolución
azul y blanco". Por mi parte no quiero estar en esa acera azul y blanco
junto a ideólogos como Belli.
6. Encabezado por los empresarios y por
la Iglesia católica, este movimiento masivo mezcla rasgos revolucionarios con ansiedades
democratizantes y muchos empujes contrarrevolucionarios. Es quizá una capa más
de las muchas capas contrarrevolucionarias vividas: Esquipulas 1987; el
gobierno de restauración Chamorro, los gobiernos conservadores que llevaban el
título de liberales; el gobierno del FSLN mediatizado por alianzas con
empresarios y obispos. Somos el país de la contrarrevolución interminable.
7. Sergio Ramírez que es un tipo de
escritor incapaz de dejar de hacer ideología, incluso cuando sus términos son
llevados "hasta el escándalo por sucesivas y contrarias lealtades" (para
citar a un clásico), anunció en esta coyuntura que habíamos llegado "por
fin" al siglo XXI. Pero no, esta reincidencia insurreccional y sacrificial
es muy siglo XX. ¿O no será aún más remota?
8. Pienso en lo robusto del poder de la
Iglesia católica nicaragüense y cómo se consolida en estas circunstancias. Mientras otras
Iglesias se derrumban entre escándalos de pedofilia y abuso, la nicaragüense es
adulada con frecuencia por su "moralidad". Todos sabemos que no hay
tal moralidad, pero lo acatamos como parte del paquete
"revolucionario".
9. Me han preguntado algunos amigos que
cuáles son los medios de comunicación nacionales más objetivos para seguir las
noticias sobre Nicaragua. Pero ya no queda periodismo, sólo trincheras, tranques y
barricadas.
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lunes, mayo 21, 2018
Bolero nacional
He decidido mantenerme a distancia de la bandera
no vaya a ser me muerda
no vaya a ser me muerda
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sábado, mayo 05, 2018
Plan para una novela
Luego de una noche incómoda,
N. despierta. Uno de sus testículos se ha abierto como una granada. No sangra
pero algo de lo que debería estar adentro está ahora en sus manos: una mezcla
de grasa un poco sanguinolenta con algo que tiene la consistencia de hilos
gruesos agrupados. Intenta cerrar la abertura poniendo una capa sobre la otra,
pero no sabe si ese tipo de hendidura se cerrará sola.
N. sube las escaleras
del dormitorio de oficiales (la época de la novela: los años ochenta, hay
guerra civil; hay culto a la guerra) intenta llegar a la computadora para buscar
en Google casos parecidos. Pero en ese entonces no existe la internet.
Al finalizar el
Servicio Militar, N. regresa al barrio de calles polvorientas, a su casa de
piso de tierra, y sin agua corriente. En las calles se ve a los vecinos
acarreando (en diversos recipientes, y algunos en carretones) el agua que van a
sacar de un pozo.
La simultaneidad
aparente de los hechos (el caso de su cuerpo, el servicio militar, el fin del
servicio militar, quizá el fin de la guerra: incluso el salto deseable a un era
cibernética) gira en torno a los testículos "rajados", ahí donde,
como quería el clásico, rajarse significa feminizarse, quizá volver al monstruo
primordial: animalizarse.
El testículo como eje
significante de la guerra. Aquí el novelista introduce una larga reflexión
sobre la interrelación entre discurso y guerra, partiendo de unos versos conocidos
de Gioconda Belli (y musicalizados por Carlos Mejía Godoy). Vendrá la guerra,
pero estos poetas prometen seguir cantando:
"y en el combate no habrá tregua
ni freno para el canto
sino poesía naciendo del hueco oscuro
del cañón de los fusiles."
Pero N. sabe que la
poesía como discurso determinante de lo nacional, ha terminado. Quedan
casquillos desperdigados de lo que fueran versos.
N. visita a un gurú new age (mucho budismo zen, mucho
Jodoroswky, mucha secta de troskos arrepentidos) quien le recomienda envolver
sus testículos en paños azul y blanco (colores de la bandera nacional).
N. se cura lentamente.
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miércoles, abril 25, 2018
Usos de la sangre
(Doy continuidad a una reflexión que inicié en el blog Situación de Nicaragua que está organizando Carlos M. Castro, y presenta varios puntos de vista sobre la situación actual del país.)
Hay quizá 30 o más muertos luego de varios días de protestas en Nicaragua. Dado que el monopolio de las armas está en manos del Estado, es válido suponer que se trata en su mayor parte de víctimas de represión gubernamental, sin descartar que haya por ahí algún otro tipo de muerto.
Es bastante sintomático que los muertos (héroes, mártires) pierden rápidamente su individualidad, y pasan a formar parte de una narrativa sacrificial. Se interpreta la sangre derramada en términos cristiano-católicos, como fundamento de una eventual nueva nacionalidad, post-dictatorial. Como si las cuestiones del Derecho fueran desplazadas por el encanto utópico de una Nación-religiosa.
Encuentro el siguiente párrafo de Gioconda Belli, muy a propósito para ilustrar el tono sacrificial-nacional que nos oprime:
Como si todavía estuviéramos en aquellos años idílicos de "vendrá la guerra, amor", y etcétera. No, esa cadena del relato sacrificial-nacional parece, a estas alturas, real-horrorosa.
Es una tremenda ironía que el llamado "himno nacional" invoque precisamente ese estado idílico en que ya el "pendón bicolor" no se "mancha con sangre de hermanos". Desde niños en la escuela aprendemos esa dialéctica entre la sangre derramada y lo nacional.
Mi utopía política sería poder dejar atrás esa narrativa sacrificial, y que fuese reemplazada por una lógica democrática. En ese sentido, no comparto mucho el entusiasmo con respecto a la imaginería revolucionaria reaparecida cuarenta años después. ¿Estamos de nuevo en el mismo punto del que partimos? ¿No corremos el riesgo de ir por ahí repitiendo nada sagazmente la historia como farsa dolorosa?
Se requiere, por eso, pensar en los usos de la sangre. Desde la forma en que el Estado administra la muerte contra sandino-comunistas, recontras, recompas y revueltos, hasta facinerosos y vándalos (todo repertorio del vocabulario desde el poder). Pero también la sangre de la generación del Servicio Militar, administrada desde el Estado y ofrecida a la Patria en contra del Imperio.
Deberíamos remitir al muerto, a la muerta a su Individualidad. No banalizar su imagen, e incluso su muerte instantánea en el video on-line. Dejar de utilizarlo coyunturalmente. No leerlo con esa mirada cristiano-católica que lo pervierte y lo siembra en el campo fértil de la patria. En cierto sentido, dejar atrás el modelo del muerto como semilla sembrada que predicó Ernesto Cardenal en su Hora 0. Hacerlo un deber de la memoria y no una patraña publicitaria. Remitirlo al Derecho.
P.S. 26 de abril
La cifra de muertos aumenta: 63 muertos, 15 desaparecidos. ¿Quién investigará estas muertes?
P.S. 15 de junio
¿No será la historia de Nicaragua una contrarrevolución interminable?
Hay quizá 30 o más muertos luego de varios días de protestas en Nicaragua. Dado que el monopolio de las armas está en manos del Estado, es válido suponer que se trata en su mayor parte de víctimas de represión gubernamental, sin descartar que haya por ahí algún otro tipo de muerto.
Es bastante sintomático que los muertos (héroes, mártires) pierden rápidamente su individualidad, y pasan a formar parte de una narrativa sacrificial. Se interpreta la sangre derramada en términos cristiano-católicos, como fundamento de una eventual nueva nacionalidad, post-dictatorial. Como si las cuestiones del Derecho fueran desplazadas por el encanto utópico de una Nación-religiosa.
Encuentro el siguiente párrafo de Gioconda Belli, muy a propósito para ilustrar el tono sacrificial-nacional que nos oprime:
"La sangre de los que lucharon por un país libre: los que cayeron en la lucha contra Somoza y los que han caído en estos once años y sobre todo en esta semana valiente, ha vuelto a revivir en esta nueva generación de nicaragüenses dispuestos a recuperar el sueño de una Patria Libre. No en vano existieron hombres y mujeres generosos y ejemplares que quisieron iluminar la oscuridad. Sus fantasmas están con nosotros, su legado está con nosotros. Sandino vive." (ver artículo)
Como si todavía estuviéramos en aquellos años idílicos de "vendrá la guerra, amor", y etcétera. No, esa cadena del relato sacrificial-nacional parece, a estas alturas, real-horrorosa.
Es una tremenda ironía que el llamado "himno nacional" invoque precisamente ese estado idílico en que ya el "pendón bicolor" no se "mancha con sangre de hermanos". Desde niños en la escuela aprendemos esa dialéctica entre la sangre derramada y lo nacional.
Mi utopía política sería poder dejar atrás esa narrativa sacrificial, y que fuese reemplazada por una lógica democrática. En ese sentido, no comparto mucho el entusiasmo con respecto a la imaginería revolucionaria reaparecida cuarenta años después. ¿Estamos de nuevo en el mismo punto del que partimos? ¿No corremos el riesgo de ir por ahí repitiendo nada sagazmente la historia como farsa dolorosa?
Se requiere, por eso, pensar en los usos de la sangre. Desde la forma en que el Estado administra la muerte contra sandino-comunistas, recontras, recompas y revueltos, hasta facinerosos y vándalos (todo repertorio del vocabulario desde el poder). Pero también la sangre de la generación del Servicio Militar, administrada desde el Estado y ofrecida a la Patria en contra del Imperio.
Deberíamos remitir al muerto, a la muerta a su Individualidad. No banalizar su imagen, e incluso su muerte instantánea en el video on-line. Dejar de utilizarlo coyunturalmente. No leerlo con esa mirada cristiano-católica que lo pervierte y lo siembra en el campo fértil de la patria. En cierto sentido, dejar atrás el modelo del muerto como semilla sembrada que predicó Ernesto Cardenal en su Hora 0. Hacerlo un deber de la memoria y no una patraña publicitaria. Remitirlo al Derecho.
P.S. 26 de abril
La cifra de muertos aumenta: 63 muertos, 15 desaparecidos. ¿Quién investigará estas muertes?
P.S. 15 de junio
¿No será la historia de Nicaragua una contrarrevolución interminable?
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viernes, diciembre 22, 2017
La bestia y la mujer
Como parte del Dossier sobre Acercamientos posthumanos y no humanos a la cultura y literatura centroamericana, editado por Tatiana Argüello y Juan Duchesne Winter, se publicó mi texto "Una llama en el bosque de Chapultepec": la bestia y la mujer en la poesía de Carlos Martínez Rivas".
Invito a leer el Dossier que aborda una temática novedosa para las letras centroamericanas.
El resumen de mi texto dice:
Este artículo analiza la representación de la mujer en la poesía de Carlos Martínez Rivas, básicamente a través de dos figuras: la Nada (pre)orgánica y la mujer-animal. El análisis aduce que la formación cultural y de género de la clase alta nicaragüense de la época de la dictadura, enmarca las poéticas y opciones vitales de Ernesto Cardenal y Martínez Rivas, yendo hacia al compromiso con un dios masculino o hacia la mitologización de la mujer, como nada o como animal. Estas opciones se conectan directamente con las prácticas amorosas y sexuales de la época, proyectadas en ideas en torno a las mujeres de alta clase y las llamadas "mujeres del país".Link al artículo:
http://istmo.denison.edu/n34/articulos/08.html
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martes, diciembre 12, 2017
Sin número
Te pregunto si creés que merecemos esta primavera
Aun cuando súbita debe ser merecida la primavera,
Brote que demarca un paisaje con su flor?
Veremos de nuevo la blancura sorprendente sobre el pasto
El Vlaminck del jacarandá y los cerezos--más soñados que vistos
El suspiro y la llegada de aquél pájaro nocturno con habilidades
Para huir y desaparecer.
Y estaremos en el silencio.
Aun cuando súbita debe ser merecida la primavera,
Brote que demarca un paisaje con su flor?
Veremos de nuevo la blancura sorprendente sobre el pasto
El Vlaminck del jacarandá y los cerezos--más soñados que vistos
El suspiro y la llegada de aquél pájaro nocturno con habilidades
Para huir y desaparecer.
Y estaremos en el silencio.
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lunes, noviembre 27, 2017
Disensos
"we never did too much talking anyway"
Dylan
Dylan
Se trata al contrario de una oportunidad para repensar críticamente las figuras intelectuales de la historia nacional. Darío, De la Selva, Coronel, Cuadra, Cardenal, Ramírez, tantos otros, tienen historias fascinantes en su relación con el poder político. Asimismo, es interesante su colocación más o menos ventajosa dentro del poder cultural. De hecho, es muy probable que Sergio Ramírez sea actualmente la personalidad centroamericana con más poder cultural de la región. Por eso mismo, me parece que es hora de fortalecer posiciones de diferenciación y crítica con respecto al mismo Ramírez.
En ese sentido mi "homenaje" sería marcar algunos puntos en que bien vale la pena disentir con posiciones del flamante Cervantes:
1. La exaltación del castellano y el hispanismo. Como leitmotiv que reaparece en varios de sus discursos, Ramírez tiende a centrar la cuestión cultural en la lengua castellana. Esta centralidad del castellano funciona en Ramírez con un aparente olvido de la naturaleza imperial de la lengua, de su memoria colonial, y con evidente invisibilización de la heterogeneidad de la cuestión lingüística y cultural en América Latina. Esta centralidad se corresponde con la supuesta (y deseada) centralidad del escritor moderno como "voz" que enuncia la colectividad. En ámbitos tan poco democráticos como resultan los países centroamericanos esta serie de jerarquías (lengua-escritor como voz de pueblos) deben ser, por lo menos, puestas en cuestión.
2. La propaganda de una literatura "de tertulia". Como ya dije en una entrada anterior, uno de los grandes aportes de Ramírez es el de ofrecer una perspectiva centroamericana de la cultura. Textos y recopilaciones suyas como Balcanes y volcanes o la Antología del cuento centroamericano resultan fundamentales para ese cometido. Sin embargo, su perspectiva reciente, unida a su también loable empresa Centroamérica cuenta, me parece demasiado centrada en un tipo de narrativa de acceso fácil para el gran público, y en una prescripción del autor mediático (habilidoso para la comunicación y la tertulia, en esencia). Se entiende que por razones de vida o muerte la narrativa centroamericana debe ingresar al mercado (mercado que lleva un solo nombre, con una sola geografía de referencia, y con imaginario de monopolio), sin embargo, este proceso no debe evitar perspectivas (auto)críticas y pluralidad de propuestas ("dentro del mercado todo, contra el mercado nada").
3. La memoria de la revolución sandinista. Existe poca reflexión sobre los procesos de privatización que ha deparado la revolución sandinista. No sólo las privatizaciones evidentes de riqueza que orientan el proceso a partir de la firma de Esquipulas (1987), sino la privatización de la memoria. Asistimos, así, a la paradoja de un proceso popular y multitudinario cuya memoria pasa a ser la de unos pocos notables. El notabilismo es un mal endémico de la historia nacional visible en, por ejemplo, la fundación de clubes de notables, antes que de partidos políticos modernos. Inevitablemente, Ramírez participa de esta lógica de privatización, y como tal su figura, sus textos y posiciones intelectuales son fundamentales para ese (eventual) debate.
Por otra parte, Sergio Ramírez es quien nos enseñó, en otra hora, que el proyecto cultural de la oligarquía nicaragüense era un proyecto fracasado. Quien describió tantas veces la cursilería centroamericana y la inoperancia cultural de las élites. Es casi un deber mantener esta postura crítica de manera estratégica.
Se sabe que un índice de tal cursilería es precisamente ese tipo de procesos en que se consagra a héroes por razones de chato nacionalismo. En La fugitiva, el propio Sergio Ramírez caracteriza este proceso diciendo: "Todas nuestras figuras de bronce tienen en sus cabezas coronas de excrementos, igual que en los parques." (pág. 159).
Habrá que estar alerta y ser crítico ante esa dialéctica entre la fosilización y la cultura viva.
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Por horas la foto
Hasta que no me llamen a comer estaré ausente
Me perderé la hora de la muerte y el desenlace de
la película
El hijo será un relámpago hecho de días de plumas
de palabras lanzadas
Mi madre dirá que lee todos los días aquellas
cartas viejas que envié desde la guerra
Qué tatuajes son esos, madre
El hijo del zapping existencial vaga esta noche
manejando por una ciudad de Santiago oscura y olvidada
Alguna gramática dictan las calles sin embargo:
esquina de las jarras de cerveza y de la enemistad disciplinada
Parece--o es--un principiante entre los libros de
poemas
Entra a las librerías y a los cines en
automático, poesías en forma de rosa o resúmenes candorosos y laicos de sus
congéneres
De nuevo te crees de veinte, cincuentón hosco y
ocre
Y se queda mirando por horas la foto de Blanca
Varela
martes, noviembre 21, 2017
Saco de Papas
Ya se deshoja Infierno de cielo, y los cantos del libro amarillean
Lo mismo que las coníferas en noviembre con sus guirnaldas fauves
Es la lucha del papel contra el lodo del tiempo
O la Chapucería--diosa menor, encadenada a la Porcelana
Por la hendija, la chintanera del Poder Cultural esperando
de esa colina la firma todopoderosa
La Invitación, la Beca, la Mención.
Lo mismo que las coníferas en noviembre con sus guirnaldas fauves
Es la lucha del papel contra el lodo del tiempo
O la Chapucería--diosa menor, encadenada a la Porcelana
Por la hendija, la chintanera del Poder Cultural esperando
de esa colina la firma todopoderosa
La Invitación, la Beca, la Mención.
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